(Minghui.org) El Partido Comunista Chino (PCCh) ha estado llevando a cabo una campaña llamada "reducción a cero" con el objetivo de obligar a todos los practicantes de Falun Gong (también conocido como Falun Dafa), en las listas negras del gobierno, a renunciar a su fe. La campaña de "reducción a cero" está en marcha desde 2020.

Para tal finalidad, se han movilizado las fuerzas policiales, los funcionarios del gobierno y los comités de residentes para que acosen a los practicantes en sus hogares y les amenacen con perder ellos y sus seres queridos, su propia educación, sus trabajos o sus pensiones si se niegan a renunciar a su creencia.

A pesar de las presiones, muchos practicantes, entre los que me incluyo, hemos permanecido firmes en nuestra fe. La razón es muy sencilla. Todos nos hemos beneficiado tanto de la práctica que nuestra fe no se verá sacudida por la propaganda difamatoria del PCCh.

Ser una buena persona

Comencé a practicar Falun Gong en 1996 y me he beneficiado enormemente, tanto física como espiritualmente. Sin embargo, después de que el PCCh comenzara a perseguir a Falun Gong en 1999, mi pacífica vida se hizo añicos. En aquella época, vivía cerca de la plaza de Tiananmen en Beijing. Todos los días había muchos practicantes de otras partes de China que venían a la plaza de Tiananmen a desplegar pancartas con mensajes como "Falun Dafa es bueno". Los oficiales de policía a cargo de mi barrio fueron enviados a patrullar el camino desde mi barrio hasta la Plaza de Tiananmen, tratando de bloquear o arrestar a cualquier practicante local.

Además de la policía, el comité local de mi barrio también recibió instrucciones de "visitar" a los practicantes. Un día en el 2000, una mujer vino a mi casa diciendo que era la directora del comité. Mientras charlábamos, me dijo que creía en el budismo y me pidió que me pasara al budismo en lugar de practicar Falun Gong.

"Puedo decir que eres una buena persona, ya que los que creen en el budismo no harían cosas malas a voluntad". Le contesté: "Falun Gong también pertenece a la escuela de Buda y enseña a ser una buena persona. Así que está bien que yo practique Falun Gong mientras tú crees en el budismo".

Al escuchar mis palabras, la directora no supo qué decir. Después de un rato, me dijo que podía seguir creyendo en Falun Gong, pero que no debía salir a promover la práctica.

"Siendo alguien con una creencia espiritual, no intervendría casualmente en asuntos seculares", respondí. "Pero el Maestro Li, fundador de Falun Gong, también dijo que un practicante no puede ignorar si ve asesinatos o incendios provocados; de lo contrario, no puede ser considerado un practicante".

"Pero ahora no hay asesinatos ni incendios provocados, ¿verdad?", dijo ella.

"Cuando el PCCh inventa mentiras para calumniar y difamar a Falun Gong, la consecuencia puede ser peor que matar o provocar un incendio", respondí, "Verás, Falun Gong ha salvado muchas vidas mejorando su salud y haciéndolos mejores ciudadanos a través de los principios de Verdad, Benevolencia, Tolerancia. La propaganda del PCCh contra Falun Gong, por otro lado, está robando a la gente las preciosas oportunidades de ser buenas personas y causando corrupción moral. ¿Qué clase de daño es este?".

La directora tal vez, de verdad sea budista. Pensó un rato en mis palabras y se fue.

Mantenerse fiel a uno mismo

El 23 de enero de 2001, la víspera del Año Nuevo Chino, el PCCh provocó el incidente de la autoinmolación en la plaza de Tiananmen para difamar a Falun Gong. En ese momento, yo estaba recluida en un centro de detención por mis creencias.

El PCCh afirmó que los autoinmolados se prendieron fuego siguiendo las enseñanzas de Falun Gong, siendo que el asesinato y el suicidio están estrictamente prohibidos en Falun Gong. Incluso mi hijo de 8 años le dijo a su abuelo paterno que los autoinmolados no podían ser practicantes de Falun Gong. Sin embargo, para muchas personas que no conocían realmente Falun Gong, esta propaganda despertó el odio contra practicantes inocentes de Falun Gong.

Como resultado, algunos de mis familiares trataron de persuadirme para que dejara de practicar Falun Gong. Me alertaron de las posibles consecuencias si "iba en contra del PCCh". Les dije que no estaba en contra del PCCh.

"Solo estoy diciendo a la gente los hechos de Falun Gong porque este mundo necesita Verdad-Benevolencia-Tolerancia", y añadí: "Respetar estos principios y saber que Falun Dafa es bueno traerá bendiciones para ellos y ayudará a la sociedad".

Pero, como la policía y los funcionarios del PCCh seguían acosándome, no tuve más remedio que vivir fuera de casa a partir de abril de 2001. Alguien me delató a la policía y pronto fui arrestada, detenida y torturada. Al ser liberada 9 meses después, me enteré de que mi marido había solicitado el divorcio, así que dejé Beijing y volví a mi ciudad natal.

Por mí, mi hijo también se trasladó a mi ciudad natal cuando llegó el momento de ir a la escuela secundaria, aunque él vivía con sus abuelos paternos.

Su abuela paterna se quejaba con frecuencia de que él tenía baja autoestima y de que le miraban hacia abajo en la escuela por culpa de mis creencias. Le pregunté a él al respecto y me dijo que no era así en absoluto.

"Los padres siempre dicen a sus hijos que sean buenas personas", le expliqué. "Cuando el PCCh no permite que la gente viva según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, los practicantes de Falun Gong arriesgan sus vidas diciendo a la gente que la persecución es un error. Se mantienen fieles a su fe. Créeme, algún día estarás orgulloso de tu madre".

"Lo sé", dijo mi hijo y sonrió.

En enero de 2022, la policía y los funcionarios locales acosaron a mis familiares y vecinos por mi práctica de Falun Gong.

"Vamos, puedes decirles que has dejado de practicar y no volverán a molestarte", "puedes seguir haciendo lo que quieras. ¿Verdad?", me dijo una vecina.

"No realmente". "Falun Gong enseña a seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Si miento, no seré una practicante, no importa cuántos ejercicios haga. ¿Verdad?", le respondí.

"Además, si las personas se mienten entre ellas de esa manera, y nadie es verdadero, ¿no se acabaría el mundo?". Añadí.

Ella estuvo de acuerdo y me dio las gracias.