(Minghui.org) Mi nombre es Lian Lian, y soy una practicante de Falun Dafa que vive en el campo y que no pudo asistir a la escuela. He estado practicando la cultivación durante más de dos décadas, pero nunca hice nada importante. Solamente me quedé en casa y cuidé de mi familia.

Solía tener muchas dolencias de la cabeza a los pies y debido a que mi familia era pobre y no tenía dinero para llevarme al médico, ninguna de mis enfermedades fueron diagnosticadas. Por lo cual, soporté mi mala salud y pensé que no había escapatoria a mis penurias. Mi suegro, el cual vivía con nosotros, estaba parcialmente paralizado, y mi esposo se pasaba el día con una cara larga y ganaba algo de dinero cuidando ovejas para que mis hijos, dos varones y una mujer, pudieran ir a la escuela.

Con la esperanza de curar mis enfermedades, empecé a practicar Falun Dafa. Al poco tiempo, el Partido Comunista Chino (PCCh) empezó la persecución hacia Falun Dafa; esto hizo que me acosaran constantemente simplemente porque me negaba a abandonar mi creencia.

Las tribulaciones llegan

Al año siguiente, en 2000, mi esposo se fugó con una mujer casada de nuestro pueblo que tenía cuatro hijos, humillando a nuestra familia.

A partir de entonces, la familia quedó rota y sufrió sin cesar. Pasé por las mayores penurias, abrumada por el acoso de los funcionarios del PCCh y las presiones familiares. También, mis hijos se sentían inferiores y no querían salir de casa ni ir a la escuela, odiando a su padre. Lo más difícil fue tener que cuidar de mi suegro paralítico, que tenía más de 70 años. Aunque su hijo abandonó a nuestra familia, mi suegro siguió quedándose conmigo. Tiene dos hijos y una hija, pero los otros tres hijos sólo venían a verlo de vez en cuando. Nadie se ofreció a cuidar del anciano. Sin embargo, nunca me lo tomé a pecho. La casa también necesitaba reparaciones, pero yo no tenía dinero. Además, cuando mi esposo se marchó, pidió dinero prestado a sus familiares y pidió un préstamo bancario de decenas de miles de yuanes.

Después de que mi esposo huyera, los deudores temían que yo también huyera y no pudieran recuperar el dinero, por lo cual bloquearon la puerta y me exigieron que les devolviera el dinero. A todo esto, les prometí devolver lo que mi esposo debía, pero no pude devolver el préstamo a su vencimiento y casi me llevaron presa. Afortunadamente alguien se presentó como avalista y el asunto se resolvió temporalmente.

Solía tener un mal temperamento, me encantaba discutir y no era razonable. Si todo esto hubiera ocurrido en el pasado, me habría alejado de todas estas dificultades y no me habría preocupado por la familia ni por la deuda de mi esposo. Pero como soy practicante de Falun Dafa, sabía que debía actuar de acuerdo con los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Debo tratar a los demás con amabilidad y ser tolerante. Los demás pueden tratarme mal, pero yo no puedo hacerles lo mismo. Las enseñanzas de Dafa me hicieron estar decidida a hacer lo correcto: mantenerme firme, cuidar tanto de los jóvenes como de los ancianos de la familia y pagar la deuda de mi esposo.

Año tras año, no había noticias de mi esposo. Sin ayuda de nadie, cuidé de mi suegro y mantuve la educación de mis hijos. Cultivé alimentos en varias hectáreas de tierra, ahorré dinero para pagar la deuda de mi esposo, reparé la casa y ayudé a mis hijos a casarse. Para ello, trabajé día y noche. Como mi casa era vieja y estaba en un terreno más bajo, el agua se acumulaba en el patio y se metía en la casa. Sin ayuda de nadie, traje arena a casa e hice un relleno de más de un metro de profundidad. La gente del pueblo decía: ¿Está loca Lian? ¿Cómo puede ser tan capaz? ¿Está hecha de metal?

No soy Ironman, pero me encontré con algo que sólo un hombre de hierro sería capaz de manejar. Una vez, me mordió el perro de un vecino; me mordió una parte del dedo y se lo comió, incluida la uña. El vecino se aterrorizó por el hecho y quiso llevarme al hospital. Pero, le dije: «Práctico Dafa, me pondré bien». Con esto, me fui a casa y no me molestó lo ocurrido. Seguí haciendo mis tareas con normalidad y poco después, mi dedo, incluyendo el hueso, la carne y la uña, volvió a crecer y no dejó ninguna cicatriz.

Y no sólo eso, porque seguí practicando Dafa a pesar de las dificultades y el sufrimiento y trabajando incansablemente por los demás, todas mis enfermedades se curaron. Tengo una energía infinita. Sé que el Maestro Li (el fundador de Falun Dafa) me ayudó porque actué de acuerdo con las enseñanzas, por lo que creó milagros para mí. Es maravilloso ser una buena persona.

La persecución de los practicantes de Falun Dafa se intensificó en esa época y yo no fui ajena a esto. Una vez, los funcionarios del Partido vinieron a mi casa y como mis hijos temían que me llevaran si decían que seguía practicando, les dijeron a los funcionarios: «Nuestra madre ya no practica». Pero, en mi interior pensé que no era correcto decirles que había dejado de practicar, ya que Falun Dafa es maravilloso. Así que dejé de realizar mis tareas diarias y fui a la comisaría. Al llegar allí le dije al oficial que seguía practicando, el mismo me gritó enfadado: «¡Bien, sigue con tu práctica! ¡Acércate al muro y quédate ahí! Espera a que alguien te lleve». En consecuencia, estuve toda la tarde de pie, y ya siendo el anochecer, el agente me dijo: «¿Por qué no te vas a casa a cuidar de tu suegro paralítico?».

Más tarde supe que la comisaría quería detenerme y enviarme a un campo de trabajo. Sin embargo, el oficial del pueblo se enfadó y dijo: «No pueden llevar a esta mujer, si se va, ¿quién cuidará de su familia?».

Mi familia ha sido bendecida por seguir las enseñanzas de Falun Dafa

Esta familia se mantuvo unida no por mí, sino por Dafa.

Durante todos esos años, utilicé menos fertilizante que otros al cultivar alimentos, pero coseché más. Luego que mi suegro falleciera, tuve tiempo para trabajar en una fábrica de mi pueblo y en pocos años, pagué toda la deuda de mi esposo.

Y no sólo eso, a mi familia le llegaron cosas buenas, una tras otra. En el pueblo, es habitual gastar varios cientos de miles de yuanes en el matrimonio de un hijo, pero yo gasté 10.000 yuanes en total en los matrimonios de mis dos hijos. Luego, mis hijos se convirtieron en empresarios. Y en 5 ó 6 años, mi familia pasó de ser un hogar pobre y despreciado por los demás a uno envidiado y alabado por los vecinos. Una vez, alguien dijo con cierta envidia: «¡Tu familia es tan bendecida!». En cuanto al acto vergonzoso de mi esposo, la gente parecía haberlo olvidado.

Después de mucho tiempo, mi esposo regresó a casa y debido a que nos había causado tanta vergüenza y dificultades, mis hijos quisieron rechazarlo. Pero les dije: «Debemos ser amables y perdonar a los demás. No sean groseros con su padre». Ellos me hicieron caso y lograron aceptarlo.

No dije ni una palabra de queja a mi esposo ni me peleé con él ni con su amante. En primer lugar, le dije que si no fuera por Falun Dafa, la familia se habría roto. Gracias a mi práctica, toda la familia fue beneficiada.

El se sintió conmovido cuando se enteró de que yo había cuidado bien de su padre hasta su muerte, de que sus hijos habían formado sus propias familias y estaban bien establecidos, y de que había pagado todas sus deudas. Cambió de actitud y se arrepintió de lo que había hecho a la familia. Se apresuró a hacer sus tareas y se quedó en casa. Ahora lleva un amuleto con información sobre Falun Dafa y sabe que Shifu está aquí para salvar a la gente.

Mi esposo tiene una habilidad: sabe cocinar el banquete tradicional de la ciudad natal. Este año, durante el Año Nuevo chino, él y mis dos hijos prepararon un banquete para la familia y los parientes, 12 personas en total. Todos disfrutaron de la comida.

Al contemplar esta feliz escena, recordé lo ocurrido hace más de 10 años. Si yo también me hubiera marchado después de que mi esposo se fugara con su amante, si no me hubiera ocupado de mi suegro, ¿tendría hoy mi familia tanta armonía?. Mis hijos habrían perdido la oportunidad de ser educados. Incluso habrían aprendido malos hábitos y no podrían tener un trabajo estable. Si me hubiera peleado con los hermanos de mi esposo por la cuestión de cuidar a mi suegro, quién sabe, tal vez yo, que al principio estaba mal de salud, estaría tan enfadada que habría hecho cosas que dañarían los lazos familiares y perjudicarían a la gente del pueblo. Si no hiciera lo correcto, cuando me enfrentara a la detención y el arresto, ¿hablaría el oficial del pueblo en mi favor? Si mis hijos y yo hubiéramos odiado a mi esposo cuando regresó a casa y lo hubiéramos echado, ¿vería hoy una familia tan feliz?

Sin embargo, ninguno de estos escenarios ocurrió. Fue Dafa quien me guió, me enseñó a decir la verdad, a hacer lo correcto, a tratar a los demás con amabilidad y a ser misericordiosa. Hice lo que tenía que hacer y me beneficié. Todos los demás se beneficiaron también. En efecto, ¡el bien será recompensado con el bien!

Dafa ha iluminado a mi familia. ¡Falun Dafa es bueno! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno.

Con motivo del 23º Día Mundial de Falun Dafa y el 30º aniversario de la presentación pública de Dafa, en nombre de toda mi familia, envío saludos a Shifu:

«¡Shifu, ha trabajado duro! Gracias».

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