​Mujer de 80 años obligada a beber orina mientras está encarcelada por su fe

(Minghui.org) Por defender su fe en Falun Gong, la señora Zhang Jianhua, de 80 años de edad, en la ciudad de Lanzhou, provincia de Gansu, fue condenada a un año de trabajos forzados tras su detención del 23 de octubre de 2008, y retenida durante diez días tras su otra detención, el 9 de septiembre de 2015.

Fue detenida por tercera ocasión en 2017 y condenada a tres años. Durante su última condena, fue sometida a salvajes palizas, hambre y privación del sueño. También la obligaron a beber su orina.

Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que ha estado en la mira del régimen comunista chino desde 1999.

A continuación, los detalles de la última persecución a la Sra. Zhang.

Cuatro oficiales del Departamento de Policía de la ciudad de Lanzhou irrumpieron en la casa de la Sra. Zhang, el 17 de julio de 2017. Sin mostrar sus identificaciones policiales ni una orden de registro, confiscaron su ordenador, dos impresoras, algunos materiales de oficina, más de cincuenta libros de Falun Gong, 5.200 yuanes en efectivo, su tarjeta bancaria y billetes de 500 yuanes impresos con información sobre Falun Gong.

Debido a la estricta censura de la información en China, muchos practicantes de Falun Gong utilizan formas creativas para denunciar la persecución, incluyendo la impresión de mensajes con la verdad en los billetes.

La Sra. Zhang fue retenida en la Estación de Policía de Xiaoxihu durante un día y luego trasladada a un centro de detención local la tarde siguiente. Fue puesta en libertad bajo fianza 14 días después.

La Sra. Zhang fue citada por el procurador Zhang Guoxiu de la Procuraduría de Qilihe en octubre de 2017. Tras ser acusada, el Tribunal de Qilihe informó a su hijo en diciembre de ese año de que estaba prevista su comparecencia ante el Tribunal. Como la Sra. Zhang no podía caminar, el juez aplazó la audiencia hasta el 28 de febrero de 2018. El juicio solo duró media hora y la Sra. Zhang regresó a casa después.

La policía volvió a detener a la señora Zhang, el 18 de julio de 2018. Su familia se enteró después de que había sido condenada a tres años. Primero estuvo detenida en el Centro de Detención N.º 1 de la ciudad de Lanzhou y el 10 de septiembre fue trasladada a la Prisión de Mujeres de la provincia de Gansu.

La prisión es famosa por su persecución contra los practicantes de Falun Gong. La mayoría de los practicantes que llegan a prisión son arrastrados por los guardias a lugares sin cámara de vigilancia, les golpean y les tiran del pelo en un intento de obligarles a renunciar a Falun Gong.

Durante los primeros diez días, los guardias restringieron el uso del baño a la Sra. Zhang y no le permitieron lavarse las manos después de usar el baño. Los reclusos arrojaron el edredón de la Sra. Zhang al retrete, vertieron agua sobre él y luego la obligaron a utilizarlo por la noche.

Antes de irse a la cama, las reclusas la obligaban a recitar las normas de la prisión, o no la dejaban dormir ni lavarse por la mañana.

Algunos guardias obligaron a las practicantes a maldecir al fundador de Falun Gong. Otros escribieron el nombre del fundador en el taburete y obligaron a las practicantes a sentarse en él. Algunos guardias escribieron el nombre del fundador en la ropa de las practicantes, para aumentar su angustia mental.

Como la Sra. Zhang se negó a renunciar a Falun Gong, los guardias le hicieron pasar hambre dándole solo un tercio de los alimentos en cada comida. Su peso disminuyó rápidamente. Dos meses después, era incapaz de levantar la cabeza o mantenerse erguida debido a la inanición. Temiendo que pudiera enfermarse poniéndose en peligro su vida, los guardias la llevaron al hospital de la prisión para que recibiera tratamiento.

La mayoría de las reclusas asignadas por los guardias para vigilar y torturar a las practicantes eran delincuentes o reincidentes. A menudo no escatimaban esfuerzos para torturar a las practicantes con el fin de obtener una reducción de sus condenas. Algunas reclusas obligaban a los practicantes a lavarles los pies, los calcetines y la ropa interior. Golpeaban y humillaban verbalmente a las practicantes a su antojo.

En una ocasión, las reclusas obligaron a la Sra. Zhang a escribir cómo abusaba verbalmente de los miembros de su familia. La Sra. Zhang dijo que nunca había abusado verbalmente de otros. Las reclusas la acusaron de mentir y la arrastraron al baño, donde utilizaron el cepillo del inodoro para introducírselo en su boca varias veces.

Cuando el médico de la prisión vio que las piernas de la Sra. Zhang se hinchaban (después de recibir patadas de las reclusas), le ordenó que bebiera más agua. Utilizando la nota del médico como excusa, las reclusas la obligaron a beber mucha agua y luego le prohibieron usar el baño. En su lugar, la obligaron a utilizar un orinal. A la mañana siguiente le hicieron beber su propia orina.

Más tarde, los guardias de la prisión extendieron la condena de las reclusas que obligaron a la Sra. Zhang a beber su orina, pero aun así ellas continuaron molestándola.

Fuera de la prisión, la familia de Zhang también se vio implicada en la persecución. A su nieto, que servía en el ejército, se le obligó a desmovilizarse y no se le permitió trabajar en ninguna empresa estatal. A su otro nieto no se le permitió hacer el examen de aptitud para los puestos de trabajo del gobierno, que son estables y con altos ingresos en China. En cierta ocasión, un oficial reveló que lo hicieron para poner a la familia de la sra. Zhang en su contra y presionarla para que dejara de practicar Falun Gong.

Después de que la Sra. Zhang fuera liberada el 17 de junio de 2021, la policía local y los miembros del comité vecinal se presentaron en su casa y la filmaron.

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