(Minghui.org) En el 30.º aniversario de la presentación pública de Falun Dafa, me gustaría compartir con ustedes mis recuerdos de las tres oportunidades en las que pude ver al Maestro (el Maestro Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa) hace 28 años. Aunque no llegué a estrechar la mano o tomar fotos con el Maestro como muchos practicantes lo hicieron, tengo el mismo sentimiento: ¡Estoy muy agradecida por la gracia salvadora del Maestro!

Conocer al Maestro por primera vez

Fue a finales de julio de 1994. Después de asistir a las conferencias del Maestro en Dalian, el director de la oficina de mi lugar de trabajo trajo la tarjeta personal del Maestro y el libro Falun Gong y me lo prestó. Como si tuviera un tesoro en la mano, me dirigí a mi oficina, cerré la puerta y comencé a leer. Era domingo y tenía el día libre. No fui a casa, por temor a que me interrumpieran las tareas domésticas y no pudiera leer tranquilamente el precioso libro. Terminé de leer con lágrimas en los ojos. Mi mente se estremeció: ¡todas mis preguntas sin respuesta fueron respondidas y mi mente se iluminó!

Inmediatamente marqué el número de la tarjeta, y la persona que contestó al teléfono era un miembro del personal de la Asociación de Investigación de Falun Dafa en Beijing. Pregunté: "Hola, ¿tiene el Maestro Li algún plan para dar una conferencia en el noreste? ¿Cuándo y dónde dará el Maestro una conferencia? Si no puedo asistir a la conferencia, ¿puedo cultivar mi xinxing según el libro, y aprender y hacer los ejercicios siguiendo las ilustraciones de los movimientos en la imagen y lograr la Perfección? ...". La persona respondió con suavidad y firmeza: "Mientras sigas los requisitos del libro, tendrás éxito. El 5 de agosto, el Maestro dará una clase en Harbin". Me sentí muy feliz. Fotocopié la parte del libro sobre la cultivación del xinxing y las ilustraciones de los movimientos, y devolví el libro y la tarjeta al director de la oficina.

Estaba emocionada y feliz. Compré por adelantado un pasaje de tren a Harbin, sin atreverme a decir a mis familiares a dónde iba por miedo a que me desanimaran. Una vez que llegué a Harbin, me quedé boquiabierta: ¿dónde encontrar la ubicación de la conferencia? Estaba tan emocionada durante la llamada telefónica que olvidé preguntar los detalles de la conferencia. ¿Dónde podía encontrarla en una ciudad tan grande? En aquel momento era una budista laica, así que pensé que, como no llevaba mucho dinero, debía ir a un templo para alojarme, ya que tenía un certificado de budista laica.

Después de preguntar dónde estaba el templo y de que me indicaran cómo llegar, inicié el viaje con mi hija pequeña. Hacía mucho calor y tenía náuseas en el autobús, así que tuvimos que caminar la mayor parte del tiempo. Mi hija estaba agotada y me rogaba que volviera a casa. Le dije que no pararía hasta que llegáramos. Me la cargué a la espalda y seguí caminando.

Cuando llegamos al templo, vi de repente las palabras "Falun Gong de China" en letras grandes. ¡Qué casualidad! Me sentí tan feliz que casi salté. ¡Qué increíble! No hay palabras que puedan expresar la emoción que sentía. Cuando lo recordé más tarde, me di cuenta de que el Maestro me guió paso a paso hasta la conferencia.

El primer día de la conferencia, lo primero que dijo el Maestro fue: "Algunos estudiantes han pasado por muchas dificultades para llegar a la conferencia". Se me llenaron los ojos de lágrimas y pensé: "¡Maestro, usted lo sabe todo!".

Durante la primera clase, comprendí que el Maestro estaba llevando a un nivel superior a las personas que llevaban años queriendo practicar la cultivación, pero que no encontraban la puerta adecuada. Durante el descanso le dije al estudiante que estaba a mi lado: "¡Este es el futuro Señor Fo que viene al mundo para transmitir el Fo Fa a la gente!". Él pareció no entender, así que cerré la boca y pensé: "Esto es un secreto celestial. No debería revelarlo casualmente".

Como había leído muchos clásicos budistas, sabía que Fo Shakyamuni dijo que en el período de final del Fa, el futuro Señor de los Fo hará girar de nuevo la Rueda del Fa. Agradecí desde lo más profundo de mi alma: "¡Maestro! Por fin lo he encontrado".

Cuanto más escuchaba, más comprendía, y más me preocupaban los que aún pedían al Maestro que curara sus enfermedades. Pensé que el Maestro había dejado muy claro que no está aquí para curar a la gente, sino para llevarla a un nivel superior de cultivación. Lo primero es tener el deseo de cultivarse antes de que el Maestro pueda purificar el cuerpo.

En ese momento lo que quería preguntar era si debía continuar con mis rutinas budistas y rituales de adoración. Solo pensé en esto y antes de escribir una nota para preguntar, el Maestro dijo (traducción aproximada): "Mantendré tus cosas buenas y eliminaré las malas. No es necesario adorar a Fo, ni quemar incienso". Mi corazón volvió a quedar estremecido: Maestro, usted sabe todo lo que pienso. Es increíble.

Cuando llegué a casa, quemé mi certificado de laica, desmonté mi altar budista y regalé las estatuas.

Los días en que se impartían las clases, el Maestro llegaba temprano todos los días y anunciaba los objetos perdidos. Los alumnos encontraban joyas, relojes, dinero en efectivo y otros objetos después de la clase anterior y el Maestro pedía a sus propietarios que subieran a reclamarlos.

Yo quería ver al Maestro todos los días, y había otros estudiantes como yo. Así que esperábamos en la calle por la que venía el Maestro. Todos los días veíamos pasar el coche negro en el que venía el Maestro. El Maestro bajaba la ventanilla y estiraba la mano para saludarnos, y yo saludaba al Maestro con un saludo budista.

Más afortunadamente, un día en que mi hija y yo íbamos caminando por una pendiente cruzando la calle, vi de repente a un grupo de personas que venían cruzando la calle, y en medio había un hombre alto y majestuoso. ¿No es este el Maestro? Estaba tan emocionada que quise arrodillarme y presentar mis respetos. El Maestro vio mi intención y me saludó con una sonrisa, indicándome que no lo hiciera. Hice el signo heshi (palmas de las manos juntas delante del pecho) y me incliné ante el Maestro con un saludo budista, y vi pasar al Maestro. Miré al Maestro durante mucho tiempo hasta que ya no pude verlo.

Este es un recuerdo eterno, imperecedero, que me acompaña día y noche mientras asisto al Maestro en la Rectificación del Fa. Cada vez que pienso en el Maestro, me lleno de buenos pensamientos; cada vez que pienso en el Maestro, siento que no hay obstáculo que no pueda superar; cada vez que pienso en el Maestro, tengo buenos encuentros y obtengo buenos resultados, y me siento aliviada de todas mis tribulaciones.

Durante la conferencia en Harbin, el Maestro instruyó a los estudiantes para que den una fuerte pisada (para eliminar las enfermedades). Algunos estudiantes tenían prisa y pisaban fuerte sin esperar la orden del Maestro, así que Él les dijo pacientemente: "Una vez más". Y añadió: "Sería bueno que tuvieran tanta prisa en estudiar el Fa" (traducción aproximada).

Las palabras del Maestro quedaron firmemente en mi mente y hasta el día de hoy siempre pongo el estudio del Fa en la posición más importante de mi vida. Nuestro grupo de estudio familiar nunca ha dejado de estudiar el Fa. No importa cuáles sean las circunstancias, ni a cuántas residencias nos hemos mudado, siempre hemos seguido estudiando el Fa. Antes, teníamos el estudio en grupo varias veces a la semana, pero ahora sabemos que debemos ser más diligentes, así que cada mañana leemos Zhuan Falun. Por la tarde, cada uno de nosotros participa en diferentes proyectos de aclaración de la verdad. Por la noche, estudiamos otras enseñanzas del Maestro. También enviamos pensamientos rectos junto con los compañeros practicantes, nos ayudamos mutuamente y mejoramos juntos. Cada miembro del grupo de estudio del Fa de mi familia se ha mantenido básicamente al día con el progreso de la rectificación del Fa. Cuando encontramos alguna dificultad, podemos salir adelante con la bendición del Maestro.

Apreciamos profundamente el poder ilimitado del Fa, que nunca dejará de existir. Incluso una persona ordinaria puede ser bendecida por el Fa y tener un futuro brillante siempre que tenga una reverencia devota hacia Dafa.

En medio de la octava clase, el Maestro dejó el podio para ocuparse de algo. Después de un rato, el Maestro regresó. Más tarde me enteré que el personal no permitía que alguien que llevaba a una persona gravemente enferma a la sala interfiera con la enseñanza del Dafa del Maestro. El grupo de personas estaba armando un escándalo. Esto estaba interfiriendo con la enseñanza del Fa recto.

Durante el período de finalización del Fa, no es fácil para la gente obtener el Fa, así que hay alborotadores y disturbios. También hay demonios que juegan un papel destructivo. Simplemente no dejan que la gente obtenga el Fa, diciendo que supuestamente están eliminando a la gente que no cree en el Fa. En esta conferencia, el Maestro nos animó seriamente y dijo: "Ustedes son las semillas" (traducción aproximada).

He grabado las palabras del Maestro en mi corazón. Desde que el PCCh (Partido Comunista Chino) comenzó a perseguir a Falun Dafa en 1999 hasta hoy, durante estos veintitrés años, he utilizado el Fa del Maestro como guía: Somos semillas; debemos jugar el papel de asistir al Maestro en la rectificación del Fa, debemos esforzarnos hacia adelante valiente y diligentemente en el camino de la cultivación.

Ver al Maestro por segunda vez

Después de regresar de Harbin, comencé a promover Falun Dafa y a establecer sitios de práctica. Dirigía tres lugares de práctica cada mañana, iba al trabajo como de costumbre y cuidaba de mi familia.

A fines de diciembre de 1994, el Maestro terminó las conferencias en Guangzhou y voló a Dalian. Cuando me enteré, organicé tres autobuses para que la gente local asistiera a la conferencia del Maestro en Dalian. Toda mi familia asistió.

Cuando el Maestro pidió a los asistentes que pisaran fuerte, mi suegra lo hizo y todas sus enfermedades desaparecieron. No solo dejó de estar enferma, sino que se quitó las gafas que había llevado durante décadas. Mi suegra tiene ahora ochenta y cinco años, ¡y todavía puede cultivarse! Copió a mano Zhuan Falun muchas veces. Todo el mundo dice que tiene un aspecto joven, con una cara brillante, sin arrugas y alegre.

Cuando el Maestro nos dijo que pisáramos fuerte, pidió a todos que pensaran en sus enfermedades. A los que no estaban enfermos les dijo que pensaran en las enfermedades de familiares. Yo no estaba enferma y no podía pensar en nadie de mi familia que estuviera enfermo. Solo quería pisotear todos los malos pensamientos y las sustancias. Algunos pisaron demasiado pronto y no siguieron la orden del Maestro. El Maestro dijo pacientemente: "Empecemos de nuevo". Dijo que sería bueno si no pudiéramos esperar para ir a estudiar el Fa.

Volví a escuchar esta frase y se grabó más firmemente en lo más profundo de mi mente. No importa las circunstancias, siempre pongo el estudio del Fa en primer lugar. Antes de la persecución, siempre que el Maestro publicaba un nuevo artículo, lo imprimíamos inmediatamente y lo enviábamos a otros practicantes ese mismo día.

Viendo al Maestro por tercera vez

El 4 de enero de 1995, fui a Beijing para asistir a la ceremonia de publicación de Zhuan Falun, y una vez más experimenté la gran compasión del Maestro.

Siete practicantes fueron de mi área, y nuestros asientos estaban muy cerca del podio. Cuando el Maestro llegó, nos pidió que pusiéramos las manos en alto, y luego lanzó Falun a todos. Podía sentir el Falun girando en mis manos, y las cálidas rotaciones hacia delante y hacia atrás eran extremadamente maravillosas. Después de ese momento, todos sabíamos que el Maestro iría al extranjero para difundir el Fa y salvar a la gente.

Los momentos más felices de mi vida son las veces que estuve cerca del Maestro; lo más valioso en esta vida es convertirse en un practicante de Falun Dafa; la cosa más preciosa en esta vida es que bajo la guía del Dafa del universo del Maestro, he experimentado años extraordinarios de cultivación y mejoramiento personal, así cómo he ayudado al Maestro en la rectificación del Fa y resistido la persecución.

Lo más extraordinario en esta vida es poder soltar los apegos a la fama, la fortuna y el afecto, y volver a casa con el Maestro.

Cuando estudio el Fa, siempre hago arreglos para mi familia para que nada ni nadie interfiera. Leo Zhuan Falun en silencio y con entusiasmo, cuanto más leo, más comprendo, olvidando el tiempo, el lugar y todos los agravios del mundo. No como ni bebo, pero no siento hambre ni sed. A menudo estoy llorando y no puedo expresar mi gratitud al Maestro.

En los primeros días de mi práctica, especialmente cuando meditaba, también solía llorar sin motivo. Cuando pienso en el Maestro, siempre tengo lágrimas en los ojos.

El Maestro dijo:

"Siento que la gente que puede escuchar directamente mi transmisión del gong y mis enseñanzas del Fa, yo digo, realmente… en el futuro sabrás y sentirás que este periodo de tiempo fue de mucho regocijo" (Primera Lección, Zhuan Falun).

¡Gracias, Maestro, por su inmensa gracia y por salvar a la gente!

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