(Minghui.org) El 25 de abril de 1999, más de 10.000 practicantes de Falun Dafa se reunieron frente a la Oficina de Apelaciones del Consejo de Estado en Beijing. Pidieron la liberación de 45 practicantes de Falun Dafa que habían sido detenidos ilegalmente por la policía y por un entorno pacífico para practicar Falun Dafa. El valor y la serenidad de los practicantes en la Apelación Pacífica del 25 de abril conmovió al mundo. Su recto comportamiento moral se convirtió en un hito histórico.

En una reunión reciente, los practicantes de Falun Dafa de Toronto contaron cómo sus padres participaron en la Apelación Pacífica del 25 de abril. Estos jóvenes practicantes dijeron que no se arrepienten de haber elegido persistir en la cultivación de Falun Dafa.

Sin arrepentimientos por haber elegido persistir en Falun Dafa

Yoyo, una joven practicante de Falun Dafa

Yoyo nació en Beijing y comenzó a cultivar Falun Dafa con sus padres en 1996. Yoyo y sus padres empezaron a practicar en grupo en el centro de Yaxiya Plaza en 1997, cuando Yoyo tenía 15 años. También se unieron al lugar de práctica del Parque Taoranting, donde cientos de practicantes de Falun Dafa se reunían y practicaban las cinco series de ejercicios de Falun Dafa juntos.

Yoyo recuerda: "El 24 de abril de 1999 era sábado. Mi mamá escuchó de otro practicante que Falun Dafa había sido difamado y que oficiales de policía en Tianjin, una ciudad cercana a Beijing, habían asaltado y arrestado a docenas de practicantes de Falun Dafa.

"Mi padre me dijo aquella noche que iban a presentar su apelación en Beijing. El 25 de abril de 1999 era domingo y mis padres se fueron a las 7 de la mañana. Ya tenía 17 años y era lo bastante madura para pensar de manera lógica. Empecé a tener recuerdos de mi infancia. Me asusté por mis recuerdos de las protestas de la Plaza de Tiananmen, comúnmente conocidas como la Limpieza del Cuatro de Junio en chino. Y mi madre me había contado la trágica situación en la que asaltaron la casa de mi abuela durante la Revolución Cultural.

"Creo que mi mamá también tenía sus dudas, y sentía presión y miedo de ir a apelar al gobierno central. Sin embargo, tomó la decisión de validar Dafa. Las enfermedades estomacales de mi madre y la artritis y el reumatismo de sus piernas desaparecieron después de empezar a practicar Falun Dafa. También desaparecieron los síntomas de vértigo de mi padre. ¡Falun Dafa es bueno! La gente se beneficia de esta práctica y la difunde de boca en boca. Esta es la razón por la que la práctica se ha extendido por todo el país", dijo Yoyo.

"Mis padres llegaron a casa sobre las once de la noche de aquel día. Me sentí aliviada cuando los vi. Mi papá dijo que vio varios tanques del ejército esa tarde y pensó que algo malo pasaría". Así que los practicantes estaban preparados para hacer frente a la violencia y la represión.

"Mi papá también me dijo que ninguno de los practicantes vaciló en su convicción. Permanecieron en silencio a los lados de la calle, esperando a que se resolvieran sus inquietudes. Mi papá y todos los demás practicantes sabían que lo correcto era regirse bajo los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia".

Yoyo persistió en la cultivación de Falun Dafa. Estudió el Fa y distribuyó material informativo sobre Falun Dafa. Ya han pasado 24 años desde la Apelación Pacífica del 25 de abril, y Yoyo ha estado hablando a la gente de la belleza de Falun Dafa y de cómo sus padres siguen siendo perseguidos en China por parte del Partido Comunista Chino (PCCh).

"Soy contador en un bufete de abogados y les digo a mis colegas que soy practicante de Falun Dafa. Soy paciente y tolerante con mis compañeros. Muchos de mis compañeros también hablan bien de mí. Falun Dafa ha mejorado mi moralidad. Me he vuelto más considerado y humilde. Siempre seré firme en la cultivación de Falun Dafa y no me arrepiento de hacerlo".

Persistiendo en la cultivación pese a que mis padres siguen siendo perseguidos

Cato, un joven practicante de Falun Dafa, con su esposa

Cato reside en Toronto, pero es oriundo de Harbin (China). Comenzó a practicar Falun Dafa con sus padres en 1996, cuando tenía nueve años.

"Tenía 12 años cuando se realizó la Apelación Pacífica del 25 de abril. Mi mamá tomó el tren nocturno hacia Beijing. Llegó en la mañana del 26 de abril. Pasó por un parque de Beijing y se unió a muchos practicantes que estaban practicando los ejercicios. En ese momento, un practicante le dijo que el asunto se había resuelto pacíficamente", relata Cato.

"Un grupo de policías irrumpió violentamente en mi casa cuando yo tenía 15 años. Nos llevaron a mis padres y a mí al departamento de policía. Me soltaron a la mañana siguiente, pero condenaron a mis padres a cinco años de prisión. Volví a ver a mis padres un año después. Cuando los visité en la prisión, les dije a través de una ventana de cristal: 'No han hecho nada malo. No me sentiré inferior ni tendré baja autoestima solo porque no están a mi lado. Estoy orgulloso de que hayan perseverado en sus creencias'. A mis padres se les salían las lágrimas".

Cato dijo: "Me di cuenta que los practicantes apelaron en Beijing por una simple razón. Esperaban decir a la gente que Falun Dafa había sido difamado y que la gente había distorsionado los hechos. Los practicantes de Falun Dafa no han hecho nada malo ni ilegal. Nos ceñimos a los principios de Shifu (fundador de Falun Dafa) y somos considerados con los demás. La apelación demostró el sentido de la justicia de los practicantes y su valor para defender los principios morales".

Ese mismo espíritu fue el que hizo que Cato persistiera en la cultivación de Falun Dafa, a pesar de que sus padres estuvieran siendo perseguidos por el PCCh. "Vivía en casa de familiares y practicaba los ejercicios y estudiaba el Fa por mi cuenta cuando mis padres fueron detenidos, durante cinco años", dijo.

"Encontré trabajo en Beijing cuando tenía 24 años. Solía ir en bicicleta y pasar por las calles donde los practicantes estuvieron durante la Apelación Pacífica del 25 de abril. Es el poder de la fe lo que hizo que esas personas estuvieran aquí, sin temer a la vida ni a la muerte. Dafa ha cambiado por completo mi perspectiva de la vida y los valores. Nada podrá hacerme renunciar a mi fe", afirmó Cato.

Orgullosa de ser una practicante de Falun Dafa

Liu Chang, una joven practicante de Falun Dafa

Liu Chang comenzó a practicar Falun Dafa a los 4 años con su hermana mayor y sus padres. Se siente orgullosa de ser practicante de Falun Dafa.

"Mi familia se ha beneficiado mucho de practicar Falun Dafa. La hernia discal lumbar de mi padre y las enfermedades estomacales de mi madre desaparecieron milagrosamente", dijo. "Mi hermana mayor y yo éramos débiles y enfermábamos a menudo cuando éramos pequeñas. Pasamos de ser malas en la escuela y estar enfermas, a estar sanas y sobresalir en nuestros estudios después de cultivar Dafa.

"Mis padres solían llevarnos al estudio del Fa grupal, a sitios de práctica, y nos ponían videos de conferencias d Shifu. Todos los practicantes que asistían al estudio de Fa en grupo eran muy pacíficos. Yo no podía leer caracteres chinos en aquel tiempo, pero era capaz de recitar Lunyu. Insistí en practicar el quinto ejercicio de meditación durante una hora y las tías me elogiaron", recordó Liu Chang.

"Me impresionó ver por televisión a tantos practicantes de pie y pacíficamente frente a la Oficina Estatal de Apelaciones el 25 de abril de 1999. Mis padres me dijeron que el primer ministro chino tuvo una buena impresión de los practicantes y me dijo que estaba bien que siguiéramos practicando Falun Dafa".

Sin embargo, nadie hubiera pensado que el Partido Comunista Chino (PCCh) iniciaría una persecución a escala nacional contra los practicantes de Falun Dafa tres meses después.

"Perdimos la libertad de practicar Falun Dafa en público. Me volví más reservada y vivía constantemente con miedo y bajo presión. Pero persistí en mi creencia en Falun Dafa bajo el apoyo de mi familia. También creía que era correcto acatar los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia".

La mamá de Liu Chang fue denunciada a la policía mientras aclaraba la verdad en un parque un día de 2009. "La policía irrumpió en mi casa esa noche. Me puse frente a todos los policías y les dije de forma digna que ¡no había nada malo en creer en Falun Dafa! La policía se quedó estupefacta ante mi comportamiento y no creía que una estudiante de secundaria tuviera el valor de amonestar a unos policías.

"Debido al estrés y a la presión de la maldad, me dio fiebre y no pude dormir esa noche. Milagrosamente, eso no me impidió ir a la escuela al día siguiente. También pude sacar una nota muy alta en un examen de matemáticas, una asignatura en la que no era muy buena. Mi confianza aumentó y creí firmemente que Shifu siempre me protege", afirmó Liu Chang.

"Después de que la policía allanó mi casa, el Comité de Residentes empezó a acosarnos con regularidad y a presionarnos para que renunciáramos a nuestra creencia en Falun Dafa. Nos amenazaron y dijeron que si no renunciábamos a nuestras creencias, mi hermana mayor perdería su trabajo y a mí no me dejarían ir a la escuela. No tuvimos más remedio que marcharnos e inmigrar a Canadá.

"Hace más de una docena de años que salí de China", dijo Liu Chang. "No me arrepiento de las decisiones que he tomado".