(Minghui.org) Crié sola a mi hijo después de que mi esposo y yo nos divorciáramos en 2020. Mis padres me apoyaron económicamente. A menudo me decían: "Educa bien a tu hijo. Esperamos que pueda estudiar con ahínco, ir bien en la escuela y asistir a una buena universidad cuando crezca".

Esa era también mi expectativa para mi hijo. Quería que fuera "un niño inteligente que pudiera hacerlo todo bien" en la escuela. Le criticaba cuando no cumplía mis expectativas.

Sin embargo, cuando mi hijo entró a la secundaria, no siguió el camino que mi familia y yo queríamos. Se unió a la banda del colegio y sus notas fueron buenas al principio, pero luego fueron bajando. Después dejó la banda. No parecía el buen chico que yo sabía que era.

Me decepcionó y no podía aceptarlo. Me sentía frustrada. Sin embargo, cuando disciplinaba a mi hijo, a menudo me preguntaba si era una buena persona y madre y si podía ser su modelo a seguir. No estaba segura de poder decirle con confianza a mi hijo que yo lo hacía mejor cuando tenía su edad. Mirando hacia atrás en mi vida, me fue muy bien en la escuela secundaria, clasificándome entre los diez mejores estudiantes de la ciudad. Pero después, en la universidad, mi nivel moral bajó. Cuando ya trabajaba, me volví muy superficial y me convertí en una persona egoísta. No sabía si tenía la actitud correcta ante la vida y si debía primero disciplinarme yo.

Justo cuando no encontraba respuestas a mis preguntas, escuché sobre Falun Dafa y de la persecución del Partido Comunista Chino (PCCh) a principios de marzo de 2022.

Compré el libro Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo. Dentro del libro había un folleto de Falun Dafa. La mujer que aparecía en la portada tenía un aspecto tan pacífico y tranquilo que sentí que mi corazón se purificaba con solo ver su imagen. Colgué ese folleto en la pared de mi apartamento.

Estaba tan interesada en aprender Falun Dafa que deseaba que hubiera alguien cerca que pudiera enseñarme. Entonces vi un  artículos que describía las clases de Falun Dafa en línea en La Gran Época. Decía que la práctica podía ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad. Pensé: "¡Esto es!". Me registré de inmediato.

Participé en las clases en línea y aprendí las tres primeras series de ejercicios. Después de la sesión, hablé con el practicante sobre mi vida y le hice preguntas durante más de una hora.

Después del taller en línea, leí inmediatamente el libro Falun Gong en línea. El libro me pareció estupendo, así que no tardé en encargar un ejemplar impreso.

Ocurrió un milagro en menos de una semana después de aprender los ejercicios. Mi mano derecha, que me había lesionado en el trabajo, volvió a la normalidad y, por muy cansada que estuviera, ya no me dolía.

Además, mi ansiedad desapareció. Antes era muy sensible. Me preocupaban demasiado los comentarios de los demás sobre mí y tenía miedo de cometer errores en el trabajo. Me preocupaba que me criticaran a mis espaldas. Estaba en tensión constante, temiendo cometer los mismos errores.

Sin embargo, estudiando el libro principal de Falun Dafa, Zhuan Falun, aprendí a cultivar mi carácter. Poco a poco aprendí a mantener la calma, dijeran lo que dijeran mis compañeros. Como resultado, pude afrontar los problemas con calma y cometí menos errores. No importaba lo pesada que fuera mi carga de trabajo, lo hacía con eficiencia. Mis compañeros empezaron a decir que yo era "digna de confianza y capaz".

Al mismo tiempo, mis relaciones con mis compañeros de trabajo mejoraban día a día. Todos estos cambios positivos ocurrieron gracias a Falun Dafa.

El cambio más significativo fue que ya no me enfadaba con mi hijo. Bromeaba con él todos los días y conversábamos sinceramente sobre diversos temas. Y lo que es más importante, pude respetar sus ideas. Lo pasábamos bien juntos.

Para seguir las enseñanzas de Falun Dafa y convertirme en una mejor persona, estudiaba el Fa y hacía los ejercicios con diligencia. Me unía al grupo de estudio del Fa en línea todas las noches. Me levantaba a las cinco de la mañana para hacer los ejercicios.

Poco después de comenzar a practicar, me ocurrió algo extraño. Encontré algunos bultos y verrugas en la parte inferior de mi cuerpo, que a veces me dolían. Un practicante dijo que el Maestro estaba limpiando las cosas malas y el yeli (karma) acumulados en mi cuerpo. Pensé que debía alegrarme, así que me cultivé aún más. Pronto, los bultos y las verrugas desaparecieron.

También experimenté la protección del Maestro. Una mañana de mayo, preparé el desayuno para mi hijo unos diez minutos más tarde de lo habitual, por lo que mi hijo llegaría tarde a la escuela. Salió de casa con prisas y olvidó su cuaderno.

Lo primero que pensé fue: "Es culpa suya por no poner atención. No puedo mimarle y llevárselo". Pero luego cambié de opinión: "Es culpa mía porque llegué tarde a cocinar, así que debería alcanzarle y darle su cuaderno". Con este pensamiento, monté mi bicicleta para alcanzar a mi hijo.

Le alcancé en un cruce. Le grité: "Olvidaste tu cuaderno". En ese momento, un coche entró en el cruce a pesar de que el semáforo estaba en rojo. Se dirigió hacia nosotros y se detuvo bruscamente a treinta centímetros de mí. Me sobresalté.

Cuando recobré mis sentidos, estaba aterrorizada. Si no hubiera llamado a mi hijo a tiempo, podría haber sido atropellado. Agradecí sinceramente al Maestro y dije: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno! Maestro, gracias por su protección".

En mayo me ofrecí como voluntaria en una organización política local. Sin buscarlo, fui elegida candidata de la organización por mis capacidades. Como practicante de Falun Dafa, traté esto como una prueba para desprenderme de mi apego a la fama. Debido a mi mentalidad recta y pacífica, no me involucré en los conflictos dentro del grupo, y a menudo me comunicaba con otros colaboradores, haciendo que el grupo estuviera unificado y armonioso. Esto fue, de nuevo, gracias a mi práctica de Falun Dafa.

Mi hijo me escuchaba a menudo estudiar el Fa y hablar con otros practicantes. Poco a poco se fue interesando en Falun Dafa. En junio se integró al taller en línea. Ahora asiste al estudio del Fa en línea todos los miércoles y viernes por la tarde.

En el trabajo a veces manipulo líquidos que están muy calientes, y a menudo me quemo las piernas y las manos cuando se derraman. Cada vez me toco suavemente el área y digo: "¡Falun Dafa es bueno! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Lo repito en silencio durante cinco o diez minutos. Mis quemaduras nunca empeoraron y siempre me recuperé pronto.

Hace una semana, tanto mi hijo como yo teníamos fiebre alta. Escuchamos las enseñanzas del Maestro e intentamos hacer los ejercicios en la medida de lo posible. Sentimos que no necesitábamos ir al hospital y nos recuperamos en pocos días. Más tarde nos enteramos de que algunas personas que conocíamos tenían los mismos síntomas pero no mejoraron después de más de una semana. A través de esta experiencia, mi hijo se convenció aún más de que practicar Falun Dafa es bueno.

Aunque llevo practicando menos de un año, ya he decidido seguir practicando la cultivación. Siento verdaderamente la grandeza de Dafa. Es absolutamente sagrado e insustituible.

Además, y lo que es más importante, creo que por fin puedo decirle a mi hijo que su madre es una buena persona y una buena madre.

Espero poder hablar de Falun Dafa a más personas a mi alrededor y ayudarles a beneficiarse de ello.

Gracias, Maestro.

(Presentado en la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Japón de 2022)