(Minghui.org) ¡Venerable Maestro, queridos compañeros practicantes!

Soy de Alemania. Tengo 17 años y me he cultivado desde que estaba en el vientre de mi madre, donde empecé a participar (aunque indirectamente) en muchas actividades de validación de Dafa.

No es frecuente que los niños o adolescentes escriban una experiencia de cultivación, por lo que la mayoría de los adultos no saben cómo es nuestra cultivación. Espero que mi experiencia de cultivación dé una idea de la cultivación de un practicante adolescente.

Nadar contra la corriente

Las pruebas de xinxing comenzaron muy pronto para mí en la escuela, y ni siquiera puedo recordar la mayoría de ellas. Pero hubo cuatro incidentes que todavía puedo recordar claramente, y me gustaría compartirlos con ustedes el día de hoy.

En nuestro día a día, los temas de la vacunación, el cambio climático y la homosexualidad surgen una y otra vez. En mi escuela estos temas también se plantean a menudo en clase. Hace unos años, discutimos en clase el tema de las "familias". También se habló de las familias modernas, como las homosexuales. Al final hicimos una votación en la que debíamos decidir si los homosexuales debían poder casarse o no. Todos mis compañeros votaron a favor del matrimonio homosexual, mientras que yo me abstuve de votar. Mis compañeros se sorprendieron y me preguntaron por qué. Mi respuesta fue que no me importa. No estoy a favor de ellos ni los desprecio.

Mis compañeros interpretaron que estaba en contra del matrimonio homosexual y, por tanto, me tacharon de homofóbico. Incluso años después seguían burlándose de mí por ello. Me molestaba que me llamaran continuamente homofóbico. Repetía mi respuesta cada vez y soportaba las burlas. Al cabo de un tiempo, cada vez me molestaba menos, hasta que la sensación de estar expuesto desapareció por completo. Me mantuve firme en mi convicción y lo tomé cada vez más a la ligera hasta que mis compañeros casi no se burlaban de mí por ello.

Una situación similar ocurrió con el tema del "cambio climático". Cuando hablábamos de ello durante el recreo, dije abiertamente: "¡El cambio climático no existe!". Mis amigos no lo tomaron muy bien e intentaron convencerme de que sí existe y de que no es una cuestión de fe.

En casa, lo comenté y me di cuenta de que mi afirmación no era correcta y que la gente común podía malinterpretarme. Al día siguiente, en la escuela, cambié mi declaración y dije: "No creo en el cambio climático provocado por el hombre". Sin embargo, mi declaración fue completamente ignorada. Durante las siguientes semanas, siguieron burlándose de mí al respecto, teniendo en cuenta únicamente mi primera declaración. Mis profesores también se dieron cuenta de esta situación y me preguntaron varias veces por qué no creía en el cambio climático. En ese momento no sabía cómo responder y no dije nada. Me contuve porque no quería ceder a la competitividad.

Otra situación ocurrió en octavo curso. Se acercaba nuestra excursión escolar y debíamos llevar las cartillas de vacunación. Yo era el único que no tenía la cartilla de vacunación porque mis padres y yo nunca quisimos vacunarnos. Mis compañeros de clase se sorprendieron y se escandalizaron por ello. Enseguida quisieron saber por qué no estaba vacunado y también me dijeron que por qué debía vacunarme. Una vez más, no supe cómo responder. Me limité a decir que no quería hacerlo y que no veía ninguna razón para ello.

Después, mis amigos solían decir que yo moriría antes que ellos porque no estaba vacunado contra las enfermedades mortales. También decían que iba a padecer la enfermedad de Alzheimer. No dije nada al respecto y solo me limité a escuchar para no pelear ni discutir. De todos modos, habría perdido el debate porque suelo quedarme sin argumentos y no estoy familiarizado con el tema. Sin embargo, aunque entendí que desde el punto de vista de un cultivador no debía contender, no manejé el conflicto de forma adecuada y, por tanto, no pasé mi prueba de xinxing.

El Maestro dice:

"Sin embargo, hemos dicho que siendo una persona que refina gong, hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos, hay que exigirse con un estándar alto" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Hace unos meses, me encontré de nuevo en una situación similar. Fue al comienzo de la guerra de Ucrania, cuando se anunció una gran manifestación en Hamburgo. A raíz de la manifestación, las autoridades escolares decidieron disculpar a los alumnos que no fueran a clases por participar en la manifestación. Mi profesor tuvo la idea de que fuéramos juntos a la manifestación y nos pidió que le dijéramos si queríamos participar o no.

Mi amigo y yo no queríamos participar en la manifestación, así que escribí en nuestro chat de grupo que no iba a participar. Un poco más tarde recibí un mensaje de un compañero que me dijo que no era solidario por no querer ir. Era un mensaje largo y, tras leerlo al principio, me sorprendió, me horrorizó y me enfadó un poco. Me molestó por dentro que me considerara no solidario y que quisiera básicamente obligarme a participar en un evento que no me interesaba.

Al principio, ignoré el mensaje y lo comenté con mi madre y mi amigo. Ambos se escandalizaron, sobre todo mi madre, que se quedó perpleja de que un compañero de clase presionara tanto a otro. Pensé en cuál sería mi respuesta a mis padres. Después de varios intentos y de pensarlo mucho, elaboré una respuesta. Sin embargo, fue muy dura y directa.

En el mensaje, le dije directamente que no era no solidario que yo no participara en la manifestación porque los demás podrían ir aunque yo no fuera. Por lo tanto, no impediría que nadie más fuera. También mencioné que accedería si no había otra opción y le dije directamente que su comportamiento me parecía ofensivo e inaceptable.

Por último, escribí mi verdadera razón para no participar, a saber, que prefería concentrarme en la persecución en China y que, por tanto, mis prioridades eran diferentes a las suyas.

Tenía mis dudas sobre si realmente debía enviar el mensaje o no, pero no se me ocurrían mejores palabras o formas de expresarlo. Así que decidí leer el mensaje a mis padres y pedirles su opinión. A ellos también les pareció que mi mensaje era duro y directo y no estaban seguros de si tendría un buen efecto.

Sin embargo, pensé que debía enviarlo de todos modos porque, en primer lugar, no podía escribir un mensaje más bonito en ese momento y, en segundo lugar, si no lo hacía ahora ya no lo haría después.

Me di cuenta de que era una prueba y que se trataba de explicarle la verdad. El Maestro Li (fundador de Dafa) me dio otra oportunidad para salir de mi caparazón y, después de años, finalmente la aproveché.

Al final, se lo envié con una disculpa al final por el tono duro. Su respuesta fue positiva y creo que pudo entender de dónde venía. En retrospectiva, también estoy contento y un poco orgulloso de mí por haber enviado ese mensaje.

Mis pruebas de xinxing en la escuela definitivamente no han terminado. Solo me queda un año para graduarme, pero aún así creo que las pruebas continuarán, y surgirán nuevas situaciones en las que compartiré una opinión diferente a la de los demás. Espero poder seguir saliendo de mi caparazón y hablar abiertamente sobre Falun Dafa y la persecución.

Entre bastidores de Shen Yun

Mi padre lleva muchos años ayudando entre bastidores en los teatros en donde se presenta Shen Yun. Yo también he sentido la necesidad de ayudar en los últimos años, pero siempre era demasiado joven. El año pasado, estaba sentado en la mesa con mi familia y hablábamos de la planificación de Shen Yun. Le dije en broma que podía ayudar a mi padre con Shen Yun. Su respuesta fue: ¡claro!

Al principio, no sabía si hablaba en serio o no. Después de muchas semanas, seguía pensando en ello, aunque no habíamos vuelto a sacar el tema. Además, el tema de las vacunas surgió con más frecuencia, también en relación con Shen Yun. Al principio, no quería vacunarme en absoluto y me libraba de ello en todas partes. Ahora me enfrentaba a una decisión: ¿Vacunar o no vacunar?

Mientras tanto, mi padre me confirmó que podía ayudar en los bastidores de Shen Yun. Mis dos primeras reacciones internas fueron de alegría porque iba a ayudar, y al mismo tiempo de sorpresa, porque finalmente se me permitía ayudar.

Con la situación de COVID, no sabía cuáles serían las restricciones en los teatros. Por lo tanto, volvió a surgir la pregunta: ¿Vacunar o no vacunar? Y de ahí la siguiente pregunta: ¿Shen Yun o no Shen Yun? La respuesta llegó rápidamente: Sí, me vacunaré para poder ayudar con seguridad a Shen Yun. Como realmente quería ayudar, la decisión terminó siendo fácil para mí.

El trabajo entre bastidores superó mis expectativas. Normalmente no me gusta trabajar, pero entre bastidores lo hice todo con alegría y motivación. Por ejemplo, teníamos que volver a colgar cada telón varias veces. Para ello, tuvimos que atar un montón de lazos, pero no me importó en absoluto. Mi actitud era: hazlo y no pienses. Eso es lo que me dio mi padre para empezar. Porque si piensas demasiado, puedes llegar a estropear la planificación. Ayudas donde puedas y en cualquier momento. No existe la pereza.

En la última actuación, desmonté cables y cosas técnicas, y el director técnico de una empresa me ofreció en broma un trabajo. Esto hizo darme cuenta de que la diligencia de los cultivadores es algo especial que llama la atención de la gente común y deja una buena impresión. Trabajar entre bastidores era duro, pero me llenaba de alegría cada segundo.

Agradezco al Benevolente Maestro esta oportunidad. Agradezco a mis padres por su apoyo durante estos años.

(Presentado en el Fahui de Europa de 2022)