(Minghui.org) Crecí con los valores tradicionales chinos y fui testigo de cómo el Partido Comunista Chino arruinó esos valores y corrompió la mente de la gente a lo largo de los años. También tuve la suerte de experimentar la elevación de la moral tras la introducción pública de Falun Dafa, cuando sus practicantes se esforzaron por vivir según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia de Falun Dafa.
Valores tradicionales profundamente arraigados en los corazones de las generaciones mayores
Nací en una aldea agrícola en la década de los setenta. A pesar de las malas condiciones de vida, la gente era amable. Mis abuelos me contaban a menudo historias en las que se mencionaba la retribución por las acciones buenas o malas, donde se premiaba el bien y se castigaba el mal. Me fascinaban esas historias, que sembraron la semilla de la bondad en mi corazón.
En aquella época, la gente respetaba los rangos generacionales. Las generaciones más jóvenes nunca se referían a las personas de las generaciones mayores por sus nombres. Las primeras siempre llamaban a las segundas tío, tía, abuela, abuelo, etc., aunque no fueran parientes.
Cuando una familia necesitaba ayuda, todo el pueblo ayudaba. Algunos ofrecían mano de obra gratuita, mientras que otros aportaban dinero; la ayuda era desinteresada y sincera.
Los hombres y las mujeres eran muy conscientes de los límites del sexo opuesto, y se sonrojaban cuando se conocían. El divorcio era raro, y era algo muy vergonzoso que alguien tuviera una relación impropia fuera del matrimonio.
Rara vez se pedía dinero prestado y no se devolvía.
La Revolución Cultural, que duró diez años, de 1966 a 1976, destruyó la Cultura tradicional e inculcó mucha falsedad, maldad y lucha en las mentes de la gente, pero todavía había muchos valores tradicionales en las mentes de la generación de mis abuelos, y medían las cosas en función de si "acumulaban de" o "generaban ye", lo que me dejó una profunda impresión.
La depravación moral sigue a la reforma económica y la apertura del país
En la década de los ochenta, el Partido Comunista Chino inició las reformas de mercado y la apertura del país a la inversión extranjera. También llegaron cosas corruptas de Occidente, como la "liberación sexual" y la "libertad sexual". Nos resultaba muy difícil aceptarlo en aquella época, pero esas palabras aparecían de vez en cuando en libros y revistas.
Recuerdo claramente que, a finales de lla década de los ochenta, se emitió una serie de televisión taiwanesa que promovía abiertamente la pornografía en el canal de televisión controlado por el Estado del Partido Comunista Chino. Un profesor de educación física elogió lo buena que era la serie de televisión. Estaba atónito: "Me he enterado de que se trata de una película pornográfica, ¿y cómo puede el profesor seguir diciendo que es buena?".
La corrupción moral se extendió rápidamente por todo el país y se agravó cuando el PCCh empezó a promover el desarrollo económico en 1992. Yo estaba en la universidad en ese momento. Me pareció que, de la noche a la mañana, ya no era necesario encubrir las trampas en los exámenes y que sobornar a otros para conseguir cosas se convirtió de repente en algo habitual.
La gente sentía que el objetivo de moda era ganar dinero. Y la cultura y los valores tradicionales se consideraban supersticiones feudales que limitaban a la gente y debían ser desechados por completo.
Descubrir una tierra pura
Para gente como yo, que creció con la cultura tradicional, era doloroso seguir la corriente. Me esforcé por encontrar la verdad de la vida. Después de todo, ¿por qué vive la gente? ¿Para obtener ganancias insignificantes en la vida? Me sentía impotente y desesperado cada día.
Falun Dafa, una práctica de mente-cuerpo basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, fue introducida por el Maestro Li Hongzhi al público en mayo de 1992, en la ciudad de Changchun, provincia de Jilin. Asistí a la serie de conferencias sobre el Fa del Maestro en la ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan, en 1994. Decidí que seguiría los principios de Falun Dafa y me cultivaría para ser una buena persona. Lloré de regreso a la escuela, y fueron lágrimas de alegría: "¡Tengo un Maestro!".
A partir de entonces me esforcé por vivir según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Miré hacia dentro cada vez que me encontraba con problemas. Seguí el curso de la naturaleza y no luché por la fama y ganancias. Mis compañeros de clase decían que me había convertido en un tonto; decían que si uno no luchaba por nada, ¿qué sentido tenía vivir?
La gente común no entiende a los cultivadores. Pero no luchar por las cosas no significa que uno no tenga nada. Aprendí muchos secretos celestiales a través de la práctica de Falun Dafa, y la búsqueda de un reino espiritual más elevado es una verdadera alegría para mí. La búsqueda material solo conduce a la codicia y al deseo, y lo que trae es nada más que sufrimiento.
En aquella época, siempre que se mencionaba Falun Dafa en la sociedad, todo el mundo hablaba bien de él. Muchas empresas buscaban específicamente trabajadores que practicaran Falun Dafa. Los funcionarios que practicaban Dafa ponían fin a la corrupción y al soborno, y anteponían los intereses vitales del pueblo. Los empresarios que practicaban Dafa hacían negocios con integridad. Simplemente hubo demasiados ejemplos de corazones rectificados por los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Aprende la verdad y elige un futuro brillante
Todo esto cambió después del 20 de julio de 1999, cuando el Partido Comunista Chino lanzó una persecución genocida contra los practicantes de Falun Dafa e inundó los medios de comunicación con propaganda calumniosa contra la práctica. El público en general, que ya tenía una buena impresión de Falun Dafa, se asustó o incluso desarrolló odio hacia la práctica.
La moralidad decayó aún más cuando la Verdad-Benevolencia-Tolerancia se convirtió en un tabú en la sociedad china. La corrupción de los funcionarios y los sobornos se volvieron desenfrenados; las "aventuras de una noche" y las relaciones extramatrimoniales dejaron de ser vergonzosas, y la gente se atrevió a hacer cualquier cosa por dinero.
Como los conflictos en la sociedad se han intensificado hoy en día, mucha gente se ha dado cuenta de que la corrupción y la búsqueda material no son la solución a la felicidad. Solo renunciando al Partido Comunista Chino, rechazando la cultura del Partido y volviendo a los valores tradicionales, podremos recuperar la bondad, encontrar la felicidad y abrazar un futuro brillante.
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Categoría: Opinión y análisis