(Minghui.org) Soy oriundo de China y me trasladé a Estados Unidos hace 10 años con mi familia.

Durante nuestro primer año en Estados Unidos, los practicantes de Falun Dafa nos ayudaron a adaptarnos al nuevo entorno. Un practicante nos llevó a las reuniones locales y al lugar de práctica de ejercicios, y nos ayudó a solicitar el estatus de refugiados. Nos familiarizó con el estilo de vida estadounidense, lo que nos permitió adaptarnos a la cultura y el entorno locales.

Pero empecé a tener conflictos con algunos practicantes. Como no dominaba el inglés y no entendía la cultura estadounidense, algunos practicantes no querían trabajar conmigo. Incluso decían que yo perturbaba el entorno de cultivación local. No me medía con los estándares de un practicante. Por el deseo de protegerme, evitaba trabajar con los practicantes que tenían una opinión negativa sobre mí. Con el tiempo, solo trabajaba con mis familiares o participaba en proyectos que podía completar de forma independiente.

También tuve dificultades en mi vida diaria. Sentía que los no practicantes parecían menospreciarme porque no sabía hablar inglés. Teníamos que llevar una vida sencilla debido a nuestra situación económica. No veía estas dificultades desde la perspectiva de un cultivador. En cambio, me empeñé en obtener un diploma estadounidense y encontrar un buen trabajo. Quería utilizar mi éxito en la sociedad común para demostrar que era capaz de adaptarme a un entorno extranjero.

Durante este periodo, tuve muchos conflictos con mis familiares. No me comunicaba con ellos y me negaba a escuchar su opinión.

Después de años de duro trabajo, por fin obtuve un diploma americano y encontré un buen trabajo. Sentí que por fin pertenecía a la clase media y a la sociedad estadounidense. Me sentía orgulloso de mí mismo.

El año pasado, tuve un fuerte yeli (karma) de enfermedad. Al afrontar una prueba de vida o muerte, me di cuenta que la fama y el dinero no tenían sentido. Lo único de lo que no podía desprenderme era de la cultivación. Me sentí muy mal por el precioso tiempo que había perdido.

Un día, mientras enviaba pensamientos rectos, vi una escena a través de mi tercer ojo: Una bola negra gigante colgaba en el universo oscuro. Debajo de la enorme bola había muchos pequeños seres esféricos blancos. Estos seres esféricos blancos estaban separados pero trataban de fusionarse en uno solo. Luchaban contra la enorme presión de la bola gigante que tenían encima e intentaban formar una red. Estos seres esféricos blancos representaban a los practicantes de Dafa. Sentí sus pensamientos rectos y su fe. También sentí su dolor y su lucha.

La imagen duró dos segundos, pero de repente entendí por qué muchos practicantes tenían diversas nociones y apegos humanos. Independientemente de su nivel de cultivación, los practicantes tratan de formar un todo para luchar contra la persecución de las viejas fuerzas, ayudar al Maestro a rectificar el Fa y salvar a los seres conscientes.

Dejé de guardar resentimiento a las personas que me maltrataban. Supe que todas las dificultades que encontraba eran oportunidades para mejorar. Como todos tenemos el mismo objetivo, deberíamos ser capaces de cooperar. Decidí cambiar y cooperar incondicionalmente con mis compañeros practicantes para salvar a los seres conscientes.

Me di cuenta que cuando nuestra familia huyó de la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) y vino a los EE. UU. con mucha dificultad, mi nivel de xinxing era demasiado bajo. Cuando afrontaba conflictos, no sabía mirar hacia dentro. Pensaba que no discutir en la superficie era suficiente. Miraba hacia fuera y utilizaba métodos humanos para resolver los problemas.

Al leer las enseñanzas y recibir la iluminación compasiva de Shifu, ya no me importó quién tenía razón y quién no. Podía entender a los demás desde sus puntos de vista. Respetaba los esfuerzos de los demás y comprendía sus dificultades. Incluso si alguien hacía algo mal, podía pensar desde la perspectiva del Fa. Sabía que me encontraba con ciertas cosas porque tenía un apego.

Cuando fui capaz de medirme según el Fa, sentí mucha paz. Cuando cambié mi mentalidad, me relajé y dejé de estar a la defensiva. Me volví más tolerante. Cuando no estaba de acuerdo con los demás, aprendía a escuchar su opinión y a mirar hacia dentro. Me comuniqué abiertamente con mis familiares y pudimos ayudarnos mutuamente desde la perspectiva del Fa.

Mi familia y los demás practicantes dijeron que me volví positivo y que era como otra persona. Cuando promovía Shen Yun, siempre seguía los principios del Fa, ya fuese trabajando con practicantes o interactuando con no practicantes. Ayudaba siempre que podía. Era entusiasmado, pero no agresivo.

Mi mejoría marcó una diferencia. En el pasado, cuando veía conflictos entre los practicantes, no miraba hacia adentro para averiguar por qué veía estos problemas. Como comparaba los defectos de los demás con mis puntos fuertes, ni siquiera podía entender por qué algunos practicantes tenían este y aquel apego. Cuando esperaba que surgieran conflictos, solía marcharme para evitar posibles discusiones.

Decidí seguir el curso natural, como nos enseñó el Maestro, y no evitar los conflictos. Cuando surgía un conflicto, me recordaba que soy practicante de Falun Dafa. Si me movía, miraba hacia dentro e identificaba mis apegos. Pasé más tiempo leyendo las enseñanzas del Fa. Me medí con los principios del Fa, me corregí y eliminé el apego.

Shifu dijo:

“Los conflictos de los Dafa dizi surgen por el bien de su cultivación y de la validación del Fa. Aunque dentro se llevan corazones humanos, el corazón de ostentación, el apego personal, y esos factores que quieren validarse a sí mismos, ellos saben, que una vez que los descubren, los corregirán” (Exponiendo el Fa en el Fahui de la capital de los Estados Unidos, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. VII).

“Yo espero que los conflictos entre los Dafa dizi sean menos, cuanto menos mejor. Cuando ese tipo de conflictos son los menos posibles es porque todos pueden mirar internamente, cuando los conflictos surgen pueden estar alertas, y así surge este ambiente” (Exponiendo el Fa en el Fahui de la capital de los Estados Unidos, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. VII)

En el pasado, no entendía lo que el Maestro nos enseñaba en la conferencia anterior. Pensaba que los compañeros practicantes deberían ser capaces de cultivarse a sí mismos después de leer el Fa. Sin embargo, no entendía el Fa y cómo el Maestro arregló para que todos practicaran.

Cuando lo entendí, mantuve un estado de ánimo optimista y pacífico. Cuando ocurría algo desagradable, me decía que era una oportunidad para mejorar. Leía las enseñanzas todos los días para mantenerme en un estado diligente con la mente clara.

Shifu dijo:

“Estudia el Fa y obtén el Fa,
comparte en el aprendizaje y comparte en la cultivación,
haciéndolo todo de acuerdo a Él,
si puedes hacerlo así, cultivación será”.

(Cultivación sólida, Hon Yin).

Supe que había venido al mundo humano para cultivarme, y las diversas emociones humanas dejaron de influirme. Decidí que aprovecharía cada momento para cultivarme y mejorar.