(Minghui.org) Una "mujer encadenada" que había sido secuestrada y abusada como esclava sexual en un pueblo del este de China salió a la luz durante los recientes Juegos Olímpicos de Invierno. El suceso acaparó la atención de todos en China.
A pesar de la extrema crueldad que ha sufrido la mujer, no es un caso aislado, sino la punta del iceberg. Millones de mujeres y niñas han sido víctimas de la trata de seres humanos, de violaciones en grupo y de ser retenidas como esclavas sexuales en China. Estos crímenes continúan hoy en día.
La"Mujer encadenada": víctima de la trata de personas y de la esclavitud sexual
Una "mujer encadenada" fue encontrada en una aldea del municipio de Dongji, condado de Feng, ciudad de Xuzhou, en la provincia de Jiangsu.
Inicialmente fue secuestrada en 1997 y vendida a un aldeano llamado Dong Zhimin en 1998. Dong y su familia la mantuvieron como esclava sexual. Los hombres de la familia, incluidos Dong Zhimin, su padre y su hermano, la violaron repetidamente. La familia la mantenía encadenada. Le cortaron la lengua para evitar que gritara y le arrancaron casi todos los dientes para que no pudiera morder a ninguno de los agresores mientras la violaban.
Todo el pueblo ayudó a la familia de Dong a vigilarla para que no pudiera escapar. Una vez intentó huir, pero la encontraron y la llevaron de vuelta. Entonces Dong la ofreció a todo el pueblo y dijo que estaría encantado de ser el padre de los hijos que cualquiera tuviera con ella. Dong tiene ocho hijos, pero no se sabe si la mujer los dio a luz a todos ni quiénes son los padres.
Cuando se descubrió el caso, las autoridades, desde el municipio hasta el condado, pasando por la ciudad, la provincia y el gobierno central de Beijing, trataron de encubrirlo.
Encerraron a la mujer en un hospital psiquiátrico, construyeron muros alrededor del pueblo en un día para bloquear la entrada de cualquier forastero y acosaron a los voluntarios que llegaban al pequeño pueblo para intentar ayudarla.
Las autoridades incluso le dieron a la mujer una identidad falsa. Afirmaron que era una persona desaparecida, Xiao Huamei, de la provincia de Yunnan.
La opinión pública, en cambio, aportó pruebas sustanciales que señalaban que era Li Ying, de la provincia de Sichuan.
Las razones por las que el gobierno negó que fuera Li Ying fueron, en primer lugar, que el padre de Li Ying servía en el ejército y las autoridades no querían que los soldados sintieran que no podían proteger ni a sus propias familias; y, en segundo lugar, que Li Ying fue secuestrada cuando tenía menos de 13 años. Eso significaría que sus violadores violaron a una menor de edad. Hubo informes no confirmados en Internet de que los funcionarios del condado de Feng compraron a Li Ying como regalo para que el alcalde de Xuzhou, Yu Guangzhou, le hiciera perder la virginidad.
Los casos de tráfico de personas y de esclavitud sexual son comunes en toda China. Solo en 2020, un millón de chinos desaparecieron. Anteriormente el número era aún mayor: 3,94 millones en 2016.
Las autoridades locales toleran e incluso apoyan el tráfico de personas, especialmente grave en Xuzhou, donde se encontró a la "mujer encadenada".
El gobierno y la policía ayudan a expedir tarjetas de residencia falsas para estas mujeres. También falsifican los certificados de matrimonio y de nacimiento. Cuando las mujeres secuestradas acuden a los tribunales para pedir el "divorcio", los jueces les exigen que vuelvan a vivir con sus falsos maridos, los violadores.
El Partido hace que el pueblo chino se vaya hacia el lado oscuro
Desde que el PCCh tomó el poder hace 73 años, ha destruido sistemáticamente los valores morales del pueblo chino. Después de llegar el poder, prohibió la religión y rechazó la cultura tradicional china. El Partido destruyó innumerables lugares y reliquias culturales. Lavó el cerebro al pueblo con la teoría atea del comunismo y le enseñó que el Partido es su único salvador.
Cuando China se abrió a Occidente durante la década de los ochenta, el PCCh cambió su enfoque y comenzó a promover el materialismo y la idea de "todo después del dinero".
Las personas, después de perder sus normas morales, comienzan a hacer lo que es mejor para ellas a expensas de los demás.
Diez años después de que el PCCh cometiera el derramamiento de sangre en la plaza de Tiananmen, aplastando la aspiración de los jóvenes estudiantes a la democracia, en julio de 1.999 dirigió todo el aparato estatal hacia Falun Gong, una práctica de mente y cuerpo de la escuela Buda que sigue los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, debido a su inmensa popularidad y al resurgimiento de los valores tradicionales que el PCCh siempre ha tratado de eliminar.
Prometiendo erradicar a Falun Gong en China en tres meses, el entonces líder del PCCh, Jiang Zemin, quien lanzó la persecución, dio la orden de "arruinar [su] reputación, llevarlos a la quiebra financiera y destruirlos físicamente".
El Partido ofrecía recompensas económicas a quienes consiguieran hacer que los practicantes de Falun Gong abandonaran su creencia. Esto incentivaba a las autoridades a torturar y abusar de los practicantes.
Como resultado, el PCCh puso a todos los organismos policiales y judiciales en contra de Falun Gong, contribuyendo sustancialmente a llevar a cabo la persecución.
Los efectos se extendieron por toda China como una reacción en cadena.
Las autoridades permiten que los sindicatos del crimen organizado crezcan y se extiendan (incluidos los traficantes de personas). La policía y los jueces pueden ser sobornados para que hagan la voluntad del Partido, lo que da lugar a abusos generalizados.
Los médicos se convirtieron en asesinos, matando por encargo a los practicantes para obtener sus órganos y alimentar una lucrativa industria internacional de trasplantes de órganos.
Junto con las detenciones masivas a practicantes de Falun Dafa, en China también aumentó rápidamente el tráfico de personas, la demolición forzosa de casas, la detención ilegal de abogados defensores de los derechos humanos y, más tarde, la persecución a uigures en Xinjiang.
Con estos crímenes cometidos a gran escala en todos los rincones del país, la mayoría de los chinos, después de haber vivido décadas de luchas políticas y de haberse entregado al disfrute material, permanecen callados e indiferentes. Mientras nadie les persiga y vivan una buena vida, hacen la vista gorda ante los abusos que sufren los demás.
Delitos sexuales contra los practicantes de Falun Dafa
El Partido ha involucrado al aparato estatal a cometer delitos sexuales contra los disidentes políticos a gran escala, especialmente contra los practicantes de Falun Dafa.
El PCCh aplica la tortura sistemática a los practicantes de Falun Dafa para intentar obligarles a renunciar a su creencia. La violación y las torturas sexuales se utilizan como medio para humillar y dañar a los practicantes, tratando de quebrar su voluntad. Minghui.org ha reportado muchos casos a lo largo de los años.
Las agresiones sexuales a las practicantes de Falun Dafa incluyen: violación, violación en grupo, penetración vaginal con picanas eléctricas, frotamiento vaginal con cepillos de dientes, desgarramiento vaginal, enganche vaginal, electrocución de pezones, desgarramiento de pechos, pellizcos en los pechos, quemaduras con cigarrillos en las zonas púbicas de las practicantes, patadas en el ano y en la parte inferior del cuerpo, aborto forzado, agresión sexual a chicas menores de edad, etc.
A continuación, se presentan varios ejemplos:
En 2001, los guardias del Campo de Trabajos Forzados de Wanjia, en la provincia de Heilongjiang, le inyectaron medicamentos para adormecer y dejar inconsciente a la Sra. Tang Guanghui. Luego la violaron en grupo. La violaron repetidamente durante días, hasta que se volvió loca.
En 2001, la policía del Centro de Detención de Shouguang, en la provincia de Shandong, desnudó a la Sra. Li Yinping y le aplicó repetidas descargas eléctricas en la vagina y los pechos. También la violaron en grupo. Ella y varias practicantes fueron torturadas hasta la muerte poco después.
En 2001, dos guardias del Centro de Detención de Changsha, en la provincia de Hunan, violaron a la Sra. Zou Jin, que entonces tenía 77 años. También le introdujeron una macana eléctrica en la vagina para darle descargas.
La policía de la ciudad de Changzhi, provincia de Shanxi, internó a muchas practicantes de Falun Dafa en el hospital psiquiátrico de Changzhi para torturarlas. Violaron en grupo a una joven de 19 años llamada Xiao Yi 14 veces en tres noches. La policía también le quemó los pechos y sus partes íntimas con cigarrillos. Después, permaneció en la cama sin poder moverse durante un mes.
En 2000, en el Centro de Detención de Qiliqu, en Beijing, los guardias desnudaron a las practicantes de Falun Dafa y las metieron en las celdas de los hombres para que fueran violadas en grupo. Los guardias obligaron a los practicantes masculinos de Falun Dafa a mirar.
En el Campo de Trabajos Forzados de Masanjia, en la provincia de Heilongjiang, los guardias desnudaron a 18 practicantes y las empujaron a las celdas de los reclusos para violarlas en grupo en octubre de 2000. La policía también grabó en vídeo a las practicantes desnudas para humillarlas o las obligaban a permanecer en la nieve. Los guardias metieron a otras nueve practicantes, incluida una mujer virgen, en celdas masculinas en abril de 2001.
Los delitos sexuales del PCCh no solo afectan a las mujeres. Los practicantes masculinos también son agredidos sexualmente, incluyendo descargas eléctricas en sus partes íntimas y violaciones.
En 2001, los agentes de policía de la ciudad de Tangshan, provincia de Hebei, utilizaron macanas eléctricas para aplicar descargas en el pene de un practicante y obligaron a una practicante a mirar.
En el Centro de Detención de Fusong, en la ciudad de Baishan, provincia de Jilin, los guardias clavaron agujas de coser en el pene de los practicantes de Falun Dafa.
La policía del Campo de Trabajos Forzados de Suihua, en la provincia de Heilongjiang, pone miel en el pene de los practicantes para atraer a las hormigas que pican.
En 2011, un jefe de reclusos del Campo de Trabajos Forzados de Handan, en la provincia de Hebei, con el respaldo de los guardias, violó oral y analmente al practicante masculino Wang Gang.
La agresión sexual es solo un tipo de tortura que el PCCh aplica a los practicantes de Falun Dafa.
Los practicantes también son torturados de muchas otras maneras, como, por ejemplo, golpeándolos, inyectándoles o forzándoles a tomar medicamentos que les hagan perder la conciencia, privándoles del sueño, impidiéndoles ir al baño, así como la sustracción forzada de órganos.
Sin embargo, esto sigue siendo la punta del iceberg de todas las atrocidades que han tenido lugar.
De hecho, poco después de que saliera a la luz la historia de la "mujer encadenada", también empezaron a circular por Internet informes sobre una mujer que fue mantenida desnuda en una cueva durante seis años y otra mujer que fue mantenida en una celda metálica subterránea.
A diferencia del silencio sobre muchas otras violaciones de los derechos humanos que se expusieron en el pasado, la historia de la "mujer encadenada" ha atraído una enorme atención de la población china, a pesar del enorme esfuerzo del gobierno por encubrirlo.
Incluso muchas celebridades y los hijos de anteriores líderes del PCCh que se han beneficiado del gobierno de este partido dieron un paso al frente para defender a la víctima. Tal vez el crimen fue tan bárbaro que a cualquiera que aún le quedara conciencia no ha sido capaz de hacer la vista gorda.
Por suerte, a través de este incidente se ha despertado la compasión y la bondad enterradas en lo más profundo del corazón de muchos chinos.
Informe relacionado en chino:
Lo expresado en este artículo representa la opinión o entendimiento del autor. Todo el contenido publicado en este sitio web tiene derecho de autor y pertenece a Minghui.org. Minghui realizará compilaciones de su contenido online de forma regular y/o en ocasiones especiales.
Todo el contenido publicado en este sitio web tiene derecho de autor y pertenece a Minghui.org. Minghui realizará compilaciones de su contenido online de forma regular y/o en ocasiones especiales.
Categoría: Opinión y análisis