(Minghui.org) Cuando era estudiante universitario, el profesor Yang nos enseñaba sobre el tema del marxismo. Era una persona muy elocuente, directa y de buen corazón, y a todos nos gustaba mucho.

Después de graduarme, trabajé en la misma ciudad que el profesor Yang, y nos reuníamos a menudo. Más tarde, fue ascendido a jefe de la sección de Marxismo y Leninismo. También fue nombrado jefe del Departamento de Ciencias Sociales y editor jefe de una serie de libros de historia. Se hizo muy conocido en la universidad. Después de jubilarse, el profesor Yang regresó a su ciudad natal en el sur y no nos vimos durante muchos años.

A principios de 2004, justo después de que me liberaron de la detención por practicar Falun Gong, el profesor Yang me hizo una visita inesperada. Me alegré mucho de verle.

Todavía me estaba recuperando de los abusos sufridos en el centro de detención, así que sólo podía charlar con él desde la cama. Miró el reloj y me dijo que acababa de bajarse de un tren y que sólo tenía diez minutos para estar conmigo. Le agradecí su amabilidad.

Entonces me dijo: "Si el gobierno prohíbe que la gente practique Falun Gong, entonces deja de hacerlo. ¿Por qué eres tan testarudo? Antes eras un joven inteligente. ¿Cómo es que estás tan atontado en este asunto?".

"Profesor Yang", dije con una sonrisa. "Estuve atontado la mayor parte de mi vida y sólo recientemente me he vuelto lúcido".

"¿Ah, sí?". Se sorprendió al oír eso.

Entonces cambié de tema y le pregunté qué había estado haciendo últimamente. Me dijo que estaba escribiendo libros y que acababa de terminar con el periodo de Mao y estaba a punto de empezar con los periodos de Deng Xiaoping y Jiang Zemin.

"¿Cómo escribiría usted sobre el incidente del '4 de junio' en 1989 y la represión a Falun Gong lanzada por Jiang Zemin en 1999?". Le pregunté.

"Me limitaré a escribir según lo que el Partido Comunista Chino (PCCh) diga sobre ellos", respondió.

"¡No, no puede hacer eso, si lo hace cometerá un gran error!". Me apresuré a decir.

Me miró sorprendido.

Continué: "El movimiento del 4 de junio fue un movimiento patriótico de los estudiantes contra la corrupción, pero el gobierno lo calificó de 'motín contrarrevolucionario'. ¿Usted cree de verdad, que ningún estudiante fue asesinado en la plaza de Tiananmen de Beijing, como afirma el régimen del PCCh?".

"Bueno, he oído que hubo una represión del movimiento. Investigaré más sobre ello", dijo.

Seguí diciendo: "Falun Gong fue reprimido en 1999, ¡lo que equivale a una grave injusticia!".

Me miró sorprendido: "¿Por qué lo dices?".

"Falun Gong se enseñó al público en 1992, y en siete años, el número de personas que lo practicaban aumentó a más de 100 millones y tuvo un impacto muy positivo en la sociedad. Incluso el informe de investigación presentado al Gobierno central, por Qiao Shi, entonces presidente de la Asamblea Popular Nacional, afirmaba que 'Falun Gong aporta muchos beneficios a la gente sin causar ningún daño'", expliqué.

"¿Sabe usted, que todas las esposas de los siete miembros del Comité Permanente del Politburó de aquella época, incluida la esposa de Jiang Zemin, practicaban Falun Gong y todas habían leído libros de Falun Gong. Todas saben que Falun Gong es muy bueno, excepto Jiang Zemin", continué.

"¿De verdad?". Se sorprendió mucho al oírlo.

"Sí, es verdad. Así que cuando Jiang Zemin propuso en el Comité Permanente del Politburó, reprimir Falun Gong, nadie estuvo de acuerdo con él, porque todos sabían que los practicantes de Falun Gong no habían hecho nada malo y sólo buscaban la libertad de creencia garantizada por la Constitución", continué.

"Ya veo". Suspiró y se quedó pensando profundamente.

Entonces le conté cómo Jiang Zemin tachó falsamente a Falun Gong de secta, inventó rumores malintencionados y calumnió la práctica y a su fundador, y cómo fue que Jiang Zemin utilizó todo el aparato del Estado para perseguir a los practicantes de Falun Gong.

"Innumerables practicantes fueron arrestados ilegalmente, detenidos en centros de lavado de cerebro, enviados a campos de trabajo forzado, condenados a prisiones, y muchos sufrieron crueles torturas y perdieron la vida como consecuencia de ello", le dije.

"Profesor, usted ya debería saber lo que está bien y lo que está mal", proseguí. "Jiang Zemin y el PCCh cometieron crímenes contra la ley, y las personas inocentes que creen en Verdad-Benevolencia-Tolerancia están sufriendo una cruel persecución. ¿No es esto una grave injusticia?".

Por su expresión, me di cuenta de que estaba perturbado.

Entonces me preguntó: "¿Por qué su gente sitió Zhongnanhai [un complejo que alberga las oficinas y sirve de residencia a los dirigentes del PCCh y del gobierno central] en abril de 1999?".

"No estaban sitiando, sino haciendo una apelación pacífica", le dije.

Entonces le conté lo que había ocurrido antes de la apelación. El 11 de abril de 1999, He Zuoxiu, académico de la Academia China de Ciencias, publicó un artículo en Ciencia y Tecnología para los Jóvenes [revista de la Facultad de Educación de la Universidad de Tianjin] titulado "No apruebo que los jóvenes practiquen Falun Gong". En el artículo, repetía cierta propaganda difamatoria inventada por la Televisión de Beijing en 1998, que se demostró era falsa, y la Televisión de Beijing incluso admitió que lo que decían no era cierto.

Algunos practicantes locales de Falun Gong en Tianjin fueron a aclarar la verdad a la Facultad de Educación de la Universidad de Tianjin (FEUT) entre el 18 y el 24 de abril de 1999. Todo transcurrió sin problemas y la FEUT parecía apoyar a Falun Gong en ese momento. Sin embargo, la policía de Tianjin envió a más de 300 agentes antidisturbios entre el 23 y el 24 de abril, y detuvo a 45 practicantes, algunos de los cuales resultaron heridos durante la detención. La policía dijo a los practicantes que tenían que acudir a la Oficina de Apelaciones del Consejo de Estado en Beijing para que se resolviera el problema.

Así, el 25 de abril de 1999, unos diez mil practicantes se reunieron pacíficamente a lo largo de la calle cerca de la Oficina de Apelaciones, frente a la puerta oeste de Zhongnanhai, pidiendo la liberación de los practicantes inocentes de Falun Gong y un entorno pacífico para la práctica.

El entonces primer ministro se reunió con varios representantes y accedió a las peticiones planteadas por los practicantes. La policía de Tianjin liberó a los practicantes detenidos y, sobre las 20:00 o 21:00 horas de ese día, los practicantes de Falun Gong comenzaron a dispersarse en silencio, recogiendo la basura que había en el suelo, incluidas las colillas de cigarrillos arrojadas allí por la policía. Los medios de comunicación internacionales informaron positivamente de la apelación pacífica.

"No hubo consignas ni ningún comportamiento extremo. Los practicantes de Falun Gong estaban tranquilamente de pie en la acera, o sentados al fondo, leyendo libros de Falun Gong o haciendo meditación. ¿Cómo es posible que una apelación tan pacífica pueda ser calificada como "sitio" al gobierno central?”. Le pregunté al profesor Yang.

Asintió con la cabeza en concordancia.

"Sin embargo, en lugar de investigar a He Zuoxiu y a la policía de Tianjin que provocaron el incidente, Jiang Zemin, envidioso de la popularidad de Falun Gong entre el pueblo chino, decidió reprimir a Falun Gong. Dijo que el buen comportamiento de los practicantes de Falun Gong era una prueba criminal de cuan organizado está Falun Gong.

"¡Si uno quiere condenar a alguien, siempre puede inventar una acusación!". Dijo enfadado el profesor Yang.

Entonces le dije que la autoinmolación de la plaza de Tiananmen había sido un montaje, lo que le sorprendió.

"El suicidio está prohibido en la práctica de Falun Gong. Nuestro Shifu nos dice que suicidarse es pecado. Entonces, ¿cómo podrían los auténticos practicantes de Falun Gong prenderse fuego? Seguro que ha visto el vídeo de la "autoinmolación" en la Televisión Central China (TVCC). ¿No le pareció nada extraño?" le pregunté.

"No presté mucha atención a los detalles. Sólo me pareció que para un incidente repentino como este, tendría que haber sido muy caótico el lugar donde tuvo lugar, pero las imágenes del vídeo parecían muy ordenadas, con primeros planos, tomas generales y acercamientos, como en una serie de televisión", dijo.

"Eso es. Es una actuación. Ninguno de los implicados era un verdadero practicante de Falun Gong". Dije.

Entonces enumeré una serie de puntos cuestionables. ¿Por qué tantos policías tenían inmediatamente extintores en cuanto se encendió el fuego? Porque habían venido preparados. ¿Por qué sólo había auto inmoladores, extintores y periodistas, pero ningún turista en la plaza de Tiananmen? Porque el lugar había sido desalojado de antemano.

"Los medios de comunicación extranjeros reprodujeron el vídeo de TVCC a cámara lenta y encontraron muchos fallos. Liu Chunling, que murió en el acto, no murió quemada, sino golpeada por detrás con un objeto contundente, por alguien que llevaba un abrigo militar. Su hija pequeña también murió misteriosamente en el hospital, después de que se dijera que se había recuperado bien. Sus muertes habían sido planeadas y sólo las muertes podían resaltar la tragedia de la "autoinmolación" para avivar el odio contra Falun Gong. La madre y la hija tenían que morir para ser silenciadas", continué exponiendo el engaño.

"¡Es tan cruel! ¡Es inhumano!". Suspiró el profesor Yang con emoción.

"Lo que Jiang Zemin y el PCCh no esperaban era que su conducta criminal fuera vista tan rápido por la comunidad internacional", dije.

"El 14 de agosto de 2001, en una reunión de las Naciones Unidas, la ONG International Education Development (Desarrollo de la Educación Internacional) hizo una declaración formal en la que afirmaba: 'El régimen chino señala un supuesto incidente de autoinmolación en la plaza de Tiananmen el 23 de enero de 2001 como prueba para calumniar a Falun Gong. Sin embargo, hemos obtenido un vídeo de ese incidente que, en nuestra opinión, demuestra que ese suceso fue montado por el gobierno'", le conté.

El profesor Yang preguntó pensativo: "No lo entiendo. Puesto que Falun Gong ya estaba siendo reprimido, ¿por qué hizo Jiang semejante estupidez que fue condenada por la comunidad internacional?".

"Bueno, su propósito clave al montar semejante patraña era avivar en la sociedad, el odio hacia Falun Gong e intensificar y justificar la persecución a la práctica de Falun Gong", le expliqué.

Luego hablamos de otros temas. Miró el reloj y dijo: "¡Ay no! Iba a hablar contigo sólo diez minutos, ¡pero ya han pasado más de dos horas!".

"¡Iba a persuadirte para que abandonaras Falun Gong, pero ahora creo que yo mismo tengo que replantearme muchas cuestiones!", dijo sinceramente.

Me alegré mucho de que el profesor Yang pudiera conocer la verdad y, al mismo tiempo, supe en mi corazón que todo esto había sido arreglado por nuestro compasivo Shifu.

Cinco años después, en el verano de 2009, el profesor Yang volvió de nuevo. Para entonces tenía casi 80 años, pero aún parecía muy energético.

"Profesor, ¿qué ha estado haciendo estos últimos años?". Le pregunté.

"He enseñado en las universidades de Fudan, Tongji y Jiao Tong de Shanghái", dijo con orgullo, "y en varias universidades de Beijing".

"¿Qué está enseñando?", le pregunté.

"Historia moderna de China, por supuesto", dijo.

"Pero, ¿cómo enseña usted tal asignatura?". Le pregunté.

"Bueno, hablo de la represión a los contrarrevolucionarios, de cómo 5 millones de personas fueron asesinadas durante el Movimiento de Reforma Agraria dirigido por el PCCh, de cómo 40 millones de personas perecieron durante la llamada hambruna, de cómo 7 millones de personas murieron durante la Revolución Cultural bajo el régimen de Mao. El 4 de junio de 1989, cuando Deng Xiaoping estaba en el poder, los estudiantes fueron masacrados en la Plaza de Tiananmen, y luego empezó la persecución a Falun Gong por el régimen de Jiang Zemin".

Me alegré mucho de que el profesor denunciara los crímenes del PCCh en sus clases.

Me di cuenta de que el número de muertes que mencionaba coincidía con las cifras de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, así que le pregunté: "Profesor, ¿de dónde ha sacado todas esas referencias para su enseñanza?".

"No olvides que soy el editor jefe de una serie de libros de historia, y que tengo un pase para varios archivos nacionales y centros de información. Todos los materiales para mis clases proceden de los archivos nacionales", dijo con una sonrisa de satisfacción.

Me conmovió su rectitud.

"¡Profesor, es usted realmente increíble, y sus méritos son inconmensurables!".

Los dos nos reímos.