(Minghui.org) Mi vida fue destruida durante las vacaciones del Año Nuevo Chino en 1996 después de que fui a un terapeuta de masaje por mi problema de hernia de disco lumbar. Se me paralizaron las piernas y tuve incontinencia después de la primera terapia de masaje, el 1 de marzo de 1996. Mi hermano me llevó a casa a cuestas.

Mi familia le contó al terapeuta mi situación, y él sugirió que debía ir a un hospital, y que él se haría cargo de mis gastos médicos. En el hospital me practicaron una laminectomía total que alivió los fuertes dolores, pero seguía paralizada por debajo de la cintura. Tras más de un mes de hospitalización, me dieron el alta y me llevaron a casa en camilla.

Perdí mi trabajo. Mi hijo solo tenía 10 años y mi marido tenía asma y otras enfermedades. Nuestra familia tenía poco dinero, así que no podía recibir muchos más tratamientos.

Un pariente me trajo dos libros, Zhuan FalunFalun Gong, pero solo podía leer unas pocas páginas a la vez mientras estaba acostada en la cama.

Llegué al párrafo en el que el Maestro Li decía:

"Hemos enfatizado una y otra vez que no recibimos a quienes están seriamente enfermos porque aquí es xiulian, lo cual está demasiado lejos de aquello que tienen en sus mentes…" (Primera Lección, Zhuan Falun).

Comprendí que el Maestro no me atendería porque buscaba un método para curar mi enfermedad, así que dejé los libros y visité a médicos y especialistas que me presentaron mis amigos y familiares. Estos médicos afirmaban que podía curarme, pero al final admitieron que no podían. Finalmente, acudí al neurólogo más autorizado de nuestra ciudad. Me dijo: "No hay manera de ayudarte, pero tu estado no es el peor".

Para entonces, sentía que mis piernas eran como dos pesados postes de teléfono. No podía sentarme mucho tiempo porque no sentía nada por debajo de la cintura. Los dos pies siempre estaban fríos. El uso de una bolsa de agua caliente para calentarme los pies acabó con una quemadura en el talón derecho, que se convirtió en un agujero que goteaba sangre y pus. Sin otra opción, volví a tomar los libros de Falun Gong y me puse de pie apoyándome en el calentador para aprender los movimientos de los ejercicios. Mi estado mejoró lentamente. En algún momento sentí que el nervio de mis piernas se estimulaba cuando leía Zhuan Falun. Era una sensación nueva.

En octubre de 1996, vi los videos de la enseñanza del Fa del Maestro en la ciudad de Guangzhou. Entonces decidí convertirme en una practicante de Falun Dafa. A principios del año siguiente, mi hijo, que tenía 11 años y estaba de vacaciones de invierno, me ayudó a buscar un lugar de práctica en grupo en los parques cercanos. Para él solo eran 10 minutos de caminata, pero para mí eran 50 minutos. Pronto me uní a un grupo de estudio del Fa. Nos reuníamos tres veces por semana para leer el Fa y compartir nuestros entendimientos y experiencias. Mejoró mucho mi comprensión del Fa, y mi xinxing también mejoró rápidamente.

Llevaba mucho tiempo pensando en demandar al masajista. La idea surgió cuando estaba meditando, pero desapareció después de descruzar las piernas.

A veces recordaba la enseñanza del Maestro:

"El yeli producido por los actos malos cometidos por el hombre en el pasado es lo que causa las enfermedades o las tribulaciones. Al padecer sufrimientos, uno está justamente pagando deudas del ye, por eso nadie puede cambiarlo casualmente, pues cambiarlo equivale a que las deudas no tienen que ser pagadas; tampoco puede hacerse de manera casual y arbitraria, de otro modo, equivale a hacer cosas malas" (Primera Lección, Zhuan Falun).

Y:

"El espíritu primordial humano es inextinguible, así que en las actividades sociales de tus vidas anteriores puedes haber contraído deudas, hecho daño a alguien o cometido algunos actos malos, y entonces ese acreedor quiere buscarte" (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Sin embargo, la idea siguió surgiendo cuando meditaba. Un día, pregunté a otros practicantes después de leer el Fa si debía demandar al terapeuta. Todos dijeron que no. Así que no pensé más en ello.

Entonces, experimenté el poder de Dafa. Al cabo de uno o dos días, mi pierna izquierda se sintió repentinamente más ligera y pude moverla. Al cabo de una semana, la pierna derecha también se sentía normal. Entonces, solo tardé 12 minutos en ir al parque en lugar de 50 minutos.

No podía expresar mi emoción con palabras. Experimenté personalmente lo que el Maestro había dicho:

"Con la elevación de tu xinxing, a tu cuerpo le ocurre un gran cambio; al elevar tu xinxing está garantizado que ocurre una transformación en la materia de tu cuerpo" (Primera Lección, Zhuan Falun).

El Maestro me dio una segunda vida, me recreó, me convirtió de una lisiada a una persona sana. Los tremendos cambios en mi cuerpo permitieron a mi familia, parientes y vecinos ser testigos del poder y de la preciosidad de Dafa.

Fue la gracia de Falun Dafa y la protección compasiva del Maestro lo que me hizo estar donde estoy ahora. Gracias, Maestro.

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