(Minghui.org) Mi hermano mayor trabajaba en una gran empresa estatal. Era muy trabajador y concienzudo, y todos sus compañeros decían que era una buena persona. La empresa lo calificaba todos los años como un trabajador ejemplar. Cuando empezó a practicar Falun Dafa, se benefició mucho –tanto física como espiritualmente–, lo que provocó que mucha gente también empezara a cultivarse en Dafa.

Jiang Zemin, el exdictador del Partido Comunista Chino (PCCh), lanzaba una persecución sin precedentes contra los practicantes de Falun Dafa en julio de 1999. El PCCh estableció, específicamente, la Oficina 610 para que se encargara de llevar a cabo una persecución inhumana. Empleó métodos extremadamente crueles y despreciables. Mi hermano y muchos practicantes de Dafa cayeron víctimas de la persecución y saquearon sus casas. Mi hermano recibió palizas brutales en la cárcel, lo que le provocó que acabaran mutilándole las piernas. Luego hizo una huelga de hambre durante 17 días, y desde la cárcel nos notificaron que nos lo lleváramos a casa. Lo dejaban salir bajo fianza por asuntos de salud.

Nos lo llevamos a casa, pero cuando la policía se enteró de que su salud había mejorado, quisieron volver a detenerlo. Como no les abrimos la puerta, llamaron a los bomberos, que subieron por una escalera y rompieron las ventanas. El fuerte estruendo alarmó a los vecinos de la comunidad. Todos salieron a ver qué pasaba. Más tarde, con ayuda de los vecinos, mi hermano logró abandonar la ciudad durante la noche. Se mudó a una ciudad vecina.

En aquella época, no solo tuve que soportar la presión porque perseguían a mis familiares, sino que también me forzaron a ayudar en la transformación de los practicantes de Dafa. Yo trabajaba como encargado. Nos dijeron que, si había un problema en alguna parte, por ejemplo, si un practicante de Dafa iba a apelar, entonces suspenderían a su encargado, al encargado por encima y al encargado por debajo.

Un día, reuní a más de 30 practicantes de Dafa en mi jurisdicción para llevar a cabo la llamada transformación. Les pedí que me entregaran todos sus libros, las pancartas,  las fotos, las cintas de vídeo, los materiales de audio y los equipos electrónicos, que tuvieran algo que ver con Falun Dafa. También les transmití el mensaje de que debían detener todas las actividades de Falun Dafa. Les pedí que no se reunieran, que no fueran a Beijing a apelar y que aceptaran que nosotros los gestionáramos.

En ese momento, los practicantes me hicieron muchas preguntas, pero no pude respondérselas. Me preguntaron: "¿Recuerda usted a algún practicante de Dafa que haya hecho algo malo o que esté involucrado en algún tipo de corrupción? Zhuan Falun es el libro principal de los discípulos de Dafa. ¿Qué sección refleja que se participa en la política? Solo intentamos ser buenas personas en la sociedad y ser verdaderos, benevolentes y tolerantes. Si eso se tilda de [se omite la palabra calumniosa], entonces ¿qué clase de personas están al mando de este gobierno? Hay tanta corrupción en este momento, y el gobierno incluso ha cedido territorio a Rusia. ¿Es eso lo que, en realidad, necesita el pueblo? Tratan a los practicantes de Dafa como a enemigos. Incluso, los persiguen y los torturan. ¿Cómo puede una persona buena hacer ese tipo de cosas?".

Con muchas preguntas en mi mente, comencé a mirar los materiales relevantes, incluyendo Zhuan Falun y el video de las lecciones del Maestro Li Hongzhi. A partir de entonces, empecé a prestar atención a Falun Dafa. Los practicantes de Dafa son rectos e insisten en aclarar la verdad. Muchos practicantes han sido perseguidos hasta la muerte; otros han quedado discapacitados, y muchos practicantes de Falun Dafa han perdido sus hogares. Como mi hermano cultivaba Falun Dafa, pude presenciar la naturaleza malvada del malvado PCCh y la belleza de Dafa.

Aunque lo torturaron hasta quedar discapacitado, mi hermano seguía creyendo firmemente en Dafa

Aunque mi hermano había sido cruelmente torturado en la cárcel, lo que causó que le mutilaran las piernas, nunca dudó de su creencia en Dafa. Sabía lo mucho que él y su familia se habían beneficiado por practicar Dafa. Quería que más personas comprendieran la verdad, así que salía a colgar pancartas y a aclarar la verdad. Yo estaba muy preocupado por su seguridad. No quería que fuera a Beijing a apelar, ni que saliera a aclarar la verdad todos los días. Así que le pedí que se quedara en casa y le enseñé a usar las computadoras. Esperaba que pudiera hacer los ejercicios y estudiar el Fa dentro de su casa. Pero en los seis meses que se quedó en casa, dominó las técnicas de impresión, composición tipográfica, grabado y reparación de las máquinas. Creó un centro de producción de materiales de Dafa para la familia y ayudó a muchas personas a hacer lo mismo. Aunque esto contribuyó en gran medida a que los practicantes locales de Dafa aclararan la verdad, también hizo que el gobierno se fijara en él.

En 2003, la policía detuvo a muchos practicantes de Dafa, entre ellos a mi hermano, que fue arrestado mientras entregaba materias primas a los centros de producción de materiales. Cuando lo detuvieron, la policía afirmó que había detenido al mayor organizador de Falun Dafa de la provincia. Los policías de la provincia y de la ciudad se turnaron para interrogarle. Mi hermano solo les dijo: "Solo quiero ser una buena persona. Solo quiero cultivarme y contarle a todos la verdad. ¿Cuál es la razón por la que no me permiten hacerlo? Todo lo que hacen es calumniar, mentir, distorsionar maliciosamente los hechos y torturar a los discípulos de Dafa. Por favor, piensen en ello, porque las acciones buenas y malas recibirán en consecuencia bendiciones o retribuciones". El jefe de la Oficina 610 trató de persuadir a mi hermano para que abandonara su creencia muchas veces. Pero mi hermano seguía aclarándole la verdad. Le habló de la historia del PCCh, de todos los movimientos y de la situación actual de China. Puso como ejemplo al jefe de la Oficina 610: Deng Xiaoping, exlíder del PCCh, al que destituyeron y volvieron a rehabilitar hasta en tres ocasiones. Acabarían convirtiéndolo en un líder nacional. ¿Pero cuánto sufrió con cada destitución? El jefe de la Oficina 610 dijo: "Tal vez tenga en cuenta sus palabras cuando me retire. No puedo prometerte nada ahora, pero tampoco tengo forma de dejarte marchar. Lo que sí puedo hacer es encontrarte una buena prisión durante cinco años. Tus palabras me han conmovido. Normalmente, todas las creencias religiosas enseñan a la gente a ser amable. Creo que eres una buena persona, pero no apruebo que actúes contra nosotros y nos hagas quedar mal". Los malos pensamientos seguían poblando su cabeza.

Llevaron a mi hermano al Segundo Centro de Detención de la ciudad, donde lo torturaron salvajemente de varias maneras. Como consecuencia, se desmayó muchas veces. Cada vez que se desmayaba, el guardia lo apuñalaba en un punto de acupuntura con palillos. El guardia le esposaba las manos y los pies y le pisaba el pecho con pesados zapatos de cuero. Perdió cuatro dientes de una patada en la cara y el resto se le aflojaron. Los prisioneros se turnaban para vigilarle y no le dejaban dormir. Al final, tenía la cara deformada. Sus ojos y su boca quedaron tan hinchados que no podía abrirlos. Tampoco podía comer. Tenía manchados de orina y heces los pantalones. No sabía cuánto tiempo permanecía desmayado ni cuánto despierto. Le introducían un tubo en la boca y le daban de beber agua salada. El guardia les dijo a los presos que le pusieran heces en la boca. Y se volvió a desmayar.

Mi hermano dijo más tarde que en ese momento sintió que su cuerpo se hundía, mientras que su alma se elevaba. El médico nos dio un aviso de enfermedad crítica y nos dijo que nos preparáramos para lo peor.

Una recuperación milagrosa

Cuando llegué al hospital con mi sobrino, mi sobrina, mis familiares y mis amigos, no podíamos reconocer a mi hermano en absoluto. Respiraba con mucha debilidad. A veces sufría convulsiones y otras veces se quedaba inconsciente. Los guardias temían que se les considerara responsables del estado en que estaba mi hermano. Solo me pidieron que firmara unos papeles y que me marchara. Quedé aturdido, me sentía totalmente desesperado y sin esperanza. Me llevé a mi hermano a casa, le limpié el cuerpo. Todo lo que deseaba es que dejara de respirar. Su mujer quedó tan aterrada de la persecución que nunca pudimos volver a contactar con ella.

Mi hermano no podía comer ni beber. Al día siguiente, abrió los ojos a mediodía. Quería decir algo, pero no podía. Con el apoyo de los familiares y de los compañeros practicantes que enviaron pensamientos rectos por él durante dos días y dos noches, se despertó el tercer día, después de su vuelta a casa. Aunque bebió tres cucharadas de sopa de arroz, aún se sentía demasiado débil para sentarse. En la mañana del cuarto día, la mente de mi hermano se recuperó y fue consciente de que estaba fuera de la cárcel. Pudo sentir hambre. Después de comer, le contó a todos la persecución que había sufrido y animó a los practicantes a ser diligentes. Dijo que no hay nada malo en tratar de ser buenas personas, y que Falun Dafa traerá la gloria a la humanidad.

En la mañana del quinto día, para sorpresa de todos, mi hermano pudo leer y estudiar el Fa como de costumbre. Se recuperó milagrosamente y volvió a la vida. Todos aprendieron una lección de esto. Se trasladaron los lugares de producción de materiales de Dafa y los practicantes dejaron de ponerse en contacto con personas con problemas de seguridad. Intentamos con dificultad trasladar a mi hermano de inmediato por cuestiones de seguridad. Todavía no podía mover las piernas ni caminar. Justo cuando salíamos de la casa apareció un compañero practicante para proporcionarle transporte. Acababa de conocer la situación de mi hermano. En cuanto su automóvil desapareció con mi hermano, llegaron dos vehículos de la policía. Varios agentes se bajaron y entraron en la casa. Pero no encontraron nada.

Insistir en aclarar la verdad para salvar a la gente

Con la ayuda de los compañeros practicantes, mi hermano viajó a Shanghái. Después de seis meses intentando saber cómo le iba, por fin supe dónde se alojaba y conocí su situación. Fui a Shanghái para verle, pero no pudimos reunirnos después de dos intentos. Más tarde, unos compañeros me dijeron que se había recuperado bien y que había vuelto a mi localidad. Como nuestros teléfonos estaban vigilados, no podía llamarle directamente.

Al final nos encontramos, en persona, dos años después. Trabajaba en la empresa de un compañero practicante y también había abierto un taller de reparación de computadoras e impresoras. Era un hombre muy ocupado. Trabajaba como un joven y su cabello canoso se había vuelto negro. Lo que más me sorprendió es que le volvieron a crecer tres dientes. Decía que mientras uno creyera de verdad en Dafa, ¡Dafa se mostraría como algo realmente mágico! La gente le preguntaba a menudo si sería capaz de cultivarse hasta la Perfección. Les respondía: "Si te cultives con firmeza, los milagros seguro que ocurrirán".

Mi hermano siempre se levantaba a las 3 de la mañana, todos los días, hacía las cinco series de ejercicios y luego estudiaba y memorizaba el Fa. Siempre enviaba pensamientos rectos a las horas señaladas. Cada día, trabajaba con ahínco en la reparación de las máquinas de varios centros de producción de materiales de forma gratuita y nunca se quejaba. Llevaba una vida muy frugal, a menudo a alimentaba de sobras. Con pensamientos y acciones rectas, hizo todas estas cosas durante más de veinte años. A veces le preguntaba si dormía lo suficiente o si se sentía cansado. Decía que hacer la cultivación es la mejor manera de reponer la energía. Entonces le pregunté por qué memorizaba Zhuan Falun. Dijo: "Si no trabajas la hierba con insistencia, la mala hierba crecerá. Si la gente no se concentra en el estudio, tendrá pensamientos que la distraerá. El cerebro es como un recipiente, si no se llena con Dafa, se llenará con otras cosas".

Una vez, cuando mi hermano se dirigía en su bicicleta eléctrica a casa de alguien para repararle la impresora, le atropelló un triciclo que hacía reparto de comida. No podía moverse. El conductor del triciclo se quedó muy asustado y no paraba de pedir disculpas. La mujer del conductor lloraba. Mi hermano dijo: "No tienes que pagarme nada. Pero debes recordar que 'Falun Dafa es bueno', y que 'los practicantes de Falun Dafa se cultivan para convertirse en personas buenas'". El conductor le dijo con gran gratitud: "¡Los practicantes de Falun Dafa son personas muy buenas! ¡No puedo imaginarme cuánto tendría que pagar si hubiera dado con otra persona! Muchas gracias".

Aunque mi hermano sobrevivió al accidente de tráfico, sus piernas volvieron a lesionarse. Pronto se recuperó sin tener que tomar ni una sola pastilla o ponerse una sola inyección. Aparte de sentir un poco de incomodidad cuando el clima frío y húmedo, básicamente, podía desenvolverse con normalidad. Durante la pandemia, la comunidad permaneció cerrada. Esto le resultaba algo incómodo ya que no tenía ni carné de identidad ni teléfono móvil. Entonces trasladó su taller a una zona rural. Siguió aclarando la verdad y reparando las máquinas como había hecho siempre. Las máquinas de los centros de producción de materiales eran la prioridad. Siempre quería que volvieran a funcionar lo antes posible. A veces se saltaba las comidas para ahorrar tiempo.

Mientras reparaba el tejado de su casa, mi hermano se cayó accidentalmente y se volvió a abrir una vieja herida en la costilla y el esternón, que le habían infligido durante la persecución. Tomó un trozo de tela ancho y se envolvió el pecho bien apretado. Luego siguió reparando las máquinas. Debido a la hemorragia interna, sus heces eran negras. Sin embargo, no albergaba ninguna queja ni ningún asomo de arrepentimiento. Después de arreglar las máquinas, se tumbó en la cama para descansar y hacer los ejercicios en el horario habitual. Pero, le dolía tanto que empapaba de sudor su camisa.

Una vez se intoxicó con hollín y permaneció inconsciente durante tres días. Tenía los ojos y la boca torcidos, como si hubiera sufrido una apoplejía. Creía en Dafa e insistió en no ir al hospital. Al cabo de un mes, la torcedura desapareció y sus ojos y boca se volvieron normales. Quedó muy agradecido a los compañeros que lo cuidaron hasta que yo llegué y me lo llevé a casa. Entre ellos había una practicante a la que conozco desde hace muchos años. La encarcelaron dos veces por creer en Dafa y las dos veces la torturaron mucho. Cuando otros decían que ella no era lo suficientemente diligente, mi hermano decía: "Todo practicante que salió de la cárcel y sigue creyendo firmemente en Dafa es digno de respeto. Si uno no lo sufre en sus carnes, no va a entender lo difícil que es".

A través de mi hermano, he conocido a muchos discípulos de Dafa, incluidos los que han sufrido la persecución. Realmente los admiro a todos y cada uno. Son grandes personas en la sociedad. No se aprovechan de los demás y todos son personas muy trabajadoras.

Me dijo que se iba a casa

Mi hermano había pasado por muchas tribulaciones, pero nunca vaciló en su creencia en Dafa. Consideraba todas las cosas como pruebas de su cultivación. En la cárcel, lo torturaron de varias maneras. Le rompieron las rótulas. Le dieron una patada en la entrepierna tal que le provocó un desmayo. Los guardias, en cambio, dijeron que se estaba haciendo el muerto y siguieron dándole patadas. Permaneció tumbado en el suelo de cemento durante dos meses. Estuvo a punto de morir y quedó discapacitado de por vida.

Mientras se recuperaba, una vez cuando le limpiaba el cuerpo, vi que sus testículos se habían vuelto negros. El médico dijo que estaban necrosados y que había que extirparlos. Mi hermano no estaba de acuerdo. No se tomó la medicina. Sabía que su vida se la había dado Dafa. Si no fuera por la protección del Maestro, habría muerto hace mucho tiempo.

Su mujer llevaba más de diez años fuera de casa. La persecución la aterrorizaba. El pasado mes de mayo, llevé a mi hermano a casa. Como ella estaba en otro lugar, no pudieron verse ni hablar. Mi hermano nunca dejó de ser optimista, mantenerse firme en sus creencias y muy diligente. Muchos practicantes decían que había nacido para Dafa. Era capaz de dejar su vida a un lado. Cuando los demás necesitaban algo que poseía, se lo regalaba. Le había regalado a otros practicantes su bicicleta eléctrica, las herramientas de reparación, los artículos de primera necesidad y los equipos de impresión. No veía la televisión. Solo leía  los libros de Dafa y nada más, y no tenía ninguna afición. Su horario estaba completo cada día: estudiar el Fa, hacer los ejercicios, enviar pensamientos rectos, memorizar el Fa y reparar las máquinas.

Una tarde de julio, tres de nosotros enviamos pensamientos rectos sentados en la cama, y vi aparecer un rayo de luz detrás de cada uno de ellos. La luz de mi hermano llegaba muy alto. Me dijo que se iba a ir, y que fuera diligente, que estudiara bien el Fa y que me apresurara en mi cultivación.

A mediados de agosto, me pidió que renunciara el PCCh y que le enviara algo de dinero a su nieto. Dijo que se sentía muy afortunado por haber practicado Dafa y que no se arrepentía.

La tarde del 12 de septiembre, me habló mucho. Me dijo que su dinero estaba en un cajón, que tenía una memoria USB para mi cultivación. También tenía una bolsa con cosas importantes que me pidió que guardara. Le dije que mi salud no era muy buena y me negué a guardarle las cosas. Pensé, que su salud era mejor que la mía. Me dijo que se iba a casa.

La mañana del 13 de septiembre, bebió un brik de leche y comió medio pastel de luna. Hizo los cuatro primeros ejercicios a las 3:50 de la mañana y el quinto a las 4:50. Pero me di cuenta de que tenía la cabeza colgando. Le pregunté qué estaba haciendo, pero no me respondió. Llamé a mis familiares y amigos, y la ambulancia llegó rápidamente. Pero ya había fallecido en paz. Tenía 75 años.

Renuncio el malvado PCCh: comienzo a cultivar Dafa

He sido testigo de las experiencias de cultivación de mi hermano y de otros practicantes de Dafa. Sé profundamente que todos ellos son personas muy buenas. Incluso antes de cultivarse, a mi hermano se le conocía por ser una buena persona, tanto en el trabajo como entre sus amistades. Después de que empezó a cultivarse, era aún más estricto consigo mismo, y también estaba dispuesto a compartir con todo el mundo, cómo se había beneficiado de practicar Dafa.

Comprendí que los practicantes de Falun Dafa se cultivan mientras viven en la sociedad común, y buscan ser mejores personas. Siguen los principios de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia". No sobornan, dejan de lado la fama y la fortuna, y se vuelven muy compasivos. Todos los practicantes cultivan ajustándose al estado de la sociedad común y todos hacen bien su trabajo ordinario. Siempre que tienen algún mal pensamiento o conflicto, miran en su interior. En su entorno vital, no hay peleas ni trucos; se llevan sinceramente bien entre ellos, y se dedican a ser amables. Es como un paraíso dentro de la sociedad común. Me sorprendió mucho saber que estaba realmente en sintonía con sus ideas.

Cuando se calumnia a Dafa, los discípulos de la Dafa utilizan sus propios ahorros para hacer materiales, con el fin de contarle a la gente la verdad sobre Dafa y la persecución. Los practicantes de Dafa solo tratan de ser buenas personas. Por el contrario, ¿cuántos de esos funcionarios del PCCh no son corruptos? Después de que me uní al PCCh en 1998, pude ver toda la corrupción y la degeneración de los miembros del PCCh, así como la intriga y las luchas internas de los funcionarios. Es como un verdadero campo de batalla de vida o muerte, en la puja por la fama y la fortuna. No permiten que la gente crea en los dioses, aunque sean muy supersticiosos con todas las cosas. Así que muchos queman incienso y adoran a Buda en un intento por ascender de rango y enriquecerse. Muchos miembros y funcionarios del PCCh quieren aprovecharse del buen feng shui en las grandes ciudades. En los bajos fondos de China, todo está apoyado por los dirigentes del PCCh. Cuando un país es corrupto y degenerado, no puede acoger a la gente buena en ningún sitio. Eso es exactamente la manifestación del fin de los tiempos y un precursor de las catástrofes. El PCCh tiene sus herramientas para controlar la opinión pública y engañar al pueblo. Pero el Cielo lo ve todo; el bien será recompensado y el mal recibirá su castigo.

Por las experiencias de mi hermano, fui testigo de lo milagroso que es Dafa y de la naturaleza malvada del PCCh. Él sacrificó su preciosa vida por el bien de todos los seres conscientes y para salvaguardar la verdad del universo. Aunque haya fallecido, su espíritu vivirá en el universo para siempre. Estoy totalmente convencido de ello. Apoyo lo que hizo durante su vida, y también declaro solemnemente que me retiraré del malvado PCCh y entraré en el camino de la cultivación de Dafa.

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