(Minghui.org) En tiempos recientes, he disfrutado viendo noticias en Internet con mucho interés, y me volví adicto a ver canales de redes sociales de compañeros practicantes. A veces no me siento bien con esto, pero me valgo de la excusa de que estoy jubilado y tengo más tiempo para ver noticias y enterarme de los asuntos nacionales e internacionales.

Anoche tuve un sueño muy vívido: estaba junto al arroyo que hay detrás de mi casa. El agua del arroyo era poco profunda. Parecía más bien una gran zanja. Estaba de pie al borde del agua con varias personas. De repente se desbordó el río y un torrente de agua con una corriente muy fuerte se dirigía hacia nosotros. Era tan rápido que todos se asustaron y sintieron que estaban en peligro.

Entonces la escena cambió y me vi junto a una zanja de la casa de mi tía. La zanja tenía baldosas oscuras y era preciosa. Yo estaba jugando al borde de la zanja. De repente, pasó un hombre y me dijo que un hombre se había ahogado en aquella zanja. Me sobresalté y me desperté.

Recordé lo que nos dijo el Maestro Li, fundador de Falun Dafa:

“Actualmente hay todavía algunas personas que están muy apegadas a la política de la sociedad y a los problemas que discute la gente común. No se olviden qué estamos haciendo”.

“El camino de miles y miles de dificultades que han transitado, no se tropiecen al final. Aunque algunas personas hacen unas cosas tontas de vez en cuando, sin embargo, los dioses están envidiosos de la denominación de Dafa dizi” (Despierten).

También dijo:

“No importa lo que sea, los Dafa dizi que han atravesado el 20 de julio de 1999, Shifu los atesora a ustedes, una incalculable cantidad de multitudes de dioses los valoran a ustedes, pero ustedes mismos también deben saberse valorar. ¡Despiértense! El camino más difícil ya lo han atravesado, que al final no se vuelque el barco en la zanja apestosa” (Otra vez un palo de advertencia)

Me di cuenta que el Maestro me estaba recordando que no me apegara a las cosas de la gente común ni desperdiciara mi precioso tiempo de cultivación. Nuestra cultivación sigue siendo la prioridad número uno. Solo cuando nos cultivemos bien, tenemos el poder de llevar a cabo nuestras responsabilidades y ayudar a salvar a más personas.

Como verdaderos cultivadores, no buscamos ganancias mundanas ni nos preocupamos por las pérdidas mundanas. Y los asuntos mundanos y la política no deben perturbarnos ni interferir con nosotros. Debemos gastar más energía en hacer bien las tres cosas.