(Minghui.org) La Prisión de Mujeres de la Provincia de Heilongjiang sigue maltratando a las practicantes de Falun Gong encarceladas allí por salvaguardar su fe, una disciplina espiritual perseguida por el Partido Comunista Chino desde 1999.

La mayoría de las practicantes están detenidas en los pabellones 8.º, 9.º y de Entrenamiento Intensivo, donde las guardias las torturan hasta que se derrumban y  renuncian a su fe. Las torturas y los malos tratos incluyen permanecer sentadas en un pequeño taburete durante largas horas, palizas despiadadas, insultos verbales, manipulación psicológica, inanición, restricción del uso del baño y ampliación arbitraria de las condenas. Las guardias siguen maltratando incluso a quienes aceptaron renunciar a su fe después de que ellas no pudieron soportar por más tiempo el tormento físico y mental.

Las guardias también han instigado con incentivos como la reducción de condena y otros privilegios, a las reclusas criminales de la prisión, a perseguir a las practicantes. Xiao Shufen, subjefa de la 9.ª sección, dijo en una ocasión que la tortura a las practicantes era "razonable y legal".

Minghui.org ha informado ampliamente sobre la tortura a practicantes de Falun Gong en la Prisión de Mujeres de la provincia de Heilongjiang por defender su fe. Este informe cubre otros cuatro casos que han salido a la luz recientemente.

Sra. Tang Zengye

La Sra. Tang Zengye, de 55 años, residente en la ciudad de Daqing, provincia de Heilongjiang, fue detenida el 12 de julio de 2022 y condenada a 2.5 años el 30 de diciembre del mismo año. Actualmente se encuentra recluida en el grupo 3 de la sección 9.

Las guardias instigaron a las delincuentes Li Qiujun y Li Bing a torturar a las practicantes determinadas de Falun Gong que se negaban a escribir declaraciones para renunciar y denunciar su fe. Colocaron un pequeño taburete sobre una baldosa y obligaron a la Sra. Tang a sentarse en él desde las 3 de la madrugada hasta las 10 u 11 de la noche todos los días. En ocasiones, la tortura de estar sentada duraba casi 24 horas seguidas sin permitirle levantarse ni una sola vez.

La Sra. Tang tenía que sentarse con las manos sobre el regazo, la cabeza y la espalda rectas y los ojos abiertos. La golpeaban y le gritaban al menor movimiento. Sólo podía levantarse del taburete a la hora de comer, de asearse y para ir al baño. Estar sentada en el taburete sin moverse durante tantas horas al día es una tortura insoportable.

Las guardias sólo permitían a las practicantes de Falun Gong ir al baño dos veces al día. Como la señora Tang se mantenía firme en su fe, sólo le daban un descanso diario para ir al baño. Una vez, cuando todas los demás practicantes salieron para ir al baño, la reclusa Li Qiujun y varias otras golpearon salvajemente a la Sra. Tang, arrancándole un diente y haciéndole sangrar la boca.

La Sra. Tang reportó la paliza a la guardia Wang Dufang, solo para encontrarse con represalias. Wang ordenó a las reclusas Li Qiujun y Li Bing que la torturaran aún más. Las dos reclusas prohibieron a las demás, que le dieran a la Sra. Tang cualquier artículo de primera necesidad. La familia de la Sra. Tang no podía verla ni ingresar dinero en su cuenta del comisariato. Por lo tanto, no tenía artículos de primera necesidad.

A pesar del maltrato, la Sra. Tang se mantuvo firme en su fe y nunca escribió ninguna declaración de renuncia a Falun Gong, ni siquiera cuando las reclusas le agarraron la mano e intentaron obligarla a escribir.

La Sra. Tang se debilitó mucho y sólo podía beber una pequeña cantidad de atole. Pero los guardias a veces ni siquiera le ofrecían atole y no tenía nada que comer. Por supuesto, a las practicantes de Falun Gong no se les permitía conseguir comida por ellas mismas. Las reclusas asignadas para vigilarla, con frecuencia sólo les daban deliberadamente la mitad de la cantidad de comida que se ofrecía a las demás reclusas. Muchas practicantes estaban siempre hambrientas, pero las guardias lo ignoraban.

La Sra. Tang estaba tan débil que necesitaba apoyarse en la pared para caminar, pero las reclusas no le permitían apoyarse en la pared.

Sra. Zhao Libo

La Sra. Zhao Libo, residente en la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang, fue detenida el 15 de mayo de 2018 y condenada a cinco años tras dos audiencias judiciales celebradas a principios de 2018. Está cumpliendo condena en la 9.ª sección.

Como las practicantes de Falun Gong deben usar el baño en grupos, en los tiempos designados, aquellas cuyo turno aún no había llegado debían contener la vejiga y los intestinos, incluso si tenían diarrea. Un día, Zhao tenía infección intestinal y la reclusa Huang Tingting no le permitió ir al baño porque aún no era su turno. Estaba empapada en sudor mientras intentaba contener las ganas de defecar, pero Huang la acusó de fingir una diarrea.

Zhang Shuqin

No está claro cuándo fue detenida la Sra. Zhang Shuqin ni cuánto tiempo lleva en prisión. Actualmente se encuentra recluida en el grupo cinco de la sección 9. Se negó a escribir declaraciones para renunciar a su fe y fue brutalmente golpeada por las reclusas You Fei y Huang Tinging.

Otra practicante, la Sra. Shi Xiangyun, detuvo la paliza y advirtió a You y Huang que presentaría una denuncia contra ellas. La guardia Pei Tong disciplinó entonces a las dos internas y pidió disculpas a la Sra. Zhang.

A continuación, Pei trasladó a la Sra. Zhang al grupo de "nuevo ingreso", designado para albergar a las reclusas recién ingresadas. La reclusa Li Guimei golpeó a la Sra. Zhang e instigó a otras reclusas a causarle problemas. Posteriormente fue recluida en una celda de aislamiento y sometida a un intenso lavado de cerebro para obligarla a renunciar a su fe.

Sra. Jing Yuhua

La Sra. Jing Yuhua, de la ciudad de Jiamusi, provincia de Heilongjiang, ingresó en la Prisión de Mujeres de la provincia de Heilongjiang el 12 de agosto de 2021 para cumplir una condena de tres años y medio Ella fue llevada al segundo grupo de manejo estricto tras 15 días de cuarentena. La obligaban a permanecer sentada en un pequeño taburete desde las 4 de la mañana hasta las 10 de la noche, a veces hasta las 11. Las reclusas la golpeaban y la maltrataban verbalmente cuando se movía un poco o cerraba los ojos.

Además de la tortura sentada, la reclusa Liu Shujie se sentaba a menudo sobre las piernas de la Sra. Jing y le pellizcaba los muslos. La reclusa Zhao Ruixue la levantaba por el cuello y la pellizcaba en la nuca, dejándole profundas marcas en el cuello. Otra reclusa, Zheng Cuiping, también la golpeó y la pellizcó. Otras la golpearon en la cabeza, le clavaron un gancho entre los ojos, le escupieron en la cara o le echaron gas en la cara.

En una ocasión, otra reclusa propinó a la Sra. Jing una patada tan fuerte que rodó por el suelo y su cabeza se golpeó contra la pared. En otro incidente, cuatro reclusas la sujetaron contra el suelo y luego la golpearon, la patearon y la pellizcaron por todo el cuerpo. Otros métodos de tortura consistieron en escribirle palabras insultantes en el cuerpo, obligarla a sentarse en una tabla de lavar con una superficie ondulada y a ver vídeos en los que se difamaba a Falun Gong.

Más tarde, la Sra. Jing fue trasladada al grupo tres de la novena sección. Sometida a intensas presiones, escribió declaraciones para renunciar a su fe. Pronto se sintió muy arrepentida y avergonzada y escribió una declaración para anular lo que la habían obligado a escribir antes. Desde entonces, las reclusas Li Qiujun y Li Bing no dejaron de molestarla. Más tarde, las guardias la trasladaron al grupo cuatro, donde la obligaron a sentarse en un pequeño taburete, mientras la golpeaban y la insultaban verbalmente.

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