(Minghui.org) Mis padres empezaron a practicar Falun Dafa cuando yo tenía cinco años, y ahora tengo 30 años. Dafa ha estado conmigo todos estos años, así que debo tener una relación predestinada con Dafa.

Estaba en la escuela primaria cuando el Partido Comunista Chino (PCCh) empezó a perseguir a Falun Dafa en 1999, y la policía empezó a arrestar ilegalmente a los practicantes. Mis profesores me engañaron y empecé a pensar que Dafa era como decían los programas de televisión.

La escuela distribuyó formularios para que los alumnos escribieran mensajes difamando a Dafa. Mi hermana rompió el formulario. LLoré porque temía que mi profesor me reprendiera si no lo completaba.

Mi madre me habló sobre el incidente de la autoinmolación de la plaza de Tiananmen. Me dijo que Dafa es una práctica recta y que defenderla es algo noble. Cuando fui a la escuela al día siguiente, el profesor no me regañó por no haber entregado el formulario e incluso me elogió por mi rendimiento escolar. Fue entonces cuando me di cuenta del asombroso poder de Dafa.

El poder de la fe inquebrantable

Mis notas no eran buenas. Cuando estaba a punto de presentarme al examen de acceso a la escuela secundaria, el profesor le dijo a mi madre que mi nivel académico no era lo suficientemente bueno como para aprobarlo, y que debería pensar en asistir a una escuela de orientación.

Mi madre no se desanimó y me dijo que recitara todos los días: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y que creyera en Dafa y en Shifu. Me presenté al examen y obtuve una puntuación de 30 puntos por encima del nivel de admisión, lo que me hizo creer aún más en Dafa.

Me enfermé y me desmayé cuando estaba en la escuela secundaria. El profesor informó a mi madre y le dijo que iba a ponerme en un taxi y enviarme al hospital. Mi madre vino inmediatamente y me sentí mejor tan pronto la vi. Le dije que no era necesario ir al hospital y que prefería irme a casa a escuchar las conferencias de Shifu.

Me dormí escuchando las conferencias de Shifu. El malestar desapareció. Cuando me desperté, di las gracias a Shifu por haberme ayudado.

Después de comenzar a asistir a la universidad, una mañana me asignaron limpiar el área de los baños. Encontré un teléfono Huawei valorado en 2.000 yuanes (aprox. 274 dólares), y mis compañeros de clase dijeron que había tenido suerte. Recordé las palabras de Shifu:

“Zhen-Shan-Ren es el único criterio para evaluar si una persona es buena o mala” (Primera lección, Zhuan Falun).

Imaginé que el dueño del teléfono debía de estar preocupado, así que decidí devolverlo. Quería ser una buena persona, pero mis compañeros pensaban que era estúpida por no quedarme con el teléfono. Sin embargo, sabía que perdería virtud si me quedaba con las pertenencias de otra persona.

Llamé al número del teléfono e informé a la familia de mi compañero de clase. Cuando le devolví el teléfono, quiso escribirme una carta de reconocimiento para agradecerme, pero me negué educadamente.

Shifu me salvó durante la pandemia

Después de vacunarme contra el COVID en julio de 2021, se me empezó a caer el pelo y perdí más de 9 kilos (20 libras). Mis compañeros pensaron que tomaba pastillas para adelgazar y mi esposo sugirió que me hiciera un chequeo médico.

Después de ayunar, me revisaron el nivel de azúcar en sangre. El resultado de mi prueba A1C era superior al 20%, y el rango normal debería estar entre el 3,9 y el 6,1%. Me preocupé y le conté a mi madre. Ella dijo que me cultivara bien porque sólo Dafa podría salvarme. Empecé a leer una Lección de Zhuan Falun cada día y a hacer los ejercicios con mi madre. Dejé de pensar en mi salud y mi nivel de azúcar en sangre gradualmente mejoró.

La pandemia de COVID fue muy grave en mi área en diciembre de 2022. Tenía escalofríos en el trabajo, y mi temperatura alcanzó los 103,1° F (39.5 °C). Mi jefe me mandó a casa, y le dije a mi madre que probablemente me había contagiado el virus. Mi madre me dijo que debería escuchar las conferencias de Shifu.

Mi cara estaba caliente y roja, y me sentía muy mal en la cama. Dormía a ratos mientras escuchaba las conferencias de Shifu. Esa noche me bajó la fiebre y tuve más energía. Bebí agua y me lavé la cara. Cuando me preparaba para hacer los ejercicios, me rodeó un poderoso campo de energía y me sentí caliente.

Mi madre me tomó la temperatura después de terminar los ejercicios. Estaba normal. Comí un gran tazón de fideos y el malestar desapareció. ¡Supe que Shifu me estaba protegiendo!

Continué estudiando el Fa y haciendo los ejercicios todos los días durante mis vacaciones. Una noche soñé que me caía por una ventana. No entré en pánico y recordé "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Le pedí a Shifu que me ayudara. Luego me vi en el hospital y mi madre me dijo que me había roto la pierna. También dijo que era un milagro que siguiera viva después de caer de un edificio alto. Habría muerto si no fuera por Shifu.

Cuando le conté el sueño a mi madre, me dijo que era bueno porque cuando me encontraba en peligro, en lo primero que pensaba era en Shifu y en Dafa.

Las experiencias que he tenido durante estos años me han reafirmado que Shifu ha estado conmigo todo el tiempo. Aunque no soy diligente en la cultivación, el benevolente Shifu nunca me ha abandonado y ha estado velando por mí. Continuaré leyendo el Fa y haciendo los ejercicios diligentemente. ¡Gracias, Shifu!