(Minghui.org) Soy una practicante de Dalun Dafa de 80 años que comenzó a cultivarse antes de que comenzara la persecución el 20 de julio de 1999. Me gustaría informar sobre algunas de mis experiencias de cultivación al Maestro Li Hongzhi y compartirlas con otros practicantes para alentarnos mutuamente.

Había un sitio de estudio del Fa en la casa de una compañera practicante, Jia, que no estaba lejos de mi casa. Había estado funcionando sin problemas durante muchos años y allí se celebraban muchas reuniones para compartir experiencias. Un día, más de diez practicantes, entre los que me encontraba, fuimos a casa de Jia para estudiar como de costumbre. Llamamos a la puerta durante un buen rato, pero nadie respondió. Entonces dije: "No podemos retrasar nuestro estudio del Fa. Vamos a mi casa a estudiar hoy". Más tarde nos enteramos de que Jia había tenido un accidente de tráfico y estaba en el hospital. Pensé que tardaría al menos dos meses en recuperarse, así que le pedí la llave a su hijo, abrí la puerta y trasladé todos los materiales de Dafa a mi casa.

Cuando Jia salió del hospital, el coordinador me dijo que no podía disolver el grupo de estudio del Fa en mi casa, aunque solo asistieran cuatro o cinco practicantes. Al principio no respondí. Pensé: "Mi casa está en el primer piso de un edificio junto a la calle. Si las autoridades se enteraran, las consecuencias serían terribles".

Esa noche, recordé que fue el Maestro Li quien me salvó, una persona llena de yeli de enfermedad. Aunque sentí cierta presión, dirigir el grupo de estudio del Fa en mi casa era algo que los practicantes de nuestra zona necesitaban, y no debía acobardarme. Debía emprender la misión; ¿cómo podría pagar de otro modo al Maestro su benevolencia?

Mi grupo de estudio del Fa ha estado funcionando constantemente durante tres años y está teniendo su debido efecto en este período de la Rectificación del Fa. Hemos estado colaborando para distribuir materiales de esclarecimiento de la verdad para ayudar a persuadir a la gente a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas. Casi todas las semanas, compañeros practicantes han entregado docenas o incluso más de 100 nombres de personas que renuncian al PCCh.

"¡Si me rompen los huesos, tendrán que asumir toda la responsabilidad!"

Cuando distribuía materiales con compañeros practicantes, siempre les decía: "Cuando haya una situación desesperada, solo digan que fui yo, la anciana, quien les dio los materiales. Que ustedes no saben nada". Sabía que los dioses guardianes rectos solo nos ayudarían cuando tuviéramos pensamientos y comportamientos rectos.

Una vez salí a aclarar la verdad con otra practicante mayor. Alguien que no entendía la verdad nos denunció. Cinco policías en dos coches nos cerraron el paso. No tuve miedo. Aclaré con valentía la verdad y los animé a no cometer actos malvados. Mientras hablaba, dos agentes me pasaron las manos por debajo de los brazos y estuvieron a punto de arrastrarme hasta su coche.

Hice todo lo posible por resistirme. Me tumbé en el suelo y les advertí: "Les digo que los viejos tenemos huesos frágiles. Si me rompen alguno, tendrán que asumir toda la responsabilidad". Grité: "Maestro, la policía quiere llevarme, ¡pero no iré! Por favor, protege a tu discípula". Al mismo tiempo, emití pensamientos rectos.

Los agentes se echaron atrás. Continué explicándoles la verdad, cómo me había beneficiado de la práctica de Falun Dafa y la verdad sobre la autoinmolación simulada de la plaza de Tiananmen. Mientras hablaba, oí que pedían refuerzos para llevarnos a la comisaría.

Un momento después, llegaron dos agentes más. Uno se acercó a mi compañera, mientras el otro se acercaba a mí. Un agente que ya estaba delante de mi me dijo: "Deja que te lleve a casa". Le contesté: "No necesito que me lleves a casa. ¿Quién sabe adónde me llevarás? Puede que me lleves a la comisaría". No supieron cómo reaccionar.

Me soltaron y me levanté lentamente. Al principio pensé en huir, pero luego lo reconsideré: sabía que no podría correr rápido. Me di la vuelta para mirarlos mientras me agarraba a la valla de al lado. De repente, me incliné hacia atrás como si estuviera a punto de caerme. Eso llamó su atención y se apresuraron a sostenerme. Lo hice dos veces, aunque en realidad fue el Maestro quien lo hizo. Estaban muy asustados. Cuando me incorporé, vi que ellos y sus coches se habían marchado.

Me acerqué enérgicamente a la practicante y nos sonreímos. Me dijo: "Menos mal que estabas en el suelo. Si no, nos habrían detenido. Entonces mi familia ya no me dejaría salir para aclarar la verdad".

Yo dije: "No podemos dejar que nos lleven a la comisaría. Aunque nos detuvieran una noche, nuestros compañeros practicantes tendrían que dedicar tiempo y energía a notificarse unos a otros para enviar pensamientos rectos por nosotros e intentar rescatarnos". Sabía que cuando nos encontramos con problemas, debemos pensar primero en todo el cuerpo de practicantes y mostrar nuestros pensamientos y comportamientos rectos.

En los últimos años, he insistido en salir todos los días para aclarar la verdad y animar a la gente a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Cuando los compañeros me preguntan por mis experiencias, respondo: "Debemos tener un corazón compasivo para salvar a la gente y aclarar la verdad para corresponder a la benevolencia del Maestro. Nuestras bocas deben ser diligentes a la hora de decir la verdad a la gente; nuestras manos deben ser diligentes a la hora de enviar pensamientos rectos para eliminar el mal que interfiere en la salvación de la gente; y nuestros pies deben ser diligentes a la hora de recorrer largas distancias para difundir la verdad. Incluso en casa, debemos ser diligentes en estudiar el Fa, hacer los ejercicios y enviar pensamientos rectos".

El Maestro nos ha dicho:

"Validen Dafa con razón, esclarezcan la verdad con sabiduría, difundan el Fa y salven a la gente con benevolencia; esto está estableciendo la poderosa virtud de un ser iluminado" (Racionalidad, Escrituras esenciales para mayor avance (II)).

Haré las tres cosas mejor y dejaré ir todos mis apegos. Por mucho tiempo esperé por la Rectificación del Fa, utilizaré todo mi tiempo para ayudar al Maestro a salvar a más seres conscientes y ¡recompensar su benevolencia al salvarme!

Gracias, Maestro.