(Minghui.org) Cuando fui liberada de un campo de trabajo forzado, me aguardaba algo inesperado. Una mujer joven y hermosa llamada Sra. Qing se había presentado en nuestra casa. Mi marido me dijo que era una hermana de su compañero de armas, que vivía en otro lugar. Su marido había muerto en un accidente de auto, y el compañero de armas había llamado y pedido a mi marido que cuidara de la señora Qing y de su hija.
Pensé que, puesto que habían venido a mi casa, no era casualidad. Quería ayudarlas a informarse sobre Falun Gong y la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh). Les dije que Falun Gong es una práctica espiritual que enseña a ser una buena persona de acuerdo con Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Es extraordinaria para curar enfermedades y mantenerse en forma. Yo tenía muchos problemas de salud que los hospitales no podían curar. Probé otras escuelas de qigong, pero ninguna me ayudó. Sin embargo, todas mis dolencias desaparecieron poco después de empezar a practicar Falun Gong. Les dije que no creyeran lo que salía en la televisión, que todo era mentira. Les dije que habría un gran juicio en el futuro y que mucha gente podría morir. También les dije que renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas los mantendría a salvo. Qing renunció al PCCh y su hija renunció a las organizaciones juveniles del PCCh.
Qing y su hija comían en nuestra casa todos los fines de semana. Mi marido cocinaba algunos platos y compraba otros dos en un restaurante. Lo hacía cada vez que venían. Mi familia no estaba bien en aquella época. El Partido había retenido mi pensión durante cinco años porque practicaba Falun Gong. Los anteriores ingresos de mi marido, de 200.000 yuanes (28.000 USD), que habían sido invertidos en Beijing, se perdieron por fraude. Por alguna razón no le habían pagado la pensión. Al ver a Qing, a su hija y a mi marido comiendo alegremente una suntuosa comida, me sentí muy incómoda. Pensé para mis adentros que se trataba de un adversario de otra vida que había venido a cobrarse una deuda.
Shifu dijo:
"El xiulian tiene que tener lugar en medio de esta tribulación para ver si puedes cortar y abandonar o no las siete emociones y seis deseos, y tratarlos con ligereza o no. Si justamente te aferras a esas cosas, no podrás completar tu xiulian. Todos los asuntos tienen sus relaciones causales y predestinadas" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).
Me di cuenta de que tenía muchos apegos, como el resentimiento hacia mi marido y hacia la Sra. Qing, el afecto hacia mi marido, la mentalidad de lucha, la antipatía hacia los demás, la impaciencia y el deseo de cosas materiales. No quería estos apegos y traté de enviar pensamientos rectos para eliminarlos.
Para asegurarse de que Qing y su hija estuvieran bien atendidas, mi marido alquiló un apartamento para ellas en nuestro barrio. Qing no tenía trabajo y se pasaba el día jugando al majiang (un juego de mesa chino). Dependía mucho de mi marido. Venía a menudo a casa cuando yo no estaba, lo que suscitaba rumores en la comunidad. Debido a la degradación de la moral humana, proliferan la pornografía, el juego y las drogas. Yo era consciente de que era una discípula de Dafa que ayuda a Shifu en la Rectificación del Fa, y quería ser quien "detiene a la sociedad de su vertiginosa caída" (Iluminación Universal, Hong Yin (II)).
Tuve una charla con Qing. Le dije: "¿Sabes el mal impacto que has tenido en la reputación de mi marido? Él te cuida tan concienzudamente, pero ¿mereces eso? Sólo tienes 40 años y eres educada. No juegues al majiang, busca un trabajo para poder pagar la educación de tu hija. Eso es lo correcto".
Resulta que un restaurante de enfrente necesitaba una camarera, así que se lo dije a la dueña y le pedí que se presentara. Cuando Qing llevaba un año trabajando allí, encontré un anuncio de trabajo en una tienda de aparatos de gimnasia regentada por coreanos. Qing tiene facilidad para hablar con los clientes y pensé que sería perfecta para ese puesto. Además, estaba bien pagado. Mantuvo ese trabajo y pagó la educación de su hija hasta la universidad. Después, su hija fue profesora de primaria.
Unos años después, la hija de Qing y mi hijo se enamoraron y se comprometieron. Un adversario en el pasado es ahora un pariente político.
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