(Minghui.org) Según una encuesta realizada por la empresa francesa de marketing Ipsos, cerca del 93% de los chinos se declaran felices. Esta cifra es superior a la de la mayoría de los países, lo que hace que muchos foráneos se pregunten: ¿cómo pueden sentirse satisfechos tantos ciudadanos chinos en una tierra sin libertad ni derechos humanos básicos?
El lavado de cerebro y la brutalidad a largo plazo del Partido Comunista Chino (PCCh) ofrecen una pista. Por un lado, la propaganda sistemática hace que la gente crea que el PCCh es lo mejor; por otro lado, cualquier esfuerzo por expresar opiniones diferentes al tono oficial del Partido sería severamente reprimido. Como resultado, la gente se ha adaptado a la nueva normalidad y para evitar problemas de ser señalados por el Partido o alienados por sus compañeros, tiende a aceptar el statu quo e incluso a alabarlo.
Pero no todas las personas son iguales. Algunos recuerdan el antiguo dicho chino de "un erudito prefiere la muerte a la humillación" y la ideología occidental de "ser libre o morir". Sin embargo, al igual que los practicantes de Falun Dafa que siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, todos los que se atreven a ejercer sus pensamientos independientes se han encontrado con graves represalias por parte del Partido.
Una de las tácticas utilizadas por el PCCh es instigar a la mayoría (digamos el 95%) de la población contra la pequeña parte de la población restante. A lo largo de las décadas, desde la Campaña Antiderechos hasta la Revolución Cultural, desde la Masacre de la Plaza de Tiananmen hasta la supresión de Hong Kong, se han producido una y otra vez ataques contra diversos grupos minoritarios y disidentes. Incluso los abogados que salvaguardan los derechos básicos de Falun Dafa y otros grupos minoritarios fueron también reprimidos.
Ilusión frente a realidad
He aquí algunos ejemplos.
El director de mi exlugar de trabajo en China me visitó una vez mientras estaba de viaje en EE. UU. Saqué el tema de Falun Dafa y lo descartó diciendo que el PCCh no es tan malo. Cuando le pregunté si podía llevarse a China algunos DVD con información sobre Falun Dafa para dárselos a mis amigos, se negó inmediatamente: "No quiero meterme en problemas". Solo entonces se dio cuenta de que la situación real en China es diferente de lo que el Partido afirma que es.
Este dilema también existe en otros lugares. Algunos de mis amigos y excompañeros de clase en China no podían entender por qué los practicantes de Falun Dafa siguen exponiendo la persecución en China. "Ya ha terminado [la supresión], incluso los periódicos no la mencionan ahora", dijo uno de ellos. Sin embargo, permaneció en silencio cuando le desafié a pasearse por la plaza de Tiananmen con una camiseta con frases como "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia" para ver cuánto tiempo podía permanecer a salvo sin ser detenido.
Otro amigo es un ciudadano chino con residencia en Estados Unidos. Para mantener la validez de su estatus de residente permanente, tiene que pasar cierto tiempo en los EE. UU. Una vez se quedó en los EE. UU. durante mucho tiempo, durante el cual tenía un equipo de transmisión de vídeo para ver programas de televisión de China. Le sugerí que viera algunos canales de televisión del extranjero en chino, pero los descartó como "tonterías".
Un tema interesante que tuve con este amigo es el de los derechos humanos. Siempre insistió en hablar primero de los derechos humanos en Estados Unidos antes de hablar de la situación en China. Luego dio una larga lista de lo pobres que son los derechos humanos en Estados Unidos.
Sin embargo, cuando se le preguntó por qué seguía emigrando a EE. UU. a través de inversiones, cambió su postura y dijo: "La propiedad privada está protegida en EE. UU. El dinero y los bienes inmuebles que poseo están seguros. Al fin y al cabo, es una sociedad de ley y orden, en la que se respetan los derechos humanos". Ni siquiera recordaba que hacía unos minutos había tachado a Estados Unidos de villano de los derechos humanos, como haría un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino.
Pero esa corrección política puede costar muy caro. Yuan Xiaoliang, una china que vive en Australia, era muy conocida en los foros de Internet y en las redes sociales por defender al PCCh en materia de derechos humanos con el seudónimo de Ran Xiang. Pero ella y su marido volvieron a China en enero de 2019, su marido fue detenido por el PCCh inmediatamente sin que se supiera su paradero durante meses. A Yuan no le quedó más remedio que suplicar ayuda al gobierno australiano, ya que su marido es ciudadano australiano. "Para ser honesta, ahora estoy extremadamente disgustada y desesperada", dijo la influencer de Internet.
Espero que otros miembros del "Partido de los 50 centavos" (aquellos que publican artículos en Internet para defender al PCCh y reciben 50 centavos por publicación) y otros puedan aprender de esta lección. Al elogiar el régimen totalitario del PCCh, simplemente hacemos nuestra vida más miserable cuando algún día seamos la minoría del 5%. Aunque todavía no seamos esa minoría, el coste económico, legal y moral puede ser enorme para los ciudadanos chinos en general.
Economía en crecimiento
El crecimiento de la economía china dependió del apoyo de los países occidentales, especialmente de Estados Unidos, durante las últimas décadas. Estados Unidos fue decisivo a la hora de proporcionar asistencia a China en materia de tecnología, capital y talento, así como en el acceso al mercado, por ejemplo ayudando a China a entrar en la OMC. Con ello, los políticos estadounidenses esperaban que China avanzara hacia la democracia y mejorara fundamentalmente los derechos humanos.
Pero esto no ocurrió y los derechos humanos en China se deterioraron. Si se inician guerras comerciales para obligar a China a cerrar la brecha de los derechos humanos, el pueblo chino sufriría las consecuencias.
Los organismos extrajudiciales anulan los sistemas legales
La ciencia moderna de la gestión tiene la teoría del cubo de madera, también conocida como la ley de Cannikin. Es decir, la capacidad de un cubo viene determinada por la pieza más corta. En el ámbito judicial, eso significa que si el PCCh abusa de la ley para reprimir a ciertos ciudadanos, todo el pueblo chino podría enfrentarse a una crisis legal similar.
Es especialmente el caso de Falun Dafa, una práctica de ejercicios y meditación pacífica basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Desde julio de 1999, el PCCh persigue brutalmente a Falun Dafa.
Se creó una entidad extralegal llamada Oficina 610 para trabajar con el ya existente Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos (PLAC), para orquestar la persecución en toda la nación.
Ambos organismos recibieron el poder de anular los sistemas de aplicación de la ley, la procuraduría y los tribunales de China. Zhou Yongkang, exministro de Seguridad Pública y posteriormente secretario del Partido del PLAC y jefe del Equipo Central de Liderazgo 610, instruyó en una ocasión a los funcionarios inferiores: "¡Pueden ignorar a los asesinos o a los pirómanos, pero tienen que perseguir a Falun Dafa!".
Como Zhou, muchos funcionarios inferiores han abusado de las leyes para perseguir a los practicantes de Falun Dafa. Cuando la señora Han Yuejuan, practicante de Falun Dafa y jefa de sección en el Departamento de Propaganda del Distrito de Dongshan de la Ciudad de Guangzhou, provincia de Guangdong, fue condenada a tres años por su fe en 2002, dijo al juez que presidía el tribunal que la sentencia de prisión era ilegal y gritó "Falun Dafa es bueno" tres veces. El juez aumentó inmediatamente su condena a seis años. Cada vez que decía "Falun Dafa es bueno" contaba como un año adicional, dijo el juez.
Un incidente similar le ocurrió al señor Zhang Jinsheng, del condado de Qingyuan, provincia de Liaoning. Fue juzgado en septiembre de 2004 y condenado a ocho años por ayudar a otros a acceder al sitio web de Minghui. Para defender su inocencia, el señor Zhang gritó "Falun Dafa es bueno" y escribió lo mismo en el veredicto oficial. El juez amplió su condena a 13 años, diciendo: "Una palabra más significa significa un año más de cárcel". Es decir, cada palabra de Fa-lun-da-fa-hao ("Falun Dafa es bueno") se contaba como un año más.
A lo largo de la persecución a Falun Dafa, el PCCh ha abusado aún más de las leyes para intensificar su dictamen. Es simplemente cuestión de tiempo que el régimen aplique este aparato para atacar a otros grupos.
Un precio moral muy alto
Cuando los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia son atacados, toda la sociedad sufre. Al igual que la corrupción en el sistema legal, la degeneración moral es muy grave en China.
Wang Yue (también conocida como la pequeña Yueyue), una niña de dos años de la ciudad de Foshan, en la provincia de Guangdong, fue atropellada por dos coches, uno tras otro, cuando jugaba fuera de su casa en octubre de 2011. Más de 10 peatones lo vieron, pero ninguno dio un paso al frente para ayudar. La niña murió a pesar de los cuidados de urgencia.
Desde la mercancía falsa hasta la comida envenenada, desde la ignorancia de incidentes como el de Wang Yue hasta el plagio por parte de los académicos, los principios y la integridad de la humanidad están casi completamente desaparecidos en China. La gente de todo el mundo se pregunta: ¿Qué está pasando con China y el pueblo chino?
China tiene una larga tradición de fe. Pero el PCCh casi ha aniquilado la cultura tradicional china en las últimas décadas y la ha sustituido por la ideología comunista del odio, la brutalidad y la mentira.
Incluso las iniciativas anticorrupción del Partido están condenadas al fracaso, ya que es como construir un edificio sobre arena. Por ejemplo, Lu Wei, exjefe del Departamento de Propaganda del PCCh, era muy conocido por pedir una sociedad de integridad a través de la digitalización de la información. Pero el propio Lu fue acusado de corrupción y condenado a 14 años de prisión en 2019.
Fue en medio de ese caos que Falun Dafa se presentó al público. Con casi 100 millones de personas que siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, la práctica trajo un enorme efecto positivo a la sociedad y dio esperanza a la gente. La brutal persecución de los últimos 23 años no solo perjudica a los inocentes practicantes de Falun Dafa, sino que amenaza a toda la sociedad china.
Además de la encuesta de Ipsos mencionada al principio del artículo, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas también publica anualmente el Informe Mundial sobre la Felicidad en relación con el producto interior bruto per cápita, el apoyo social, la esperanza de vida en materia de salud, el grado de libertad, etc.
Entre los 150 países de la lista, China está por debajo de la media. De hecho, unos 600 millones de chinos tienen unos ingresos inferiores a 1.000 yuanes (o 158 dólares) al mes, más de mil millones de personas nunca tomaron un avión en su vida y más de 200 millones de hogares chinos no tienen inodoro con cisterna.
Nacidos y criados en medio de un mar de propaganda a favor del Partido, es comprensible que los chinos se sientan "felices" bajo el régimen totalitario del PCCh. Pero a medida que un mayor número de personas accede a información no censurada y echa un vistazo al mundo real, puede que se den cuenta de cómo sería una sociedad libre de comunismo, en la que la gente siguiera su propia conciencia y disfrutara de libertades personales desconocidas para la gente de China en la actualidad.
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Categoría: Opinión y análisis