(Minghui.org) A medida que avanza la rectificación del Fa, los requisitos para los practicantes son mayores, y estamos aprovechando el momento para hacer bien las tres cosas. Me gustaría compartir mi experiencia de superar las tribulaciones con pensamientos rectos.

Trabajo en un restaurante y utilizo mi tiempo libre en llamar a China a través de la plataforma RTC (Comunicación en Tiempo Real). La plataforma RTC es un sitio web donde los practicantes de Falun Dafa llaman a personas en China para hablarles sobre la persecución y animarlos a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones juveniles.

"Será mejor que vayas al hospital"

En la primavera de 2018, me rasqué la mejilla derecha cuando me picaba. Entonces oí una voz que decía: "No te la rasques". No le presté mucha atención, pero a posteriori pensé que el Maestro Li, fundador de Falun Dafa, me estaba dando una pista. Me miré en el espejo y vi un grupo de ampollas que rezumaban pus.

Al día siguiente me picaba la frente y volví a rascarme. Al tercer día, me salieron ampollas en la mejilla izquierda, la nariz y alrededor de la boca y los ojos. Otra voz me dijo: "Será mejor que vayas al hospital. Esto no es un sarpullido. Es cáncer y puede matarte". Pensé: ¿Estas pequeñas ampollas rojas pueden acabar con mi vida? Eso es ridículo.

La gente me instó a ir al hospital. Ya les había hablado antes de Falun Dafa, y saben que la práctica mejoró mi salud y elevó mi carácter. Miré hacia dentro y encontré muchos apegos, así que envié pensamientos rectos para eliminarlos, así como a los arreglos de las viejas fuerzas. También dediqué más tiempo y esfuerzo a estudiar los libros de Dafa.

Me medí con los principios del Fa y memoricé Hong Yin, Hong Yin (II), Hong Yin III y parte de Hong Yin IV. Finalmente, las ampollas desaparecieron y mi cara volvió a estar lisa.

Todos habían sido testigos de los asombrosos efectos de Dafa. Mi jefe está leyendo ahora Zhuan Falun por segunda vez, y también se lo presentó a sus hermanas.

Superando el resentimiento y el sentimiento de agravio

Cuando el virus PCCh (coronavirus) se propagó por todo el mundo, despertar a la gente se convirtió en la cuestión más urgente. Hice llamadas telefónicas a China todos los días. Aunque mucha gente no contestaba a las llamadas, cada vez que sonaba el teléfono era una batalla entre el bien y el mal en otra dimensión. A menudo me sentía como si saliera del campo de batalla cada vez que terminaba una llamada.

En junio de 2021, me levanté en un estado medio inconsciente. Fui a la cocina y vi una criatura de aspecto despiadado. Me golpeó la pantorrilla con un bate de púas y caí al suelo. Me di cuenta de que me atacaban elementos malignos y pedí ayuda al Maestro. Recité las fórmulas rítmicas para enviar pensamientos rectos. Al cabo de un rato, me despejé y el dolor remitió un poco.

El Maestro dijo:

“…los cultivadores aun más deben descubrir dónde está la razón que aprovecharon las viejas fuerzas, tienen que examinarse y buscar su propio problema” (Enseñanza del Fa en Gran Nueva York 2013).

Al mirar hacia dentro, descubrí mis apegos al resentimiento y un sentimiento de haber sido agraviada.

Después de que el PCCh iniciara la persecución de Falun Dafa en julio de 1999, mi marido y su familia no querían que yo practicara Dafa. Mi marido me golpeaba y me regañaba para que dejara de practicar. Soporté los malos tratos porque sabía que "… a quienquiera que le cae el yeli siente malestar" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

El Maestro arregló que yo participara en el proyecto RTC, así que quería hacer un buen trabajo. Cuando me sentaba delante del ordenador y me disponía a hacer las llamadas, mi marido me tiraba el ordenador o el teléfono. Los arreglaba si se podían reparar, o compraba otros nuevos si ya no tenían arreglo.

En los últimos años he cambiado tres ordenadores y tres teléfonos. Pensé: "Trabajo tanto para ganarme la vida y cocinar para ti, y tú [mi marido] sigues tratándome con falta de respeto. Te habría dejado hace tiempo si no practicara Dafa". Me sentí agraviada y resentida, y las viejas fuerzas se aprovecharon de mis brechas.

Cuando me di cuenta de ello, dediqué más tiempo a estudiar el Fa. Me puse en su lugar y vi las cosas desde su perspectiva. Sentí compasión por él, pues también era víctima de la persecución. Mis sentimientos negativos se fueron debilitando gradualmente.

Una mañana, mi marido se sentó a la mesa y no dejaba de mirarme. Le pregunté qué le pasaba, y me dijo sonriendo: "¡Qué amable eres! Mis amigos me envidian por haberme casado con una esposa tan buena".

"¡Deberías agradecérselo al Maestro!" le respondí. "El Maestro nos enseña a ser buenos, y muchos practicantes lo han hecho mejor que yo".

Mi entendimiento es que cuando nos encontramos con tribulaciones, debemos pensar y actuar con rectitud. Nuestras acciones rectas provienen de nuestros pensamientos, y nuestros pensamientos rectos provienen del Fa. Por lo tanto, debemos estudiar el Fa bien y con más frecuencia.