(Minghui.org) En una reciente entrevista en Toronto, Canadá, la Sra. Li Eying, una practicante de Falun Dafa originaria de la provincia de Jiangsu, habló desde su experiencia personal sobre la persecución a Falun Gong por el Partido Comunista Chino (PCCh) durante las últimas dos décadas.

La Sra. Li Eying haciendo los ejercicios de Falun Dafa durante una manifestación para conmemorar el 22.º aniversario de la persecución a Falun Dafa frente a la Embajada de China en Canadá.

La Sra. Li empezó a practicar Falun Dafa en 1996, durante sus años de universidad. Se dio cuenta que los principios de Verdad - Benevolencia - Tolerancia, era lo que estaba buscando. En ese momento se encontraba en la ciudad de Nanjing, provincia de Jiangsu, y participaba en los ejercicios grupales todas las mañanas.

Como el número de practicantes en su lugar de práctica, Hanzhongmen, estaba aumentando, Eying y varios practicantes se trasladaron a un lugar en la calle Phoenix y establecieron un nuevo sitio de práctica. Ella organizó activamente el estudio grupal, la práctica grupal de ejercicios y las actividades de difusión de la práctica, convirtiéndose en la coordinadora de este nuevo sitio de práctica.

Cuando el PCCh inició la persecución a Falun Dafa tres años después, ella se convirtió en un objetivo clave porque se negó a renunciar a su fe. La persecución también la convirtió en víctima y testigo de los crímenes contra la humanidad del PCCh.

Desalojada poco después de dar a luz

Eying fue vigilada y su casa fue allanada por la policía tras el inicio de la persecución en julio de 1999. Mientras la propaganda de odio del PCCh inundaba los medios de comunicación controlados por el Estado, ella se preguntó por qué practicaba Falun Dafa. ¿Era Falun Dafa como lo que se decía en la televisión? Finalmente se dio cuenta de que la propaganda del PCCh era completamente falsa. Los cambios físicos y mentales que había experimentado al practicar Falun Dafa fueron suficientes para convencerla de que era una práctica recta. Eying decidió seguir su corazón y continuar en el camino de la cultivación sin importar la situación futura, y no rendirse nunca.

Después de que detuvieron a varios coordinadores voluntarios de los sitios de práctica locales, ella y muchos practicantes acudieron al gobierno provincial para pedir su liberación. Recuerda: "Estábamos todos de pie, pacíficamente y en silencio. Pero en menos de media hora llegaron muchos policías. Cuando llegó un autobús lleno de policías antidisturbios, nos llevaron a todos. Los policías nos arrastraron bruscamente al autobús, y un agente me rasguño las manos. Como había tantos practicantes, nos llevaron a todos a un centro de enseñanza media para detenernos. La policía tomó fotos de todos en las aulas. Tuvimos que darles nuestros nombres y direcciones para que nos soltaran".

Después de que Eying quedó embarazada, la policía siguió acosándola y allanando su casa a menudo. La obligaban a presentarse en la comisaría cada vez que la citaban. Allí le gritaban y abusaban verbalmente de ella.

"No solo me acosaban durante el día, sino que a menudo me llamaban a las 2 o 3 de la madrugada, sin que nadie hablara del otro lado de la línea. En su lugar, oía todo tipo de ruidos aterradores y penetrantes. Incluso me acosaron cuando estaba a una semana de dar a luz, siguiéndome al hospital para vigilarme". Recordó: "El personal del comité residencial local vino a mi casa todos los días cuando estaba a punto de dar a luz. Cuando fui al hospital a dar a luz, ellos y la policía me siguieron hasta allí. No tenía ninguna libertad".

Cuando volvió a casa del hospital, el personal del comité residencial acudió inmediatamente a su casa para acosarla e intimidarla. Antes de que el bebé cumpliera un mes, la policía amenazó al propietario, ordenándole que la desalojara. También acudían a su casa todos los días para intentar echarla. El propietario le dijo a Eying sin poder evitarlo: "Sé que eres una buena persona, pero no tengo elección. Si dejo que te quedes aquí, seguirán acosándome. Por favor, vete rápido".

Eying recordó: "Nadie se atrevería a alquilar su casa a un practicante de Falun Dafa en esas circunstancias. Tuvimos que mudarnos. Un amigo de buen corazón estuvo dispuesto a prestarnos su casa extra, y pudimos tener un lugar temporal para vivir".

"Cuando mi hijo tenía dos años, en agosto de 2002, me arrestaron por distribuir materiales sobre la persecución. Mi hermano, que vivía en el extranjero, regresó a China. Pidió a un amigo que me ayudara a pagar la fianza. Me liberaron tras unos diez días de detención".

Euying dijo: "Después de volver a casa, la policía vivió en nuestra casa durante aproximadamente medio mes. Se llevaron mi impresora, mi computadora y muchos libros de Falun Dafa de nuestra casa. A toda mi familia no se le permitía salir. Cuando la niñera salía a comprar alimentos, la policía la seguía. Mi marido, que no era practicante de Falun Dafa en ese momento, también fue detenido".

Muestras de sangre

La hija de Eying, que entonces cursaba 7.º grado, fue denunciada a las autoridades en octubre de 2014 por su profesora por hablar con otros alumnos sobre la persecución en la escuela. Agentes de la Agencia de Seguridad Nacional acudieron al colegio para amenazarla e intimidarla. Una semana después, Eying fue detenida.

La mañana de su detención, cuando Eying volvió a casa después de dejar a su hija en la escuela como de costumbre, la policía irrumpió en su casa y la allanó. "Vinieron los policías del Departamento de Policía de la ciudad de Wuxi y de la Oficina 610 del Distrito de Binhu. Me dijeron que me iban a mandar a la cárcel. Me llevaron a la comisaría de Dongjiang".

Cuando llegó a la comisaría, la policía le tomó una muestra de sangre. La muestra de sangre fue etiquetada y puesta en su expediente. Eying vio allí los expedientes de varios practicantes de Falun Dafa, con su información personal detallada, incluida la información de sus parientes lejanos. En la comisaría se dio cuenta de que solo se extraía sangre a los practicantes de Falun Dafa, aunque había muchos detenidos en su celda.

Después de que Eying se trasladó a Canadá alrededor de diciembre de 2019, la policía de la Oficina de Seguridad Doméstica de Zixing, en la provincia de Hunan, amenazó a su familia con allanar la residencia de Eying en Zixing y confiscar sus pertenencias. También amenazaron a su familia en un intento de obtener su información de contacto.

Desaparece una familia

Cuando Eying tomó un taxi desde la ciudad de Wuxi, en la provincia de Jiangsu, hasta la cercana Shanghái en marzo de 2019, el conductor, de unos 30 años, le contó una historia sobre la familia de uno de sus compañeros de la escuela primaria. El conductor era de la provincia de Anhui y toda la familia de su compañero de clase practicaba Falun Dafa. Tanto el conductor como su compañero de clase tenían 10 años cuando comenzó la persecución a Falun Dafa en 1999. Un día, un profesor dijo a la clase que su compañero había abandonado la escuela porque estaba bajo demasiada presión mental.

Eying dijo: "Pero no creo que esa fuera una razón lógica. Los padres chinos valoran mucho la educación, y es poco probable que los padres saquen a sus hijos de la escuela a esa edad, o que permitan que la abandonen por su cuenta debido al estrés". Este taxista dijo que toda la familia de su amigo desapareció después de eso, y nadie regresó a su casa".

Eying dijo que se enteró de la sustracción de órganos a los practicantes vivos de Falun Dafa perpetrada por el PCCh después de haberse mudado fuera de China, lo que le hizo sospechar que los amigos del conductor habían sido víctimas.

Eying recordó un informe de Minghui.org sobre un denunciante de Shanghái que actualmente trabaja en un negocio de remodelación de viviendas en Estados Unidos. El denunciante, el Sr. Lu Shuheng, detalló lo que sabía sobre la operación de sustracción de órganos. Dijo que la hermana de su cuñada, Zhou Qing, estaba directamente implicada en la sustracción forzada de órganos a practicantes vivos de Falun Dafa. Según Zhou, durante el proceso de sustracción forzada, los practicantes de Falun Dafa gritaban "Falun Dafa es bueno" al principio, pero luego lloraban y gritaban de dolor. Entre cuatro y cinco médicos militares estuvieron presentes en la operación, con agentes de policía armados a un lado para salvaguardar el lugar.

Eying dijo que los practicantes de Falun Dafa que viven en las zonas rurales de China son más propensos a ser objeto de la sustracción forzada de órganos en vida porque no tienen dinero ni poder, y mucho menos la capacidad de buscar justicia para ellos y sus familias.

El 17 de junio de 2019, el Tribunal Popular Independiente, presidido por Sir Geoffrey Nice, del Reino Unido, dictó sentencia en Londres tras meses de investigación sobre la cuestión de la sustracción forzada de órganos en vida a presos de conciencia en China. Los miembros del Tribunal fueron unánimes en su convicción de que no hay duda de que el PCCh ha sustraído por la fuerza órganos a presos de conciencia durante un largo periodo de tiempo y que el número de víctimas es enorme; los practicantes de Falun Dafa son la principal fuente de órganos; y el gobierno chino ha cometido crímenes contra la humanidad y delitos de tortura.

El tribunal hizo público por primera vez el informe completo de la sentencia, de 160 páginas, el 1 de marzo de 2020, acompañado de 300 páginas de testimonios y declaraciones de testigos. Sir Nice dijo que nadie ha refutado o impugnado los detalles de la sentencia del tribunal desde que se anunció por primera vez hasta la fecha.

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