(Minghui.org) ¡Estimado Maestro y compañeros practicantes!
El Maestro dijo:
“Todos han visto que, especialmente en la sociedad actual, abundan las cosas negativas que estimulan los apegos de la gente y afectan sus corazones y almas, arrastrando continuamente hacia abajo a la gente del mundo. Es muy aterrador. Los Dafa dizi son seres humanos cultivándose, no dioses cultivándose, así que como personas cultivándose, serán interferidos en cierto grado. Si no pueden manejarse bien, entonces son como personas comunes, y cuando son interferidos, su comportamiento se parece mucho al de la gente común. Algunos estudiantes no han tenido muchas tribulaciones demoníacas y gradualmente se han vuelto no diligentes. Esto significa que han formado apegos a varias tentaciones de la sociedad humana y han sido arrastrados hacia abajo por su cebo” (Enseñando el Fa en el Fahui Internacional de Gran Nueva York 2009,Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. IX).
Nunca solía pensar que tenía deseos o apegos. Si los practicantes decían cuando compartían que tenían apegos o diferentes nociones humanas, a menudo pensaba: "¿Por qué no pueden soltarlos si saben que los tienen? ¿Por qué son tan obstinados? ¿Cómo podría uno tener esos pensamientos?".
En aquel momento pensaba que, aunque la cultivación no era fácil, tampoco era tan difícil. No tenía los apegos que tenían los demás. Por otra parte, podía desprenderme rápidamente de mis apegos y nociones humanas una vez que los reconocía.
Sin embargo, mientras trabajaba en mi actual empleo, descubrí que era tal y como lo describió el Maestro. Las dificultades demoníacas en la cultivación pueden verse claramente, pero tales dificultades no siempre existen. Las diferentes tentaciones que encontramos a diario son las más peligrosas. Si no tenemos pensamientos rectos, no tenemos una mente clara, consciente o inconscientemente no nos mantenemos firmes, podemos fácilmente desviarnos del camino de cultivación correcto.
Como trabajo en Múnich, pero vivo en otra ciudad, tomo el tren para ir a trabajar. No estoy en mi apartamento más de unas 12 horas al día. Cuando llego a casa, leo los correos electrónicos y reviso mis proyectos. El tiempo vuela por la tarde y casi no me da tiempo hacer nada. Al principio, me levantaba cada mañana para hacer los ejercicios. Luego, estudiaba el Fa en el tren. Después del trabajo, colaboraba con un medio de comunicación. Los fines de semana, cuando los practicantes tenían actividades de aclaración de la verdad sobre la persecución, pedía un día libre para poder participar. Al principio, no noté ningún problema en particular, pero con el tiempo empecé a desarrollar problemas físicos. Al cabo de un tiempo, solo practicaba una hora cada mañana en lugar de dos. En el tren, no podía concentrarme al leer el Fa y me daba sueño. Después del trabajo, no era diligente y me faltaba la energía para trabajar en los medios de comunicación y los sábados, me costaba participar en las actividades.
Pensé que no había nada que pudiera hacer ante esta situación, así que simplemente acepté este arreglo. Al principio no noté nada en particular, pero con el tiempo aparecieron algunos síntomas físicos. Primero, mi pelo se volvió gris de la noche a la mañana. Después, mi cuerpo parecía hinchado. Mis piernas se volvieron el doble de gruesas. A veces no podía hacer la posición de doble loto. Cuando estaba de pie durante más de 10 minutos, me dolían mucho los tobillos. Cuando subía y bajaba las escaleras, tenía dificultades para respirar. Además, a menudo sentía dolor en las rodillas. Estos fueron algunos de los cambios físicos que experimenté, pero mi mente cambió aún más.
Al principio durante mis horas de trabajo, no hablaba mucho. No me interesaban los temas de los que hablaban mis colegas, ya que no eran practicantes. Me limitaba a escuchar cuando hablaban. No importaba lo mal que se comportaran los clientes, o lo difícil que fueran las cosas en el trabajo, me limitaba a sonreír. Una palabra que decía a menudo era, "Disculpe". Con frecuencia, mis compañeros me protegían de los clientes que eran demasiado desagradables, cuando ya no podían ver el modo en que me trataban. Me preguntaron varias veces por qué no me enfadaba ni me quejaba. De hecho, ya no utilizaban palabras malsonantes delante de mí. Pensaban que era una persona débil y fácil de intimidar, así que de vez en cuando intentaban enseñarme a lidiar con los clientes conflictivos y a protegerme. Sé que tenían buenas intenciones, así que se lo agradecí. Pero no me di cuenta de que mis pensamientos habían cambiado lentamente con el tiempo.
Un día, varios clientes chinos discutían sobre descuentos en nuestra tienda. No pude controlar mi xinxing, me enfadé y, de repente, fui maleducado. Estos clientes habían sido maleducados cuando yo fui amable. Pero, después de cambiar mi actitud y mi comportamiento, sorprendentemente ya no se enfadaron, hicieron sus compras amablemente y salieron de la tienda. Cuando mis compañeros vieron que me enfadaba por primera vez, me elogiaron por proteger mis derechos. En realidad, yo sabía que me había equivocado, pero todos estaban contentos. En realidad, fue entonces cuando mis pensamientos empezaron a ser poco sinceros. En ese momento no me di cuenta de la gravedad del problema y dejé que mi mente siguiera esos pensamientos incorrectos.
Después de eso, caí en la trampa. Dejé de controlar mi estado de ánimo y me volví fácilmente impaciente y malhumorado. Con frecuencia comencé a criticar a la gente por trivialidades. Me gustaba hablar con la gente sobre temas ordinarios y lo hacía sin cesar. Mis colegas empezaron a utilizar palabras soeces y a contar chistes verdes delante de mí.
En realidad, cuando pensaba en ello, podía ver que nada de eso estaba a la altura del estándar de un cultivador. La razón por la que me relajé y caí fue porque sentí que tenía razón y quería proteger mis intereses. Pensé que no estaba equivocado y que debía hacer valer mis derechos sin importar lo que pasara. Pero olvidé que soy un cultivador. Un cultivador debe actuar basándose en el Fa, no en las leyes humanas. Los derechos y principios de la gente común son para la gente común, y está bien que la gente actúe en consecuencia. Pero, ¿cómo debe actuar un cultivador? Aquello por lo que la gente lucha es básicamente el beneficio personal, algo que un cultivador no debe buscar. Pero, cuando estaba atrapado, no me di cuenta de ello. Al contrario, me perdí y todavía me sentía feliz por lo que había conseguido.
En la vida cotidiana, especialmente en el trabajo, cada día hay grandes y pequeñas tentaciones. Grandes -como el dinero- y pequeñas -como la comida deliciosa-. Si uno no tiene cuidado, se desarrollan apegos. Quería vestirme y comer mejor, y empecé a prestar especial atención a mi cuerpo.
Como ya he dicho, mi cuerpo se hinchó y engordó. Gané 30 kilos en pocos meses. Además, cuando trabajaba o caminaba por la calle, ya fuera consciente o inconscientemente, me fijaba en la gente con buena figura. Así que prestaba más atención a mi grotesca figura. Sentimientos encontrados, como la envidia y la inferioridad, se agolpaban en mi mente. Por aquel entonces, siempre había una voz que decía: "Este no es tu verdadero yo, esta no es tu figura original. Tu cuerpo humano es solo una cáscara". Pero, ya estaba lleno de nociones humanas, y no podía mirar el tema como es debido. Perdí mi estado de cultivación, no miré hacia dentro y utilicé métodos humanos para perder peso. Vigilé mi dieta, hice ejercicio y probé todo tipo de métodos de adelgazamiento, pero con poco o ningún éxito. Experimenté el efecto yo-yo y gané aún más peso.
Un día que estaba medio dormido, sentí que mi conciencia parecía elevarse, pero mi cuerpo bajaba, se hacía más pesado. Era como si hubiera caído en el barro y no pudiera levantarme. Después de despertarme, de repente, me di cuenta de que estaba lleno de nociones humanas, y que mi espíritu original (shishen) estaba unido al cuerpo con más fuerza que nunca.
Cuando me di cuenta de ello, empecé a rectificarme. Al igual que antes, practicaba en la mañana temprano, y por la noche trabajaba en proyectos, estudiaba el Fa en el tren y hacía los ejercicios con otros practicantes en el parque los fines de semana. Al mismo tiempo, comencé a participar en otro proyecto. Parecía que estaba muy ocupado y que hacía un buen uso de mi tiempo.
Después de medio año, mi cuerpo no había cambiado mucho. De vez en cuando me mostraba impaciente. Peor aún, aparecieron los apegos, uno tras otro. Me ponía envidioso cuando mis compañeros eran elogiados. Me volvía afectuoso cuando veía gente guapa o cosas bonitas. La codicia aparecía en mi mente cuando un cliente me daba una propina. Se me antojaba deliciosa la comida y comía mucho durante ese tiempo. Me preocupaba enfermar y tenía miedo de morir. Me perdí en los asuntos de la gente común, desarrollé ira y quejas, etc.
¿Cuál era el problema? ¿Por qué todo empeoró? Seguía siendo básicamente tenaz, pero aún no lo había descubierto. Pensé en el motivo por el que quería rectificarme y descubrí que muchas nociones humanas llenaban mi mente, incluso el deseo y el miedo estaban ahí. Me preocupaba que mi cuerpo se estuviera deteriorando. Me preguntaba si me convertiría en una persona común en términos de salud. Debido a mi miedo a la enfermedad y al envejecimiento, quería alcanzar el mejor estado de salud a través de la cultivación y recuperar la figura que había logrado antes. Básicamente, estaba apegado a la apariencia física y al cuerpo humano.
El Maestro explicó claramente en Zhuan Falun y en sus conferencias anteriores sobre la cuestión de perseguir.
El Maestro dijo:
“No va si uno aprende el Dao con un corazón de apego demasiado fuerte y con corazones de búsqueda. Si su corazón no es recto, su shifu tampoco tiene manera de protegerlo. Por eso, un practicante de gong debe mantener bien su xinxing, su corazón recto y sin intenciones. De otra manera, es posible que ocurran problemas” (Capítulo Primero, Falun Gong)
El Maestro también dijo:
“Algunos dicen ‘yo me siento muy puro’, pero de hecho, no es así. Llevas muchos pensamientos embrollados, llevas muchas cosas que nutriste después del nacimiento. Incluso sientes que algo es un pensamiento simple, pero es posible que el punto de partida fundamental, la causa, todas las cosas que lleva, no sean puros” (Enseñando el Fa en Gran Nueva York 2013).
Al estudiar de nuevo "Enseñando el Fa en Gran Nueva York 2013", empecé a ver problemas que había pasado por alto anteriormente. Además, también noté que me desviaba cada vez más del punto de partida de mi cultivación. Especialmente, cuando entré realmente en contacto con la sociedad de la gente común, caí en un montón de barro, dadas las tentaciones. Aunque me cultivaba, cada uno de mis pensamientos ya no era puro. Al mirar hacia adentro, encontré otro apego fundamental, la pereza, que nunca había notado antes.
Nunca había pensado que fuera perezoso. Pero, cuando me di cuenta, comprendí que había tenido este apego durante la mayor parte de mi vida. Cuando estaba en la escuela secundaria, ya era perezoso. Con la excusa de que la escuela era muy difícil, naturalmente dormía más tiempo, me gustaba comer mucho y no me gustaba hacer ejercicio. Dado mi problema de corazón, siempre me ausentaba de la clase de gimnasia. Me volví cada vez más perezoso. Antes de comenzar a cultivar Dafa en la universidad, siempre era la persona más gorda de mi clase. Después de que comencé a cultivar Dafa con otros estudiantes y profesores, practicaba Dafa durante dos horas por la mañana todos los días y estudiaba el Fa con ellos por la noche. No importaba si hacía viento, frío o calor, lo hacía todos los días. Poco a poco perdí peso. Ni siquiera lo noté, pero mi madre se sorprendió cuando me visitó en la universidad.
Después de llegar a Alemania, seguí cultivándome y practicando. Pero, al cabo de un tiempo, y después de involucrarme en algunos proyectos, lo cual era nuevo para mí, me encontré muy ocupado. Sin darme cuenta. Volví a las viejas costumbres. Cuando no tenía nada que hacer, dormía más tiempo. Cuando finalmente me despertaba, primero estudiaba el Fa, y hacía los ejercicios. En ese momento no pensaba que estaba haciendo algo malo. Los practicantes me decían de vez en cuando que había engordado y que debía perder peso. Me sentía avergonzado, y decía "¡Sí! ¡Sí!" sonriendo, y no lo tomaba en serio, ni veía ningún problema en ello.
En los primeros años de mi carrera, seguí estudiando el Fa y haciendo los ejercicios. Pero, mi cabeza estaba abarrotada de muchos pensamientos. Empecé a preocuparme, ya que la calidad de mi vida era peor que la de antes. Además, volví a ganar peso. Sigo estando gordo, aunque a veces peso menos, mientras que otras veces peso más.
El Maestro dijo:
“La pereza humana, todo tipo de conceptos humanos frente a las manifestaciones embrolladas de la sociedad, constituyen todo tipo de tentaciones e interferencias para la gente. Por eso, hay un dicho: “Cultivándose como al principio seguramente se logrará la Perfección” (Enseñando el Fa en Gran Nueva York 2013).
Después de leer el Fa anterior por primera vez me di cuenta claramente de la palabra "pereza". También por primera vez, me di cuenta de que la pereza y los hábitos relacionados con ella habían estado arraigados en mí desde hacía tiempo. La pereza puede ser de una naturaleza sin forma, pero apareció en mí de una forma que pude ver inmediatamente. Sin embargo, estaba acostumbrado a ella, la veía como algo natural y la aceptaba.
Después de reconocer este apego, que obviamente había estado oculto en mí durante décadas, sentí que mi cuerpo de inmediato se volvió más ligero. Esta era una sensación que había mantenido en las primeras etapas de mi cultivación. Solo con el tiempo dejé de sentir esta sensación. Una vez que esa sensación reapareció, me sentí indescriptiblemente feliz y en armonía.
Esta experiencia fue nada menos que una interferencia demoníaca, que representaba una situación de vida o muerte. Encontrar mis apegos y enfrentar mis problemas fue solo el primer paso. Cómo eliminarlos y no dejarse afectar por las tentaciones y no dejar que se desarrollen más apegos, lo cual es una verdadera prueba para mí. Esta lección me hizo reexaminar mi cultivación y mi actitud hacia ella. No se trata de si la cultivación es difícil o fácil, sino que es algo serio y no un juego de niños. Cada pensamiento decide si uno continúa en el camino correcto de la cultivación, continúa en el camino recto, y si uno se cultiva hacia arriba o hacia abajo.
El Maestro dijo:
“Si un cultivador, en la cultivación durante un tiempo largo, puede mantener siempre pensamientos rectos muy fuertes, mantener el estado del corazón como cuando obtuvo el Fa, esta actitud pura de corazón de ese periodo del principio, entonces realmente es extraordinario; incluso cuando los dioses te vean dirán que tú eres extraordinario” (Enseñando el Fa en Gran Nueva York 2013).
Todavía soy un principiante en el camino de la cultivación. Debo estudiar el Fa y cultivarme con la humildad de un principiante. Durante el estudio del Fa, debo rectificar continuamente cada uno de mis pensamientos, y dejar ir los apegos en el proceso de mirar hacia adentro. Es posible que haya más obstáculos en el futuro, o que se desarrolle tal o cual apego, pero me recordaré en todo momento que debo mantener mi actitud de los primeros días de mi cultivación.
Agradezco al Maestro su compasiva y misericordiosa salvación. También agradezco a mis compañeros practicantes por su apoyo.
(Presentado en el Fahui de Alemania de 2021)
***
Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por los derechos de autor. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título del artículo y su enlace original.
Todo el contenido publicado en este sitio web tiene derecho de autor y pertenece a Minghui.org. Minghui realizará compilaciones de su contenido online de forma regular y/o en ocasiones especiales.