(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1995. Guiada por los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, me he beneficiado tanto física como mentalmente durante mis 28 años de cultivación. He experimentado muchas pruebas y tribulaciones, pero con pensamientos rectos y la fuerza de voluntad que cultivé en Dafa, he llegado hasta donde estoy hoy. Estoy agradecida con Shifu, el fundador de Dafa. ¡Estoy agradecida con Dafa!

En octubre y diciembre de 1999 fui a Beijing a apelar por justicia para Falun Dafa. Fui arrestada y recluida en un centro de detención en un condado remoto. La mayoría de las detenciones que sufrí terminaron en penas de prisión.

Allí conocí a una practicante que parecía digna y seria. Tenía 27 años, se había graduado en una prestigiosa universidad y tenía un buen trabajo. Tan pronto me vio, me dijo muy solemnemente: "Recita Zhuan Falun". Me sorprendió mucho que hubiera sido capaz de memorizar todo Zhuan Falun. Le dije, avergonzada, que no podía. Ella dijo: "Dudo que seas una discípula de Dafa". Me entristecí y empecé a reflexionar sobre mí misma. Aunque llevaba cinco años practicando, no me había esforzado mucho en estudiar el Fa, y mucho menos en memorizarlo o cultivarme sólidamente.

Los días que pasamos juntas, ella me ayudó mucho. Memorizamos el Fa todos los días, y luego empecé a memorizar Hong Yin. Ella me dijo que me llevara bien con nuestras compañeras de celda, así que me encargaba de lavar el retrete, organizar las cosas y transmitir energía positiva.

Después de escucharme esclarecer la verdad, algunos policías cambiaron su actitud hacia mí y me dijeron: "Otras personas están encarceladas porque el dinero, el amor o la ira pudieron con ellas, pero mira por qué estás tú encarcelada. ¿No es injusto?". Yo respondí: "Me he beneficiado de Falun Dafa y quiero usar mi voz para defender a Shifu y a Dafa. Falun Dafa es lo más recto y lo mejor, y mi Shifu ha sido agraviado. Fue el gobierno el que cometió un error".

"La boca libre de apegos"

Cuando los guardias comprendieron la verdad, me trataron con amabilidad y permitieron que mi familia me visitara. En una ocasión, mi madre alquiló un auto y viajó varios cientos de kilómetros para traerme una olla de estofado de cerdo, cuyo aroma era tan delicioso que las demás en la celda se abalanzaron sobre él y se lo comieron todo. Para alguien que lleva más de 40 días sin comer carne, no hay nada más atractivo que esto. En ese momento, mi mente también se agitó, pero enseguida me di cuenta de mi apego. Recité una y otra vez "... La boca libre de apegos...". (En el Dao, Hong Yin), y de repente el deseo desapareció completamente. Supe que Shifu me lo había quitado. Después de eso, no tuve ningún deseo ni apego por la comida.

En aquel momento, hacía más de 10 °C bajo cero (14 °F) y no había agua caliente. Tenía que romper el hielo para obtener agua para lavarme la cara, y no pude ducharme durante varios meses. Por la noche el viento helaba y los copos de nieve caían sobre nuestros edredones, así que era difícil dormir. En el centro de detención nunca comí carne ni verduras. Cada comida era un cubo de agua salada, con dos o tres hojas amarillas marchitas y arroz mezclado con arena que tenía un olor desagradable y rancio.

Shifu dijo:

“Shifu te conduce a entrar por la puerta, mientras que el xiulian depende del individuo; todo tiene que ver con cómo te cultivas tú mismo. Que puedas cultivarte o no, depende completamente de si tú mismo puedes soportar, si te puedes sacrificar y digerir amarguras”. (Cuarta lección, Zhuan Falun)

Pasé muchas noches en vela recitando una y otra vez este pasaje de las enseñanzas de Shifu. Un día, llegó la noticia de que mi compañera de práctica había sido condenada ilegalmente a dos años de prisión y se la iban a llevar. Ella lloró, y yo también. Fue doloroso y muy perturbador. Me quité la chaqueta acolchada de algodón y se la puse a ella.

El Fa tiene estándares, y el Fa es inmutable e inquebrantable

Me liberaron un mes después. Mis familiares y el director de la oficina cultural donde trabajaba condujeron cientos de kilómetros desde mi ciudad natal para recogerme. Bajo la protección de Shifu, finalmente salí de esa guarida del demonio.

Shifu dijo,

“Si lo haces bien o no, si vas a ser perseguido o no, si lo que haces es recto o no, a qué grado te persiguen, todo tiene relación directa con el camino que transitas por ti mismo y con los asuntos que consideraste con tus pensamientos”. (Qué es un Dafa dizi, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. XI).

El Fa de Shifu me hizo despertar y reflexioné sobre el camino que había tomado. Comprendí la importancia de la cultivación sólida y ya no perseguí ninguna forma superficial. El Fa tiene estándares, y el Fa es inmutable e inquebrantable.

En julio de 2016, me detuvieron por distribuir materiales de esclarecimiento de la verdad e instar a la gente a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. En la estación de policía me interrogaron y me torturaron. Me aferré a la idea de que no cooperaría con ninguna de sus órdenes o instrucciones y que solo haría lo que exige la Ley. Cuando la policía vio que no iba a cooperar, me golpearon violentamente.

Seis policías me golpearon, me daban patadas y me sujetaban por el pelo. Luego me arrastraron a una pequeña habitación oscura, donde me esposaron por la espalda y me inmovilizaron en el suelo, gritándome mientras me encadenaban los pies. Uno de los oficiales dijo: "Si no habla, pónganle el Sombrero". El llamado "Sombrero" es un dispositivo de tortura hecho de hierro. Me lo pusieron y pesaba tanto que no podía enderezar la espalda, no veía nada y me costaba respirar. Solo los escuchaba gritar y protestar, luego cerraban la puerta y se iban.

Empecé a mirar hacia dentro, pero no encontraba la omisión clave en mi cultivación, así que empecé a recitar "Lunyu" una y otra vez. Perdí el equilibrio, me desmayé y perdí el conocimiento. No sé cuánto tiempo estuve inconsciente, pero me despertó el agua fría. Inconscientemente me dije: "Me falta oxígeno". Abrí los ojos y vi a muchos agentes rodeándome, echándome agua en la cara y la cabeza. Vieron que estaba consciente y me llevaron a un vehículo de policía.

Viejas fuerzas, escuchen con atención: "Soy una discípula de Shifu"

Cuando salí del vehículo, vi que me escoltaban cuatro patrullas de policía y ocho agentes. Pensé que me llevaban a un centro de detención, pero lo que veía ahora era completamente distinto. No había ningún cartel en la entrada y estaba fuertemente vigilada. Había varias puertas metálicas, y el punto de "entrega" no era más que una pequeña ventana, lo cual fue muy extraño. Cuatro personas vestidas de médico me sacaron sangre, me tomaron la tensión y me pesaron.

Empecé a sentir pánico, consciente de que la situación era grave. La cruel realidad estaba frente a mis ojos. Sabía que el pensamiento humano sería inútil y no podría resolver nada, así que me rectifiqué, rechacé los pensamientos humanos y envié fuertes pensamientos rectos para disolver a todos los seres malignos. Pedí a Shifu que me fortaleciera. Después de 30 minutos de enviar pensamientos rectos, me sentí muy tranquila, y me envolvió una energía que llenaba todo mi cuerpo.

Dije mentalmente a las viejas fuerzas: "Viejas fuerzas, escuchen con atención: Soy una discípula de Shifu. Ayudo a Shifu a rectificar el Fa y estoy haciendo lo más recto en el universo. Aunque tengo omisiones, me corregiré en el Fa. Solo recorreré el camino arreglado por Shifu, y todos los otros arreglos no me tocarán". Entonces sentí que una poderosa energía reforzaba mi gong y se elevaba hacia el universo.

La policía me arrastró a una habitación acolchada sin ventanas y con solo un pequeño hueco con un ventilador. Me esposaron a una silla. En la mesa de enfrente, una gran pantalla de vídeo reproducía constantemente. No respondí a nada de lo que me preguntó la policía. Finalmente, me ordenaron firmar un documento. Escribí: "¡Falun Dafa es bueno!Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno".

Entonces empecé a aclarar la verdad sobre la "autoinmolación" escenificada en la plaza de Tiananmen y la persecución a Falun Dafa emprendida por Jiang Zemin y el PCCh. Me escucharon muy atentamente, y ni uno solo de ellos dijo nada. Continué contándoles cómo el PCCh persigue lo bueno y derriba lo que es recto, corrompiendo a toda la sociedad y conduciéndola a su decadencia moral. Les dije: "Falun Dafa beneficia al país y a la sociedad. Se practica en más de 100 países y regiones de todo el mundo; el mundo entero dice que Falun Dafa es bueno. ¿No deberían reflexionar sobre ustedes mismos? Hoy utilizaron la maquinaria del Estado para golpearme a mí, una anciana indefensa, y me torturaron brutalmente, dejándome la cabeza llena de sangre y la cara hinchada. ¿Qué delito he cometido? Espero que mi país prospere, espero que su gente viva y trabaje en paz y feliz, y espero que la sociedad sea armoniosa. Entonces, ¿qué delito cometí? Quiero transmitirles la bondad y las bendiciones de Falun Dafa y desearles a ustedes y a todas sus familias felicidad y paz".

En ese momento, dos oficiales empezaron a aplaudir y otro dijo: "Lo que dijiste fue maravilloso". Me liberaron al día siguiente. Bajo la protección de Shifu, ¡salí de la guarida del demonio!

Este resultado inesperado me llenó de confianza en Dafa. Una vez más, fui testiga de las enseñanzas de Shifu:

“Si una persona está completamente en el Fa, nadie puede tocarlo”. (Exponiendo el Fa en San Francisco, 2005)

Este incidente también me hizo reexaminarme y me sirvió como advertencia sobre la seriedad de la cultivación.

Si hay algo inapropiado en lo que compartí, por favor corríjanme.