(Minghui.org) La practicante Ling fue recientemente arrestada y detenida por la policía. Después de ser liberada, quiso escribir una declaración solemne para anular las cosas que hizo y dijo que eran irrespetuosas y no estaban de acuerdo con el Fa.

Me preguntaba: "¿Me aceptará el Maestro Li como su discípula? ¿Seguirá el Maestro cuidando de mí? ¿Puedo seguir practicando?".

La animé, diciéndole que el Maestro dijo:

"Como tu Shifu, nunca llevé la cuenta de las cosas incorrectas que hiciste en tu cultivación; sólo recuerdo las cosas buenas que hiciste y tus logros" (Pasen la prueba mortal, Escrituras esenciales para mayor avance III).

Mientras compartía con Ling, la ayudé a escribir su Declaración Solemne. Le pregunté: "Parece que dices que firmaste los documentos de renuncia contra Falun Dafa sin ver claramente el contenido. ¿Qué pensaste en ese momento? Deberías decir la verdad cuando escribas tu declaración".

En cuanto dije esto, oímos una voz que decía: "¿Por qué lo histe? Encuentra la razón por ti misma". Ambas nos quedamos sorprendidas. La voz sonaba como la del Maestro cuando enseñaba el Fa.

Corrimos a la habitación contigua y comprobamos los reproductores de audio. Estaban todos apagados.

Ling dijo: "Tal vez escuchamos mal; tal vez alguien de afuera estaba hablando o provenía del televisor de un vecino".

Yo dije: "No, era la voz del Maestro". Ling dijo llorando: "¿Significa que el Maestro sigue cuidando de mí y que tengo otra oportunidad para cultivarme?".

Le contesté: "Shifu es muy compasivo con nosotros y no quiere dejar a ningún discípulo atrás. Escribe tu declaración solemne con sinceridad y hazlo bien en el futuro".

Continuamos compartiendo desde diferentes perspectivas. Después, ayudé a Ling a buscar los apegos fundamentales que la llevaron a firmar tales documentos.

Le pregunté: "Te negaste a firmar en la comisaría y en el centro de detención durante siete días. ¿Por qué firmaste al final? ¿Cuál era el apego del que no podías desprenderte?".

Ling dijo: "Tenía miedo de que no me dejaran volver a casa si no firmaba".

"Como practicante, solo quieres curar enfermedades y mantenerte en forma...". La voz del Maestro llegó de nuevo desde la otra habitación donde estaban los reproductores apagados. Ambas exclamamos "¡Maestro!" y nos apresuramos a entrar en la habitación.

Volvimos a echar un vistazo más de cerca y confirmamos que los tres reproductores estaban apagados. Ling gritó: "Ahora no me queda duda de que Shifu ve mi apego, y ha estado profundamente oculto. Siempre he querido tener buena salud y vivir una vida cómoda.

"No puse el Fa como mi prioridad en la vida. Incluso cuando salí para aclarar la verdad, quería usar a Dafa para beneficios personales".

Me emergió misericordia por ella y mi corazón latía con fuerza. Pregunté: "¿Crees que era la voz del Maestro? ¡No podemos imaginar cuánto se preocupa el Maestro por nosotros!".

Entonces recordé las experiencias milagrosas que había tenido en el pasado. Normalmente empezaba a practicar los ejercicios a las 3:50 de la madrugada, y un día de 2012, era casi la hora de levantarse, pero seguía dormida.

De repente, desde el reproductor de audio que había encima del armario, oí la voz del Maestro en forma estruendosa: "El primer ejercicio, Buda mostrando mil manos...".

Mi marido y yo nos miramos y nos quedamos sorprendidos. Él preguntó: "¿Lo has puesto tú?".

"No", dije: "me despertó la voz igual que a ti". Dijo con expresión severa, como un soldado dando una orden: "Falun Dafa es realmente extraordinario. ¡Qué gran práctica! Deberías levantarte y hacer los ejercicios de inmediato".

Demandé a Jiang Zemin en 2015 y estaba ocupada con muchas cosas. Me sentía cansada cuando me iba a la cama, y me costaba levantarme temprano por la mañana.

Una mañana, cuando llegó la hora de los ejercicios, estiré la mano, pulsé el botón de aplazar y me quedé dormida de nuevo. Cuando la alarma volvió a sonar, volví a aplazarla.

Cuando sonó por tercera vez, simplemente la apagué y me volví a dormir. En ese momento, oí que el Maestro me llamaba: "Fulana (mi nombre), ¡levántate y haz los ejercicios!".

Mi marido me empujó de repente y me dijo: "Levántate y haz los ejercicios. Viene tu Maestro". Me levanté y me vestí apresuradamente para hacer los ejercicios.

Le dije a Shifu en mi corazón: "Lo siento, me equivoqué, ya no seré perezosa".

Mi marido dijo con admiración: "¡Qué práctica tan milagrosa! Cuando te olvidas de hacer los ejercicios, tu Maestro te llama. ¡Tienes que practicar bien! Si te conviertes en un Fo, yo también quiero beneficiarme. Aleja el despertador de ti y no permitas que siga sonando".

Mi marido conoce la verdad sobre Falun Dafa pero aún no ha empezado a practicar. Después de experimentar estas dos cosas milagrosas, ha apoyado aún más a Dafa.

Nos ofrecía ayuda siempre que realizábamos actividades de Dafa. Después de que mi madre, también practicante, muriera por el yeli de enfermedad debido a la persecución que sufrió, su familia me dijo que no saliera a validar el Fa.

Mi marido les contó entonces las cosas milagrosas que había experimentado personalmente y les pidió que me apoyaran en lugar de presionarme.

Cuando compartí estas experiencias en el grupo de estudio del Fa en el pasado, algunos practicantes me advirtieron: "No confíes demasiado en estas cosas. A veces pueden ser ilusorias".

Ling también me sugirió que tuviera cuidado de no distraerme con ellas. Pero esta vez, dijo con gratitud: "Shifu realmente vela por nosotros y siempre está a nuestro lado. ¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, Maestro!". Se arrodilló en el sofá, con lágrimas en las mejillas. A mí también se me rodaron las lágrimas.

Me enjugué las lágrimas y sugerí que quemáramos un poco de incienso para el Maestro. Cuando nos arrodillamos frente a su imagen, Ling dijo con solemnidad: "Déjame encender el incienso. Doy las gracias al Maestro por haberme señalado hoy mi mayor apego. Todavía no me había dado cuenta de que no había puesto a Dafa en la posición principal".

Ling apretó entonces las palmas de las manos frente a su pecho para mostrar respeto. Ambas derramamos lágrimas y dijimos al unísono: "¡Maestro, por favor, tenga la seguridad de que a partir de hoy, nos cultivaremos de verdad y creeremos firmemente en usted y en el Fa!".

Mientras escribía esto, el manuscrito estaba mojado por las lágrimas. No hay palabras que puedan expresar mi gratitud por la compasión benevolente y la salvación del Maestro.

Cuando terminé, escuché al Maestro decir:

”¡Deseo que todos los estudiantes, nuevos y veteranos, puedan realizar el xiulian en Dafa y que todos puedan completar el gong y alcanzar la Perfección!” (Novena Lección, Zhuan Falun).

***

Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por derechos de autor. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título del artículo y su enlace original.