(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 2012, y estoy eternamente agradecida con Shifu, por haberme rescatado de ser alguien que quería dejar ir la vida y quería terminar con ella, a ser una persona muy feliz y llena de alegría. No esperaba que cuando me sentía totalmente sin esperanzas, la fortuna bajaría del cielo y diera un giro a mi vida. Shifu me salvó de que me enviaran al infierno. Cada vez que pienso en Shifu y en Dafa, lágrimas de gratitud cubren mi rostro.
Shifu dijo:
“Desde ese día que tú emitiste el corazón de xiulian, tu nombre ya fue eliminado del infierno” (“Explicando el Fa en Washington D. C. 2018”).
Atesoro todo lo que Shifu ha hecho por mí, y atesoro las relaciones predestinadas con los compañeros practicantes. Atesoro aún más, a aquellos que no obtuvieron el Fa y todavía sufren. Espero que ellos puedan entender la verdad y ser salvados.
Mi vida miserable
Tuve una vida difícil desde la infancia. Soy la segunda hija de mi familia y tengo tres hermanas. Desde joven tuve mala salud y a menudo sufría dolores de estómago. Por alguna razón, me sentía más enferma cuando llegaba el Año Nuevo chino. Me dolía mucho un lado de la cabeza y me decían que estaba poseída por un espíritu.
Cuando era niña, a menudo veía demonios y fantasmas en otras dimensiones. Algunos iban tras mi vida, otros venían a estrangularme. Eran muy despiadados. A veces venían en grupo. Querían que muriera, pero yo decía que no moriría. Podía verlos cuando cerraba los ojos. Vivía petrificada y con miedo. Como resultado, estaba muy débil y atemorizada.
Además, parecía que en mi familia yo no era importante. Aunque era una buena niña y no me metía en problemas, mis padres me pegaban a menudo sin motivo aparente. En mi joven corazón, no sabía qué era el cariño, qué significaba el amor de los padres ni qué era la buena suerte, ya que todo eso no formaba parte de mi mundo.
Cuando crecí, alguien me presentó a un hombre que más tarde se convirtió en mi esposo. Era cinco años mayor, un poco más bajo que yo y solo medía metro y medio. Era bastante feo y también alcohólico. Aunque yo no estaba de acuerdo, mi madre quería que me casara con él. Así que no tuve más remedio que seguir sus deseos y nos casamos dos meses después.
Después de casarnos, vivimos con mis suegros. Mi esposo seguía bebiendo mucho y hablaba mal de mí todos los días. A veces incluso me pegaba. También tenía aventuras. Cuando llegaba mi cumpleaños, nunca lo celebraba conmigo, decía que solo lo celebraría cuando cumpliera 70 años.
Mi suegra era muy difícil y poco razonable. Mis suegros también me insultaban a menudo. Cuando estaba con mis padres, sufría mucho y tenía que ser muy cuidadosa en todo lo que hacía. Ahora que estaba casada, tenía que ser aún más cuidadosa. En mi día a día, lo único que hacía era trabajar en silencio y cuidar a mis suegros. Sin embargo, seguían mirándome con desprecio.
A los dos meses de embarazo, mi suegro volvió a insultarme. Me sentí terriblemente agraviada y quise acabar con mi vida. Como las personas más cercanas a mí me trataban así, no había nadie en el mundo que se preocupara por mí y me tratara bien. Me faltó valor para seguir con mi vida y decidí acabar con ella. Sin embargo, cuando intenté tomar una sobredosis de medicamentos, fue como si mi suegra lo supiera y regresó sin avisar. Me quitó la medicina e impidió que bebiera lo suficiente para suicidarme.
Sentía tristeza y amargura en mi vida, y me hacía muchas preguntas, como: "¿Por qué vive la gente en este mundo? ¿Por qué he vivido una vida tan difícil? ¿Qué sentido tiene vivir?".
"Era un ave feliz"
Mientras vivía una vida así, me preguntaba cuándo vería el final. Solo tenía treinta y pocos años. A menudo pensaba cómo y dónde morir, si en casa o en el trabajo.
Siempre recordaré el 20 de noviembre de 2012. Había tomado la decisión de terminar con mi vida, y envié un mensaje a mi hermana, diciéndole que no podía vivir más, y le pedí que cuidara bien a nuestros padres. Les dije que no se sintieran tristes. Mi hermana había empezado a practicar Falun Dafa y me dijo: "No puedes morir. Dafa puede salvarte. Iré a tu casa inmediatamente".
Mi hermana vino de fuera de la ciudad para verme a las ocho de la noche. Las dos empezamos a leer Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa. Me sentí estupenda, mi corazón se iluminó y la oscuridad de mi corazón se disipó. Cuando pasaron las diez, nos fuimos a dormir. Cerré los ojos y, al poco tiempo, le dije a mi hermana: "Hermana, ya no veo fantasmas. ¡Se fueron todos! Shifu los ahuyentó a todos". No podía expresar mi felicidad y gratitud con Shifu.
Finalmente obtuve el Fa cuando cumplí 42 años. Dafa me liberó del interminable sufrimiento. ¡Sentí que Dafa era tan maravilloso y asombroso! Todos los años de sufrimiento habían desaparecido. Era como si hubiera soportado incontables dificultades solo para obtener hoy el Fa y tener plena fe en Shifu y en el Fa. Desde entonces, me he transformado de una persona sufriendo muchas tribulaciones a ser la persona viva más feliz. Mi sufrimiento en la primera mitad de mi vida terminó abruptamente porque obtuve el Fa.
Más tarde, mi madre se quedó en mi casa durante unos meses. Estudiamos el Fa e hicimos los ejercicios juntas. Me liberé de las enfermedades, lo que era completamente diferente de antes. Puse todo mi corazón en estudiar el Fa y hacer los ejercicios, y seguí elevando mi xinxing. Tanto en el trabajo como en mi vida personal, experimenté transformaciones positivas. Era un ave feliz, volando arriba y abajo, yendo y viniendo, sin nada que me detuviera.
Al conocer a otros practicantes, empecé a aclarar la verdad
Después de estudiar Zhuan Falun y las nuevas conferencias de Shifu, comprendí que cada practicante tenía una misión que cumplir, y yo no era una excepción. Shifu me salvó, así que supe que debía ayudar a Shifu a salvar a la gente. Una vez intenté aclarar los hechos a una mujer, pero no quiso escucharme. Estaba muy preocupada. ¿Qué podía hacer? No sabía cómo aclarar la verdad y quería encontrar a un practicante que me ayudara.
Usé todo tipo de medios para encontrar practicantes, lo que me costó mucho esfuerzo. En un sueño, encontré practicantes varias veces y estaba muy contenta. Pero cuando me desperté, me di cuenta que solo era un sueño. Le pedí a Shifu que me ayudara a encontrar practicantes.
El 19 de julio de 2017 era un hermoso día. Estaba esperando fuera de un hotel para asistir a una boda. Cerca de mí había una persona mayor de tez sonrosada. Me acerqué a ella y le dije: "¡Hola! Tiene buena salud. Para su edad, puedo ver su tez sonrosada".
Su hija se acercó y me aclaró la verdad. Resultó que todos los miembros de su familia eran practicantes. Le contesté emocionada: "¡Practicantes! ¡Por fin los he encontrado! Yo también soy practicante. Es tan difícil encontrarlos". Se me llenó la cara de lágrimas.
Señaló a dos señoras que estaban cerca de nosotros para mostrarme que también eran practicantes. Las llamó y resultó que ninguna vivía lejos de mí. Una de ellas incluso vivía en el mismo barrio. Por fin había encontrado practicantes. Estaba muy agradecida por el arreglo de Shifu.
Al día siguiente, estudié el Fa con la señora Gu, que era una de ellas. Me cuidaba como una hermana mayor. Cuando terminamos de estudiar el Fa, fui con ella a repartir materiales informativos de Dafa. Unos días después, me llevó al campo para repartir materiales.
La señora Gu me llevó en su motocicleta. Hablamos con todos los que nos encontramos y repartimos material en las casas cuando no había nadie. En poco tiempo, terminamos de repartirlos todos. Ella se preguntó cómo lo había hecho tan rápido.
La Sra. Gu me llevó por toda la ciudad para aclarar la verdad a la gente. Un día habló con un joven de unos 20 años. Yo también necesitaba aclarar la verdad a la gente, y le pedí a Shifu que me diera poder.
Pasamos frente a un taller de reparación de bicicletas y vi a alguien que estaba reparando su bicicleta. Entré a hablar con él y le dije: "¡Hola! La gente está renunciando al Partido Comunista Chino (PCCh) para garantizar su seguridad. ¿Lo has hecho tú?". No lo había hecho. Le pregunté si había llevado antes el pañuelo rojo. Dijo que sí, así que le sugerí que lo dejara para garantizar su seguridad. Le di un seudónimo y le pedí que recordara las frases "¡Falun Dafa es bueno!" y "¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno!". En poco tiempo decidió dejarlo. Sabía que Shifu me ayudaba y me animaba.
Superando las tribulaciones del xinxing
Desde que empecé a practicar, he tenido pruebas de xinxing con mi esposo. A veces lograba superarlas bien, pero otras veces no podía hacerlo. Una vez atendió una llamada y empezó a hablar con una mujer. Intenté persuadirlo de que no hiciera cosas malas, pero me dijo que no me metiera en sus asuntos.
Con frecuencia estaba fuera de casa durante largos periodos de tiempo y no contestaba mis llamadas. Yo estaba muy alterada y no podía controlar mi xinxing. Pensaba en todo lo que me había hecho durante estos años y no podía aceptar ningún consejo de otros practicantes. Estaba deprimida y no podía calmar mi mente para estudiar el Fa. Me dije a mi misma: No quiero vivir más con él. Por nuestra familia, he llevado una vida ahorrativa. Al principio, no tenía trabajo, así que para ahorrar dinero, solo tenía un par de pantalones. Los lavaba y luego me los volvía a poner. Pero él gastaba mucho dinero en otras mujeres. Nuestro hijo ya había crecido, pero a él no le importaba.
No miraba hacia dentro y me comportaba como una persona común. Cuanto más pensaba en eso, más disgustada me ponía. Mi rostro palideció y me costaba abrir los ojos. Creía que estaba a punto de desmayarme. A veces perdía la orientación y no encontraba mi casa. Este estado duró un par de meses.
Con la ayuda de los practicantes seguí estudiando el Fa y compartiendo con otros practicantes, y poco a poco fui despertando. Sabía que no debía abandonar la cultivación por él. Si renunciara a un Dafa tan precioso y difícil de obtener, ¿no habría caído en la trampa del mal? ¿No estaba el mal tratando de destruirme aprovechándose de mis apegos? Me sentí tan avergonzada cuando empecé a mirar hacia dentro. Este sentimentalismo casi arruina mi cultivación. Realmente no valía la pena. ¡¿Acaso mi vida no vino para este Fa?! Después de salir del sentimentalismo, empecé a retomar el camino de ayudar a Shifu en la Fa-rectificación.
Salvando incansablemente a la gente, saliendo sana y salva del peligro
Empoderadas por Shifu, y con la ayuda de la Sra. Gu, lo hicimos cada vez mejor al aclarar la verdad sobre Falun Dafa, salvar a la gente, y distribuir materiales informativos.
Usualmente podíamos ayudar a 12 o hasta más de 20 personas a renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles todos los días. Tomamos el autobús hasta la última parada, para ayudar a las personas con relaciones predestinadas a renunciar a las organizaciones del PCCh.
Un día de 2019, cuando estaba enfadada con mi esposo y tenía la cabeza hecha un lío, nos cruzamos con un hombre de unos 50 años. La señora Gu le aclaró la verdad e intentó darle algunos materiales. Él no solo los rechazó, sino que dijo algo desagradable. La Sra. Gu se alejó rápidamente de él y me hizo señas para que la siguiera. Pero yo no la vi y fui a hablar con él. Le dije: "¡Hola! ¿Puedo darte estos materiales para que los leas? Falun Dafa es la Ley de Buda, es para salvar a la gente".
Se acercó a mí, me agarró fuerte de la mano y me dijo: "¡Ahora no puedes irte!". Usó su teléfono móvil para llamar a la policía.
Le respondí: "Me recuperé de mis enfermedades gracias a la práctica de Falun Dafa. Antes tenía una enfermedad terminal y estuve al borde de la muerte. Falun Dafa me salvó la vida. Yo también quiero que tengas un buen futuro. Para eso estoy aquí". Supliqué la ayuda de Shifu, para que este hombre no creara yeli (karma) y yo escapara del peligro. El hombre me soltó la mano y rápidamente fui a buscar a la señora Gu.
En otra ocasión, repartimos material a un policía vestido de civil. Nos dijo a los dos: "¡¿Aún siguen haciendo esto? Déjenme ver lo que están repartiendo. ¿Saben quién soy? Trabajo en la comisaría". Pero la señora Gu siguió pasándole material.
Le dijo: "Por favor, échele un vistazo. Es bueno que sepa esto".
Él no lo tomó y respondió: "Ya pueden irse". Shifu resolvió otra situación potencialmente problemática para nosotras.
Después de todo esto, empezamos a mirar hacia dentro, a ver qué apegos no habíamos soltado y a determinar cuál era la causa de estas tribulaciones. Estaba atrapada en el sentimentalismo y no me trataba como una practicante. Por lo tanto, no manejaba bien mis asuntos familiares, así que el mal pudo aprovecharse de mí. La cultivación es realmente seria. Solo siguiendo los requerimientos de Shifu puedo salvar a más gente sin enfrentar ningún riesgo para mi seguridad.
Tratando amablemente a mis suegros
Dafa tiene poderes sobrenaturales y puede transformar fundamentalmente a un ser. He sido templada por Dafa, rectificada, remodelada y elevada. Dafa me ha ayudado a salir de las malas relaciones predestinadas del pasado.
Tras intentar suicidarme con una sobredosis de medicamentos, dejamos de vivir con mis suegros. No nos dieron ni un céntimo para ayudarnos y alquilamos una casa.
Logré eliminar el resentimiento hacia mis suegros cuando empecé a cultivarme. Mi suegro estaba débil de salud y tenía un stent en el corazón. Cuando le hospitalizaron, mi esposo y yo fuimos a verle.
Yo había dejado atrás todo el resentimiento que tenía antes, y solo sentía compasión y simpatía por él. Su médico dijo que los vasos sanguíneos que rodeaban su corazón estaban obstruidos. Le aclaré la verdad a mi suegro y le ayudé a renunciar a las organizaciones del PCCh. Le dije que si recitaba las frases "¡Falun Dafa es bueno!" y "¡Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno!", mejoraría.
Se sintió mejor poco después de recitar las frases durante un rato, y le dieron el alta del hospital. Le habían hospitalizado varias veces, y cada vez éramos mi esposo y yo quienes nos hacíamos cargo de sus gastos médicos. En 2020, mi suegro falleció a los 79 años. Ese día, parecía muy tranquilo.
Ayudé a mi suegra a mudarse y se fue a vivir con nosotros. La cuidé mucho y la tranquilicé. Dejé atrás todo mi resentimiento hacia ella y solo pensaba en cómo tratarla bien. Le compraba cosas de vez en cuando. Un par de meses más tarde, parecía haber ganado algo de peso y estaba de buen humor. Mi suegra me dijo: "¡Has cambiado! ¡Has cambiado de verdad! Antes estabas muy enferma. Tenías las manos frías, la cara pálida y los ojos aturdidos. Ahora tienes las manos calientes y estás de buen humor. Es maravilloso".
También dejé atrás el resentimiento hacia mis padres. Aunque no me trataron bien cuando era niña, como hija me preocupaba por ellos. A menudo les enviaba regalos por correo. El año pasado, le compré a mi padre un juego completo de ropa interior costosa, que me costó más de 200 yuanes. Se puso muy contento, decía que eran muy suaves y cómodos. En los últimos años, cada vez que llegaba el Año Nuevo Chino, siempre compraba regalos para mis padres y mi suegra. Independientemente de cómo me hubieran tratado en el pasado, dejé atrás mi odio. Si ellos eran felices, yo también lo era.
Dafa me dio una mente amplia y pacífica, un corazón compasivo y un par de ojos sabios y brillantes. Dafa y Shifu me transformaron completamente. ¡Me elevaré en Dafa!
¡Gracias, Shifu! ¡Gracias compañeros practicantes!
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Categoría: Caminos de cultivación