(Minghui.org) Mi familia practica Falun Dafa desde hace más de 20 años. Dafa cambió el destino de tres generaciones de mi familia y nos da esperanza.

El hermano mayor, salvado de la desesperación

Tengo tres hermanos. Mi hermano mayor padeció espondilitis anquilosante a los 22 años. Cada vez que le atacaba un dolor insoportable, sudaba y a menudo tardaba más de una hora en levantarse. Buscó tratamiento médico por todas partes y tomó varios medicamentos. Incluso intentó practicar qigong, pero nada funcionó. Años de enfermedad hicieron que mi hermano mayor se sintiera desesperado. A menudo miraba al cielo en silencio.

Cuando un practicante le presentó Dafa a mi hermano en 1995, no lo aceptó. Un año después, otro practicante le dio unos libros de Dafa y esta vez los aceptó. Se sintió identificado con los principios tratados en los libros y se hizo practicante de Dafa.

Poco a poco, el color volvió a su pálido rostro y los síntomas de su enfermedad desaparecieron. Recuperó plenamente la salud y la energía. Su milagrosa recuperación convenció a más familiares para que se unieran a Dafa.

Mi anciana madre es bendecida

Mi madre tenía 50 años cuando falleció nuestro padre. Ella siguió criándonos a los cuatro sola. Debido a la mala salud de mi hermano mayor y mi hermana menor, mi madre se agotó física y mentalmente y perdió la esperanza en la vida.

Cuando mi hermano mayor se recuperó de su enfermedad, le presentó Falun Dafa a mi madre. Al principio era reacia a probarlo, pero después de que mi hermano le leyera los libros de Dafa, cambió de opinión.

Mi madre iba a Beijing a apelar por Dafa en 1999 cuando fue detenida. Ella le dijo a la policía: "¡Falun Dafa es el Fa fundamental del universo, y lo practicaré hasta el final!". Bajo la protección de Shifu, la policía la dejó marchar.

A lo largo de los años, mi madre ha practicado con diligencia. Vive según los principios de Dafa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Ahora es octogenaria, pero parece mucho más joven, como si tuviera 60 años. Está sana, enérgica y es capaz de hacer las cosas con rapidez.

Mi abuela de 100 años está sana desde que aprendió Dafa

Mi abuela tiene el comportamiento de una mujer tradicional. Es de buen corazón y nunca ha pegado ni regañado a ninguno de sus hijos.

Tenía 75 años cuando empezó a practicar Dafa. Le volvió la menstruación. Aunque tenía los pies vendados, ya no se sentía cansada después de un largo paseo. Los vecinos estaban impresionados por sus cambios.

Una mañana temprano, mientras dormía, su espíritu abandonó su cuerpo y se alejó cada vez más. Un hombre la detuvo y le dijo que era hora de volver. Entonces mi abuela se despertó. En aquel momento tenía unos 80 años.

Este año, mi abuela ha cumplido 100 años. Todavía oye y ve las cosas con claridad.

Cuñada decide practicar Dafa para evitar lavar los platos

La historia de cultivación de mi cuñada mayor fue de lo más interesante. Un día, estaba lavando los platos sola mientras todos hacíamos los ejercicios. No estaba contenta. Dijo: "Ustedes hacen los ejercicios y yo me quedo sola fregando los platos. Así que yo también practicaré".

Así es como mi cuñada mayor se convirtió en practicante de Dafa.

Mi historia

Sufría dolores de cabeza desde niña. El dolor de cabeza se agudizaba en cuanto empezaba a estudiar. Probé varios tratamientos sin ningún resultado. A los 22 años tuve hidronefrosis por cálculos renales y me debilité mucho. También padecía artritis, faringitis estreptocócica y enfermedades ginecológicas. Tenía un bulto duro debajo del pecho y el médico no podía tratarme.

Empecé a practicar Falun Dafa unos meses después del nacimiento de mi hijo, en el verano de 1997. Ese invierno, mientras me bañaba, me sorprendió ver que el bulto duro había desaparecido.

Un día de la primavera de 1998, de repente me sentí como si tuviera un fuerte resfriado. Me dolían todos los huesos y el insoportable dolor me hizo llorar. Sabía que Shifu estaba eliminando mi yeli (karma) y que tenía que soportar un poco de dolor. Después, todas mis enfermedades desaparecieron.

Para mantenerme a salvo, viví lejos de casa cuando empezó la persecución. Durante ese tiempo, alquilé una casa; tenía un pozo en el patio trasero. Una pareja de ancianos que vivía al lado se sentía desbordada por el dolor todos los días por el suicidio de su hija. Les consolé lo mejor que pude y me ofrecí a ayudarles en todo lo que pudiera. Para agradecérmelo, la mujer pidió a su marido que me trajera agua. Les dije que podía beber agua del pozo de mi jardín. Me dijeron que el agua estaba salada. Tres días después, me sentí mal y dije: "Dios tiene su propio camino. Beberé el agua de mi pozo si eso es lo que Dios ha planeado para mí".

Sorprendentemente, el agua de mi pozo se volvió dulce después de aquel día. Comprendí que este milagro había sido obra de Dafa. Fui a buscar el agua y se la di a probar a mis vecinos. Estaban asombrados de lo dulce que sabía el agua. La milagrosa historia se difundió y muchos aldeanos, incluido mi casero, me preguntaron si podían obtener agua del pozo. Aproveché la ocasión para hablarles de Falun Dafa. Al ver el milagro, muchos de ellos se convirtieron en practicantes.