(Minghui.org) Un residente de la ciudad de Hefei, en la provincia de Anhui, perdió la capacidad de hablar después de que se le aplicaran inyecciones tóxicas, un mes antes de que terminara de cumplir su condena en prisión por practicar Falun Gong.

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que persigue el régimen comunista chino desde 1999.

El Sr. Peng Yuxin, exempleado de la Oficina Provincial de Estadística de Anhui, de 55 años, fue detenido en su barrio el 24 de abril de 2020 por agentes de la Estación de Policía de Xinlin. Sin mostrar ninguna identificación, orden de registro o revelar sus nombres, cuatro agentes allanaron su casa. Le confiscaron su computadora portátil, dos impresoras, 50 libros de Falun Gong y 500 yuanes en efectivo. El Sr. Peng trató de aclararles los hechos sobre Falun Gong a la policía y argumentó que es ilegal que registren su casa, pero los agentes no le escucharon. Lo liberaron alrededor de las 11 de la noche.

En mayo de 2020, el Sr. Peng acudió a la estación de policía para exigir la devolución de sus objetos personales, pero fue detenido y recluido en el Centro de Detención de la ciudad de Hefei. Posteriormente fue condenado en secreto a prisión, probablemente, con una sentencia de 1.5 años.

Un mes antes de ser liberado, el Sr. Peng fue sacado del centro de detención local para recibir inyecciones tóxicas, por un total de seis veces. Después de ser liberado, había perdido casi toda su capacidad de hablar u organizar un discurso coherente. Solo podía pronunciar ocasionalmente algunas palabras. Cuando se le preguntó si le habían puesto inyecciones tóxicas, asintió con la cabeza. Su cognición general también ha disminuido considerablemente. Era incapaz de escribir su dirección. Pero cuando otros le escribían varias direcciones, era capaz de reconocer la correcta. Debido a su situación general, no está claro si el Sr. Peng sufrió otras torturas mientras permaneció detenido.

Aunque no se ha informado de ningún caso de COVID-19 en Hefei, la subdivisión del Sr. Peng sigue imponiendo normas muy estrictas. Los residentes locales tienen que escanear códigos QR y presentar pruebas negativas de COVID-19 en un plazo de 72 horas para poder entrar, mientras que la mayoría de las otras subdivisiones no tienen tales requisitos. Como el Sr. Peng vive solo y sus padres han fallecido, sus amigos están muy preocupados por él.

Persecución previa

Antes de su última sentencia, el Sr. Peng había sido perseguido varias veces por practicar Falun Gong.

Por leer materiales de Falun Gong mientras tomaba un tren en septiembre de 2008, fue detenido por los guardias del tren. Tras bajarse del tren, lo llevaron a una estación de policía y luego lo detuvieron en el Centro de Detención N.º 1 de la ciudad de Hefei durante un mes. Los guardias le golpearon y le obligaron a realizar trabajos no remunerados durante ese encarcelamiento. Los malos tratos físicos le impidieron hablar durante un largo periodo de tiempo.

Cuando el Sr. Peng fue detenido, la policía registró su casa y confiscó sus libros de Falun Gong, 5000 yuanes en efectivo y otras pertenencias. Cuando expiró el plazo de detención, en lugar de liberarlo, las autoridades lo llevaron a un centro de lavado de cerebro y lo mantuvieron allí durante otras dos semanas en un intento de obligarlo a renunciar a Falun Gong.

Mientras viajaba por la ciudad de Huangshan el 2 de enero de 2010, estaba a punto de registrarse en un hotel cuando la policía se presentó y lo registró. Al encontrar material de Falun Gong en su equipaje, lo arrestaron y lo retuvieron en el Centro de Detención del Condado de Yi durante once meses. Los guardias lo alimentaron a la fuerza y lo golpearon constantemente. En una ocasión, un guardia encadenó al Sr. Peng a una silla metálica durante tres días en invierno, sin proporcionarle ningún alimento. A veces lo colgaban de las muñecas. Otro guardia, tras una borrachera de medianoche, le golpeó los dedos con un palo de madera.

Posteriormente fue condenado a cuatro años por el Tribunal del Condado de Yi. Debido a que persistió en hacer los ejercicios de Falun Gong en la prisión de Suzhou, se le obligó a permanecer de pie frente a la pared todo el día, todos los días durante unos meses. A veces no se le permitía dormir hasta las 2 de la madrugada, pero los guardias le obligaban a levantarse a las 5 de la mañana para empezar otro día de pie. No había descanso, salvo unos minutos a la hora de comer o cuando necesitaba ir al baño.

En tres ocasiones fue recluido en régimen de aislamiento. Solo le daban dos pequeños bollos al vapor y agua en cada comida, lo que le dejaba constantemente hambriento. Cuando le dejaron salir del confinamiento dos meses después, estaba puro huesos.

El segundo aislamiento también duró dos meses. Dos reclusos se turnaban para abofetearle y frotarle las piernas con un rodillo de goma. Su piel se desprendió y sus piernas se ensangrentaron. Más tarde, los reclusos le encadenaron las manos y los pies, impidiéndole ponerse de pie o acostarse para dormir por la noche. A veces también lo esposaban a una argolla metálica en la pared.

El recluso Pang Jianbing a menudo le golpeaba y una vez le dijo: "No quiero golpearte. Pero si no lo hago, me pegarán los guardias". Otros reclusos le dijeron lo mismo al Sr. Peng. Un recluso le dijo que no le fue fácil conseguir el puesto de director (para vigilarlo en lugar de hacer trabajos forzados) y que tuvo que pagar a los guardias varios miles de yuanes por ello.

La tercera vez que el Sr. Peng fue recluido en régimen de aislamiento, los guardias lo mantuvieron allí durante un mes, ya que su condena estaba a punto de expirar. Sospechaba que la prisión no quería que otros vieran lo mucho que lo torturaron durante el confinamiento. Poco después de que fuera liberado, fue despedido por su lugar de trabajo. En ese momento solo tenía 40 años.

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