(Minghui.org) Zhou Yuqin, de la ciudad de Hegang, provincia de Heilongjiang, fue condenada por su fe en Falun Gong, disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde julio de 1999. La llevaron a la Prisión de Mujeres de Heilongjiang y ahora la torturan por no renunciar a su fe. Debido a la estricta censura informativa, en el momento de redactar este informe se desconocen los detalles sobre su condena y la duración de la misma.

Detenciones por hablar con la gente sobre Falun Gong

La Sra. Zhou fue detenida el 8 de abril de 2020 tras ser denunciada por hablar con la gente sobre Falun Gong. Durante su detención de 15 días en el Centro de Detención de la ciudad de Hegang, no le dieron ni una almohada para dormir. El retrete de la esquina de la celda daba a dos cámaras de vigilancia vigiladas en su mayoría por guardias varones.

Zhou fue detenida de nuevo entre el 11 y el 13 de diciembre de 2020 y recluida también en el Centro de Detención de la ciudad de Hegang. Días después, la policía la llevó a ella y a otros practicantes al Hospital de Seguridad Pública de Hegang, contiguo al centro de detención, para someterlos a exámenes físicos, incluidos electrocardiogramas, análisis de sangre, análisis de orina, mediciones de la presión arterial, exámenes torácicos, así como ecografías. La policía sólo les reveló los resultados de la presión arterial y mantuvo en secreto el resto de pruebas.

Mientras estuvo detenida, la Sra. Zhou fue encadenada durante varios días tras gritar: "El régimen comunista incriminó a Falun Gong. Falun Gong es una práctica recta".

Ilustración de tortura: Grilletes.

Videos y grabaciones de audio que calumniaban a Falun Gong fueron difundidos en el Centro de Detención de la ciudad de Hegang todos los días a partir del 12 de diciembre de 2020. Se obligaba a los practicantes a hacer saltos de tijera. A los reclusos que permanecían en la misma celda que los practicantes se les prohibía comprar comida o artículos de primera necesidad si los practicantes no renunciaban a su fe.

Torturada en la Prisión de Mujeres de Heilongjiang

La Sra. Zhou fue condenada más tarde y llevada al Equipo 17, División 8 de la Prisión de Mujeres de Heilongjiang alrededor de junio de 2022. Las reclusas la golpearon, la obligaron a sentarse en un pequeño taburete durante largos periodos y la humillaron.

Los guardias nunca intervinieron cuando las reclusas torturaban a las practicantes, a pesar de que podían verlo todo a través de las cámaras de vigilancia. En cambio, las reclusas que perseguían a las practicantes eran recompensadas, ganaban más puntos o veían reducidas sus condenas. También se les daba más tiempo y dinero para llamar por teléfono o gastar, así como más artículos de primera necesidad y comida, y libertad para pasear por la celda. Algunas podían incluso invitar a sus familiares a visitar la celda.

El segundo día después de que la Sra. Zhou fuera llevada a la prisión, la reclusa Dong Xiaofeng le ordenó que fuera al hospital de la prisión para un examen físico, pero ella se negó. A continuación, Dong y otras reclusas arrastraron a la Sra. Zhou hasta el pasillo exterior de la celda y la golpearon y agredieron verbalmente delante de 20 reclusas y algunas practicantes de Falun Gong. Dong empujó a Zhou al suelo y la pisoteó. Mientras la Sra. Zhou luchaba por levantarse, Dong continuó agrediéndola verbalmente. A continuación, Dong la pateó y la arrastró por el pasillo hasta la entrada del pabellón.

Como la Sra. Zhou se negó a ser transformada o a escribir las declaraciones de garantía, Dong y otras reclusas la golpearon y la obligaron a sentarse en un pequeño taburete. También la privaron de sueño, no le permitieron beber agua y le negaron el uso del baño. Dong la obligó a hacer sus necesidades en una palangana de la celda, pero no le permitió arrojar los desechos, para incitar el odio entre las demás reclusas hacia Falun Gong.

Durante el verano, en la pequeña habitación había unas 15 personas trabajando en la fabricación de pestañas postizas. A todas les costaba respirar debido al olor y al calor. La puerta de cada habitación se abría y el olor llenaba el pasillo y la celda. Las que tenían algo de conciencia condenaron la acción de Dong.

A la Sra. Zhou la obligaron a sentarse en un pequeño taburete cuando estaba en el Equipo 17, y Dong y otras reclusas la golpeaban todos los días. A veces, la Sra. Zhou seguía sentada en el pequeño taburete a las 2 a. m. Otras practicantes también eran golpeadas o regañadas en ocasiones.

Recreación de la tortura: Palizas.

Un carro lleno de mantas mohosas fue llevado a la División 8 en 2022. El olor provocó a muchas reclusas dolores de cabeza y náuseas. Las guardias daban las mantas a los practicantes y a las reclusas que acababan de llegar a la prisión. Esta práctica cesó al cabo de un tiempo, pero Dong se llevó las mantas nuevas entregadas a las practicantes recién ingresadas y se las dio a otras reclusas. Las mantas enmohecidas que habían utilizado otras reclusas se entregaban entonces a estas practicantes.

Las practicantes que acababan de llegar o que no habían renunciado a su fe eran llevadas a menudo a la sala de agua, al baño o al almacén para ser torturadas.

A todas las practicantes de la sexta planta se les obliga a ver vídeos que calumnian a Falun Gong o a escuchar charlas de otros seminarios religiosos todos los días, de la mañana a la noche. Todos los días se les obliga a sentarse en un pequeño taburete manteniendo una posición erguida, y se les regaña si cierran los ojos.

Además de la tortura física, a las practicantes también se les priva de las visitas familiares y no se les permite hablar ni mirar a otras practicantes. A veces, las reclusas encargadas de vigilar a las practicantes también son castigadas si estas no siguen las normas de la prisión.

Reclusas implicadas en la persecución a practicantes de Falun Gong

Wang Min, de 60 años y natural de Qiqihar, fue condenada a 14 años por delitos económicos. Se le asignó el cargo de capitana y fue responsable de perseguir a las practicantes que se negaban a ser transformadas o acababan de llegar a la prisión. Sus métodos de tortura incluían la privación del sueño y del uso del baño, palizas y humillaciones.

Yuan Jingfang, de 40 años, fue condenada a cadena perpetua por fraude. No estaba encargada de perseguir a las practicantes, pero participó activamente en la persecución por su cuenta. A veces se hacía pasar por familia de las practicantes para engañar a las recién llegadas. Después de someter a las practicantes a torturas y privarles del sueño, Yuan les llevaba a un lugar y les decía: "Mi abuela también practica Falun Gong. Salía a menudo a repartir folletos e incluso sacó 10.000 yuanes (unos 1.510 dólares) hace unos días para ayudar a las practicantes de aquí. Yo también leo los libros de Dafa y sé que te han hecho daño. He visto que has sido torturada por otras. No puedes ganar aquí, así que ¿por qué soportar todo esto? Vi que no podías soportarlo por más tiempo así que te llamé aquí. No dejes que lo sepan. ¿Por qué no escribes una declaración de garantía y luego escribes una declaración solemne para anular tu declaración después de ser liberada? Piénsalo detenidamente. No digas a las demás lo que he dicho". Algunas practicantes le creyeron y redactaron las declaraciones de garantía. A veces Yuan también preparaba las declaraciones para que las firmaran las practicantes. Luego llevaba las declaraciones a los guardias para obtener sus recompensas.

Fan Xiumei, de 55 años, fue condenada por asesinato. Se encarga de perseguir a las practicantes y les ha golpeado, humillado y maltratado. Incluso algunas reclusas regulares le tienen miedo.

Dong Xiaofeng, de 61 años, fue condenada a muerte con indulto por fraude. Participó activamente en la persecución a practicantes y ha golpeado, humillado y maltratado a practicantes. También les ha obligado a asistir a sesiones de lavado de cerebro.

Zhang Yanjie, 62 años, de Harbin, fue condenada a cadena perpetua por fraude. Ha participado activamente en la persecución a practicantes. Hace unos años, era la encargada de limpiar los baños y no permitía que las practicantes los utilizaran libremente. Para evitar que las practicantes hablaran entre ellas, las reclusas también les obligaban a utilizar el baño a horas diferentes.

Las ancianas, en particular, necesitaban ir al baño por la mañana, pero Zhang fregaba el baño lentamente para impedir que lo utilizaran. También les acusaba de tener barro en las suelas de los zapatos, salpicar agua en el suelo o utilizar el baño durante demasiado tiempo. A veces informaba de ello al capitán del equipo para que este castigara a las practicantes.

Li Miao, de unos 40 años, fue condenada a cinco años por tráfico de tabaco. Se convirtió en la capitana de la celda 510 tras trasladarse del equipo 19 a la quinta planta del nuevo edificio.

Qi Xin, de unos 30 años, fue condenada a 13 años por fraude. Inicialmente pertenecía al Equipo 10, pero en 2021 fue transferida al Equipo 15, del que llegó a ser capitana. Qi siempre ha estado implicada en la persecución a practicantes. Cuando estaba en el Equipo 10, a menudo denunciaba a las practicantes para que fueran castigadas. Una vez vio a dos practicantes saludándose en el vestíbulo y gritó que habían hablado. Fueron reprendidas delante de todo el mundo y de nuevo por sus respectivos capitanes al volver a sus celdas.

Shao Xiuping, de 55 años, fue condenada a cadena perpetua por asesinato. Fue nombrada capitana de la celda 612 tras el traslado de la prisión a un nuevo edificio.

Persecución anterior a la Sra. Zhou

La Sra. Zhou vive en la ciudad de Hegang, provincia de Heilongjiang. Después de practicar Falun Gong, se esforzó por vivir según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y cambió su mala costumbre de regañar a la gente. Sin embargo, fue detenida en repetidas ocasiones por no renunciar a su fe.

La policía detuvo a la Sra. Zhou en su casa el 15 de agosto de 2011 y la llevó al centro de lavado de cerebro. El subdirector Zhang Zilong se sentó sobre ella, la golpeó brutalmente, le electrocutó los ojos con una picana eléctrica y le aplicó descargas en el interior de los muslos y en las partes íntimas, mientras otro agente la pateaba por detrás. Dijo que si la Sra. Zhou se negaba a renunciar a su creencia en Falun Gong, ordenaría a dos hombres que le quitaran la ropa.

Ilustración de la tortura: Choques eléctricos con varias picanas eléctricas.

A las practicantes recluidas en el Centro de Lavado de Cerebro de la ciudad de Hegang se les obligaba a ver tres veces al día vídeos en los que se difamaba a Falun Gong y a escribir después informes de pensamiento. Si los informes no cumplían los requisitos de los guardias, las practicantes eran golpeadas, sometidas a descargas eléctricas y torturadas. Los guardias les decían sin escrúpulos que en el centro de lavado de cerebro no había derechos humanos. Los guardias también grabaron vídeos de practicantes que accedían a renunciar a Falun Gong y luego los utilizaron para lavar el cerebro a otras practicantes.

La Sra. Zhou fue denunciada el 20 de octubre de 2016 mientras distribuía calendarios que contenían información sobre Falun Gong, y posteriormente detenida. Estuvo detenida 15 días en la Estación de Policía de Jiefanglu.