(Minghui.org) Una practicante de Falun Dafa de la ciudad de Jilin, en la provincia de Jilin, ha sido perseguida constantemente desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) inició una campaña a nivel nacional para erradicar a Falun Dafa en julio de 1999.

La Sra. Li Cuiling ha sido detenida un total de ocho veces durante los últimos 23 años porque se niega a renunciar a su fe. Estuvo encarcelada durante tres años, recluida en un campo de trabajos forzados durante casi un año, detenida en un centro de lavado de cerebro durante mes y medio, y pasó un total de un año y medio en varios centros de detención. Ha sufrido terribles torturas y humillaciones. Salió de la cárcel en noviembre de 2019, pero en julio de 2020 le suspendieron la pensión. Sin otra fuente de ingresos, lucha por subsistir.

Su última detención fue el 14 de junio de 2021, y estuvo detenida durante cinco días por presentar una denuncia penal contra Jiang Zemin, el antiguo jefe del PCCh que inició la persecución.

El esposo de Li se divorció de ella en septiembre de 2001, por temor a ser perseguido, y le concedieron la custodia de su hijo, que entonces tenía 18 meses. Se volvieron a casar en 2006, pero el acoso empeoró tanto que él tuvo que divorciarse de nuevo en 2014 mientras ella vivía fuera de casa para evitar ser perseguida.

A sus dos hijos se les negó el cuidado de su madre. La policía amenazaba y aterrorizaba con frecuencia a su suegro, un policía jubilado. Su salud empeoró y finalmente quedó postrado en la cama y requirió una sonda de alimentación. Su esposa vivía constantemente con miedo y saltaba cada vez que llamaban a la puerta.

A continuación, la Sra. Li relata lo que le ha sucedido en los últimos 23 años.

=============================================

Soy Li Cuiling y empecé a practicar Falun Dafa en el año 2000. Durante los últimos 23 años de persecución, las autoridades me han arrestado muchas veces y me han encerrado. Me torturaron porque me negué a renunciar a mi fe. Mi esposo se divorció dos veces de mí porque no podía soportar el interminable acoso.

Cuando salí de la cárcel en noviembre de 2019, tenía algo más de 50 años, pero mi pelo se había vuelto completamente gris. Me suspendieron la pensión en julio de 2020. Tuve que vivir con mis padres, ya que la policía no nos dejaba en paz.

Convirtiéndose en un practicante a causa de la persecución

Conocí a muchos practicantes de Falun Dafa antes de serlo. Después del inicio de la persecución, la policía detuvo a uno de mis mejores amigos y lo metió en un campo de trabajos forzados. Sabía lo mucho que había mejorado su salud y su personalidad después de adoptar la práctica, y no podía comprender por qué las autoridades le hacían esto. Por curiosidad, empecé a practicar Falun Dafa en el año 2000, y me alegro de haberlo hecho. Mi salud y mi visión del mundo cambiaron positivamente.

Mi esposo se divorció de mí un año después porque no quería verse implicado en la persecución. El juez le concedió la custodia de nuestro hijo, que en ese momento solo tenía 18 meses. El dolor de perder a mi hijo fue insoportable.

Detención y acoso por parte de la policía

Apenas me mudé con mis padres después de mi divorcio, los policías de la comisaría de Gangyao, en el distrito de Longtan, me arrestaron, aduciendo que llevaba volantes de Falun Dafa. En la comisaría me golpearon y patearon. Un agente me arrancó una mecha de pelo, dejándome un área de calvicie permanente en la cabeza. Me abofetearon con la suela de un zapato. Intenté decirles por qué la persecución estaba mal, pero me abofetearon más fuerte.

La policía me detuvo mientras repartía folletos informativos sobre Falun Dafa en octubre de 2001. Cuando me negué a subir al vehículo de la policía, me agredieron y me lesionaron la parte baja de la espalda. Dijeron que sus superiores habían ordenado la detención y que tenían que hacer su trabajo. Ese día no subí al vehículo.

Decidí ir a Beijing para decirle al gobierno central que Falun Dafa es bueno.

Torturada en el centro de detención de Changping

La policía me interrogó en la plaza de Tiananmen de Beijing. Me arrestaron y me quitaron la pancarta que llevaba. Cuando grité "Falun Dafa es bueno", me agarraron del pelo y me tiraron al suelo. Nos metieron a otros practicantes y a mí en una comisaría y no nos permitieron ir al baño en todo el día.

Esa noche me trasladaron a la comisaría del distrito de Changping, donde un policía me golpeó. Le dije: "Como policía, ¿por qué detiene a la gente buena y deja en paz a los delincuentes?". Me contestó: "Eso es lo que hago".

Los dos días que pasé en la estación de policía, no tenía nada que comer y no podía asearme. Cuando hice ejercicios de Falun Dafa, la policía me golpeó con una porra y dejó la ventana abierta de par en par para que me congelara. Me trasladaron al Centro de Detención del Distrito de Changping. Me negué a poner las manos sobre la cabeza, así que un guardia ordenó a las reclusas que me humillaran. Me desnudaron y me echaron agua fría mientras un guardia masculino miraba. Me derrumbé y lloré.

Para protestar por los abusos, inicié una huelga de hambre. Cuatro días después, los guardias me alimentaron a la fuerza introduciéndome una sonda por la nariz y hasta el estómago. El repetido proceso de inserción me causaba un dolor insoportable. En pocos meses quedé demacrada y fui liberada el 1 de marzo de 2002.

Ilustración de la tortura: Alimentación forzada

Alimentada a la fuerza e inyectada con drogas desconocidas en el campo de trabajos forzados

La policía me detuvo en casa de mis padres el 20 de julio de 2002 y me llevó al campo de trabajos forzados de Heizuizi el 1 de septiembre. Varios guardias se turnaron para golpearme. Protesté iniciando una huelga de hambre.

Para alimentarme a la fuerza, los guardias me abrieron la boca y me introdujeron un tubo en el estómago. Me revolvieron el tubo dentro del estómago, causando que vomitara todo el jugo estomacal. Me maldecían al mismo tiempo. Un médico me dijo: " ¿Liu Mingke no era también de Jilin? ¿No murió mientras lo alimentábamos a la fuerza?".

Afronté la amenaza de muerte sin cesar. Un día, después de verme meditar, dos guardias me llamaron a una habitación vacía y me golpearon. Uno de ellos me metió un trapeador sucio en la boca mientras el otro intentaba asfixiarme. Casi me ahogo.

En el campo los guardias no necesitaban ninguna razón para golpearme. Solo nos daban cinco minutos para comer. Muchos reclusos ancianos con problemas dentales tenían que tirar su comida la mayor parte del tiempo.

Un guardia me dio una descarga eléctrica en marzo de 2003 porque me negué a ponerme el uniforme de la prisión. Hizo que cuatro guardias me vigilaran las 24 horas del día. Inicié una huelga de hambre para protestar por los abusos. Cuando intentaron alimentarme a la fuerza, uno de ellos me apretó la nariz, mientras los otros me sujetaban. Me ahogaba cada vez que me echaban la comida por la garganta.

Después, los guardias me ataron a una cama y me mantuvieron despierta durante diez días. No me permitían usar el baño. Pusieron un cubo debajo de la cama para recoger mis desechos. Durante esos diez días me inyectaron con frecuencia drogas desconocidas. Me sentía somnolienta y terrible después de las inyecciones. Después supe que habían intentado envenenarme con las inyecciones.

Fue un infierno en el campo de trabajos forzados, y estuve muy agradecida el día que me liberaron.

Detenida en casa de una compañera

Cuando llamé a la puerta de la casa de la practicante Ming Yanbo, alrededor de las 3 de la tarde del 26 de mayo de 2005, me abrió un agente de civil. También vi a otros dos agentes vestidos de civil. Habían revuelto su casa. Antes que pudiera salir, me agarraron y me sujetaron, preguntándome si yo también practicaba Falun Dafa. Me negué a responder y uno de ellos me golpeó en la cabeza. Sentí como si me hubieran abierto la cabeza. Para ver si practicaba Falun Dafa, rompieron la foto de un maestro. Grité: "¡No hagan eso! No es bueno para ustedes". La policía nos llevó a la señora Ming y a mí a la comisaría de Longhua.

Esa noche nos trasladaron a la comisaría de Longtan. La policía me interrogó y me ordenó firmar la declaración. La rompí. Me detuvieron allí esa noche con dos oficiales vigilándome. A la mañana siguiente abrí la ventana y grité a los transeúntes "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolernacia es bueno". Los policías entraron corriendo, me abofetearon y me pusieron las esposas.

La policía nos llevó a la señora Ming y a mí al Centro de Detención de la ciudad de Jilin. Tenía muchos espasmos porque mi salud se había deteriorado después de años de persecución. Las autoridades del centro de detención se negaron a llevarme, pero la policía nos dejó allí.

Después de negarme a comer durante tres días, los guardias empezaron a alimentarme a la fuerza. Uno me sujetaba la cabeza y el pecho, mientras otros me pisaban las extremidades. El médico me dio una patada en la cara cuando me resistí. Me introdujo un tubo por la nariz y hasta el estómago y me echó salmuera y harina de maíz. Me hizo vomitar todo el contenido de mi estómago. Cubierto de comida, le pregunté al médico si era así como salvaban y curaban a los pacientes. Me dijo que así trataban a las personas que no querían comer. Me alimentaban a la fuerza dos veces al día.

A todo el que me cruzaba en el centro de detención, guardias o reclusos, le contaba de qué se trataba el Falun Dafa y por qué la persecución estaba mal. Esto enfureció a los guardias, y me pusieron gruesos grilletes y esposas como represalia.

Al décimo día de mi huelga de hambre, las autoridades me trasladaron al campo de trabajos forzados de Heizuizi. Cuando llegué allí, se negaron a llevarme debido a mi mal estado de salud. El 6 de junio de 2005, las autoridades me llevaron de nuevo a la estación de policía de Longhua. Un oficial me arrastró a una habitación y me dijo: "¡No creo en la retribución!". Me abofeteó muchas veces. Se me hincharon la cabeza y la cara y me sangró la boca. Esa noche escapé de la comisaría.

Mi ex esposo y yo volvimos a casarnos en 2006.

Sacada a la fuerza de la casa de mi madre

Estaba en casa de mi madre en mayo de 2012, cuando los policías de la comisaría de Xin'an irrumpieron y me arrestaron porque había puesto coplas de Falun Dafa en una puerta. Me liberaron esa misma tarde.

Costillas rotas en un centro de lavado de cerebro

Los policías de la comisaría de Xicheng me arrestaron mientras pegaba volantes de Falun Dafa el 29 de junio de 2012. Después de dos semanas en el Centro de Detención de Wumahe, me trasladaron al Centro de Lavado de Cerebro de la ciudad de Yichun y me obligaron a ver vídeos que difamaban a Falun Dafa sentada en un pequeño taburete o de pie. Tuve que permanecer de pie por la noche y no me permitían dormir. Ponían los vídeos a todo volumen hasta altas horas de la noche y no me daban ningún descanso. El cansancio me causaba mucha tensión en el corazón. Los guardias me tapaban la boca cuando pedía dormir.

Los guardias me tiraron al suelo y me patearon hasta romperme una costilla porque me negué a ver las noticias de la Televisión Central de China (CCTV).

Durante un mes, los guardias me esposaron una de las muñecas a un tubo de calefacción situado encima de mí y la otra a un calentador en el suelo. Estar en esta incómoda posición durante dos días me causó un dolor insoportable en los hombros. Luego me esposaron las manos al tubo de la calefacción por encima de mí durante dos días. Después me esposaron las manos a la espalda y las unieron al tubo de la calefacción, de modo que los dedos de los pies apenas tocaban el suelo. Me colgaron así tres veces, y no creo que nadie pueda imaginar ese tipo de dolor. Cuando me bajaron, tenía las manos entumecidas y sin fuerza. No podía ni abrir una botella. Cada vez que intentaba levantar algo, mis manos se acalambraban.

Ilustración de la tortura: Después de esposar a la víctima por detrás, las esposas se sujetan a una barra más alta y la persona queda suspendida.

Durante los dos meses que estuve en el centro de detención, gritaba a menudo "Falun Dafa es bueno" y hacía la meditación sentada. Los guardias me abofeteaban, me pisoteaban, me tiraban del pelo, no me permitían usar el baño y me pinchaban las piernas y los pies con las puntas de los lápices hasta que sangraban.

Intentaron llevarme al Centro de Rehabilitación de Drogas de Harbin el 7 de agosto de 2012. De camino, el jefe de la Oficina del Distrito 610 de Yichun me abofeteó la cabeza y me hizo sangrar por la nariz. El centro de rehabilitación se negó a aceptarme debido a mi mal estado de salud. Me llevaron de nuevo al Centro de Lavado de Cerebro de Yichun y comenzaron a alimentarme a la fuerza.

Un guardia llamado Liang Baojin llevó un bol de arroz y un huevo la noche del 10 de agosto de 2012 y me dijo que podía irme a casa después de comer. No le hice caso. Rápidamente, tres hombres empezaron a alimentarme a la fuerza. Me sujetaron y uno de ellos me abrió la boca con una cuchara. No lograron alimentarme a la fuerza porque me resistí. Regresaron a la mañana siguiente. Uno de ellos me pellizcó la nariz, intentando obligarme a abrir la boca. No lo hice, y me dejaron ir después que casi me asfixio. Dos días después, vino un médico de un hospital psiquiátrico y me amenazó con meterme a un pabellón psiquiátrico si no comía.

Me dieron el alta el 15 de agosto de 2012.

Acoso incesante a los familiares

Después de regresar a casa, la policía local, un agente de la Oficina 610 y un miembro del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos local me acosaban e intimidaban. En agosto de 2012, mi suegro se enfermó y fue hospitalizado. La policía continuó acosándolo en el hospital y no pudo recuperarse. Ahora está postrado en la cama y no puede cuidarse a sí mismo. La policía volvió a acosarme porque repartí calendarios de Año Nuevo en el invierno de 2013.

Los policías del Departamento de Policía de Wumahe acosaban con frecuencia a mi familia desde el 6 de marzo de 2014. Mi suegra no podía ver bien y cada vez que alguien golpeaba la puerta, se horrorizaba. Mi suegro a menudo lloraba de miedo cuando llegaba la policía. Mi esposo tuvo que cuidarlos a ellos y a nuestros dos hijos por su cuenta. Los niños no podían estudiar ni comer bien. Mi suegro se debilitó tanto que quedó postrado en la cama y necesitaba una sonda de alimentación para sobrevivir. Era un policía jubilado de la comisaría de Wumahe, pero a estos agentes no parecía importarles.

Incapaz de soportar toda la presión y el terror, mi esposo se divorció de nuevo a finales de 2014 para evitar futuros acosos.

Escapar después de la detención y quedar en la indigencia

El señor Wang Xinchun, de la provincia de Heilongjiang, quedó discapacitado después de ser torturado por practicar Falun Dafa. Lo acompañé a presentar sus cartas de denuncia el 17 de septiembre de 2014. Los oficiales de la estación de policía de Nan'gang en la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang, me arrestaron. Dos días después, agentes del Departamento de Policía de Wumahe me llevaron de regreso a Jilin y me interrogaron durante la noche. Al día siguiente me llevaron a un hospital para hacerme un examen de salud, y me escapé.

La policía puso una recompensa de 10.000 yuanes por mi cabeza y publicó órdenes de detención con mi foto. Se mantuvieron en la puerta de mi casa las veinticuatro horas del día. No pude regresar a casa y me quedé en la indigencia.

Tres meses después, el 24 de diciembre de 2014, fui al Departamento de Policía de Wumahe para exigir que dejaran de acosar a mi familia. El jefe de policía me detuvo y me puso en un banco del tigre. Estuve detenida durante 15 días.

Encarcelada y torturada durante cuatro años

Los policías del Departamento de Policía de Wumahe me arrestaron el 23 de noviembre de 2015 por ayudar a un practicante a hacer materiales informativos de Falun Dafa. Me pusieron en el Centro de Detención de la ciudad de Yichun, en la provincia de Heilongjiang, donde los guardias me golpearon porque hice los ejercicios de Falun Dafa y me negué a responder al llamado de lista. Las autoridades me metieron en la prisión de mujeres de la provincia de Heilongjiang en octubre de 2016.

Los guardias me metieron en un almacén para aislarme de otras practicantes. Inicié una huelga de hambre y ordenaron a las reclusas que me alimentaran a la fuerza. Me sangraba la nariz y estaba cubierta de la comida que vomitaba, pero no me permitían limpiarme. Todos los días tenía que ver vídeos que difamaban a Falun Gong. Permanecí en el almacén dos meses, durante los cuales me pusieron una camisa de fuerza porque intenté hacer los ejercicios. Los guardias me trasladaron a una celda y ordenaron a los reclusos que me vigilaran las 24 horas del día para evitar que hiciera los ejercicios.

Los guardias me pusieron en aislamiento en junio de 2017 porque leía libros de Falun Dafa. Me dieron un conjunto de ropa sucia y me alimentaban con un pequeño trozo de pan cada día. Para evitar que hiciera los ejercicios, los guardias me esposaron a un anillo en el suelo durante 15 días. El lugar era húmedo y frío. No podía usar el baño cuando lo necesitaba. Cuando salí de allí, había perdido todos los sentidos por el hambre y el frío extremos.

Un guardia se encargó de que las reclusas de mi celda me impidieran dormir. Durante dos semanas permanecí sentada en un pequeño taburete. En cuanto me dormía, los presos me pegaban o me pellizcaban. El guardia amenazó a los reclusos que simpatizaban conmigo. La guardia de turno me volvió a poner en aislamiento un día porque se cansó de vigilarme.

De regreso a mi celda, las reclusas me vigilaban estrechamente para evitar que hablara con otros practicantes o que hiciera los ejercicios. Inicié una huelga de hambre y me obligaron a sentarme en un pequeño taburete desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche, hasta que empecé a comer. La televisión que emitía la propaganda del PCCh estaba a todo volumen, y no podía descansar.

Cuando salí de la prisión en noviembre de 2019, mi pelo se había vuelto completamente gris y no tenía fuerzas.

Acoso interminable, detención y suspensión de la pensión

Mis padres me recogieron de la prisión. Mi antiguo empleador me suspendió la pensión en julio de 2020, y desde entonces no he recibido nada, a pesar de mis peticiones para que me la restablezcan. Funcionarios del distrito de Longtan de la ciudad de Jilin y la policía vinieron a nuestra casa para hacer preguntas y tomar fotos. Un hombre me llamó el 29 de octubre de 2020 y me dijo que asistiría a una sesión de lavado de cerebro en la provincia de Heilongjiang, y no aceptó un no por respuesta.

Un agente de la comisaría de Xin'an me engañó para que fuera a la comisaría el 14 de junio de 2021. Estuve retenida durante cinco días porque presenté una demanda contra Jiang Zemin, el antiguo líder chino que lanzó la persecución.

Todo el contenido publicado en este sitio web tiene derecho de autor y pertenece a Minghui.org. Minghui realizará compilaciones de su contenido online de forma regular y/o en ocasiones especiales.