(Minghui.org) Soy psiquiatra y trabajé a tiempo parcial después de graduarme desde que mi bebé era pequeño. La práctica de Falun Dafa purificó mi cuerpo y mi mente. Trabajé de todo corazón, siguiendo los principios de Falun Dafa y manteniendo recto mi corazón. A veces, cuando las cosas parecen demasiado difíciles, siempre hay un resquicio de esperanza que me aguarda.

Cuerpo purificado, energía aumentada

Desarrollé una terrible alergia estacional cuando me mudé a una ciudad del Medio Oeste. Al principio no me di cuenta de que era una alergia y pensé que sólo estaba estresada por el trabajo. No podía dormir, me sentía mareada y tenía dificultad para respirar por la noche. Con los años, los síntomas empeoraron, de un mes al año a dos meses al año. Ningún medicamento funcionaba. Necesitaba acupuntura casi a diario para poder dormir tumbada.

Cuando hacía los ejercicios de Falun Dafa, sobre todo la meditación, tenía que ponerme una toalla grande delante, porque la nariz me goteaba como un grifo. Mi alergia desapareció ese mismo año. Hasta el final de la temporada de alergia no me di cuenta de que ya no tenía alergia.

De niña estaba mal alimentada y tenía anemia. Estaba cansada todo el tiempo, incluso con diez horas de sueño. En la universidad siempre tenía que hacer una siesta porque, si no, las clases de la tarde eran un suplicio. Cuando empecé a practicar Dafa, noté que mi nivel de energía mejoraba notablemente. Ahora duermo seis horas por noche y no me siento cansada durante el día. ¡Imagina cuánto se ha prolongado ya mi vida!

Desde que comencé a cultivarme, casi nunca me pierdo los ejercicios matutinos. Para mí, es como si mi cuerpo fuera a otra dimensión para ajustarse, alinearse y purificarse. Después me siento con tanta energía que no me los perdería por nada del mundo.

Otro fenómeno interesante después de una buena sesión de ejercicio es que me salen ronchas enormes por las piernas. Pican y enrojecen, pero suelen remitir a los pocos minutos.

Mi cuerpo se purificaba de vez en cuando, sobre todo a través de dolores de cabeza, fiebre y dolores corporales. Normalmente ocurría los fines de semana o los días que tenía libres.

Manejar con calma una gran tribulación

Después de graduarme, decidí trabajar a tiempo parcial. Al cabo de tres años, el hospital donde trabajaba cerró todas sus consultas externas. Como estaba pluriempleada en otro centro comunitario de salud mental, hablé con el director médico de allí (al que conocía desde que era residente) y le dije que sería una buena opción para ellos. Aceptaron hacerse cargo de la clínica y todos conservaron sus puestos de trabajo. El Dr. Dan (alias), para quien había trabajado durante tres años, pasó a ser el director de la clínica y yo seguí trabajando allí a tiempo parcial.

Dado que la agenda del Dr. Dan estaba llena y no podía aceptar nuevos casos, me hice cargo del 90% de los nuevos pacientes desde que llegué a la clínica. Creo en el tratamiento de la causa raíz y me propongo tratar el síndrome. Hago una evaluación exhaustiva de cada nuevo paciente, no sólo de sus síntomas actuales. Me remonto a sus años de adolescencia o incluso antes. Recopilo sus antecedentes familiares, de consumo de sustancias y de traumas, así como su respuesta a diversos medicamentos en el pasado para dar un diagnóstico preciso. Al tratar el síndrome, la mayoría de los síntomas remiten. El paciente no sólo se recupera, sino que se mantiene bien.

La realidad demostró que era una buena táctica. Puede que al principio tuviera nuevos pacientes que requerían un seguimiento riguroso, pero al final mejoraban y sus síntomas se estabilizaban. Mientras siguieron tomando la medicación y se mantuvieron alejados de cualquier sustancia, la mayoría de ellos pudieron llevar una vida sin síntomas. Eso abrió mi agenda.

El Dr. Dan no creía que fuera posible que una recién licenciada hiciera esto: No tenía pacientes en crisis y atendía al 90% de los pacientes que llegaban. Aunque trabajaba a tiempo parcial, generaba la mayor parte de los beneficios de la clínica.

Fue justo que empecé a practicar Dafa cuando el doctor Dan decidió cuestionarme. Presentó una queja en el centro principal sobre mi patrón de práctica. El anterior director médico vino, sacó al azar 50 de mis historiales y los revisó. Me dio una excelente crítica: "Si yo fuera ella, haría lo mismo". Pero, de algún modo, el Dr. Dan y el nuevo director médico hicieron caso omiso de la revisión y me despidieron.

Ante una tribulación tan repentina y grave, supe que algo no iba bien. Sentí que debía aclarar las cosas. Así que concerté una cita con el director general de la empresa y le expliqué los fundamentos de mi práctica médica y mis preocupaciones. Como él no era médico, respaldó la decisión de dejarme marchar en el Día Nacional del Médico de 2006. Cuando estaba frente a un grupo de personas y me preguntaron qué tenía que decir, les pedí que escribieran textualmente lo que dije a continuación:

"Usted cargará con toda la responsabilidad de su decisión y acción. Sin mala praxis, sin quejas de los pacientes, y sin un solo error cometido en la atención al paciente, usted me liberó de mi deber basándose completamente en sentimientos subjetivos, no en hallazgos objetivos. Si algo les ocurre a mis pacientes, usted cargará con toda la responsabilidad".

Mi familia se sorprendió de lo tranquila que estaba. Sabía que iba a estar bien. Sólo tenía que dejar de lado la mentalidad de enfrentarme a ellos. Muchos amigos me animaron a demandar a la empresa por discriminación y agravio. Pero pensé que, puesto que ahora era una practicante, no se trataba de un simple asunto de una persona contra otra, sino de una forma de persecución. Si realmente estaban manipulados por las viejas fuerzas para perseguirme, ellos eran las víctimas, no yo. No necesitaba perder el tiempo vengándome.

Sabía que era una prueba, una prueba importante. Pero tenía a Shifu y el Fa para guiarme. Intensifiqué mi estudio del Fa y seguí llevando la vida con la mayor normalidad posible. Mi marido estaba más preocupado y ansioso. ¿Qué pasa con el pago de la casa, qué pasa con nuestros tres hijos pequeños (de 7, 4 y el bebe de 6 meses)? Me negué a dejarme llevar por los pensamientos negativos. Le consolé y le dije que no se preocupara. Mientras tanto, empecé a buscar trabajo.

Sentí pena por la persona que inició esto. Su envidia e inseguridad fueron aprovechadas por las viejas fuerzas. Seis meses después, la clínica cerró definitivamente.

Otra puerta se abre

Unas dos semanas después de dejar la clínica, un hospital situado a menos de seis kilómetros de mi casa me hizo una oferta. Había llamado al hospital unas semanas antes de quedarme sin trabajo. Este hospital se fundó en 2004 y lo llamaron "el santuario de la curación". Es un hospital médico sin servicios psiquiátricos. Cuando llamé, la operadora me puso directamente en contacto con el director general y me entrevistó esa misma semana.

Hablamos durante más de dos horas. Exclamó que nunca había visto a nadie que encajara tan bien en el perfil como yo. Tengo muchas especialidades y también practico la medicina china. "¡Eres un soplo de aire fresco!". Prometió agilizar el proceso. Empecé a trabajar como enlace de consultas psiquiátricas para el hospital ¡un mes después de dejar la clínica anterior!

También pensaba en abrir mi propia clínica. Sólo con ese pensamiento, mi colega me llamó. Ella abrió su propia clínica dos años antes y me enseñó cómo hacerlo. En un mes monté mi propia clínica. El entorno era precioso. Al otro lado de la gran ventana había un gran jardín de rosas. Todo iba tan bien... ¡como si estuviera predestinado!

La gran habitación era espaciosa, y al final la utilicé para mi clase de Falun Dafa. Aclaré la verdad a los administradores sobre Falun Dafa. Les impresionó que diera clases gratuitas los fines de semana. Ayudaron a difundir la información en boletines y periódicos locales durante varios años.

Ese año no sólo no sufrí ninguna pérdida económica, sino que mi tiempo se hizo más flexible y pude llevar a cabo más proyectos de Dafa. Nunca he hecho publicidad de mi clínica y no tramité ningún seguro. La mayoría de mis pacientes vienen por el boca a boca. Hace 17 años que fundé mi clínica y sigue floreciendo.

Una vez acogí a una paciente muy enferma con un trastorno del estado de ánimo y un trauma grave. Pero era una luchadora. No sólo se negó a recibir una incapacidad, sino que además trabajaba mientras iba a la universidad. Tras la evaluación, le expliqué a fondo su enfermedad y el plan de tratamiento. Al salir lloró: "La gente como tú es la que da esperanza a los demás". Lleva años sin síntomas, viviendo como los demás. Pero no puedo atribuirme ningún mérito. Fue Dafa quien me guió para ser quien soy ahora.

Años después, el Dr. Dan y yo coincidimos en una conferencia. Me miró sorprendido. Le estreché la mano y le puse al día sobre mi trabajo y mi vida. Le impresionó lo bien que me iba con mi propia clínica. Se sintió visiblemente aliviado de que tomara la iniciativa de hablar con él. Tomé su tarjeta de visita y más tarde le envié la información sobre Shen Yun.

A lo largo de estos años de cultivación, he prestado más atención a deshacerme de la mentalidad competitiva. Ahora puedo manejar situaciones difíciles con calma en lugar de reaccionar de forma desproporcionada. Vigilo atentamente cada pensamiento que tengo, no me dejo llevar por ningún pensamiento negativo y me atengo a los principios del Fa tanto en mi vida como en mi trabajo. Soy humildemente consciente de que en toda mi vida he querido hacer diferentes cosas y que es Shifu quien ha estado cuidando de mí y ayudándome a realizar mis deseos todo el tiempo, incluso antes de practicar Dafa.

(Artículo seleccionado para celebrar el 24º Día Mundial de Falun Dafa en el sitio web de Minghui)