(Minghui.org) Después de la histórica Apelación Pacífica de 10.000 practicantes de Falun Dafa fuera del recinto del gobierno central el 25 de Abril de 1999, no estaba aún claro si podíamos o no continuar practicando Dafa en China.

Un practicante mayor en mi sitio de práctica compartió su opinión de que el régimen no dejaría pasar la apelación tan fácilmente (sin buscar represalias). Yo aún era joven y no había vivido la Revolución Cultural bajo el Partido Comunista Chino (PCCh). Profundamente impresionado por la compasión y el valor demostrados por los practicantes en la apelación, no me tomé a pecho sus palabras y no entendí lo que significaba "persecución".

Más tarde, un practicante que tenía un ordenador en casa me dijo que se había creado un nuevo sitio web llamado Minghui en Estados Unidos y que tenía noticias sobre Dafa desde dentro y fuera de China. En aquel entonces, el PCCh aún no había creado el cortafuegos de Internet. Mientras estuviéramos conectados a Internet, podíamos navegar por cualquier sitio web, tanto de dentro como de fuera de China.

Antes de que tuviera la oportunidad de leer cualquier artículo de Minghui que los practicantes de Dafa hubieran escrito sobre los acontecimientos actuales, ese practicante se mudó a otra ciudad. Los ordenadores personales eran bastante caros entonces y ningún otro practicante local tenía uno, así que perdimos el acceso al sitio antes de que empezara la persecución.

Cuando el PCCh inició la persecución el 20 de julio de 1999, todos los medios de comunicación de China, incluidos la televisión, la radio y los periódicos, se llenaron de propaganda que calumniaba a Dafa y a Shifu. La mayoría de los coordinadores de los centros locales de práctica fueron arrestados y algunos no se atrevieron a ponerse en contacto con nosotros después de ser liberados. Todos los canales a través de los cuales habíamos recibido y distribuido los artículos y libros de Shifu fueron cortados. Los funcionarios de los lugares donde trabajábamos y los comités residenciales seguían presionándonos para que no nos pusiéramos en contacto entre nosotros, para que no nos reuniéramos para nuestras sesiones regulares de práctica y para que no acudiéramos al gobierno a apelar.

Nos resultaba muy difícil intercambiar información o entregar los libros y conferencias de Shifu. Todos anhelábamos que Shifu publicara nuevos artículos para guiarnos, sólo para recibir entonces conferencias falsas distribuidas por agentes del PCCh. Después de ese incidente, nuestro deseo de acceder a Minghui creció aún más. Creíamos que Minghui nos proporcionaría las noticias más auténticas y precisas sobre Dafa, además de compartir artículos de otros practicantes sobre lo que debíamos hacer en China.

Sin acceso a información objetiva, explorábamos nuestro camino en la oscuridad total, rodeados de todo tipo de peligros. Entrar en Minghui se convirtió en nuestro más sincero deseo.

En la primavera de 2000, encontré un cibercafé, un fenómeno que empezó a surgir en China con el rápido desarrollo de la tecnología. No teníamos que mostrar el carnet de identidad y sólo costaba uno o dos yuanes navegar por Internet durante una hora. Me senté delante del ordenador, navegué hasta un servidor proxy (el PCCh ya había decretado el bloqueo de Internet por entonces) y por fin entré en Minghui. Me alegré mucho cuando vi la foto de Shifu. Hice todo lo posible por contener mi alegría para que la gente a mi alrededor no se diera cuenta de lo que estaba leyendo.

Pensándolo ahora, aún recuerdo lo emocionado que estaba al leer los nuevos artículos de Shifu. Fue la primera vez que pude acceder a Minghui.org. En los días más oscuros de la persecución, esa sensación de felicidad a pesar del peligro que me rodeaba fue inolvidable.

En aquella oscuridad infinita en la que no podía ver el camino ante mí, de repente vi un rayo de luz. Después de haber soportado la separación de mis compañeros y el odio de mis familiares y amigos, Minghui iluminó mi corazón y disipó mi profunda sensación de soledad. Era como un oasis en el desierto, un faro en la oscuridad y nuestro hogar más confiable.

Poco después, algunos compañeros y yo empezamos a adquirir nuestros propios ordenadores. Desde entonces, nunca hemos perdido el contacto con Minghui. Todos los días leíamos en Minghui artículos en los que compartíamos experiencias. Además, como podíamos leer los artículos todos los días, no nos sentíamos solos a pesar de la dura persecución y la separación de otros practicantes. Siempre nos anima ver que tantos practicantes de todo el mundo se siguen cultivando con firme fe en el Fa. También nos ayuda a fortalecer nuestra propia fe y nos da valor para afrontar la persecución y aclarar los hechos sobre Dafa a los que nos acosan.

Después de que me arrestaron y perdí mi ordenador cuando allanaron mi casa, siempre pensaba en cómo conseguir un nuevo ordenador y encontrar la manera de conectarme a Minghui después de que me pusieran en libertad. No solía tardar más de una semana en configurar el ordenador e instalar todo el software de seguridad necesario para navegar por Minghui.

Cada vez que visito Minghui, siempre me conmueve ver el diseño puro y limpio, la foto de Shifu tan compasivo y majestuoso, así como el compartir genuino de los compañeros practicantes.

Minghui.org, el faro único para el alma y "campamento base" para millones de practicantes de Dafa, brillará para siempre en el nuevo universo eterno.