(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Vivo en una zona rural. Mi hijo y su familia viven en Beijing. En 2017, mi hijo me pidió que fuera a cuidar a mi nieto.

Rompiendo con el apego al miedo

Tenía miedo de ir a Beijing porque mi nombre estaba en la lista negra del Partido Comunista Chino (PCCh). No quería que me detuvieran cuando pasara por el sistema de control de la estación de tren al escanear mi documento de identidad. Además, pensaba que el entorno de cultivación en Beijing era demasiado difícil por ser la capital. No estaba segura de poder seguir aclarando la verdad en ese entorno.

Pero sabía que mi misión y mi responsabilidad era ayudar al Maestro a salvar a la gente allá donde fuese, y no podía defraudar a Shifu. Decidí dar un paso adelante.

Después de llegar a Beijing, estudié el Fa de todo corazón, pasé más tiempo enviando pensamientos rectos y eliminé mi apego al miedo. Unos días más tarde, sentí que mi dimensión estaba llena de pensamientos rectos, así que empecé a distribuir materiales de aclaración de la verdad que llevé de mi pueblo natal y a colocar pegatinas autoadhesivas con información sobre Falun Dafa.

Cuando una noche salí a distribuir material informativo, de repente sentí miedo.

Seguí recitando el poema del Maestro:

"Un gran ser iluminado no teme a las penalidades
Su voluntad está formada de diamante
Sin apego a la vida ni a la muerte
Camina abierta y majestuosamente su sendero en la rectificación del Fa"

(Pensamientos rectos y acciones rectas, Hong Yin II)

Mientras recitaba el Fa de Shifu, dejé de tener miedo. Sabía que Shifu había eliminado la sustancia del miedo para mí. Distribuí todos los materiales y volví a casa sana y salva.

Una noche fui a poner pegatinas de aclaración de la verdad. Cuando llegué a casa, envié fuertes pensamientos rectos para ayudar a que las pegatinas permanecieran más tiempo y no dejar que la gente mala las quitara.

Al día siguiente, fui a esa calle para ver si las pegatinas seguían allí. Comprobé que solo dos estaban arrancadas. La mayoría de ellas, incluida una frente a la comisaría de policía, seguían allí. Esto me ayudó a darme cuenta del efecto de los pensamientos rectos.

Varios días más tarde, un practicante local me dijo: "Una pegatina de ‘Falun Dafa es bueno’ frente a la estación de policía ha estado allí durante muchos días, y todavía sigue allí". Me emocioné al escuchar esto, ¡y supe que Shifu me estaba animando!

Aclarando la verdad en el barrio

Poco después de llegar a Beijing, la casa de mi hijo tuvo que ser demolida, así que nos mudamos cerca de la escuela de mi nieto.

El día que nos mudamos vino una vecina y charló con nosotros. Siempre había querido contarle la verdad sobre la persecución, pero no había tenido la oportunidad. Ahora que venía y hablaba conmigo, le conté el incidente de la autoinmolación escenificada en la Plaza de Tiananmén y la animé a renunciar al PCCh. Lo hizo con agrado.

Desde que me mudé a este nuevo barrio, aproveché cada oportunidad para aclarar la verdad a la gente de la comunidad.

Una tarde, cuando fui a buscar a mi nieto al colegio, hablé con otra señora mayor. Resultó que su nieto estaba en la misma clase que el mío. Entonces le conté la verdad sobre Dafa y la persecución. Cuando le hablé de la tortura y la persecución que sufren los practicantes por no renunciar a su fe, se mostró muy comprensiva e incluso lloró.

Un día, me llamó y me preguntó si podía visitarla. Resultó que ella y su buena amiga querían aprender a practicar. Aunque no perseveraron en hacer los ejercicios, ayudaron a todos sus hijos y nietos a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Conocí a una anciana que buscaba materiales para reciclar. Me saludó como a un familiar perdido y me habló de su familia. Después de charlar un rato, le conté la verdad y le rogué a Shifu que la salvara. Ella accedió a renunciar a los Jóvenes Pioneros.

Mientras hablábamos, su marido se acercó. Entonces me dijo: "Ayuda a mi esposo a renunciar a los Jóvenes Pioneros también". Le pregunté cuál era su apellido y me dijo su nombre y el de su marido. Querían renunciar a las organizaciones juveniles del PCCh con sus verdaderos nombres.

Unos días más tarde eran las vacaciones de verano. Su nieto y su nieta vinieron de su ciudad natal a visitarlos. Cuando fui a verla, les dijo a sus nietos: "Escuchen lo que dice esta abuela. Sería mejor que renunciaran a los Jóvenes Pioneros. Esta abuela se los dice por vuestro bien". Los dos niños aceptaron de inmediato.

El compasivo y grandioso Shifu dispuso que la gente acudiera a mí para conocer la verdad, y yo me alegré mucho por ellos. Les conté la verdad a muchas personas de la comunidad.

Haré lo que sea para salvar a más gente

En mayo de 2021, una amiga me preguntó si podía ayudar a una familia a recoger a su hijo de la guardería. Acepté y esperé que eso me diera la oportunidad de llegar a más personas y decirles la verdad.

Cuando el padre del niño me vio por primera vez y se enteró de que tenía 63 años, dijo: "¡Vaya, pareces tan joven! Mi madre tiene 65 años. Parece mucho mayor que tú. A demás, tiene la tensión alta y no puede venir a buscar a mi hijo. Mira qué saludable te ves".

Cuando pasé en busca del niño la tarde siguiente, vi a muchas personas mayores que esperaban para llevarse a sus nietos. Los saludé. Todos elogiaron mi aspecto juvenil y radiante cuando me preguntaron qué edad tenía. Pensé: "Todas estas personas tienen una relación predestinada conmigo. Debo esforzarme por salvarlos". Pensé en cómo aclarar la verdad a los padres de estos niños. Cuando Shifu vio que realmente quería salvar a la gente, hizo arreglos para mí.

Yo era muy amable con el niño y a veces le llevaba la merienda. Le gustaba mucho. Llevaba al niño a un parque vecino después de la escuela y a menudo veíamos allí a sus compañeros de clase. Cuando charlábamos, les contaba a sus padres acerca de la persecución.

Este niño tenía unos 20 compañeros de clase. Los padres o abuelos de dieciséis niños renunciaron al PCCh y a sus organizaciones afiliadas después de conocer la verdad sobre Dafa y la persecución. La experiencia fue asombrosa. Por ejemplo, cuando pensaba en aclararle la verdad a alguien, al poco tiempo me encontraba con esa persona sola, a veces de camino a la escuela, otras en el parque y algunas veces en el barrio. Parecía una coincidencia, pero yo sabía que todo estaba arreglado por Shifu.

No les aclaré la verdad a los padres del niño cuando trabajé para ellos por primera vez porque quería darles más tiempo para que me conocieran. Al cabo de unos meses, los padres del niño dijeron que estaban muy contentos conmigo. Cuando me tomé unas vacaciones antes del Año Nuevo, la madre del niño me dio 300 yuanes, diciendo: "Es un regalo de Año Nuevo". Lo rechacé amablemente.

Cuando les conté la verdad sobre la persecución, el padre del niño dijo inmediatamente: "Tía, ayúdame a renunciar a la Liga Juvenil del PCCh". La madre del niño también aceptó renunciar al PCCh.

Conclusión

Durante esos años en Beijing, aclaré la verdad dondequiera que iba, en los supermercados cercanos, en los mercados de agricultores y en los parques. Muchas personas conocieron la verdad sobre Falun Dafa y la persecución que sufre y renunciaron al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Mientras estudiemos bien el Fa, tengamos pensamientos rectos y pongamos nuestro corazón en salvar a la gente, el Maestro siempre estará a nuestro lado para protegernos. Las viejas fuerzas no se atreven a perseguirnos si tenemos el deseo sincero de salvar a la gente.

También me di cuenta de que Shifu lo arregló todo para nosotros, y todo lo que tenemos que hacer es eliminar nuestros apegos, salir y hacer nuestra parte.