(Minghui.org) Después de que el Tribunal Supremo de China emitiera el 1 de mayo de 2015 una nueva política según la cual toda denuncia presentada por los ciudadanos será aceptada y revisada, el Sr. Huang Lian demandó a Jiang Zemin, el exjefe del Partido Comunista Chino, por iniciar la persecución de su fe en Falun Gong. El residente de la ciudad de Leizhou, en la provincia de Guangdong, consecuentemente fue condenado a cinco años y medio por presentar la denuncia penal en contra de Jiang.

El señor Huang fue detenido el 5 de diciembre de 2015. Su abogado fue el primero en la ciudad de Leizhou que se atrevió a defender a un practicante de Falun Gong y a declararse inocente. El abogado señaló que la demanda del Sr. Huang contra Jiang estaba ejerciendo su derecho constitucional, que debería estar protegido por la ley. Sin embargo, el juez dijo al abogado en privado que todos los casos relacionados con Falun Gong estaban fuera de su control y que debía seguir la decisión de la Oficina 610, una agencia extralegal creada específicamente para orquestar la persecución.

Mientras el Sr. Huang estuvo en prisión, sufrió diversas formas de tortura. Lo que sigue es su propio relato de lo que sufrió.

Por qué demandé a Jiang Zemin

Me llamo Huang Lian. Tengo 59 años. Empecé a practicar Falun Gong en abril de 1999 y me beneficié tanto física como mentalmente. Sigo los principios "Verdad-Benevolencia-Tolerancia" en mi vida diaria. No solo mejoró mi carácter, sino que desaparecieron todas las enfermedades que padecía desde hacía décadas. Fue el mejor momento de mi vida.

Sin embargo, el exlíder del Partido Comunista Chino, Jiang Zemin, inició la persecución a Falun Gong el 20 de julio de 1999. Desde entonces, no se me permitió practicar mi fe. Las mentiras calumniosas difundidas las 24 horas del día, los siete días de la semana por los medios de comunicación controlados por el gobierno engañaron a mucha gente. Mis familiares, amigos y colegas me trataron de forma diferente.

Cuando me enteré de que el Tribunal Supremo de China había promulgado la nueva política de que toda denuncia sería aceptada y revisada, presenté una demanda contra Jiang Zemin. Sin embargo, mis datos personales fueron enviados al departamento de policía local, que me localizó y detuvo. La Procuraduría de la ciudad de Leizhou tomó mi denuncia como prueba en mi contra y el tribunal de la ciudad me condenó a cinco años y medio de prisión y me impuso una multa de cinco mil yuanes.

Posteriormente estuve detenido en diferentes lugares, incluyendo un centro de lavado de cerebro con la placa "Centro de Educación Legal", el Centro de Detención de la ciudad de Leizhou y la Prisión de Sihui. Fui liberado el 14 de junio de 2021.

Detalles de la detención

Cuando trabajaba en una fábrica de chapas el 15 de diciembre de 2015, varios policías me llevaron por la fuerza a su comisaría. Me interrogaron sin una orden judicial. Me preguntaron cuándo y dónde había enviado mi denuncia contra Jiang Zemin. Les dije que tenía derecho a practicar mi fe y a demandar a Jiang. Añadí que la persecución a Falun Gong no tiene base legal. Pero ese mismo día me llevaron a un centro de lavado de cerebro y saquearon mi apartamento, confiscando mis pertenencias, incluyendo mi computadora, la impresora y hasta DVD vírgenes.

Hice una huelga de hambre para protestar por la persecución, pero los reclusos me torturaron aún más. Una vez, un preso me arrastró de la cama al baño y me encerró allí durante seis días sin darme comida ni bebida. Para hacerme sufrir más, utilizaron mi huelga de hambre como excusa para alimentarme a la fuerza. Cuando me pasaron el tubo grueso y duro por la fosa nasal hasta el estómago, no podía respirar. El dolor era insoportable e indescriptible.

Ilustración de la tortura: alimentación forzada.

Yo era el único sostén de mi familia. Mi hijo todavía asistía a la escuela. Mi madre, de 90 años, dependía de mí para su cuidado. Mi detención los dejó en una situación de gran angustia.

Limpieza diaria del baño durante dos años

Me transfirieron al Centro de Detención de Leizhou el 23 de diciembre de 2015 y me hicieron un examen físico completo. Aunque estaba sano, por instrucción de los guardias, el jefe de los internos me trató como un enfermo y me aisló.

En la celda, nos turnábamos para limpiar el baño, que era el trabajo más sucio y agotador. Sin embargo, me obligaron a hacerlo todos los días durante casi dos años. No me quejé ante ellos porque también eran víctimas, sin saber las consecuencias por involucrarse en la persecución. Algunos reclusos se sintieron conmovidos por mi amabilidad. Se volvieron amables conmigo y comprendieron que Falun Gong estaba siendo difamado y perseguido por el PCCh.

Fui juzgado por el Tribunal de la ciudad de Leizhou el 14 de abril de 2016. Mi abogado exigió a los agentes judiciales que me quitaran las esposas, pero no accedieron. Me llevaron a una sala de espera y un alguacil me amenazó con imponerme una dura condena. Recibí una sentencia de cinco años y medio en enero de 2017. Apelé ante el Tribunal Intermedio de la ciudad de Zhanjiang, pero fue rechazada la apelación.

El 9 de abril de 2018 me llevaron a la Prisión de Sihui, en Guangdong. En cuanto llegué a la prisión, los guardias me esposaron por la espalda y me obligaron a ponerme en cuclillas frente a los reclusos.

Cuando me negué a firmar ciertos documentos del caso, varios reclusos me oprimieron contra el suelo y me agarraron el dedo para plasmar mis huellas digitales en los documentos.

Me asignaron a la división "604". Un guardia apellidado Zeng estaba a mi cargo. Dos internos, Fan Zhenguang y Deng Shixun, fueron asignados para supervisar mis actividades diarias.

Brutal paliza y el cepillo del inodoro metido en mi boca

Lo primero que Fan y Deng intentaron obligarme a hacer fue memorizar las reglas de la prisión en una semana. Me negué y les dije: "No he cometido ningún delito ni he infringido ninguna ley. El tribunal y la prisión participaron en la persecución. No soy un delincuente y, por tanto, no copiaré ni memorizaré las reglas de la cárcel".

En represalia, no me permitieron sentarme, sino que me obligaron a estar en cuclillas sobre una pierna durante 24 horas. Me daban puñetazos y patadas en cuanto me movía un poco. Después de dos días de tortura, me puse en huelga de hambre para protestar. No les importó en absoluto, sino que me torturaron aún más.

Los dos hombres utilizaron pinzas para pellizcarme los dedos. Mis dedos estaban deformados y mis uñas sangraban. Me quitaron los zapatos, me obligaron a ponerme de pie descalzo sobre baldosas de cerámica, me colocaron una pinza en el empeine y luego me pisaron los pies. Tenía el empeine y las uñas de los pies magulladas. También se me cayó una uña del pie derecho. El dolor era insoportable.

También me golpeaban la cabeza muy frecuentemente. Una vez se me hinchó un lado de la cara y la oreja por los golpes. Entonces se rieron de mí, diciendo que debían golpear el otro lado para que mi cara se viera simétrica.

Entre abril y junio, para obligarme a memorizar las normas de la prisión, Fan y Deng probaron más métodos de tortura conmigo. A veces me cepillaban la boca y la nariz con una escobilla de retrete. Era muy repugnante y no podía evitar vomitar.

Cuando me vieron vomitar sangre, me echaron chile en polvo en la nariz. Sentí que me asfixiaba y grité de dolor. Se echaron a reír.

Guardia ordenó a los reclusos para que me golpearan

El guardia de apellido Zeng me llevaba a menudo a su despacho y trataba de obligarme a renunciar a Falun Gong. Cuando lo rechazaba, me golpeaba y me empujaba contra la pared con su pierna en el pecho. A menudo ordenaba a los reclusos que me golpearan en la esquina muerta que no estaba cubierta por la cámara de vigilancia.

Ilustración de la tortura: paliza.

En el caluroso verano, ordenó a Fan y a Deng que me envolvieran con dos mantas de invierno y me amenazó con torturarme si me atrevía a desenvolverlas

Otro preso, Chen Zhiyong, un asesino, a menudo me golpeaba en el pecho y me pateaba. Una vez me puso una vara de bambú en los pies y la pisó. Provocando que sangraran los dedo de mis pies. Cuando grité por el dolor, pareció disfrutarlo y me insultó. Diciendo: "Me atrevo a matarte. No es gran cosa pegarte".

Una mañana, cuando todos los reclusos salieron a trabajar, Fan y Deng se quedaron para torturarme. Querían obligarme a maldecir a Falun Gong y al fundador. Cuando les dije que no, me clavaron los dedos con unos ganchos durante toda la mañana. Mis dedos volvieron a sangrar.

Me sentía extremadamente débil después de una larga tortura. Mi peso bajó de (110 libras= 49.9 kg) a (77 libras) (34.9 kg). A pesar de lo débil que estaba, me llevaron al hospital para sacarme una cantidad significativa de sangre. Después de varias veces, no pudieron sacarme sangre del brazo izquierdo, pero afirmaron que era por mi problema cardíaco. Sospeché que la extracción de sangre podría estar relacionada con la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong.

Tortura psicológica

A menudo me obligaban a ver videos y a leer materiales que calumniaban a Falun Gong. Cuando señalaba que todo era mentira, el guardia Zeng ordenaba a Fan y Deng que me golpearan. Incluso cuando giraba la cabeza hacia un lado, recibía una paliza.

Además de los golpes, me sumergían la cabeza en un cubeta llena de agua. Casi me ahogaban. Cualquier resistencia provocaba una paliza más brutal. A veces me ponían papelitos con declaraciones calumniosas en la ropa.

Trataron de obligarme violentamente a escribir declaraciones para renunciar a mi fe. Escribí lo bueno que es Falun Gong. Fan se comenzó a irritar y me pisó los pies. A menudo me golpeaban hasta dejarme inconsciente.

Reconstrucción de la tortura: Sumergir la cabeza en el agua.

Una noche de agosto de 2019, Zeng me llamó a su despacho y trató de engatusarme para que escribiera la declaración con una reducción de plazo. Me negué a a hacerlo. Le dije: "No he infringido ninguna ley. Soy inocente. No me importa si me das una reducción de sentencia o no".

Esa noche, cuando llegó la hora de acostarse a las 22:30, Zeng me arrastró hasta un marco metálico cerca de la puerta, donde no podía ser grabado por la cámara de vigilancia. Luego me presionó el cuello y la cabeza contra el marco, empujándome de un lado a otro durante más de una hora.

Entre abril y julio de 2020, los guardias y los reclusos me ordenaron constantemente que escribiera una declaración admitiendo que era culpable por ir en contra de los líderes del Partido Comunista. Dije: "Creo en Falun Gong y en los principios Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Como practicante, no me interesa la política". Como resultado, fui sometido a varias rondas de golpes y patadas. Cuando traté de impedir que un guardia me golpeara, me dijo: "¿Por qué no devuelves el golpe? O puedes demandarme cuando salgas".

Un día de julio, Zeng intentó obligarme a leer tres veces un artículo que calumniaba a Falun Gong y a copiarlo una vez. Cuando me negué, comenzó una nueva ronda de torturas. Ordenó a los reclusos Guan Jiexiang y Chen Zhiyong que me obligaran a estar en cuclillas hasta las dos de la madrugada. Durante el almuerzo, me apuñalaron los pies con las puntas de los bolígrafos. Pusieron una foto del fundador de Falun Gong en un taburete y me ordenaron que me sentara en él. Dije que no. Después, colocaron la foto en mi cama mientras yo dormía.

Después de mucho tiempo en cuclillas, una vez me desplomé en el suelo debido a la fatiga. El recluso Chen Zhiyong me agarró de la solapa y me arrastró a una zona no vigilada. Otros dos reclusos me siguieron y empezaron a golpearme. Pensé que esta vez me golpearían hasta dejarme incapacitado. Me puse en huelga de hambre para protestar por la violencia, y los guardias ordenaron entonces a los reclusos que me alimentaran a la fuerza con un tubo grueso.

Privado del sueño

Me trasladaron a una celda con el recluso Huang Min el 20 de septiembre de 2020. Huang era el recluso más famoso por sus abusos. Me pegaba en la cabeza o me golpeaba contra la pared cuando me negaba a ver los videos difamatorios. Me obligaba a estar en cuclillas desde las seis de la mañana hasta las dos de la madrugada y a veces durante la noche. También me ponía un taburete encima de mis pies y lo pisaba, o me quemaba las manos con cigarrillos.

Un mes después, el 28 de octubre, me trasladaron a otra celda. Dos reclusos, Liu Zhuguo y Lu Yifeng, me obligaron a estar en cuclillas desde las seis de la mañana hasta las dos de la madrugada. A pesar de que se me permitió acostarme en la cama, no se me permitió dormir. En cuanto cerraba los ojos, el preso de guardia me despertaba con agua fría. Me privaron del sueño durante más de cuarenta días. Mi presión arterial aumentó y mi pulso era de ciento veinte latidos por minuto. El médico dijo que tenía contracciones ventriculares prematuras (latidos adicionales anormales).

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