Mujer de Sichuan sufre trastorno mental por la administración involuntaria de medicamentos bajo custodia

(Minghui.org) La Sra. Li Zhongfang fue constantemente inyectada u obligada a tomar drogas tóxicas mientras cumplía una condena de 3.5 años por practicar Falun Gong. Esta mujer de 60 años, residente en la ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan, sigue desorientada y se esfuerza por cuidarse tras ser puesta en libertad. Sin embargo, las autoridades siguen acosándola a ella y a sus familiares.

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

La Sra. Li fue detenida el 1 de agosto de 2017 mientras compraba alimentos. Realizó una huelga de hambre en el Centro de Detención de la Ciudad de Chengdu para protestar por la persecución y fue alimentada a la fuerza. Según una persona con información privilegiada, los guardias añadieron una gran cantidad de polvo blanco a la comida para alimentarla.

La Sra. Li fue llevada posteriormente al Hospital del Distrito de Qingyang, afiliado al Centro de Detención. Los guardias la mantuvieron esposada y encadenada a la cama. Le administraron constantes goteos intravenosos, pero la enfermera se negó a revelar lo que contenía.

Cuando la Sra. Li compareció ante el Tribunal del Distrito de Qingyang el 10 de abril de 2018, parecía estar muy débil. Su cuerpo temblaba. Sus labios se movían. Tardó mucho tiempo en responder a una pregunta, sin embargo, no podía hablar con claridad ni expresarse completamente.

Más tarde, la señora Li fue condenada a 3.5 años y llevada a la Prisión de Mujeres de la Provincia de Sichuan, en la Ciudad de Chengdu, el 2 de julio de 2018. Fue sometida a varios tipos de tortura y golpes. Los guardias no permitieron que su familia la visitara.

Cuando la llevaron al tercer pabellón de la prisión el 11 de julio de 2018, las reclusas la obligaron a llevar el uniforme de la prisión y le cortaron el pelo. Fue recluida en la sala 412, donde se torturaba a los practicantes de Falun Gong que se negaban a renunciar a su fe. Las reclusas la golpearon durante toda la noche hasta la madrugada.

Desde entonces, los guardias comenzaron a obligarla a tomar medicamentos psiquiátricos, con la excusa de que estaba desorientada mentalmente. Incluso trataron de obligar a su familia a persuadirla para que cooperara y tomara los medicamentos. Su familia se negó a hacerlo. Argumentaron que estaba perfectamente sana antes de ser detenida, y se preguntaron por qué sufría esa dolencia mientras estaba detenida. Si realmente estaba enferma, la prisión debería dejarla en libertad condicional por motivos médicos para que se recuperara. Sin embargo, las autoridades rechazaron su solicitud de libertad condicional, con la excusa de que el procedimiento era difícil de realizar.

Según un informante, la Sra. Li fue obligada a tomar los medicamentos desconocidos dos veces al día, todos los días, durante dos años. La prisión también controlaba si se tragaba los fármacos a través de cámaras de vigilancia. En septiembre de 2018, solo dos meses después de haber sido llevada a la prisión, ya había desarrollado una grave condición mental. Se tumbaba en la cama babeando y escupiendo y a menudo estaba aturdida. Sus ojos estaban apagados. También estaba demacrada y débil.

Cuando fue dada de alta a principios de 2021, no podía distinguir entre el día y la noche. Dependía de su familia para su cuidado. De vez en cuando, pronunciaba algunas palabras sobre las torturas sufridas en la prisión. Pero se mostraba extremadamente nerviosa y sensible cuando su familia le preguntaba por las inyecciones tóxicas.

A pesar de su estado, los agentes de la Oficina 610 la acosaban de vez en cuando. Incluso sus familiares, con los que no se había puesto en contacto durante mucho tiempo, fueron acosados.

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