(Minghui.org) Este año cumplo 78 años y soy una sobreviviente de un cáncer de glándula parótida, el cual es un cáncer de la glándula salival.
Empecé a tener muchos problemas de salud a los 40 años, como presión arterial baja, cardiopatías, problemas estomacales y enfermedades renales. A los 47, tenía la mejilla hinchada y siempre tenía sed. Después de que me examinaran muchas veces en el hospital, me diagnosticaron cáncer de glándula parótida.
Estaba triste y me sentía desesperada. Conocía a dos personas con la misma enfermedad que murieron a pesar de recibir tratamiento. Con dos hijos que mantener, uno en el bachillerato superior y otro en la escuela secundaria, no podía permitirme el tratamiento. Intenté practicar qigong y otros tratamientos alternativos, pero fue en vano.
Un vecino me recomendó Falun Dafa en abril de 1996. Tomé prestado un ejemplar del Volumen II de Zhuan Falun y terminé de leerlo en una noche. Al día siguiente fui a un sitio de práctica de Falun Dafa y vi las conferencias de Shifu.
Después de ver las conferencias durante unos días, dejé mi hábito de fumar de 38 años sin ninguna lucha. Fue como dijo Shifu: "Cuando agarres un cigarrillo nuevamente, este no tendrá sabor” (Séptima Lección, Zhuan Falun). Había intentado dejarlo muchas veces sin éxito. Esta vez, lo dejé fácilmente después de ver el vídeo durante unos días. ¡Que asombroso!
Estudiando el Fa y practicando los ejercicios, comprendí principios que antes desconocía. Aprendí que las características del universo son Verdad-Benevolencia-Tolerancia, que los cultivadores se rigen por estos principios, que el propósito de la vida es volver al origen y que hay que soportar dificultades para eliminar el yeli.
Antes tenía mal carácter y era muy competitiva. Me peleaba con cualquiera que me molestara. Era egocéntrica y, sin saberlo, hice daño a mucha gente. Ahora que practicaba Falun Dafa, sabía que tenía que cambiar.
Tres meses después de empezar a practicar Dafa, pasé por una intensa purificación corporal. Tuve fiebre durante 30 días y estaba frágil. Un día, cuando estaba medio dormida, vi aparecer dos glándulas delante de mí. Estaban cubiertas de un crecimiento anormal que parecía como una coliflor. Oí una voz que decía: "¡Mira, mira!". Entonces, aparecieron dos glándulas de forma normal. Me di cuenta de que Shifu me había dado glándulas parótidas nuevas.
A partir de ese día, ya no tuve fiebre, dolor de espalda ni problemas de estómago. Todos los síntomas del cáncer habían desaparecido. Volví a tener energía y mejoré mi apetito. Aumenté 9 kilos. Pude realizar las tareas domésticas y algunos trabajos de jardinería.
Mi esposo y mis hijos me apoyan en la práctica de Falun Dafa. Muchos de mis compañeros de trabajo se alegraron mucho de verme volver al trabajo y se asombraron de que no sólo sobreviviera al cáncer, sino que también estuviera más sana que nunca.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa