(Minghui.org) Soy un ingeniero de software que trabaja en la zona de la Bahía de San Francisco. Quería contarles un poco sobre mis experiencias.

Inmigración a EE. UU.

Soy de un pueblo muy pequeño del norte de la India y mi familia se trasladó a Estados Unidos en 2007. Desde una edad temprana, mis padres hicieron hincapié en la importancia de la educación. No me permitían salir con amigos y jugar, la escuela estaba por encima de todo. Fui un estudiante muy diligente y trabajador. Mis padres decidieron emigrar a Estados Unidos para darnos una vida mejor.

Nuestro nuevo país presentaba muchas oportunidades, pero también desafíos. Mis padres tuvieron dificultades para encontrar empleo. Mi madre, que nunca había trabajado en su vida, se vio obligada de repente a conseguir un trabajo de 9 a 17. En la India, le costaba estar en el coche más de 15 minutos sin marearse, pero ahora tenía que conducir ella misma al trabajo. A pesar de las dificultades, mis padres trabajaron más y más, y aceptaron cualquier trabajo que pudieran encontrar para mantener a la familia. Las dificultades para mis hermanos y para mí también eran inmensas. Yo hablaba muy poco inglés y no tenía amigos. Sin embargo, ver a mis padres luchar cada día me daba fuerzas para continuar. Me quedaba después de la escuela o incluso pasaba la hora del almuerzo para recibir ayuda extra. A una tarea que debería haberme llevado solo 30 minutos, le dedicaba muchas horas para poder hacer un trabajo excelente. Gracias a la perseverancia, no solo pude sobrevivir en la escuela, sino prosperar. Comenzando como un niño que no hablaba inglés en el 8.º grado, después de 5 años, me gradué en la escuela secundaria con las segundas calificaciones más altas de mi clase de más de 500 estudiantes. También me aceptaron en la Universidad de California Davis, donde estudié Informática.

Desafíos en la universidad

Mudarme a la universidad fue un paso bastante importante para mí, incluso mayor que el de mudarme a Estados Unidos. Era la primera vez que vivía lejos de mis padres. Fue mi primer encuentro conmigo mismo y con mis propias emociones. Pronto aprendí que no bastaba con destacar en la escuela. Tenía que aprender a cocinar, a gestionar mi tiempo y, lo que es más importante, a gestionar mi mente sin la ayuda de mis padres. Fue mi primera experiencia de estar solo en una habitación vacía. Aunque había muchos eventos sociales en los que participaba ocasionalmente y hacía muchos amigos, a menudo me encontraba muy solo después. En cuanto esos amigos se iban, volvía a tener una sensación de vacío. Para superarlo, me decía: "olvida la tristeza y la pereza y termina tu trabajo", como decía mi madre. En ese momento, pensaba que tal vez era porque no tenía dinero. Me recordaba que cuando encontrara un buen trabajo después de la universidad, toda esta confusión y tristeza desaparecerían. Los valores educativos que me inculcaron mis padres me ayudaron a superar los días difíciles y pude obtener una licenciatura en Informática y conseguir un muy buen trabajo en Silicon Valley.

Un trabajo bien pago no trae alegría

Conseguir un trabajo me trajo muchos beneficios. Por fin pude ayudar a mis padres y devolverles todos sus esfuerzos. Podía comprar la ropa elegante que quisiera, conducir un buen coche, etc. -todas las cosas que pensé que traerían alegría a mi vida. Pero volví a equivocarme. La tristeza y el vacío seguían ahí.

De hecho, empeoró con un trabajo rutinario de 9 a 17. Me encontraba bastante ausente en el trabajo, o cuando estaba con la familia y los amigos. Algunos días eran muy difíciles y me costaba levantarme de la cama por la mañana. Con semejante carga mental, solía pasar las tardes viendo vídeos en las redes sociales de monjes y yoguis que compartían sus experiencias sobre la espiritualidad y la meditación. Estos individuos no tenían literalmente nada, pero eran tan felices y se sentían realizados. Yo tenía tanto, pero me sentía como una cáscara vacía. La única razón por la que seguía trabajando allí era porque mi trabajo bien pagado me permitía ayudar a mi familia.

En un vídeo, un ingeniero informático hablaba de cómo fue a China y decidió quedarse allí y convertirse en monje. Habló de la felicidad interior que descubrió a través de la meditación y de cómo esta iba más allá de lo que nunca había sentido con el dinero o la posesión de cosas caras. Su historia me impactó tanto que me planteé hacer lo mismo. Pero al tener una familia maravillosa que se preocupaba mucho por mí, no me era posible hacer tal cosa. Si iba a China no sabía a dónde iría. ¿Qué lugar era el mejor o qué gurú era el mejor? Después de todo solo tenía una vida. ¿Conseguiría algo allí? Me arriesgaría a perder mi trabajo y todo aquello por lo que había trabajado tanto.

Punto de inflexión

En 2019, empecé a trabajar en un nuevo empleo y conocí a un practicante de Falun Dafa. También era ingeniero, pero trabajaba en un equipo diferente. Aunque no interactuamos al principio, observé su comportamiento durante muchas semanas.

Hacía un trabajo de ingeniería similar al mío, pero de alguna manera siempre estaba tan tranquilo y sereno. No era un hombre mayor, sino un joven de unos 30 años. A veces yo tenía que tomar tres tazas de café para pasar el día, pero a él nunca lo vi tomar café. Me di cuenta de que de vez en cuando se tomaba un té, pero nunca lo vi estresado y corriendo a la cocina a por un café como el resto de la oficina.

Un día, durante nuestra pausa para comer, le pregunté: "¿Qué es lo que te hace ser así? ¿Cómo eres capaz de sentarte delante de una computadora todo el día y aún así lograr mantener la calma?". Me contó que hacía meditación y que se llamaba Falun Dafa. Mencionó que la práctica era muy buena y que millones de personas empezaron a practicarla a los pocos años de su introducción.

El practicante de Falun Dafa habló con tanta amabilidad y sabiduría que mi corazón confió en cada una de sus palabras. Se ofreció a enseñarme los ejercicios y dijo que eran muy fáciles de aprender. Empezamos a hacer los ejercicios durante 15 minutos antes de comer.

La primera vez que hice los ejercicios, me sentí muy renovado. El beneficio inmediato fue que mi apetito mejoró. Sentado en una silla todo el día con mis pensamientos acelerados, no tenía apetito. A menudo tenía que forzarme a comer. La mejora del apetito fue suficiente para que siguiera aprendiendo los ejercicios. Los ejercicios eran suaves y no me sentía cansado cuando volvía al trabajo. De hecho, cada vez que los hacía, sentía que el resto del día mejoraba. En poco tiempo, pude aprender los 5 ejercicios y me sentí seguro para hacerlos por mi cuenta.

Mi intención original era solo aprender los ejercicios, pero al ver lo beneficiosos que eran no pude evitar querer aprender más. Así que le pregunté al practicante qué más había. Me dijo que Falun Dafa no es solo una práctica para el cuerpo, sino también para la mente. También dijo que la mente desempeña un papel más importante en lo que respecta a la salud y el bienestar y que el cuerpo sigue a la mente. Me sugirió que leyera el libro principal de Falun Dafa, Zhuan Falun, para obtener una comprensión aún más profunda.

Encontrando la vía de cultivación que no requiere ir a las montañas o a los templos

Compré un ejemplar de tapa dura de Zhuan Falun. Después de leerlo, sentí un gran alivio y sentí que muchas de mis preguntas y confusiones se habían aclarado. Pude comprender mejor en qué consistía el desarrollo espiritual. No se trataba de ir a las montañas y dejarlo todo, sino de mejorar la propia naturaleza mental y convertirse en una buena persona. No necesitaba dejar nada. Podía mejorar espiritualmente haciendo un excelente trabajo, siendo un buen hombre de familia, un verdadero amigo y una buena persona.

Llevar las enseñanzas de Falun Dafa sobre Verdad, Benevolencia, Tolerancia a mi vida diaria supuso cambios significativos en mi bienestar. Aprendí a tomarme a la ligera muchos de los conflictos del trabajo y de la vida normal y a abordarlos con amabilidad y tolerancia. En lugar de tener pensamientos negativos sobre cualquier persona que me molestara, me decía: "Quizá no haya dormido lo suficiente o esté pasando por una situación difícil en casa. No debería tomármelo como algo personal. En cambio, debería ser amable con él". No mantener esa semilla de negatividad en mi mente y eliminarla de inmediato me aseguraba no entrar en una espiral de pensamientos negativos y, en última instancia, arruinar mi propia salud.

Mi mente y mi cuerpo se sentían cada vez más ligeros cuanto más estudiaba y seguía las enseñanzas y hacía los ejercicios con regularidad. Mi concentración en el trabajo mejoró notablemente, ya que aprendí que no es virtuoso de mi parte dar solo la mitad de mi esfuerzo cuando me pagan tanto. Debo hacer realmente mi trabajo con absoluta diligencia.

Experimentando la importancia y la belleza del estudio del Fa

También empecé a ayudar a la oficina local del The Epoch Times una vez a la semana repartiendo periódicos en las tiendas locales. Esto me permitió tomar un descanso de mi trabajo en la computadora y contribuir a un proyecto de Dafa. También ha sido una gran oportunidad para leer las enseñanzas de Falun Dafa en persona con otros practicantes y aprender de ellos. Una de las cosas que aprendí fue la importancia de leer el Fa cada día.

Desde la primera vez que tomé Zhuan Falun, consideré el Dafa como algo muy valioso, pero solo lo leía una vez a la semana o cada dos semanas. Sin embargo, al ver que los otros practicantes estudian el Fa varias veces, me inspiré a hacer lo mismo.

Al principio, me preguntaba qué beneficio se podía obtener al leer el mismo contenido todos los días, pero cuando empecé a hacerlo yo mismo, comencé a ver el razonamiento detrás de ello. Cuanto más estudiaba el Fa con regularidad, más se consolidaba en mi conciencia y reforzaba mi fuerza de voluntad. Leer una vez a la semana también era beneficioso, pero a menudo encontraba que mi pensamiento se nublaba con otras nociones a medida que avanzaba la semana y mi benevolencia y tolerancia se quedaban cortas. Aunque hacía un buen trabajo controlando mi ira en la superficie o no diciendo nada malo, a menudo dejaba que esos pensamientos hirvieran en el interior.

El Maestro Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa, dijo:

"El Ren, es la clave para mejorar el xinxing de uno. El aguantar con odio, quejas o lágrimas es el Ren de una persona común que está apegada a sus recelos. Sólo el aguantar completamente sin ningún odio ni queja alguna es el Ren de un cultivador” (Qué es RenEscrituras para mayor avance).

Estudiar el Fa cada día me da la fuerza para soportar como un cultivador.

También empecé a escuchar las grabaciones de las conferencias del Maestro mientras conducía en lugar de escuchar la música convencional. No creía que la música fuera un gran problema, pero después de pensarlo más profundamente, me di cuenta de que me estaba alejando del Fa. También tenía un fuerte apego al ejercicio en el gimnasio. Ha sido una afición mía durante muchos años y era un lugar para procesar mis emociones después de un largo día de trabajo. Sin embargo, consume mucho tiempo y es agotador y a menudo se convierte en la razón por la que no tengo suficiente tiempo para el estudio del Fa o el ejercicio. Practicaba los ejercicios de Dafa solo los fines de semana y la mayoría de los otros días pasaba 2-3 horas en el gimnasio. Sin embargo, al leer más y al darme cuenta de lo precioso que es el Fa y de cómo su belleza va más allá de mi imaginación, he podido dejar ir este apego con un corazón feliz.

Estas últimas semanas he hecho ejercicios casi todos los días. Siento muchas sensaciones en la frente y en la parte superior de la cabeza mientras hago los ejercicios y también sentí algo que giraba en el bajo vientre cuando ponía las manos una sobre otra después de los ejercicios 2 y 4. Un reto que he tenido es cruzar las piernas en la posición de loto. Debido al ejercicio con pesas durante muchos años, tengo las piernas abultadas y tengo algo de tensión en las caderas. Sin embargo, me doy cuenta de que es mi propio yeli (karma) y estoy trabajando duro para superar este reto practicando todos los días. Espero superar pronto este obstáculo y alcanzar un estado más tranquilo.

Quiero terminar expresando mi gratitud al Maestro por su benevolencia y por guiarnos hacia el Camino. También quiero agradecer a todos los practicantes que siempre están dispuestos a escuchar, leer juntos y ayudarse mutuamente.

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