(Minghui.org) Los últimos 23 años en China no fueron tiempos normales. Mientras todo parecía normal con el habitual ajetreo de la sociedad, un gran número de personas inocentes eran detenidas y torturadas por su fe dentro de los centros de detención, campos de trabajo y prisiones.

Se trata de practicantes de Falun Dafa, un sistema de meditación basado en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) comenzó su persecución a Falun Dafa el 20 de julio de 1999, muchos practicantes fueron atacados por esforzarse en ser buenos ciudadanos. Muchos practicantes detenidos fueron sometidos a torturas físicas, trabajos forzados, abusos mentales, administración involuntaria de medicamentos e incluso la sustracción forzada de órganos.

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El 20 de julio es un día importante. Ese día, hace 23 años, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó una campaña a gran escala contra Falun Dafa y prometió erradicar esta práctica de mente y cuerpo en tres meses.

Ya pasaron más de dos décadas, y Falun Dafa sigue en pie y la persecución se está acabando. Sin embargo, a pesar de esto, el PCCh sigue utilizando cantidades astronómicas de dinero y diversas tácticas de coerción para obligar a sus fuerzas de seguridad, procuradurías, tribunales, oficinas de justicia, centros de detención y otros organismos gubernamentales a seguir cometiendo delitos contra la pacífica comunidad espiritual de los practicantes de Falun Dafa.

Un practicante con visión celestial vio una vez que cuando la policía y los funcionarios del gobierno perseguían a Falun Dafa, eran recompensados con honores, dinero y ascensos en el mundo humano; pero en otras dimensiones, ocurría exactamente lo contrario. Cada vez que recibían una recompensa, acumulaban más yeli. El PCCh puede etiquetarlos como grandes héroes, pero en otras dimensiones vendieron sus almas al mal.

De hecho, en medio de la persecución en curso, el eterno principio de la retribución ya se reveló entre los represores.

Li Quan era agente de policía en la comunidad de Longbei de la ciudad de Daqing, provincia de Heilongjiang. Después de que el PCCh comenzó a reprimir a Falun Dafa en 1999, Li siguió activamente la política de persecución para acosar, arrestar y detener a los practicantes locales. Fue directamente responsable de enviar a seis practicantes a campos de trabajo, a uno a la cárcel y a casi veinte a otros centros de detención. Tres de los practicantes perdieron la vida a consecuencia de ello.

A pesar de que los practicantes seguían instando a Li a que dejara de seguir ciegamente al PCCh en su empeño de dañar a los inocentes, éste no les escuchó. Al final, murió a los 56 años de un repentino ataque al corazón en noviembre de 2021. Muchos practicantes locales creen que su prematura muerte estuvo relacionada con su participación en la persecución.

Si bien el caso de Li es un ejemplo extremo, muchos otros represores se enfrentaron a las consecuencias de otras formas, como ser destituidos y sufrir diferentes tipos de percances, ya sea en nombre de la corrupción o ser tratados por el PCCh como chivos expiatorios para encubrir sus crímenes.

Hasta julio de 2018, 20.784 miembros del PCCh que participaron en la persecución a Falun Dafa tuvieron malos finales. Algunos fueron condenados, otros estaban siendo investigados y otros sufrieron enfermedades terminales y murieron.

Entre ellos, 9.162 personas, es decir, el 44 por ciento, participaron directamente en la detención, acusación y condena de los practicantes. Entre ellos había 764 en el sistema del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos (PLAC) del PCCh, 1.614 en el sistema de la Oficina 610, 118 en el sistema de la Procuraduría, 338 en el sistema Judicial, 52 en el Ministerio de Justicia y 5.512 en el sistema de Seguridad Pública.

En particular, la Oficina 610, una agencia extralegal creada con el único propósito de perseguir a Falun Dafa, se convirtió en los conocidos "puestos de la muerte". Según los datos recopilados por Minghui.org, entre 1999 y 2020, un total de 1.689 agentes del sistema de la Oficina 610 recibieron una retribución de yeli por sus malas acciones.

El último agente que tuvo consecuencias fue Fu Zhenghua, ministro de Justicia de China y ex director de la Oficina Central 610. Fue investigado el 2 de octubre de 2021 por "grave violación de la disciplina y la ley". Es el séptimo alto cargo de la Oficina Central 610 o del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos que es destituido en los últimos años.

Además de ser purgados dentro del PCCh, estos responsables también se enfrentan a sanciones de la comunidad internacional. Después de que Estados Unidos aprobara la Ley Global Magnitsky de Responsabilidad por los Derechos Humanos en 2016, países como Canadá, Australia, Reino Unido, Noruega y la Unión Europea (27 países) aprobaron leyes similares.

En la historia, el Imperio Romano sufrió cuatro grandes plagas y destrucción por su persecución a los cristianos. En la historia de China, cuatro emperadores murieron en la flor de la vida por no respetar a Buda. Hay suficientes historias para recordarnos que el terror y la violencia siempre fracasaron en la conquista de una fe justa y que quienes siguen a las autoridades en la persecución a las personas buenas son las verdaderas víctimas.

Los dioses están en todas partes mirando. Para aquellos que persiguen a Falun Dafa y a su creencia en Verdad, Benevolencia y Tolerancia, sus "logros" de hoy se convertirán en evidencia criminal para llevarlos a la justicia mañana.

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