(Minghui.org) Hace más de diez años, me arrestaron por negarme a abandonar mi fe en Falun Dafa. Mientras estaba en un centro de detención local, una compañera practicante se las arregló para pasarme una nota en la que me pedía que mirara en mi interior y viera si tenía alguno de los apegos enumerados en la nota, uno de los cuales era la lujuria. En aquel momento tenía poco más de 30 años y había sido estricta conmigo misma en este sentido. Por miedo a la persecución, mi esposo se divorció de mí, y yo no me había planteado volver a casarme. Vivía sola y no creía que tuviera apego a la lujuria.

Debe haber una razón para que la practicante supusiera que todavía tenía el apego a la lujuria, así que miré hacia adentro. Un practicante masculino que se había convertido en un indigente debido a la persecución me dijo una vez que estaba enamorado de mí. En realidad, no me gustaba nada y nunca había dicho ni hecho nada que diera a entender que tenía algún interés en él. Empecé a preguntarme por qué había ocurrido esto. Me di cuenta de que le había ayudado antes y que mi comportamiento no debió haber sido lo suficientemente prudente, lo que le llevó a fantasear con la posibilidad de salir conmigo. Fue mi irresponsabilidad la que creó un obstáculo en su camino de cultivación.

Ayudar a un practicante con problemas es algo que todos debemos hacer, pero debemos mantener la distancia cuando se trata de interacciones con el sexo opuesto. Solía creer que ya no tenía pensamientos de lujuria, por lo que nunca trataba a los practicantes masculinos como si fueran del sexo opuesto. En mi mente, sean hombres o mujeres, todos eran practicantes.

Esto fue un gran error, porque practicamos en la sociedad de la gente común, y debemos seguir los principios que la divinidad ha establecido para la humanidad, y el comportamiento entre hombres y mujeres debe ser transparente.

Shifu dice: "La luz de Fo ilumina todo, volviendo todo recto, perfecto y brillante". (Sexta Lección, Zhuan Falun)

En mi entendimiento, esto significa que un buen practicante definitivamente debe actuar decentemente entre la gente común.

A medida que seguía buscando en mi interior, encontraba más brechas. A los practicantes masculinos de mi zona les gustaba venir a pedirme ayuda. Podría parecer que tenía pensamientos rectos y que era una persona capaz en la superficie, pero debajo se escondían los elementos de las viejas fuerzas, incluida la atracción entre los sexos y la creencia de que era más fácil trabajar con alguien del sexo opuesto. Son nociones degeneradas. Durante un tiempo, estuve involucrada en tanto trabajo de Dafa que no podía estudiar el Fa con calma sin interrupciones. Esto llevó a mi arresto.

Incluso después de ser liberada, continué mirando hacia adentro en este sentido. Llegué a la conclusión de que no debemos actuar descuidadamente frente al sexo opuesto, aunque no tengamos pensamientos lujuriosos.

Shifu dice:

"A los niños y niñas que estudian en el grupo de artes interpretativas normalmente no se les permite mezclarse casualmente”. (Enseñando el Fa en el Fahui de Nueva york 2007)

La exigencia para los practicantes de Dafa en este momento de la historia debe ser más alta que nunca. Corté todo contacto innecesario con los practicantes masculinos. Cualquier impresión favorable en el sexo opuesto es una manifestación de la lujuria, y debemos medir cada uno de nuestros pensamientos y actos con el Fa.

Un oficial me acosó porque me negué a abandonar Falun Dafa. Fui a la comisaría para aclarar la verdad varias veces. El oficial entendió la verdad y dejó el Partido Comunista Chino y sus organizaciones afiliadas, y nos hicimos amigos. Más tarde, cuando detuvieron a un practicante, acudí a él para pedirle información. Antes de irme, me dio a entender que sentía algo por mí. En ese momento no pensé mucho en ello y me limité a interrumpirle. Sin embargo, después me sentí halagada, y eso era el apego a la lujuria funcionando.

El oficial estaba allí para exponer mi apego. A veces, no podía evitar recordar sus halagos. Creo que el demonio de la lujuria le hizo decirme esas cosas, y cuando seguía pensando en ellas, de hecho estaba dando la bienvenida al demonio.

Un día, el oficial vino a acosarme de nuevo, y fue un duro despertar para mí. Las viejas fuerzas trataron de utilizarlo para engañarme y cuando no les sirvió de nada, intentaron destruirlo haciendo que me persiguiera. Desde entonces, intenté constantemente rechazar mis malos pensamientos. Sabía que sólo cuando cultivara bien sería capaz de salvar a los seres conscientes. Dejó de venir.

El sentimiento crece cuando las personas pasan mucho tiempo juntas, e interfiere en lo que hacemos. Nos cultivamos entre la gente común, y es mejor que no nos relacionemos con el sexo opuesto si no es necesario. No tengo ningún amigo común varón, ni invito a ningún visitante masculino a casa. Ni siquiera me relaciono con familiares masculinos a solas. Sólo pido ayuda a las practicantes femeninas, y si necesito la ayuda de un practicante masculino, tengo una tercera persona presente. Cuando viajo en coche, intento no sentarme junto a un hombre.

En la antigua China, las normas de etiqueta entre hombres y mujeres eran muy estrictas. Cuando un hombre y una mujer estaban en el mismo cuarto, la puerta tenía que estar abierta para evitar sospechas. Pensé que había puesto atención en este asunto, pero las nociones modernas se han deteriorado tanto, que ya no sabía lo que era correcto. Debemos seguir el Fa, dar el ejemplo correcto y preparar el camino correcto para el futuro, en relación con este asunto.