(Minghui.org) Un hombre de 55 años de la ciudad de Linyi, provincia de Shandong, fue trasladado a una prisión local a principios de 2023 para terminar de cumplir los últimos meses de su condena de un año y medio por practicar Falun Dafa. Desde su detención hasta el juicio, la policía, el procurador y el juez le engañaron a él, a su familia y a su abogado.

Ji Yongcheng estaba distribuyendo material informativo sobre Falun Dafa el 26 de septiembre de 2020, cuando entregó una copia a un agente de civil. El agente fingió estar interesado en Falun Dafa para impedir que el Sr. Ji se marchara. Llamó a más agentes para que vinieran a detenerlo.

El Sr. Ji se negó a ir con ellos. No paraba de decirles que Falun Dafa estaba siendo injustamente perseguido. Los policías no querían montar una escena y atraer a una multitud, así que mintieron diciendo: "No le haremos nada. Si nos acompaña y nos cuenta más cosas sobre usted en la estación de policía, lo dejaremos marchar". Él les creyó, accedió a subir al coche de policía y lo llevaron a la Estación de Policía de Xijiao. Cuando averiguaron su nombre y dirección, la policía saqueó su casa.

Fue interrogado durante todo el día. Cuando la policía lo llevó al centro de detención al día siguiente, los guardias se negaron a admitirlo debido a la pandemia. Ante la insistencia de su familia, la policía lo dejó en libertad bajo fianza. Entonces le engañaron a él y a su familia, diciéndoles que su caso sería desestimado tras un año de fianza.

Después de eso, la policía fue a su casa dos veces en un intento de arrestarlo. Pero no estaba en casa ninguna de las dos veces.

La policía volvió a ir a su casa el 15 de febrero de 2022. Su familia le estaba ayudando a escapar escalando la pared cuando la policía le vio y le dijo: "¿Por qué huyes? Sólo estábamos comprobando si estabas en casa o no. No vamos a detenerte, será mejor que bajes de la escalera".

El Sr. Ji volvió a creer a la policía y bajó de la escalera. En cuanto llegó al suelo, la policía lo detuvo y lo llevó a estación de policía. Dos días después fue trasladado al Centro de Detención del Condado de Mengyin y luego al Centro de Detención de Hedong.

La Procuraduría del Distrito de Lanshan aprobó su detención el 1 de marzo de 2022. El Sr. Ji se negó inicialmente a firmar el documento del caso y exigió que el procurador desestimara su caso. El procurador le mintió diciéndole que lo pondrían en libertad si lo firmaba. El Sr. Ji lo firmó, sólo para que meses después le dijeran que estaba previsto que fuera juzgado en el Tribunal del Distrito de Lanshan.

Después de la audiencia, el juez prometió a su abogado que la audiencia había ido bien y que sería puesto en libertad en una o dos semanas. Pero en septiembre de 2022, la familia de Ji quedó desolada al enterarse de que había sido condenado a un año y medio de prisión.

Cuando la familia fue al centro de detención a depositar dinero en efectivo para él, las autoridades no lo aprobaron. Como le quedaba menos de un año de condena, su familia esperaba que terminara de cumplirla en el centro de detención, ya que así era como solían tratarse los casos. Pero a principios de 2023, tras el levantamiento de la política de cero COVID, se llevaron una gran sorpresa al enterarse de que el Sr. Ji había sido trasladado en secreto a la Prisión de la provincia de Shandong sin que ellos lo supieran.

La persecución a su familia

Cuando Falun Dafa se extendió por la ciudad natal del Sr. Ji, en el condado de Mengyin, durante la década de los noventa, él, sus padres, sus dos hermanos y una hermana comenzaron a practicarlo. Su salud y su carácter mejoraron. Después de ver sus cambios, muchos aldeanos empezaron a practicar Falun Dafa también.

Después de que el régimen comunista chino ordenara la persecución en 1999, la familia sufrió enormemente.

Al hermano mayor del Sr. Ji, el Sr. Ji Yongxian, lo despidieron de su trabajo, saquearon su casa y lo recluyeron en un centro de lavado de cerebro y en un campo de trabajo forzado. Se desmayó varias veces debido a las torturas. Cuando su padre le llevó comida, el anciano quedó tan conmocionado al ver lo mal que habían golpeado a su hijo que poco después quedó postrado en cama.

La madre y el hermano menor de Ji Yongcheng también fueron detenidos y torturados. Su hermano menor, Ji Yongshi, también fue condenado a trabajo forzado por apelar al derecho a practicar Falun Dafa en Beijing.

La hermana menor del Sr. Ji se vio obligada a vivir fuera de casa con su hijo de dos años para esconderse de la policía. Una noche la detuvieron y la llevaron a un centro de lavado de cerebro.

La persecución dejó a la familia en graves apuros económicos. A lo largo de los años les extorsionaron más de 30.000 yuanes (4.530 dólares). Al no poder pagar la escuela, el propio hijo del Sr. Ji Yongcheng se vio obligado a abandonarla y empezó a trabajar a una edad temprana.

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