(Minghui.org) Luché con todo tipo de enfermedades después del nacimiento de mi hijo, cuando yo tenía veinte años. Padecía neurastenia, arritmia cardiaca, dolor de espalda, bajo nivel de azúcar en sangre y artritis reumatoide. Me sentía fatigada y mareada. Nada me ayudaba, ni siquiera después de tomar medicamentos durante cuatro años. Me sentía miserable por ser como mi madre, que estaba enferma todo el tiempo.

Además del sufrimiento físico, la tensa relación con mi suegra también causaba conflictos entre mi esposo y yo.

Perdí la esperanza hasta que empecé a practicar Falun Dafa en 1998 por recomendación de una amiga. En menos de un mes, todas mis enfermedades habían desaparecido, incluida la sinusitis que padecía desde la infancia.

Pero a medida que pasaba el tiempo, poco a poco fui aflojando en mi cultivación y me encontré todavía anhelando una buena vida sin darme cuenta de mis diversos apegos humanos.

En 2015, presenté una demanda contra Jiang Zemin, ex jefe del Partido Comunista Chino, por iniciar la persecución de Falun Dafa en julio de 1999. Cuando la policía se enteró, me arrestó y allanó mi domicilio. Tras permanecer una semana en un centro de detención, me dictaron una orden de detención formal.

Sólo entonces desperté y me di cuenta de que mi cultivación iba por mal camino. Busqué en mi interior y descubrí todo tipo de apegos: buscar la comodidad, perseguir fama y ganancia, ser competitiva, albergar resentimiento, presumir, ser celosa y tener un fuerte sentimentalismo.

Me tranquilicé, dejé de pensar en cuánto tiempo estaría detenida y decidí tomármelo como una oportunidad para cultivarme. Concentré mi energía en memorizar el Fa, enviar pensamientos rectos y hablar con la gente sobre Dafa.

Enviando pensamientos rectos

Enviaba pensamientos rectos unas veinte veces al día, al comienzo casi cada hora. Cuanto más lo hacía, más agudo era. Podía despertarme cinco minutos antes del comienzo de cada hora y volver a dormirme después de enviar pensamientos rectos durante quince minutos. Si estaba de guardia durante dos horas, enviaba pensamientos rectos durante dos horas seguidas.

Enviaba pensamientos rectos para que se eliminara el mal detrás de cualquier agencia gubernamental que estuviera a cargo de mi caso. Mi visión celestial reveló que las fuerzas del mal en otras dimensiones parecían un gran árbol de metal mientras mi caso estaba en la estación de policía local. El árbol no se movió durante varios días. No me desanimé y continué enviando pensamientos rectos.

Después de que mi caso fuera trasladado a la procuraduría, vi con mi ojo celestial un gran equipo metálico de seis pisos de altura con un sistema de engranajes y un pilar metálico en el centro. Intuí que se trataba del meticuloso mecanismo de las viejas fuerzas. Pero yo tenía el poder sobrenatural de Dafa que el Maestro me había otorgado. Estaba decidida a negar a las viejas fuerzas y no les temía.

Enviando pensamientos rectos constantemente, sentí que mi campo se aclaraba día tras día.

Memorizando el Fa

Memorizaba el Fa todos los días cuando nos obligaban a permanecer sentadas durante largos periodos de tiempo. Lamenté no haber estudiado y memorizado suficiente el Fa en el pasado. Sólo podía estudiar y memorizar el Fa con los compañeros practicantes por la noche.

Más tarde, la compañera practicante Yuan fue asignada a mi celda. Ella había memorizado muchas enseñanzas del Fa. Aprendí el Fa de ella por la noche y lo memoricé durante el día. Aunque fue duro, me sentí satisfecha. A menudo sentía una energía cálida recorriendo todo mi cuerpo. Tropecé en mi cultivación debido a mi flojera pero el Maestro no abandonó a su discípula, aún me protegía y me apoyaba. Varias veces sentí que el Maestro venía a verme, de pie en el pasillo. Estaba rodeada de la compasión del Maestro.

Salvando a la gente

Utilizaba todo el tiempo libre que tenía para aclarar la verdad a las demás prisioneras en la medida de lo posible. Cuando fueron testigos de mis palabras y mis actos y reconocieron que yo era una buena persona, se mostraron dispuestas a hablar conmigo. Casi el noventa por ciento de ellas aceptaron renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas.

Yan era una agricultora de unos cincuenta años, honesta y amable. Su familia pasaba apuros económicos. Trabajaba en un restaurante durante la temporada baja de la agricultura para ganar un dinero extra, pero el cocinero y otros la acosaban. Se vengó del cocinero escondiéndole su patineta eléctrica. Él estaba muy preocupado. Cuando ella se tranquilizó le dijo dónde encontrarla. Después de encontrar la patineta denunció a Yan por robo.

Una drogadicta maldecía a Yan cada vez que se enfadaba. Yan se asustaba, pero no tomaba represalias. Suspiraba y se preguntaba por qué la acosaban en todas partes. Le conté el principio de "quien no pierde, no gana" y le gustó mucho.

"Nadie me había dicho nunca esas cosas".

"Cuanto más te disguste [la drogadicta], más te maldecirá. La próxima vez que te maldiga, devuélvele la sonrisa".

Hizo lo que le dije. La drogadicta sonreía cuando veía sonreír a Yan. También dejó de maldecirla.

También insté a Yan a que recitara diariamente las frases benéficas "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Me dijo que no la habían detenido en vano y que estaba agradecida por haber aprendido algo tan valioso.

El Maestro vio que yo tenía corazón para salvar a la gente, así que arregló la manera para que yo salvara a más. El centro de detención a menudo trasladaba a los detenidos a otros recintos, así que pude llegar a más personas. Durante los más de diecinueve meses que estuve detenida, convencí a unas doscientas personas para que renunciaran al PCCh y sus dos organizaciones juveniles.

Pero la compañera de práctica y yo nunca nos separamos y siempre nos trasladaban a la misma celda. Aprendí de ella muchas enseñanzas del Fa y aprecié mucho su ayuda.

Resistiendo la persecución

Dos veces al día podíamos salir al patio para realizar actividades al aire libre. Había bailes de plaza y otras prácticas de qigong. Cuando nos negamos a aprender otro qigong y nos mantuvimos firmes en Falun Gong, los guardias no nos permitieron comprar artículos de primera necesidad, como papel higiénico, toallas sanitarias y shampoo. También nos obligaban a permanecer de pie día y noche durante dos horas seguidas. A las otras internas se les prohibía prestarnos artículos de primera necesidad o incluso hablar con nosotras.

Como continuábamos negándonos a cooperar, los guardias empeoraron las cosas. Se llevaron la comida, los utensilios, los vasos y los artículos de primera necesidad de las demás reclusas. Algunas detenidas empezaron a insultarnos. Algunas nos suplicaban que cooperáramos con los guardias. Otras descargaban toda su ira contra nosotros.

En ese momento sonó el silbato de reunión de emergencia y todos se quedaron en la puerta de su celda, sin saber lo que sucedía. Todas estaban nerviosas.

Entonces vimos pasar a una practicante por el edificio. Los grilletes que arrastraba hacían un ruido ensordecedor. Los guardias la hicieron parar en cada celda y dijeron: " Ella promovió Falun Gong aquí y violó nuestras reglas. Será mantenida en confinamiento solitario con grilletes durante una semana. Espero que todos aprendan la lección.” Tomé la decisión de que, aunque me llevaran a confinamiento solitario, no practicaría otro qigong. Esa tarde, le dije a una guardia. "Me encerraron aquí por practicar Falun Gong, así que seguiré practicándolo mientras esté aquí".

Cuando me dijeron: "Hemos organizado estas actividades de qigong para tu salud. Si no participas, es una violación del reglamento", pedí hablar con el director.

El guardia se negó, diciendo: "Pensará que soy un incompetente".

"En ese caso, limítese a castigarme y no implique a las demás".

Se puso furiosa y me dio un turno extra en la noche.

La mayoría de las reclusas tenían miedo de estar de pie en el turno de noche y sufrían dolores de espalda y piernas después de estar dos horas de pie. En mi caso, durante ese tiempo emitía pensamientos rectos y recitaba el Fa, por lo que no me molestaba en absoluto. Al pensar en ello ahora, me di cuenta de que incluso este tipo de persecución debí haberla negado.

Defendiéndome

Cuando mi audiencia se acercaba, mi familia se puso en contacto con dos abogados, pero ambos querían declararse culpables por mí. Los despedí y decidí actuar como mi propio abogado.

El centro de detención sólo daba a los practicantes un papel para escribir sus argumentos de defensa; los demás detenidos disponían de papel ilimitado. Los guardias también nos ordenaron a los practicantes que les entregáramos nuestras declaraciones de defensa para su revisión. Yo entregué el mío a una guardia horas antes de mi audiencia. Después de leerlo, lo arrugó y lo tiró al suelo, gritándome: "No sirve de nada escribir así. ¡La sentencia será severa! Tienes que declararte culpable para conseguir una sentencia más leve".

La ignoré y me dediqué a enviar pensamientos rectos toda la mañana. La audiencia prevista para la tarde se canceló. Cuando se llevó a cabo dos meses después, mi familia contrató a otro abogado para que se declarara inocente por mí. Esta vez, pedí dos trozos de papel para escribir mi alegato de defensa, y los guardias accedieron.

Estaba esposada cuando me llevaron a la sala del tribunal. Debido a mis reiteradas peticiones, el juez hizo finalmente una señal al policía para que me quitara las esposas. También me negué a sentarme en un banco metálico de tigre, y lo reemplazaron por una silla de respaldo alto y acolchado.

Mi abogado se declaró inocente por mí. Argumentó que Falun Gong no estaba en la lista de sectas identificadas por las autoridades y que ninguna ley dice que practicar Falun Gong sea un delito.

Añadí que casi todos los practicantes de Falun Gong fueron acusados de violar el artículo 300 de la ley penal, que establece que se perseguirá con todo el peso de la ley a quien utilice una secta para socavar el cumplimiento de la ley. Pero el fiscal nunca explicó qué ley estaba socavado yo ni qué daño había hecho mi práctica a la sociedad. El fiscal no tenía nada que decir. "Demandar a Jiang Zemin es nuestro derecho legalmente protegido", dije.

En mi declaración final, expliqué cómo mis enfermedades desaparecieron practicando Falun Gong y cómo me ayudó a llevar mejor mis relaciones en casa. Insté al juez y al Procurador a que dejaran de participar en la persecución y ayudaran a los practicantes en la medida de sus posibilidades.

Les recordé que siempre se hará justicia. Incluso la nueva "Ley de Servidores Públicos" responsabilizará a los funcionarios gubernamentales de sus fechorías hasta veinte años [incluso después de que se hayan jubilado o hayan dejado su trabajo]. Cuando algún día acabe la persecución, tendrán que afrontar las consecuencias. Hice todo lo posible por aclarar la verdad a los jueces y procuradores, a los que normalmente no tenía acceso.

Aun así, me condenaron a tres años de cárcel. Dos meses después de presentar la apelación, un juez y su asistente del tribunal intermedio vinieron a hablar conmigo.

Les dije: "No sé qué ley he infringido".

"Si no violaste la ley, ¿por qué estás encerrada aquí?", me preguntaron.

"¿Puede decirme, por favor, qué ley he infringido y cómo he perjudicado a la sociedad?".

El juez se quedó sin palabras y su asistente montó en cólera. Me gritó y dio puñetazos a la pared.

Le dije: "¿Qué derecho tiene a enfadarse conmigo? Llevo aquí detenida casi dos años sin motivo. He perdido más de doce kilos. No sé qué ley he infringido. Sólo le pido que me dé una explicación".

Al darme cuenta de que me estaba alterando, me tranquilicé, bajé la voz y dije: "Lo siento. Practico Verdad-Benevolencia-Tolerancia, y no debería alterarme.

"Falun Gong se practica y celebra en todo el mundo, excepto en China, donde es perseguido. Dignatarios de todos los niveles en muchos países del mundo han enviado miles de proclamas y cartas de apoyo a Falun Gong."

El juez no dijo nada, se limitó a escuchar, y el asistente también se tranquilizó. "Después de empezar a practicar Falun Gong, todas mis enfermedades desaparecieron. Guiada por sus enseñanzas, resolví mis conflictos con mi familia política y mejoré mi relación con mi esposo. La familia es el pilar de la sociedad. Si la familia es armoniosa, la sociedad será estable. Los principios Verdad-Benevolencia-Tolerancia de Falun Gong son beneficiosos tanto para las familias como para la nación en su conjunto.

"Espero que cuando lleven casos de Falun Gong, nos ayuden lo mejor que puedan. No sólo nos ayuda a nosotros, sino que también se hacen un gran favor a sí mismo y a su familia".

Al final, el juez preguntó: "¿Qué ponemos en el acta de la entrevista?".

"Se puede decir algo como 'Los hechos no están claros, las pruebas son insuficientes y la ley no se aplica correctamente'".

Dos meses después, un guardia del centro de detención me dijo: "Cada vez que hablo contigo, sonríes. Tienes un carácter fuerte". También me dijo que mi caso había sido devuelto al tribunal inferior para un nuevo juicio.

Dos meses después, la procuraduría desestimó mi caso y retiró la acusación contra mí. Fui formalmente absuelta y puesta en libertad tras diecinueve meses de detención.

¡Gracias, Maestro, por proteger a tu discípula! La persecución fue provocada por mi corazón humano y mis apegos. Cuando me cultivé sólidamente y cumplí con los requerimientos del Fa en diferentes niveles, el Maestro me mostró el poder ilimitado y la bendición del Fa.

El Maestro nos dijo:

“Si se cultivan como al principio, ¡seguramente tendrán éxito!” (“Enseñanza del Fa en el Fahui de San Francisco 2014”)

Tendré presente las enseñanzas del Maestro. En el tiempo limitado que me queda, me cultivaré sólidamente y cumpliré mi misión histórica. Sólo entonces podré corresponder a la compasiva salvación del Maestro.

Este es mi entendimiento a mi nivel. Por favor, tengan la amabilidad de señalar cualquier cosa inapropiada.