(Minghui.org) Soy una maestra jubilada. En 2015, me diagnosticaron cáncer nasofaríngeo avanzado. Una compañera mencionó que Falun Dafa podía ayudar a superar enfermedades y me dio una copia de Zhuan Falun. No le creí, pero acepté el libro.
No lo tomé en serio, así que me limité a leer el libro de vez en cuando. Mi compañera me dijo que ese libro era muy valioso y que debía devolverlo si no quería practicar. Así que decidí leer Zhuan Falun una vez más, ¡y finalmente comprendí por qué es un libro precioso!
Entonces decidí practicar Falun Dafa. Los practicantes me enseñaron los ejercicios y leyeron las enseñanzas conmigo. Sin embargo, yo era muy adicta al póquer, lo que interfería con mi cultivación. Estuve "gravemente enferma" varias veces, pero el Maestro Li no me abandonó y cada vez me salvó del borde de la muerte.
¡Fue como si nunca hubiera estado enferma!
Mi salud mejoró rápidamente y muchos síntomas dolorosos desaparecieron después de que empecé a leer el Fa y hacer los ejercicios. Me sentí muy feliz. Me uní a un grupo de estudio del Fa y salí a aclarar la verdad con otros practicantes. Pero cuando me encontré con una vieja amiga de póquer, resurgió mi adicción al juego. Pensé que la cultivación era demasiado dura y aburrida, así que decidí volver a jugar cartas.
Los compañeros practicantes me advirtieron que mi ye de enfermedad volvería si dejaba de practicar. No les hice caso e incluso discutí con ellos. Todavía leía Zhuan Falun a veces, pero no entendía los principios más profundos del Fa. Sólo temía que mi cáncer reapareciera si no estudiaba el Fa.
El Maestro dijo:
“El asunto del xiulian no es para nada un juego de niños ni una habilidad técnica entre la gente común, es un asunto muy serio” (Segunda Lección, Zhuan Falun)
No seguí los requerimientos de Shifu, y mis enfermedades reaparecieron a finales de 2020. No podía comer ni dormir debido al dolor de estómago. Los analgésicos no ayudaban. Sentía que podía morir. El médico le dijo a mi marido lo grave que era mi situación y aconsejó a mi familia que preparara mi funeral.
Mientras agonizaba, me acordé de Falun Dafa y le pedí a mi marido que me llevara a casa. Entonces hice la meditación sentada. Después de meditar durante media hora, empecé a sentir frío. Comprendí que Shifu estaba ajustando mi cuerpo. Después de una hora de meditación sentada, me sentí relajada. El dolor de estómago disminuyó y pude dormir y comer. A la mañana siguiente, me levanté a las tres y media e hice los cinco ejercicios. Después de enviar pensamientos rectos, ¡me sentí tan relajada! Era como si nunca hubiera estado enferma.
Estudié el Fa e hice los ejercicios todos los días y seguí mejorando. Pronto volví a la normalidad. Me sentía con mucha energía. Sabía que el compasivo Shifu me había salvado de nuevo.
Repitiendo mis errores
Sin embargo, en cuanto me recuperé, resurgió mi adicción al póquer. Esta vez, jugué al póquer de forma aún más desenfrenada. Jugaba a las cartas día y noche sin freno. Me olvidé por completo de la cultivación. Esto dio lugar a complicaciones de diversos problemas de salud, incluida una infección en la articulación de la rodilla. Volví a estar en estado crítico. Pasé días en la unidad de cuidados intensivos y me operaron tres veces de la pierna. Tras más de dos meses hospitalizada, seguía sufriendo y pedí el alta.
Pensé que mi vida podía llegar a su fin y que debía hacer algunos arreglos para mi familia. Le pedí a mi marido que invitara a Liu, quien me presentó Dafa. Le dije que no había practicado con diligencia y que me sentía mal por haber defraudado a Shifu. Quería disculparme con mis compañeros practicantes que se habían esforzado tanto por ayudarme. Me arrepentía de muchas cosas. Liu me pidió que no me rindiera, que abandonara mi adicción y que reanudara la práctica.
Empecé a cultivar Falun Dafa de nuevo y he ido mejorando día a día. ¡Shifu no me abandonó! Me he arrepentido innumerables veces ante Shifu y he prometido practicar diligentemente de ahora en adelante. Ahora leo el Fa y hago los ejercicios todos los días. También leo los artículos del Minghui Semanal y hago todo lo que puedo para hacer las tres cosas. Sólo Shifu puede salvarme, y me cultivaré diligentemente para corresponder a sus bendiciones.
Mi marido fue testigo de los milagros que Dafa manifestaba en mí. Entonces decidió empezar a practicar, aunque nunca había creído en lo divino. Mis hijos también creen en Dafa y han renunciado al Partido Comunista Chino y sus organizaciones afiliadas. Toda mi familia se ha beneficiado de Dafa y todos le estamos muy agradecidos a Shifu.
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Categoría: Beneficios para la salud