(Minghui.org) La señora He Guizhen, residente de 79 años en la ciudad de Kunming, provincia de Yunnan, fue arrestada en su casa en agosto de 2019 y enviada a un centro de detención por defender su fe en Falun Gong. En el centro de detención sufrió una lesión en la parte inferior de la espalda, pero no le proporcionaron la atención médica adecuada. Luego de ser sentenciada a tres años, los guardias de la prisión siguieron sometiéndola a diversas formas de abuso, lo que empeoró sus problemas en la parte baja de la espalda.
En mayo de 2021, mientras aún cumplía condena, la Sra. He recibió una notificación en la que se le ordenaba devolver una gran suma de los fondos de pensión que había recibido entre agosto de 2019 y agosto de 2020, así como entre marzo de 2011 y marzo de 2014, cuando cumplía su primera condena de tres años. Su familia consiguió pagar alrededor de una cuarta parte de lo solicitado durante su encarcelamiento, y las autoridades han estado deduciendo fondos de sus actuales prestaciones de pensión desde que fue liberada el 11 de marzo de 2022. A su vez, la policía local y los funcionarios también siguen acosándola con frecuencia en su casa.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
Arrestos y detenciones
Cuatro agentes vestidos de civil irrumpieron en la casa de la Sra. He el 11 de agosto de 2019. Uno de los agentes agitó delante de ella un papel que, según él, era una orden de registro, mientras el resto allanaba su casa. Afirmaron que tenían un video en donde se podía ver a ella hablando con la gente sobre Falun Gong, pero nunca reprodujeron tal video para verificar que efectivamente era ella. Los agentes confiscaron sus libros de Falun Gong y las fotos del fundador, sin dar una lista de los artículos confiscados ni permitirle a la Sra. He revisar lo que se habían llevado.
Luego, los agentes la llevaron a la Comisaría de Xiaonammen y la sentaron en una silla metálica antes de interrogarla. En ese lugar, la obligaron a firmar una declaración sin dejar que la leyera. Los policías la retuvieron en esa comisaría durante toda la noche y no le dieron comida hasta la mañana siguiente.
Reconstrucción de la tortura: silla metálica.
Después de tomar sus huellas dactilares por la fuerza, la policía la llevó a una calle e intentó fotografiar pruebas falsas contra ella. También le ordenaron que proporcionara información sobre otros practicantes. Pero ella se negó a hacerlo.
A continuación, la policía la llevó a un hospital y la obligó a someterse a un examen médico antes de llevarla al Centro de Detención de la ciudad de Kunming, en el cual, al leer su informe de salud, se negaron a admitirla. La policía la llevó a otro hospital para que le hicieran otro chequeo, luego la llevaron de nuevo al centro de detención, discutieron con los guardias durante una hora y finalmente los convencieron de que la admitieran.
Una semana después de su detención, las autoridades de la Comisaría del Distrito de Wuhua oficializaron el arresto y trasladaron el caso a la Procuraduría del Distrito de Wuhua. Un procurador acudió al centro de detención para entrevistarla y le ofreció una sentencia más leve si se declaraba culpable. Ella se negó a hacerlo y sostuvo que practicar Falun Dafa no es un delito en China.
Lesiones graves en la espalda en el centro de detención
La celda de la Sra. He estaba abarrotada y las detenidas dormían muy cerca, unas de otras en una gran cama en el suelo. Una detenida pisó accidentalmente su estómago al levantarse por la noche para ir al baño. Unos días más tarde, la parte baja de su espalda sufrió un dolor agudo, y pidió a los guardias que le dieran la libertad condicional por motivos médicos. Ellos la acusaron de mentir y le preguntaron si alguien podía testificar que la habían pisado. Pero, cuando la detenida que estaba de guardia esa noche se presentó para testificar, un guardia le ordenó que se callara.
Un médico del centro de detención le dio a la Sra. He unas pastillas y, en lugar de aliviar su dolor, las pastillas la hincharon. Ella volvió a pedir la libertad condicional por motivos médicos y se la volvieron a denegar. Dejó de tomar las pastillas y la hinchazón desapareció. Sin embargo, el dolor de espalda se hizo tan intenso que apenas podía moverse. Su rostro estaba extremadamente pálido. El recluso que estaba de guardia por la noche venía a menudo a comprobar si seguía respirando, temiendo que pudiera morir allí.
Sentenciada a tres años y torturada en la cárcel
El Tribunal del Distrito de Wuhua realizó una audiencia de su caso el 28 de noviembre de 2019 sin designarle un abogado. En la audiencia, que duró 40 minutos, el juez solo le permitió hablar unas pocas palabras, y el procurador no presentó ninguna prueba, incluido el vídeo que supuestamente la mostraba promoviendo Falun Gong. Un mes después, el juez la condenó a tres años de prisión y le impuso una multa de 10.000 yuanes (1.510 dólares).
Las autoridades la trasladaron a la Segunda Prisión de Mujeres de la provincia de Yunnan el 29 de abril de 2020. Al principio, los guardias de la prisión la encerraron en una celda todo el día y designaron a dos presas para que la vigilaran las 24 horas del día y le llevaran comida. El dolor en la parte baja de la espalda se agravó tanto que no podía levantarse ni acostarse sin ayuda.
Más tarde, las autoridades la llevaron al hospital, pero no le permitieron ver el informe. Le dijeron que tenía una osteoporosis severa y le hicieron tomar un "medicamento" tres veces al día. El dolor continuaba y apenas podía levantarse de la cama para ir al baño. Cualquiera que intentara ayudarla era intimidada por los guardias.
Como el dolor de espalda seguía empeorando, los guardias le hacían tomar más medicamentos. Al final, el médico le advirtió de que la dosis era muy fuerte para alguien de su edad y podía hacerle sangrar el estómago. Una noche su nariz sangró copiosamente y dejó de tomar el medicamento.
Una mañana no pudo levantarse por el dolor. Cuando el guardia de turno observó que la señora He se había ausentado durante la reunión de las reclusas, ordenó a tres reclusas que la sacaran de la cama, le pusieran el uniforme de reclusa, la arrastraran al taller y la obligaran a realizar trabajos no remunerados, montando piezas electrónicas que requerían pasar dos cables por una pequeña bolita. Con su catarata crónica y su vista degenerada, apenas podía hacer el trabajo.
Ilustración de la tortura: trabajos forzados en la cárcel.
Los guardias no le permitían comprar una tarjeta telefónica, por lo que no podía contactar con sus familiares. Posteriormente, las autoridades cambiaron todas las cuentas bancarias de las reclusas, y su familia no pudo enviarle dinero porque no había forma de contactarla. Cuando se produjo la pandemia de Covid-19, las autoridades suspendieron todas las visitas familiares y no informaron a su familia de que podían solicitar reuniones en línea.
Al no poder hablar con ella ni visitarla, su familia se preocupó y contrató a un abogado para averiguar lo sucedido. Finalmente, su familia consiguió una reunión virtual con ella. Pero el lugar de la reunión estaba lejos de donde ella estaba habitualmente y como no podía caminar tanto debido a su mala salud, tuvo que dejar de reunirse con su familia por Internet y se le permitió llamar a casa una vez al mes.
Los guardias designaron a una reclusa para que vigilara a todos en su celda. Esta persona la intimidaba, le echaba agua fría y le quitaba las cosas que compraba. Los guardias hacían la vista gorda a esta situación.
Obligada a devolver la pensión
Unos dos años después de su arresto, la Oficina de Seguridad Social del Distrito de Xishan envió a la Sra. He una carta en mayo de 2021 y le exigió que devolviera los 133.814 yuanes (20.206 dólares) de pensión que recibió, incluidos los 33686,87 yuanes (5.086 dólares) que recibió entre su último arresto en agosto de 2019 y agosto de 2020, así como los 91508,27 yuanes (13.817 dólares) que recibió entre marzo de 2011 y marzo de 2014, mientras cumplía una condena anterior de tres años.
Las autoridades coaccionaron a su familia para que pagaran los 33686,87 yuanes y la obligaron a firmar un acuerdo en el que se comprometía a que se le descontaran 1.500 yuanes de su pensión cada mes hasta que se pagaran los 33686,87 yuanes. De este modo, solo disponía de 700 yuanes de pensión cada mes. El acuerdo también incluía una cláusula según la cual, si la Sra. He fallecía antes de que se devolviera el importe adeudado, sus hijos tendrían que pagar el saldo pendiente en un pago único.
Después de que la Sra. He fuera liberada el 11 de marzo de 2022, los agentes de la Comisaría de Xiaonanmen y los miembros del personal de la comunidad local siguieron acosándola en su casa.
Persecuciones anteriores
La Sra. He, nacida en 1943, vive en el distrito de Wuhua de la ciudad de Kunming y es jubilada de una fábrica textil. Solía tener problemas de vesícula, corazón, estómago y nariz. También sufría insomnio, migrañas, hemorroides y anemia. Probó muchos tipos de qigong para curar sus enfermedades, y acabó con más dolor y finalmente en una silla de ruedas. Su marido le presentó Falun Gong en 1997. Una semana después de aprender Falun Gong ya no necesitaba la silla de ruedas, y poco después se recuperó de todas sus enfermedades.
El marido muere a consecuencia de la persecución
La señora He fue detenida durante un mes en 2000 por hacer los ejercicios de Falun Gong al aire libre. Después de eso, la fábrica de la que se jubiló la incluyó en la lista de personas a vigilar. Un grupo de personas, entre las que se encontraban el secretario del Partido Comunista de la fábrica, el director de la Oficina de Seguridad de la fábrica, oficiales del Departamento de Policía del Distrito de Panlong, agentes de la Oficina del Distrito 610 y oficiales de la Estación de Policía de Changchun, la siguieron y vigilaron. La amenazaron repetidamente con arrestarla y enviarla a un centro de lavado de cerebro. Ella se fue de casa y se escondió varias veces para evitar la persecución.
Su marido, el Sr. Lyu Zuda, también practicante, era un ingeniero senior en el Instituto de Investigación y Planificación Forestal de la provincia de Yunnan. Se manifestó en el Ayuntamiento de Kunming el 22 de julio de 1999, dos días después del inicio de la persecución. La policía lo arrestó y detuvo. A partir de entonces, su supervisor organizó una reunión semanal para criticarle y obligarle a escribir declaraciones para renunciar a Falun Gong. Él se negó a hacerlo y fue sometido a un lavado de cerebro.
Cuando la Sra. He se fue de casa para evitar la persecución, la policía acudía constantemente a acosar a su marido. El Sr. Lyu vivía con un miedo constante y al mismo tiempo se preocupaba por la seguridad de su esposa. Su salud empeoró y falleció el 4 de diciembre de 2003. Tenía 68 años.
Arrestada por repartir DVDs informativos
La Sra. He estaba repartiendo DVDs que contenían información de Falun Gong en la mañana del 31 de marzo de 2011 en un mercado. El personal de seguridad la llevó a una comisaría cercana. Los agentes de la Oficina 610 del Distrito de Panlong la registraron y la interrogaron. Esa tarde saquearon su casa. La policía no tenía una orden de registro ni le dieron a la Sra. He una lista con los artículos confiscados.
La policía la interrogó hasta casi la medianoche, y la llevó a un hospital para un examen de salud. Los agentes de la Oficina 610 la obligaron a firmar la notificación de detención, antes de registrarla al desnudo. Estuvo encerrada en el Primer Centro de Detención del Distrito de Panlong durante 18 meses.
Los agentes de la Oficina 610 le hicieron firmar la orden de arresto el 26 de abril de 2011. Cinco meses después, fue acusada por la Procuraduría de la ciudad de Kunming, con el cargo de "socavar la aplicación de la ley con una organización de culto", el pretexto habitual utilizado para criminalizar a Falun Gong.
Condenada a tres años de prisión
Sin notificarlo a ella ni a su familia, las autoridades llevaron a la Sra. He al Tribunal Intermedio de Kunming el 21 de octubre de 2011 para una audiencia. El juez interrumpió su declaración de defensa y suspendió la audiencia en 10 minutos. Fue condenada a tres años el 17 de febrero de 2012. Cuando le dijo al juez que quería apelar el caso, el juez no notificó su apelación al Tribunal Superior de la Provincia de Yunnan.
Según el artículo 216 de la Ley de Procedimiento Penal, los acusados que se nieguen a aceptar la sentencia de los tribunales de primera instancia tienen derecho a apelar ante un tribunal superior, con una declaración escrita u oral, y el derecho de apelación no podrá ser privado bajo ningún pretexto.
Torturada en la Prisión de Mujeres de la Provincia de Yunnan
Las autoridades trasladaron a la Sra. He a la Prisión de Mujeres de la Provincia de Yunnan el 12 de septiembre de 2012. Los guardias la obligaron a permanecer sentada en un diminuto taburete durante largas horas, lo que le hizo daño en la parte baja de la espalda y en los glúteos. Intentaron coaccionarla para que renunciara a su fe y, al mismo tiempo, la obligaron a realizar trabajos intensivos. Todos los días tenía que coser 19 bolsos pequeños. No podía terminar la carga de trabajo debido a su escasa visión. Los guardias la obligaban a permanecer inmóvil durante horas. La obligaron a llamar a su familia para que le enviaran unas gafas. Aun así, no pudo terminar la carga de trabajo con las gafas puestas. No obstante, los guardias siguieron presionándola para que terminara su asignación todos los días hasta el día en que fue liberada.
Tras su regreso a casa, la policía local y los funcionarios de la comunidad la acosaron con frecuencia y le daban órdenes para que renunciara a Falun Gong.
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Categoría: Torturas a mujeres