(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Los miembros de nuestra familia son también nuestros seres conscientes, con relaciones especiales predestinadas con nosotros. Durante años mi familia sufrió mucha presión debido a la persecución, mis familiares me ayudaron a mejorar en mi cultivación. Ya que ellos vinieron a este mundo para obtener el Fa, debemos cultivarnos bien para que ellos puedan ser salvados en el futuro. Este es nuestro destino y responsabilidad.

Empezar un sitio de producción de material

Me mudé a la ciudad donde trabajaba mi hijo en 2012 y conocí a algunos practicantes. Ellos no tenían su propio sitio de producción de material de aclaración de la verdad y tenían que conseguir materiales de otro lugar. Decidí crear un lugar de producción en mi casa y otro practicante se unió al esfuerzo.

Compramos una impresora en 2014 y la pusimos en mi casa. Esto suponía un riesgo para la seguridad de mi familia, dada la actual persecución a Falun Dafa, así que no se lo conté a mi esposo. Aprendí a usar la impresora de un practicante y rápidamente imprimí el primer folleto de aclaración de la verdad de mi vida. Parecía irreal y me emocioné mucho. A partir de entonces imprimí materiales de aclaración de la verdad a escondidas de mi esposo.

Al cabo de un tiempo, mi esposo descubrió lo que estaba haciendo. No se molestó, sino que alabó la calidad de la impresora. Entonces, afloraron mis apegos al fanatismo, a la exhibición y a la validación propia. Dejé de prestar atención a la seguridad y esparcí los materiales por toda la cama. Ignoré lo que podría sentir.

Mi esposo me recordaba a menudo: "No imprimas tanto. Ten cuidado". Cuando le aseguraba que no pasaría nada, se irritaba y decía que si pasaba algo sería demasiado tarde. Seguí haciendo lo que hacía, guardando las cosas solo cuando terminaba de imprimir.

Un día no pude encontrar el cable de alimentación de la impresora. Supe que mi esposo lo había tomado en un intento de impedirme hacer el trabajo. Me empeñé en hacer el trabajo y pedí prestado un cable de alimentación a un practicante. Unos días más tarde llegué a casa y encontré la impresora delante de la puerta con una nota que decía: "Llévatela a algún sitio o la tiraré".

Las cosas se intensificaron después de eso, pero yo seguía sin tener pensamientos rectos. Mis nociones humanas me llevaron a esconder la impresora bajo la cama y solo imprimía los materiales después de medianoche con las luces apagadas. Cuanto más quería que mi esposo no se enterara, peor se ponían las cosas.

Una noche entró en la habitación cuando estaba imprimiendo y empezó a tirar cosas. Incluso me golpeó cuando intenté proteger la impresora. Me advirtió que la rompería y la tiraría si no la trasladaba a otro sitio. Al final, le dije: "Si la tiras, me iré y no volveré". Se quedó sorprendido y no pudo pronunciar una palabra durante un rato. "Te lo ruego: piensa en esta familia y en nuestros hijos. No seas tan egoísta", dijo.

La palabra "egoísta" me impactó. Para salvar a la gente, soporté toda la presión para imprimir los materiales. No lo hice por mí. Aunque no tenía ni idea de dónde me había equivocado, supe que había llegado el momento de mirar hacia dentro y encontrar la raíz del problema.

Shifu dice:

"Para un cultivador, mirar hacia adentro es una herramienta mágica" (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Washington DC 2009, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. IX).

Encontré muchas nociones y apegos, y entre ellos estaba que habitualmente miraba hacia afuera y buscaba soluciones externas y culpaba a otros cuando había conflictos. Me resentía de los demás sin admitir que lo hacía. Cuando de vez en cuando miraba hacia dentro, solo tocaba la superficie y no profundizaba en la causa de fondo.

Había una noción obstinada que hacía que todo girara en torno a mí y no podía dejarme ir. Me di cuenta de que esa era la raíz de mis apegos y me impedía tener un corazón puro al hacer el trabajo de Dafa.

Cuando imprimí los materiales, no quería de todo corazón salvar a más personas. Quería que Shifu me viera como una buena discípula. Quería competir y hacer lo mismo que otros practicantes. Hice el trabajo para validarme y no me importó cómo se sentía mi familia. Mis acciones no se basaban en el Fa y no transitaba el camino con rectitud. Por lo tanto, mi entorno familiar era hostil desde hacía mucho tiempo.

Para resolver el problema, sabía que tenía que dar prioridad a salvar a los seres conscientes y asimilarme al Fa sin condiciones.

Ser considerada

Durante el tiempo que mi esposo se opuso a que hiciera los materiales, sufrió dos infartos. Una vez fue tan grave que pensó que moriría y dijo sus últimas palabras. Yo estaba aterrorizada y me preguntaba si debía llamar a nuestro hijo. En ese momento, Shifu Li (fundador de Falun Dafa) me recordó que era una ilusión. Empecé a recitar el Fa y a enviar pensamientos rectos y le pedí a Shifu que me ayudara. Media hora después, mi esposo me dijo que se sentía mucho mejor. Me hizo acariciar su espalda y se fue a dormir.

Me arrodillé frente a la foto de Shifu con lágrimas en los ojos. Le di las gracias por haber salvado la vida de mi esposo. Mientras reflexionaba sobre cuál debía ser mi siguiente paso, le dije a Shifu: "Dejaré de ser egocéntrica y egoísta, porque eso obligaría a mi esposo a cometer crímenes contra Dafa y a incurrir en yeli. Al final lo arruinaría y sería culpa mía". Tomé un libro de Dafa de la biblioteca y el primer párrafo que vi fue:

"No dejen más que el mal se aproveche de las brechas, y dejen de ser interferidos por los apegos humanos. Hagan bien las cosas que los Dafa dizi deben hacer y caminen bien el último tramo del camino. Tengan pensamientos rectos y acciones rectas" (Eliminen a las manos negras con pensamientos rectos, Escrituras esenciales para mayor avance (III))

Estudiar más el Fa y progresar con más diligencia era lo que debía hacer. Me uní a dos grupos de estudio del Fa y empecé a memorizar el Fa. Solo cuando estudiaba bien el Fa, tenía fuertes pensamientos rectos. También envié pensamientos rectos más seguido. Además de las cuatro veces universales, lo hice a las 2:50 a. m. después de levantarme, y una vez a las 10 p. m. antes de acostarme. Intentaba limpiar mi campo para que no se introdujera nada malo.

"Si siempre eres misericordioso, tratas a los demás benevolentemente, consideras a los demás al hacer cualquier cosa, y cada vez que se presenta un problema piensas primero si los demás podrán aguantar o no y si dañas a otros o no, entonces no surgirá ningún problema. Por consiguiente, debes refinar gong según estándares altos, exigirte con estándares aún más altos" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Mientras trataba de encontrar un lugar para poner la impresora y hacer los folletos, vi mis apegos para salvar la cara y protegerme a mí misma y a mis propios intereses. También me di cuenta de que trasladar la impresora a las casas de otros practicantes causaría problemas para ellos y sus familias. Tuve que ponerme en el lugar de los demás y tener en cuenta los sentimientos de sus familias. Tenía que pensar como un ser divino para que las viejas fuerzas no tuvieran huecos que explotar.

Hablé con otros practicantes. Una de las practicantes y su familia eran todos practicantes. Hacía tiempo que quería hacer materiales de aclaración de la verdad, pero estaba demasiado ocupada porque su familia dirigía un hotel. Me ofreció utilizar la impresora de su casa, que estaba cerca de la mía. Así fue hasta que su hijo se casó. También sucedió que la casa de un pariente de otra practicante estaba vacía y me dejó usarla hasta que su pariente regresara por el verano.

Una practicante que era agente inmobiliaria me dijo que tenía una propiedad vacía para que la usáramos. Se lo dije a mi esposo y se alegró por mí. Me ayudó a limpiar el lugar, a arreglar las tuberías de agua, a instalar cerraduras para la puerta y las ventanas y a cambiar las lámparas y las cortinas. Después me compró papel para imprimir. Cuando empecé a trabajar allí, a veces me ayudaba a entregar los materiales a otros practicantes. Vi que había esperanza y que mi esposo había cambiado para bien.

A medida que la imprenta se trasladaba de un lugar a otro, fui soltando diferentes apegos una y otra vez. Mi esposo empezó a aceptar lo que yo hacía. La demanda de los materiales aumentó, y conseguí una nueva impresora.

Mi experiencia me enseñó que mientras siga Verdad-Benevolencia-Tolerancia, el Fa me protegerá y las cosas saldrán bien.

Mi esposo y mi hijo apoyan Dafa

No bajé el ritmo durante la pandemia de COVID-19 y empecé a imprimir mensajes en billetes de papel. En octubre de 2021, la practicante de la inmobiliaria me dijo que necesitaba el lugar de nuevo y que tenía que mudarme rápidamente. Le conté a mi esposo la situación y los dos estuvimos en silencio durante horas. De la nada, me dijo: "Levántate. Vamos a mover las cosas". Cuando le pregunté a dónde, me respondió: "A casa. Y ponlas en tu armario". Nos montamos en nuestras bicicletas y nos llevamos las impresoras a casa.

Pude volver a imprimir materiales en casa. Todo funcionó a la perfección. Un practicante me dijo: "Él [refiriéndose a mi esposo] no soportaba una impresora y ahora recibe dos". Esto no fue fácil, ya que me desprendí de muchas nociones humanas, y Shifu me ayudó enormemente en el duro camino.

Hace unos días, un practicante vino a mi casa para arreglar las impresoras. Mi esposo le abrió la puerta al practicante y le dijo: "Su amiga está aquí". El practicante me preguntó si mi esposo practicaba Falun Dafa porque "parece demasiado joven para tener 70 años". Le dije al practicante que aún no había practicado, pero que a menudo recitaba "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" y seguía los principios de Falun Dafa. Muchas de sus enfermedades desaparecieron. A menudo decía: "Falun Dafa es increíble".

Hace algunos años, mi hijo no aprobaba mi práctica. Lo obligué a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas, a pesar de que él se mostraba reacio. Se negó a escucharme para aclarar la verdad. Dijo e hizo cosas que eran irrespetuosas para Shifu y Dafa. Lo hacía porque yo no cultivaba bien y siempre me sentía culpable por ello. Al ver que la salud de mi esposo y la mía mejoraron mucho, y que nos volvimos más tolerantes y amables, mi hijo comenzó a apoyar mi práctica.

A principios de este año, una practicante que también era compañera de trabajo de mi hijo fue detenida ilegalmente. Se negó a cooperar con la policía y le encargaron el caso a un jefe de sección de su centro de trabajo. El jefe de sección acababa de ser trasladado allí y no sabía qué hacer. Esa noche llamó a mi hijo para hablar de la situación. Mi hijo lo pensó y dijo: "Es una buena persona y tenemos que protegerla". El jefe de sección estuvo de acuerdo y dejó que mi hijo se ocupara del caso. Al final se disolvió la persecución de esa practicante.

Mi hijo me contó esta historia y me alegré. "Habrá buenas recompensas para un hombre que protege a la gente buena y a los practicantes de Falun Dafa", le dije. Nada ocurre por casualidad. Esto quizás fue una oportunidad para que él eligiera un buen futuro.

¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!