(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Tengo 21 años. Soy de Malasia y actualmente estudiante de tercer año en la Universidad Nacional Sun Yat-sen en Kaohsiung, Taiwán. Tengo la suerte de poder asistir por tercera vez a esta conferencia de intercambio de experiencias de cultivación en Taiwán. Muchas gracias a Shifu, fundador de Falun Dafa, por este arreglo.

Cuando era pequeña, mis padres estaban ocupados entre su trabajo y el cuidado de mi hermano y hermana mayores. Me hicieron ir a vivir con mi abuela y mi tía, ambas practicantes de Falun Dafa. Mi tía siempre decía que yo estaba predestinada a obtener el Fa incluso antes de nacer. Dijo que mi abuela analfabeta quería aprender Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, antes de que yo naciera, así que hizo que mi madre le leyera el libro.

Después mi tío, también practicante, volvió a vivir con mi abuela. Los cuatro estudiábamos el Fa y practicábamos los ejercicios juntos. Yo no entendía lo que significaba cultivación, pero sabía que Falun Dafa es bueno. Seguí los principios para ser una buena persona. Soporté el acoso de mis compañeros de clase porque recordé que "...hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos..." (Cuarta Lección, Zhuan Falun). 

Viví en el internado de la escuela durante mi primer año de la escuela. Como no había ambiente de cultivación, gradualmente dejé de practicar Dafa. No me llevaba bien con mis compañeras y profesores, y mis notas no eran buenas. Estaba deprimida y siempre me sentía muy triste.

Un día, no pude soportarlo más y llamé a mi tía para quejarme de lo mal que me trataban. Mi tía me recordó lo que Shifu nos enseñó,

Durante un conflicto, si puedes recordar:

El que tiene la razón es él 

El que está equivocado soy yo 

¿Por qué contienden?” 

(Quién tiene razón, quien no. Hong Yin III) https://es.falundafa.org/docs/Hong_Ying_III.pdf

Me desperté y decidí leer detenidamente Zhuan Falun. Al terminar, me di cuenta de que siempre me defendía y culpaba a los demás cuando cometía errores o tenía conflictos con mis compañeros. Comprendí lo que era la cultivación y empecé a practicar de nuevo.

Mis compañeros y profesores notaron mis cambios y nos llevábamos bien. Mis notas mejoraron y mi posición en la clase pasó de treinta a diez. Todos estaban muy sorprendidos. Mi mejoría se debió a mi cultivación y al estímulo de Shifu. Gracias, Shifu.

Shifu arregló lo mejor para mí

En mi tercer año de la escuela media, anhelaba un buen ambiente de cultivación en Taiwán y decidí aplicar a las universidades allí. Al mismo tiempo, tenía que prepararme para el examen nacional de acceso a la universidad. Me estresaba tanto la preocupación por sacar buenas notas en el gran examen y entrar en una buena universidad que le gritaba a mi tía.

"Haz el examen lo mejor que puedas y deja lo demás a Shifu", me dijo.

Para equilibrar la cultivación y los estudios, elaboré un horario y puse la práctica de Dafa como prioridad. Estudiaba el Fa con mi familia todos los martes y jueves por la noche, tuviera o no un examen al día siguiente. El resto del tiempo lo dedicaba a las tareas escolares.

Mis resultados en los exámenes fueron excelentes y formé parte del cuadro de honor de la escuela. También me aceptaron en una universidad de Taiwán.

Shifu dijo: Gana en forma natural, sin búsqueda” (Exponiendo el Fa en Sidney, 1996). Comprendí plenamente este principio.

Equilibrando la cultivación y los estudios

Tomé muchos cursos en mi segundo año de universidad. Para que mi currículo se viera bien, participé en muchas actividades extracurriculares patrocinadas por la universidad. Además, para pagarme los gastos, solicité trabajo en el campus. Me resentí cuando no aceptaron mi solicitud. Más tarde encontré un trabajo fuera del campus y terminé estando muy ocupada.

Reprobé tres exámenes parciales de asignaturas obligatorias. Me sentía frustrada y muy deprimida. Cuando hablé con compañeros practicantes en el grupo de estudio de Fa, uno de ellos me aconsejó que considerara, que tal vez Shifu me estaba dando una pista de que no había hecho bien las tres cosas.

De repente desperté. Había descuidado estudiar el Fa y hacer los ejercicios durante este tiempo porque estaba muy ocupada con mis estudios, trabajo y actividades sociales. Realmente no cumplía con el estándar de una practicante. Solo practicaba Dafa debido al ambiente de cultivación de mi familia. No tomé la iniciativa de hacerlo por mí misma.

Después de mirar hacia adentro, decidí hacer por lo menos uno de los ejercicios y estudiar el Fa durante más de media hora cada día, sin importar lo ocupada que estuviera. También dejé mi trabajo fuera del campus. Me propuse no solo cultivar cada día, sino también vivir con sencillez. Me deshice de mis apegos a ciertas bebidas y dulces, a postergar y a dormir.

Experiencias maravillosas en las vacaciones de verano

Este verano mi vida ha sido muy gratificante. Durante los dos meses de vacaciones, participé en el Campamento de Verano de Minghui y en el Campamento Juvenil. También ayudé a repartir periódicos de La Gran Época.

Mi participación en el campamento de verano de Minghui

En el campamento de verano de Minghui, ayudé a montar la pantalla y la iluminación para las presentaciones. Al principio no tomé en serio esta tarea porque no me parecía que mi trabajo fuera importante o significativo. Incluso me sentí un poco decepcionada porque no tuve la oportunidad de subir al escenario como otros ayudantes del equipo. Sentía que nadie sabía de mi contribución.

Una practicante compartió su experiencia. Dijo: "Para nosotros es muy valioso validar aquí, todos juntos el Fa. Todos somos imprescindibles, no importa en qué grupo estemos".

Solo entonces me di cuenta de la importancia de mi trabajo. No era casualidad que a cada uno se le asignara un puesto diferente. Si un trabajo no se hacía bien, la pérdida sería para todo el equipo, lo que indicaría que fallábamos en trabajar juntos.

Había muchas oportunidades de cultivación, sobre todo en el trato con los niños. Algunos niños se portaban bien, pero otros eran traviesos. Algunos niños querían estar muy cerca de ciertos asistentes. Esto se convirtió en una prueba de xinxing para los asistentes del equipo, pues se hacía como un concurso de popularidad. Gracias a los niños, vi muchas de mis deficiencias. Las actividades del campamento me dieron muchas oportunidades para mejorar mi xinxing.

Todos los días me levantaba temprano para hacer los ejercicios, estudiar el Fa y compartir experiencias con los jóvenes estudiantes. Aprendimos unos de otros y mejoramos juntos. Pasamos juntos un verano enriquecedor y feliz.

Distribución del periódico La Gran Época

Pensaba que mis actividades veraniegas habían llegado a su fin después del Campamento de Minghui. Sin embargo, La Gran Época carecía de personal para distribuir periódicos, y un compañero practicante me preguntó si podía ayudar. Cansada por las actividades del Campamento de Minghui, al principio me mostré reacia, ya que el trabajo requiere que me levante muy temprano. Pero pensando en su desesperada necesidad de ayuda, no me atreví a negarme. Así que acepté ayudar.

Durante dos semanas, me levanté a las 3.30 de la mañana y empecé a repartir el periódico a las 4. Había un sitio de práctica en grupo cerca de la última parada de mi ruta. Cuando terminaba de repartir a las 5.30, los practicantes ya estaban haciendo los ejercicios.

Siempre debatía conmigo misma si debía unirme al grupo. Los dos primeros días, me volví a dormir. Al tercer día, me obligué a hacer los ejercicios con el grupo. Mi fuerza física mejoró después de hacer los cinco ejercicios, a pesar de que solo dormía tres o cuatro horas por noche. Me di cuenta de que la perseverancia es importante y de que la cultivación es muy gratificante. Me propuse unirme al grupo todos los días y superé la búsqueda de la comodidad. Poco a poco, me volví tan diligente en la cultivación como antes.

Cuando empecé a repartir el periódico, un practicante me dijo que este trabajo era como luchar en una batalla entre el bien y el mal y que enviar pensamientos rectos ayudaría. No pensé que fuera tan difícil. Entonces, cuando repartí el periódico yo sola, me di cuenta de lo que quería decir el practicante.

En mi primera entrega, fui y volví dos veces por la misma calle, pero no pude localizar el buzón del cliente. Pedí ayuda a Shifu. Cuando me di la vuelta, lo vi.

En otro viaje, estacioné la moto para dejar el periódico. Mientras me alejaba, pensé que el soporte sostenía bien la moto, pero la moto se cayó. El embrague del freno estaba dañado, pero no totalmente roto. Me pareció que se estaba librando una batalla entre el bien y el mal en otra dimensión. Una vez en la moto, emití pensamientos rectos. También le hablé a mi motocicleta: "Debes quedarte conmigo para ayudar a Shifu a rectificar el Fa y salvar a los seres conscientes". Al final, todos los diarios fueron entregados sin problemas.

Un día, cuando estaba a punto de distribuir mi último periódico, encontré dos de más en la bolsa. Esto significaba que había saltado dos lugares. Conocía uno de los lugares y lo repartí enseguida. Pero no me acordaba del otro, por más que intentaba recordar cuál era. Volví a hacer toda la ruta, pero no tuve suerte. El periódico tenía que entregarse antes de las 7 de la mañana. Eran alrededor de las 5:55 a. m., la hora de enviar pensamientos rectos. Después de enviar pensamientos rectos, de repente pensé en un lugar que debía comprobar. Era exactamente el lugar que me faltaba. Estaba muy emocionada.

Shifu dijo:

“La cultivación depende de uno mismo, mientras que el gong depende del Shifu” (Primera Lección, Zhuan Falun).

Al entregar el periódico, surgían problemas, como tomar el camino equivocado, perderse y chocar, cuando uno pensaba que no estaba alineado con el Fa. De mis experiencias, me di cuenta de la importancia de enviar pensamientos rectos.

Epílogo

Llevo dos años en Taiwán y extraño mucho a mi familia, sobre todo el primer año. Durante la pandemia de 2021, no podía ir a ninguna parte. Me quedaba en la residencia todo el tiempo, lo que me hacía añorar aún más mi hogar. Estudiaba el Fa en línea con mi familia al menos tres horas al día. Con mucho estudio del Fa, mi nostalgia se desvaneció gradualmente.

Mi familia no está conmigo, pero no estoy sola porque Shifu siempre está a mi lado para cuidarme. Comparado con los jóvenes practicantes de China, que han sido brutalmente perseguidos y han perdido a sus padres, yo soy muy afortunada. ¿A qué más hay que apegarse?

Rara vez participaba en actividades y proyectos de Dafa en Malasia debido a la falta de un sitio de práctica en grupo cerca de mi casa. Tardaba al menos 40 minutos en llegar en coche. Estoy muy contenta de poder compartir mis experiencias de cultivación con frecuencia, con los compañeros practicantes en los sitios de Taiwán. El ambiente de cultivación en Taiwán es muy bueno. Debemos apreciarlo.

Agradecería a los compañeros practicantes que me señalen cualquier cosa incorrecta.