(Minghui.org) Un practicante de Falun Dafa tiene el deber sagrado e innegable de aclarar la verdad a la gente durante el período de la rectificación del Fa. Sin embargo, aunque llevo más de 20 años cultivándome, solo he salido a hablar con la gente unas cuantas veces. Como mis apegos al miedo y a salvar las apariencias interferían conmigo, solo he ayudado a un puñado de personas a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y sus organizaciones juveniles. Hasta el pasado mes de julio no comencé a lograr grandes avances. Me ocurrió después de que empecé a salir a hablar con la gente sobre Falun Dafa con una compañera practicante. Ahora veo que por fin he aprendido a entablar una conversación con la gente. 

Mi honesto deseo de salvar a la gente

El verano pasado, le prometí a otra practicante que saldría con ellos a hablarle a la gente sobre Dafa. Antes de que comenzaran las vacaciones de verano, cerraron una ciudad vecina. No obstante, pensé que la pandemia no afectaría a nuestra ciudad. Posteriormente nos enteramos de que el virus se estaba propagando por nuestra zona. Entré en pánico. Me aterrorizaba pensar que nos confinaran y no pudiéramos ayudar a Shifu a salvar a la gente. También me preocupaba que no tuviéramos ningún material informativo que repartir. Esto me hizo darme cuenta de lo urgente que es salvar a la gente. Entonces decidí abandonar el apego a irme de compras y a comprarme ropa nueva. ¡Necesitaba salir a aclarar la verdad!

Cuando me desperté al día siguiente, agradecí que no hubieran cerrado nuestra ciudad. Inmediatamente contacté a una compañera practicante. Me sentía alegre mientras caminaba hacia el lugar donde habíamos quedado en reunirnos.

Había muy poca gente en la calle, debido a la pandemia. Conocí a un hombre de mediana edad en una parada de autobús y le pregunté si sabía cuándo llegaría el autobús. Me dijo que acababa de salir. Hablé con él mientras esperaba el próximo autobús. Le pregunté si era miembro del Partido, y le hablé de la importancia de renunciar al PCCh. Le ofrecí darle un seudónimo para que renunciara. Cuando llegó mi autobús, rápidamente, le dije que recordara las nueve palabras auspiciosas: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno! Asintió con la cabeza.

Con esta situación, Shifu me infundió ánimos, porque no me esperaba conocer así a alguien con una relación predestinada.

Cuando me reuní con la practicante, comenzamos a aclararle la verdad a la gente mientras caminábamos por la zona. Nos animábamos mutuamente. Ayudamos a unas 20 personas para que renunciaran al PCCh, en dos horas. Esa era la primera vez que trabajábamos juntas. Como nuestras intenciones eran puras, la mayoría de las personas que conocíamos se mostraban muy dispuestas a renunciar al Partido. Nos agradecían que nos detuviéramos a hablar con ellos. Cuando había momentos en los que las cosas no nos salían tan bien, no nos rendíamos. Nuestras intenciones acababan tocando el corazón de la gente y la situación mejoraba.

Pasamos por una floristería y decidimos hablar con la dueña. Como nos había visto mirándola desde fuera del escaparate, se mostró desconfiada cuando entramos a su tienda. La dueña, preguntó en tono hostil: "¿Qué quieren?". Ambas intentamos encontrar una manera de entablar una conversación. Mi compañera, que estaba más decidida, hizo todo lo posible por aclararle la verdad desde diferentes ángulos. Al final, como aparentó una total indiferencia, no le pedimos que renunciara al Partido.

Pensándolo desde el punto de vista de la propietaria, su negocio no marchaba nada bien. Entonces entran dos personas, pero no le compran nada. Lo único que quieren es que renuncie al PCCh. Parecía lógico, que no se alegrara de lo que le dijimos. Así que decidimos volver y comprarle un ramo de flores.

La dueña se mostró encantada, en cuanto le dijimos que íbamos a comprarle algo. Luego entablé una conversación casual, y aproveché para explicarle la verdad sobre Dafa y la razón por la que debería renunciar al PCCh. Entonces, aceptó renunciar usando un seudónimo. Como el hijo de la propietaria estaba cerca estudiando, quise que también renunciara a las organizaciones juveniles del PCCh, como su madre. Entonces, la dueña quiso detenerme, pero la convencí de que esto beneficiaría a su hijo. Me sonrió y dejó de interferir.

Después de salir de la tienda, nos sentimos muy gratificadas porque las personas a las que estábamos ayudando a salvar sentían nuestra honesta intención de salvar seres conscientes.

Eliminando pensamientos negativos

Mientras trabajaba con la otra practicante, caí en la cuenta de que tenía muchos pensamientos negativos. Mi punto de partida era egoísta. Tenía miedo de que si no aclaraba la verdad apropiadamente, no progresaría en mi cultivación, ni cumpliría mis votos y no se me permitiría regresar a mi verdadero hogar. Pero, después de memorizar Hong Yin VI, entendí que todas y cada una de las personas fueron seres divinos en algún momento. Y que hay que valorarlos a todos. ¡Vinieron a este mundo a esperar que los practicantes de Dafa les despertaran! Por eso les aprecio y les muestro el camino a casa.

Justo antes de empezar a hablar con alguien, le pido a Shifu que me ayude a salvarle. Entonces, por lo general, todo sale bien. Sin embargo, si tengo miedo y me lleno de nociones humanas, no puedo salvarlas porque no puedo eliminar la interferencia de las viejas fuerzas. Incluso si la gente se frustra y no entiende mis intenciones, he aprendido a no dejarme afectar por sus emociones. Les deseo lo mejor y espero que renuncien al Partido la próxima vez que conozcan a un practicante.

Descubrí que la razón por la que no podía lograr grandes avances se debía a mis pensamientos negativos. Me sentía satisfecha después de ayudar a varias personas a renunciar al PCCh –como si hubiera completado mi misión del día–, e incluso oía una voz que me decía: “Déjalo, que ya has hecho bastante por hoy", como si fuera a angustiarme y estresarme mucho si hacía "más de lo necesario".

No me daba cuenta de que se trataba de una interferencia de mis pensamientos negativos. En cambio, sentía que la voz hablaba con sabiduría. Después de todo, como estaba haciendo cuánto podía, tampoco era necesario agobiarme. Como no indagué en la raíz de esta mentalidad, no me di cuenta de que las viejas fuerzas estaban imponiéndome estos pensamientos. No quieren que aclaremos la verdad y salvemos a la gente. Sin saberlo acaté esta interferencia. Creí que estos pensamientos eran míos. No veía que aclarar la verdad fuera lo más magnífico. Solo lo veía como una tarea a realizar.

Otro pensamiento negativo era: “Si no superaba alguna prueba de xinxing, entonces no tenía sentido aclarar la verdad ese día”. Incluso si salía a hablar con la gente, lo hacía sin confianza en mí misma. Y no se producían resultados positivos. Este es un truco de las viejas fuerzas. Hacen pensar a los practicantes de Dafa que no se han cultivado bien, y evitan que salven a más personas.

El nivel de cada persona es diferente. Pero no podemos poner como excusa que tenemos apegos humanos y, en consecuencia, dejar de salir a salvar a la gente. A cada practicante de Dafa le corresponde una gran extensión del cosmos y es el responsable de salvar a los seres conscientes de esa área.

Rompiendo con mis nociones humanas

Me sentía cohibida por todo tipo de apegos humanos al aclarar la verdad. Creía que no podía hablar con más de dos personas a la vez. Mi excusa era que no me había cultivado lo suficientemente bien. Por eso, sólo quería conversar con una sola persona. Debido a estos apegos, he perdido muchas oportunidades de aclarar la verdad. Incluso no podía dejarlos a un lado, a sabiendas de que eran nociones humanas.

El día después de que conversamos sobre este tema en una sesión de estudio del Fa, una practicante y yo viajamos a un lugar lejano, y vimos a un grupo de estudiantes charlando. Mientras caminábamos hacia ellos, me preguntaba si podríamos captar su atención, porque eran muchos. Mi compañera entabló una conversación. Los estudiantes hablaban sobre qué tipo de regalo deberían comprarle a su profesor. Después de felicitar a los estudiantes por sus modales, la practicante cambió de tema y habló sobre Dafa y las renuncias al Partido. Los adolescentes escucharon atentamente. Todos renunciaron a las organizaciones del PCCh con sus verdaderos nombres. ¡Fue Shifu quien los había llevado hasta allí para que pudieran escuchar la verdad!

Cuando mejoramos nuestra comprensión del Fa, eliminamos las nociones humanas y nos centramos en salvar a la gente, los resultados son bastante sorprendentes. Shifu nos ayuda a eliminar nuestros apegos y a elevar nuestros niveles. El propósito es ayudar a los practicantes para que alcancen el éxito en la cultivación.