(Minghui.org) Me sorprendí cuando escuché que algunos practicantes están invirtiendo en y/o buscando, una moneda virtual llamada Pi. Todo lo que uno necesita hacer es descargar una aplicación y hacer clic en ella diariamente para obtener esta moneda virtual.

La persona no necesita invertir nada en esta moneda específica. Solo hay que esperar a que la moneda se haga pública y entonces el "dinero" Pi que uno ha obtenido puede cambiarse por dinero real.

La gente corriente que es inteligente sabe que esto es ilusorio, incierto e incluso engañoso. Como practicante que tiene que deshacerse de todo tipo de apegos, ¿cómo puede dejarse seducir por algo así?

En cuanto a las criptomonedas en sí, después de que Bitcoin se hizo famoso, la gente inventó muchas criptomonedas similares. Aparte de Pi, hay Ethereum, Dogecoin, Binance Coin, y muchos otros.

La gente las ha exagerado, haciendo que sus precios fluctúen. Algunos creen que han encontrado una buena oportunidad: comprar barato, vender caro y ganar mucho dinero.

El principal problema de las criptomonedas es que no existe un ancla para su valor. No se las puede valuar.

Además, hay demasiadas plataformas de criptomonedas. Cualquiera con un poco de conocimiento puede desarrollar una nueva plataforma. Las criptomonedas desarrolladas más recientemente no tienen ningún valor.

El tercer problema es que no existen restricciones legales sobre la plataforma. Muchas plataformas desaparecieron justo después de ganar dinero. Los organizadores tomaron el dinero y huyeron.

Muchos países han declarado ilegales las criptodivisas. Sin embargo, no pueden controlar el asunto porque hay demasiadas.

Las criptomonedas no tienen valor intrínseco y suelen comercializarse como un esquema piramidal. Supongamos que una unidad de una criptomoneda se vende a un dólar. Si diez mil personas se unen al juego, de repente se crearán diez mil dólares de la nada. Es como el aire: Puedes tener tanto como quieras. No hay ninguna sustancia real que lo sustente.

Las cosas con valor real no necesitan atraer a la gente para que se una. Cuando alguien encuentra una mina de oro, cuanta menos gente lo sepa, más se beneficia cada uno. Si miles vienen a excavar, no quedará oro. Por tanto, cuando las criptomonedas intentan atraer al mayor número de personas posible, debe tratarse de una estafa.

Algunos practicantes argumentan que no serán engañados puesto que no han invertido nada. Estas personas son exactamente los objetivos. En realidad, es imposible no invertir.

Al principio no te piden dinero. Pero cuando te dan la moneda, cada moneda tiene un valor de 100 yuanes, y puedes comprar una de estas monedas por 10 yuanes. ¿No serás avaricioso y pagarás eso en vez de trabajar para conseguirla?

¿No te arrepentirás si el valor de cada moneda cae más tarde a un yuan? ¿Qué diferencia hay entre esto y apostar en bolsa o jugar? ¿No fluctúa tu corazón con la subida y bajada del precio?

Desde el punto de vista de la cultivación, es cierto que algunos practicantes necesitan dinero porque han sido perseguidos económicamente. Pero este no es un canal adecuado para ganar dinero.

Uno debe ganar dinero con su propio esfuerzo y no obtenerlo sin pagar por ello. Algunos estafadores argumentan que hacer clic a diario en la aplicación para obtener la moneda es hacer un esfuerzo. Esta es una de las formas en que el estafador te estafa. Encuentran la cosa más sencilla que cualquiera puede hacer, algo que requiera el menor esfuerzo, para que tengas una sensación de logro.

Algunos practicantes utilizan la excusa de que están minando esta criptomoneda para ganar dinero para Dafa. El Maestro ha sido muy claro al respecto. En pocas palabras, son los practicantes quienes no renuncian a su apego al interés propio.

Hay un dicho entre la gente común: "Los pasteles de carne pueden caer del cielo", que significa que uno puede ganar sin esforzarse. Siempre hay gente que se cree afortunada: ¿Y si caen del cielo pasteles de carne?

No es posible conseguir algo "gratis", ya que uno tendrá que cambiar su de (virtud) por todo lo que tiene. Sabiendo esto, ¿querrías cambiar tu de por esta criptodivisa?

Dijo el Maestro:

"Esto aplica a cada Dafa dizi: si hoy no fueras un Dafa dizi, habrías sido uno de los grandes magnates del mundo, con montones de dinero. Eso es porque si no fueras un Dafa dizi, tu poderosa virtud –el gigante de que trajiste contigo– habría sido cambiada por una gran cantidad de riqueza. Y eso es cierto para todos ustedes. Pero renunciaste a esa riqueza cuando tomaste la decisión consciente de ser un Dafa dizi. Quisiste ser un Dafa dizi, y renunciaste a esas cosas. Tomaste esa decisión activamente y por tu propia voluntad. Y sin embargo ahora escondes ese poco de dinero. ¿Cómo vas a pagarlo de vuelta? Hoy, en este momento crucial de la historia, con cada centavo y cada cosita se revela el reino, el estado mental y los apegos de un cultivador, y si puede alcanzar la Perfección o no. (Shifu hace una pausa) ¿Qué será de ti?". (Enseñanza del Fa en el Fahui de la Costa Oeste 2015).

Cada uno de nosotros podría ser un gran magnate si no eligiera ser un practicante. Pero, ¿queremos ser un practicante o un magnate?

Qué elegir es una cuestión de valor para una persona ordinaria, pero para un practicante, es una cuestión de si uno renuncia a su apego. Ahora que el tiempo que nos queda para salvar a los seres conscientes es tan urgente, ¿cómo podemos malgastar el tiempo y la energía en ocuparnos de estas cosas que no tienen cabida en una sociedad normal?

Quiero instar a los practicantes que participan en tales actividades a que abandonen la idea de enriquecerse rápidamente. No se puede esperar de ningún modo tener suerte, ya que todo nos viene dado por el Maestro. Sólo se engañan a sí mismos enredando con estas cosas.

Un cultivador debe ganar dinero y ganarse la vida con un trabajo normal. La rectificación del Fa ya está en su fase final. Las viejas fuerzas malignas están haciendo todo lo posible para hundir a la gente.

Los compañeros practicantes deben estar alerta y no caer en estos trucos. Caminen bien cada paso. Así no se estará en deuda con el Maestro, y también se dejará un camino para que lo siga la humanidad futura.