(Minghui.org) Soy una joven practicante de Falun Dafa. Aunque obtuve el Fa cuando era una niña, no hice las tres cosas hasta los últimos años. Si bien lamento haber desperdiciado tanto tiempo, tengo la suerte de encontrar el verdadero camino.

Soñando con el nacimiento de una niña

Mi madre me contó que tuvo un sueño unos días antes de que yo naciera: escuchó gongs y tambores afuera. Cuando abrió la puerta, vio a un hada anciana que sostenía a una nenita envuelta en una tela amarilla. Ella le dijo a mi madre que era una niña de tres años. "Es tu bebé. Por favor, críala bien". Mi madre tomó a la criatura, la puso en la cama y empezó a desenvolver las numerosas capas de tela. Cada capa era de un color diferente. Dentro había muchos libros con una cubierta dorada. Mi madre abrió un libro pero no pudo entender lo que estaba escrito. Entonces se despertó. Yo nací unos días después.

Cuando tenía siete años, en 1992, un compañero de trabajo de mi madre hizo un gran esfuerzo por invitarla a Falun Dafa. En aquella época le gustaba llevar una "buena vida" de gente común. No practicó, aunque sentía que Dafa era bueno.

Mi madre empezó a practicar Dafa en 1998 después de que un vecino le habló de nuevo sobre Falun Dafa. Consiguió Zhuan Falun y una cinta de audio con la música de los ejercicios. Me dijo que practicaría Falun Dafa y seguiría los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Cuando escuché las palabras "Verdad-Benevolencia-Tolerancia", inmediatamente sentí que eso era lo que quería. Pensé que iba a practicar estos principios a la edad de 13 años.

Todos los domingos, mi madre me llevaba a casa de un practicante para leer Zhuan Falun con una docena de otros practicantes. Todavía recuerdo el retrato del Maestro Li (fundador de Falun Dafa) y el símbolo del Falun colgados en la pared.

En verano, mi madre se enteró que había un estudio semanal del Fa para niños. Así que me uní al grupo.

Solo asistí a varias sesiones antes de que el régimen comunista chino iniciara la persecución a Falun Dafa. En aquel momento no había leído Zhuan Falun de principio a fin ni una sola vez, pero Dafa ya estaba profundamente arraigado en mí. Sabía que era una practicante de Dafa. Vine a este mundo humano por Dafa.

Nada es peor que no hacer lo que el Maestro nos dijo que hiciéramos

Justo antes de la apelación pacífica mltitudinaria en Beijing, el 25 de abril de 1999, una practicante invitó a mi madre a ir a Beijing con ella. No fue porque estaba ocupada abriendo un puesto de desayunos.

Pronto nos mudamos a otro lugar. Perdimos contacto con los practicantes, así como, el entorno para la cultivación.

Mi madre estaba en un estado de cultivación solitaria. Continuaba leyendo Zhuan Falun. Pero no recibió las nuevas conferencias del Maestro, ni sabía sobre el proceso de la rectificación del Fa. De vez en cuando recogía algunos folletos de aclaración de la verdad tirados por alguien. Siempre los leía detenidamente y los guardaba como si fueran un tesoro. De ellos, aprendió ciertas cosas. Se preguntaba cuándo los practicantes distribuían materiales de aclaración de la verdad. Deseaba conocerlos. Fue doloroso cuando perdió el ambiente de cultivación y no pudo encontrar a ningún practicante.

Yo sabía que Dafa es bueno. Durante mi pubertad, estaba perdida en el mundo humano. No conocía el sentido de la vida.

En 2005, mi madre encontró por fin un practicante a través de un pariente. Él le dio todas las nuevas conferencias y la presentó a un grupo de estudio del Fa más cercano. Desde entonces, ha vuelto a la cultivación haciendo las tres cosas. En cuanto a mí, no practiqué realmente Dafa sino hasta 2009, cuando me casé y mi vida se estabilizó.

Experimenté un momento difícil en 2010 después del nacimiento de mi hija. Mi esposo no me ayudaba y nuestro presupuesto familiar era escaso. También me quejé de mi suegra. Sin embargo, un pensamiento estaba firme en mi corazón: ¡no importa lo que pase, me cultivaré en Dafa!

Durante los momentos difíciles, pasé mucho tiempo leyendo libros de Dafa. Esperaba con ansias que mi hija creciera para poder salir a aclarar la verdad sobre Dafa.

Cuando mi hija estaba a punto de ir a la guardería, me di cuenta que estaba embarazada de nuevo, pero no estaba contenta por ello. Realmente no deseaba tener otro hijo. Pero como practicante, no podía matar una vida. ¿Cuánto tiempo tendré que esperar para poder hacer las tres cosas? Pensé: ¡La rectificación del Fa terminará pronto y no tengo tiempo!

Estaba desesperada, ya que básicamente estaba haciendo una cultivación solitaria. No sabía que podía haber participado en otros proyectos de aclaración de la verdad en lugar de hablar con la gente cara a cara.

Cultivando

En 2015 conocí a varios practicantes. Me ayudaron mucho. A veces, mi suegra me ayudaba a cuidar al niño más pequeño, y me llevaba a mi hija mayor para distribuir calendarios con información sobre Dafa.

Mi hija mayor comenzó la escuela primaria y el menor fue a la guardería en 2016. Finalmente, tuve más tiempo para distribuir materiales de la Dafa en edificios residenciales. También me uní a un grupo de practicantes que periódicamente aclaraban la verdad en los alrededores.

Una noche de 2017, después del Año Nuevo Chino, nuestro grupo salió para distribuir materiales de Dafa. Planeamos primero repartir los materiales y luego hablar con la gente cara a cara. De repente, apareció un hombre borracho y lanzó un hacha contra la ventanilla del pasajero de nuestro automóvil. La ventanilla se rompió. El hacha golpeó una bolsa de materiales, rebotó y salió volando hacia el cuello del conductor. Le arañó la piel y cayó detrás de su asiento.

El conductor, también practicante, mantuvo la calma. Siguió conduciendo. El viento frío entró en el auto a través de la ventanilla rota, así que todos nos pusimos los gorros. Enviamos pensamientos rectos. Solo después de regresar a casa me sentí un poco asustada. ¡Sin la protección de Shifu, el resultado del incidente podría haber sido desastroso!

Distribuimos materiales en la región dos veces por semana. Cuando hizo más calor, habíamos cubierto todas las áreas cercanas. Entonces pasamos de distribuir materiales a hablar con la gente cara a cara.

Durante ese tiempo, mi vida fue acelerada, ya que trabajaba a tiempo parcial y cuidaba de dos niños. No dejé de estudiar el Fa, hacer los ejercicios y aclarar la verdad. No estaba cansada en absoluto. Mirando hacia atrás, en ese momento todo lo que tenía en mente era hacer las tres cosas bien como Shifu nos dice. Nada podía detenerme.

El Maestro dijo:

"Siempre y cuando eleves el xinxing, podrás atravesarlas; lo único preocupante es si tú mismo no quieres atravesarlas, pero si quieres, puedes lograrlo" (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Cuando enfrentamos dificultades, gastamos mucha energía pensando si se podrán hacer las cosas. De hecho, la clave es si realmente queremos hacerlo.

Shifu dijo: "La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu” (Primera Lección, Zhuan Falun).

Un día, un practicante y yo vimos a varios trabajadores al costado de una carretera. Les dimos algunos materiales de Dafa y hablamos sobre Falun Dafa y la persecución. Nos escucharon atentamente y acordaron renunciar al partido comunista chino (PCCh).

De repente, un vehículo de la policía se detuvo junto a nosotros. Cuando dos policías salieron del coche, miré mi reloj. Eran las nueve de la mañana pensé: tengo dos horas para aclarar la verdad a la policía antes de recoger a mis hijos de la escuela.

Un policía preguntó a la practicante qué había en su bolso. Ella abrió su bolso, que estaba vacío. Había sacado todo el material y lo había dejado a la orilla del camino. Otro policía me agarró del brazo y gritó: "¿Qué hay en tu bolso?". Lo miré directamente a los ojos y le dije: "No he hecho nada ilegal".

Aparté sus manos y me di la vuelta para marcharme. Pensé que volvería a agarrarme, pero no pasó nada. Me alejé rápidamente sin mirar atrás. Mientras tanto, le pedí al Maestro que me ayudara y envié pensamientos rectos. Después de caminar unos 100 metros, miré hacia atrás y noté que la policía se había ido.

Regresamos y recogimos los materiales de Dafa que habíamos escondido. De camino a casa, distribuimos todos los materiales.

A partir de este incidente, experimenté lo que Shifu describió:

“Los discípulos de Dafa son capaces de mirar con rectitud, directamente en los ojos, a esa gente perversa, y la gente perversa inmediatamente intenta evadir el contacto visual. Eso se debe a que los pensamientos rectos espantan a los seres perversos que controlan y manipulan a la gente perversa, ya que saben que si son demasiado lentos al huir, los eliminan instantáneamente los pensamientos rectos de los discípulos de Dafa” (Viaje por Norteamérica para exponer el Fa).

Con este incidente, miré hacia adentro. Quería encontrar la brecha en mi cultivación. No encontré el problema de inmediato. Más tarde, comprendí que el problema era que mi estado mental no era puro cuando aclaraba la verdad a la gente. No era completamente recto. Como nos dijo el Maestro:

“Las viejas fuerzas no se atreven a oponerse a nuestro esclarecimiento de la verdad o a que salvemos a seres conscientes. La clave es no dejarles que se aprovechen de las lagunas en su estado mental cuando hacen cosas” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Boston, 2002, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. II).

No me di cuenta de que tenía un gran apego oculto al aclarar la verdad: mi egoísmo. Cuando hice las tres cosas que Shifu nos pidió que hiciéramos, mi propósito no era puramente para salvar a la gente. Tenía miedo de quedarme atrás y no poder alcanzar el Fruto Recto de la Perfección.

Después de comprender mi problema, cada vez que este egoísmo surge, recuerdo las palabras de Shifu:

“En el xiulian religioso del pasado, la Escuela Fo hablaba del vacío, no pensar en nada, entrar en la puerta del vacío; la Escuela Dao hablaba sobre la nada, no se tiene nada, tampoco se quiere nada ni se persigue nada. Quienes refinan gong dicen: «Ten el corazón para refinar gong, no el corazón de obtenerlo». Cuando en el xiulian abrazas un estado de wuwei y te ocupas solamente de realizar el xiulian de tu xinxing, ya estás atravesando tus niveles y las cosas que debes tener, por supuesto que las tienes. Si no lo puedes dejar, ¿no es justamente un corazón de apego?” (Segunda Lección, Zhuan Falun).

Debo cultivar y mejorar mi carácter. No se puede lograr nada si no cultivamos verdaderamente el yo.

Enfrentando la pandemia

La pandemia se agravó en enero de 2020. Mi lugar de trabajo estaba cerrado. Al principio, me alegré de tener tiempo libre para poder salir a aclarar la verdad a la gente todos los días. Siempre envidié a los practicantes que podían esclarecer los hechos al público todos los días. Yo también podría hacerlo finalmente.

Pero pronto, mi zona fue bloqueada. Se impusieron muchas restricciones a las actividades al aire libre. No había mucha gente afuera. Muchos practicantes locales que solían aclarar la verdad en público se quedaron en casa. Todavía hay mucha gente que no se ha salvado. ¡No tenemos tiempo que perder!

Un practicante me comentó la situación. "Deseo visitar a nuestros compañeros practicantes y animarlos a romper la interferencia", dijo. “Son practicantes veteranos que fueron a Beijing para apelar por Falun Gong durante los momentos más difíciles. Ahora, los seres conscientes están en gran peligro, ¡los practicantes debemos apresurarnos a salvarlos!".

Le sugerí que escribiera lo que había dicho y lo enviara al sitio web de Minghui para que todos los practicantes pudieran verlo. Le preocupaba que, aunque el artículo se publicara en la página de Minghui, no apareciera en el Semanario Minghui. Muchos practicantes locales tenían dificultades para visitar el sitio web y solo leían el Semanario Minghui.

Pensé que debíamos darlo a conocer a más practicantes. Entonces escribí un artículo basado en la idea del practicante. Varios días después, apareció en el Minghui Weekly, tal como lo deseamos.

Una vez más experimenté lo que dijo Shifu:

“La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del Shifu; si tienes este deseo, ya está bien” (Primera Lección, Zhuan Falun).

¡El Maestro nos protege y nos ayuda todo el tiempo!

Algunas reflexiones

Recientemente, cuando leí el jingwen de Shifu: Otra vez un palo de advertencia, pensé en dos tipos de estados de cultivación entre los practicantes. Un tipo son los que son como yo, a los que no les fue bien al principio y están tratando de ponerse al día. Estos practicantes son muy diligentes en hacer las tres cosas. Pero, ¿por qué son tan diligentes? ¿Es para salvar a más personas o para asegurarse de que no se queden atrás? En otras palabras, se trata de hacer cosas por los demás o por uno mismo. Es una cuestión muy importante.

Shifu dijo:

“El xiulian en sí mismo es atravesar el camino de un dios. El corazón humano en todos lados es siempre un impedimento” (Otra vez un palo de advertencia).

El otro tipo de practicante lo había estado haciendo bien desde el principio. Sin embargo, al relajarse el ambiente, apareció la noción de buscar comodidad y complacencia, y su fuerza de voluntad se debilitó. Entonces, los que han estado haciéndolo bien, deben prestar atención al Fa de Shifu: “El camino más difícil ya lo han atravesado, que al final no se vuelque el barco en la zanja apestosa” (Otra vez un palo de advertencia).

También quería decir esto a los jóvenes practicantes: Si más practicantes jóvenes pueden encontrar el tiempo para aclarar la verdad en público, cambiará la forma en que algunas personas piensan sobre Dafa. En el pasado, cuando hablaba de Dafa, la gente a menudo se sorprendía: "¿Tú crees en esto? Pero si eres muy joven". La mayoría de las veces solo se encontraban con practicantes ancianos que les decían la verdad, por lo que pensaban que solo los ancianos que no tenían otra cosa que hacer practicaban Falun Dafa. Si se presentan más practicantes jóvenes, la gente sabrá que los practicantes pueden tener cualquier edad y cualquier profesión.

El tiempo para cultivarnos y despertar a la gente es limitado. Aprovechemos esta oportunidad fugaz y hagamos bien lo que debemos hacer. Dejemos de lado nuestro egoísmo, consideremos siempre a los demás en primer lugar, y alcancemos el estándar del futuro nuevo universo. ¡Recordémonos unos a otros, cultivarnos diligentemente y caminar bien por el sendero final!

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