(Minghui.org) Además de lavar el cerebro a las practicantes de Falun Dafa encarceladas en un intento de obligarlas a renunciar a su fe, los guardias de la Prisión de Mujeres de la provincia de Sichuan también sometieron a las reclusas no practicantes a sesiones regulares de lavado de cerebro, con el fin de mantener la lealtad de las reclusas al Partido Comunista Chino (PCCh) y hacer que se pusieran del lado del régimen en la persecución a Falun Dafa, disciplina espiritual reprimida desde 1999.

El lavado de cerebro de las reclusas incluye obligarlas a cantar "canciones rojas" para alabar al PCCh, a jurar lealtad absoluta al PCCh y a estudiar la historia falsa que glorifica al PCCh.

1. Canta canciones rojas siempre que puedas

Además de tener que cantar canciones comunistas antes de las sesiones de lavado de cerebro en grupo dos veces por semana, las internas tenían que cantar canciones alabando al PCCh al menos 12 veces al día. Los guardias les hacían cantar cuando se reunían en el vestíbulo antes del trabajo, antes de salir del pabellón, al ir y volver del taller, antes de volver a sus celdas y cuando pasaban lista.

Cuando los guardias torturaron y ordenaron a las practicantes de Falun Dafa que renunciaran a su fe, les hicieron criticar la práctica y cantar dos canciones rojas hasta que quedaron satisfechos.

2. Juramento de lealtad absoluta al PCCh

Los guardias hacen que las reclusas juren y prometan lealtad al PCCh en cada festividad, como el Año Nuevo, el Festival del Dragón, el Festival de la Luna, el Día Nacional y los aniversarios del PCCh. Las reclusas tenían que levantar el puño delante de la bandera roja del PCCh y jurar que "lucharían por el comunismo toda su vida" o que "darían su vida por el PCCh". Estos términos procedían del juramento que hacían los miembros del PCCh cuando ingresaban en el Partido.

3. Lavado de cerebro con historia falsa para glorificar al PCCh

Los guardias celebraban sesiones de lavado de cerebro dos veces por semana en nombre de la educación de las reclusas. Los martes, les hacían estudiar contenidos que glorificaban al PCCh y encubrían sus crímenes. Calificaban todas las opiniones contrarias al PCCh de intentos de las fuerzas antichinas del extranjero de subvertir el régimen.

Las sesiones de lavado de cerebro de los jueves estaban dirigidas específicamente a las practicantes de Falun Dafa. Los guardias difamaban la práctica y a su fundador, y obligaban a las practicantes a escribir "informes de pensamiento". Si el contenido de los informes no era del agrado de los guardias, las practicantes eran sometidos a tortura.