(Minghui.org) Durante los 23 años de persecución a Falun Gong en China, a algunas personas les ha costado entender por qué los practicantes de Falun Gong arriesgan su vida aclarando la propaganda difamatoria que difunde el Partido Comunista Chino (PCCh). "Si crees que Falun Gong es bueno, entonces quédate en casa practicándolo. ¿Por qué te molestas en salir a buscar problemas?", dicen algunos.

Este pensamiento es comprensible dada la brutal represalia del PCCh contra cualquiera que no se alinee con su ideología. Muchas de las personas que aconsejan a los practicantes que se limiten a practicar su fe en secreto en casa saben en realidad que los practicantes son personas amables y respetuosas de la ley. Lo que ocurre es que no creen que merezca la pena luchar por el derecho a la libertad de creencia bajo el dominio del PCCh, ya que dar a conocer la persecución supondría casi con toda seguridad el acoso, la detención, el encarcelamiento o la tortura. Se preguntan por qué los practicantes no saben protegerse.

Autoprotección frente a integridad

Desde que tomó el poder en 1949, el PCCh ha lanzado una campaña política tras otra para mantener su dominio. A través de la reforma agraria y la asociación público-privada en la década de 1950, se apoderó de la tierra y del capital del pueblo chino. Después de que los intelectuales fueran intimidados y silenciados en el Movimiento Antiderechista (1957-1959), pocas personas se atrevieron a desafiar al PCCh durante los estragos de la Revolución Cultural (1966-1976). La brutalidad del PCCh continuó durante la Masacre de la Plaza de Tiananmén de 1989 y ahora la persecución a Falun Gong.

Cuando el público en general permanece en silencio frente a los ataques del PCCh contra personas inocentes, el régimen logra su objetivo de infundir miedo en los corazones del pueblo chino. Para promover su agenda, el PCCh también ha movilizado al público en general con propaganda de odio hacia aquellos que pretende eliminar. Este manual de estrategias se ha utilizado en numerosas ocasiones durante las distintas campañas políticas.

Para protegerse, muchos chinos han aprendido a permanecer en silencio ante el régimen autoritario del PCCh y se han dedicado a disfrutar de su propia vida sin preocuparse por las injusticias que se cometen en la sociedad.

Esta mentalidad de autoprotección contradice los valores tradicionales. Mencio, un discípulo de Confucio, dijo una vez: "La vida es lo que quiero. Lo que quiero es la rectitud. Si no se pueden conseguir ambas cosas al mismo tiempo, renunciaré a la vida y elegiré la rectitud".

Sima Qian, el autor de Shi Ji (Registros del Gran Historiador), también escribió: "Un ser humano morirá de todos modos. El valor de su vida puede ser más pesado que el monte Tai o más ligero que una pluma, según el uso que haga de ella". Es decir, seguir los propios principios es una virtud muy respetada desde la antigüedad.

Mientras que la mayoría de los chinos no se atreven a hablar en contra de la brutalidad del PCCh, los practicantes de Falun Gong son un faro de luz en la China actual, ya que tienen el valor suficiente para defender lo que creen.

Un camino hacia adelante

En consonancia con la cultura tradicional china, los practicantes de Falun Gong son fieles a su creencia en Verdad-Benevolencia-Tolerancia, razón por la cual deciden hablar en contra de la persecución a Falun Gong por parte del PCCh, aun cuando hacerlo podría poner en peligro sus propias vidas.

La Sra. Wang Meiling, practicante de la provincia de Yunnan, fue condenada a tres años y medio de prisión a finales de 2020 por su creencia en Falun Gong. Ella dijo: "Muchas personas han sido bendecidas después de comprender la ilegalidad de la persecución y la grandeza de Falun Gong. Algunos vieron restaurada su salud y mejoradas sus relaciones, mientras que otros resolvieron sus problemas en el trabajo. En medio de la pandemia, se ha vuelto aún más importante para nosotros los practicantes ayudar al público a entender el engaño y las mentiras del PCCh para que puedan ser bendecidos y vivir una vida segura, saludable y feliz".

Desde la antigüedad, existe la creencia en la armonía entre el cielo, la tierra y la humanidad. Esta creencia es aún más importante para la sociedad moderna. Cuando una persona se pone del lado del ateo PCCh, también se enfrentará a las consecuencias cuando llegue el momento de llevar al PCCh ante la justicia por los crímenes que ha cometido contra personas inocentes. Sin embargo, cuando una persona elige lo recto y apoya a Falun Gong y renuncia al PCCh, será bendecida por lo divino en lugar de hundirse con el PCCh. Los practicantes de Falun Gong creen firmemente que concienciar sobre la persecución ayudará a la gente a liberarse de las garras del PCCh y a tener un futuro brillante. Por eso arriesgan sus vidas aclarando los hechos al público en general.

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