(Minghui.org) Me mudé a los Estados Unidos hace diez años, y pensé que prestaba atención a la eliminación de la cultura del partido comunista. Después de casarme (con un practicante occidental de Falun Dafa) hace dos años, empecé a notar cuán profundamente arraigada estaba la cultura del partido en mí.

Etiqueta y buenas costumbres

Nunca pensé que fuera una persona desaliñada. El año pasado, tanto mi marido como yo trabajamos desde casa debido a la pandemia. Yo llevaba mi ropa informal mientras trabajaba. Sin embargo, mi marido siempre se cambiaba de ropa y se peinaba antes de sentarse a trabajar, como si estuviera en la oficina.

En cada comida, mi marido siempre pone primero un mantel individual. Luego pone su plato con comida sobre el mantel antes de empezar a comer. Cuando yo utilizaba mis palillos personales para recoger la comida de las viandas, él siempre me miraba de forma extraña. Cuando me daba cuenta y le preguntaba si le parecían maleducados mis hábitos alimenticios, me decía: "Oh, me parece un poco inusual" ya que no usaba una cuchara limpia para servirme una porción personal.

Suelo comer muy rápido; mi mente está en otras cosas mientras como. Mi marido come despacio. A veces incluso respira profundamente, cierra los ojos y saborea la comida. Presta atención y muestra respeto por todo, incluida la comida.

De hecho, en la cultura tradicional china, la gente hacía hincapié en la etiqueta. El emperador siempre llevaba a los altos funcionarios a adorar al cielo y la tierra durante las fiestas importantes.

Suelo utilizar el altavoz de mi teléfono cuando hago llamadas. Es cómodo para mí, pero no pensé en cómo afectaba a los demás. Mi marido siempre se pone los auriculares y cierra la puerta cuando hace llamadas largas para no molestarme.

Cuando le explico algo a mi marido, a veces mi voz es cada vez más fuerte. Él suele pararme y me dice: "Por favor, no te enfades". Yo pensaba que no estaba enfadada y que solo quería explicar las cosas con claridad. A sus ojos, yo ya estaba agitada.

El Maestro dijo:

"Los chinos hablan alto en todas partes y gritan a voz en cuello, y la gente de China continental se acostumbra a ello, pero la comunidad internacional no lo acepta. Esto tiene que cambiar. Pero la imagen de la gente de China continental ha dejado al mundo con esa impresión, y todos los chinos de ultramar se sienten deshonrados y avergonzados. Pero, ¿lo sabían? El malvado PCCh no le dice al pueblo chino estas cosas, y no le enseña a la gente las cosas rectas. Deja ver a propósito a la gente del mundo que los chinos son así, y sólo quiere destruir su imagen y dañar su dignidad. Y a la gente le resulta difícil detectarlo por sí misma. Creo que, cuando la gente tenga más oportunidades de salir a la luz, poco a poco sentirá que esta sociedad es diferente, y poco a poco prestará atención, y todo irá bien. Los hábitos establecidos son realmente difíciles de eliminar, y la cultura del partido que enseña a la gente a luchar ha distorsionado el carácter de las personas en uno con el que la gente se sentirá feliz sólo si se desprende de una vez. Realmente no servirá de nada si no se corrigen estas cosas enseñadas por el malvado PCCh" (Enseñando el Fa en el Fahui de Nueva York 2016).

La cultura del partido comunista en mi hablar

Al interactuar con mi esposo, descubrí que la forma en que hablo y lo que digo a menudo está influenciado por la cultura del partido comunista. Con frecuencia soy egocéntrica e ignoro los sentimientos de los demás.

Por ejemplo, cuando alguien me pregunta si necesito algo, suelo soltar: "No". Mi marido dice: "Estoy bien, gracias". En comparación, mi respuesta parece negar a la otra persona.

A menudo digo: "Come", por ejemplo: "Cómetelo. Ya no lo quiero". Mi marido me enseñó más tarde que la forma correcta debería ser: "Si gustas, puedes terminárterlo". Su respuesta da a los demás la posibilidad de elegir, mientras que lo que yo dije es como dar una orden.

Además, suelo decir: "Deberías" y "¿Me entiendes?". Mi marido me sugirió que usara: "¿Lo has intentado?" y "¿Tiene sentido lo que digo?".

En cuanto al respeto a los demás, cuando mi marido quiere ofrecerme algo de comer, me pregunta: "¿Te importa si lo pruebas?". En cambio, cuando quiero que pruebe una buena comida, se la meto directamente en la boca sin preguntar. Ahora entiendo que no es respetuoso forzar a quien sea, a que pruebe algo, solo porque me parece bueno.

Cuando describo algo que no me gusta, suelo decir: "No está bueno". Mi marido me señaló que estoy dando una definición basada en mis propios sentimientos y gustos. Me sugirió que podría decir "no es de mi agrado" en su lugar, ya que ese es mi entendimiento personal. De hecho, no le he oído utilizar nunca "no me gusta". Expresa su opinión con eufemismos para mostrar respeto.

Una vez le compré una corbata. No le gustaba mucho ese estampado, pero en lugar de expresar su desagrado directamente, dijo: "Puede que necesite un poco más de tiempo para sentirme bien con la corbata". Poco después, dijo que su impresión favorable de la corbata estaba "creciendo".

Me emocioné. Me di cuenta de que aún me faltaba mucho para cultivar mi forma de hablar con educación y sin las nociones del partido.

Cuando me quejé de una persona con mi marido, me escuchó un rato y me preguntó: "No te gusta esa persona, ¿verdad?". Admití que era cierto. Entonces me señaló que era mi envidia lo que estaba expresando.

Aprendí que, en general, los occidentales no dudan de los demás. No suelen criticar a los demás.

A menudo digo: "¿Y por qué no?", y me di cuenta de que mi forma de decir las cosas contenía una mentalidad de lucha. Por ejemplo, digo: "¿Por qué no has cerrado la puerta?". En realidad, la frase está culpando a la otra persona, lo que forma parte de la cultura de lucha del partido comunista.

Identificar mis pensamientos negativos

Una de las características de mi marido que más admiro es su siempre positiva forma de pensar.

Cuando me quejé del dolor en las piernas durante la meditación sentada, me dijo: "Eso es maravilloso. El dolor al meditar es algo bueno. Cuanto más doloroso es, más yeli estás eliminando".

Si su trabajo no va bien, por ejemplo, si pierde un trato, no se queja. Al contrario, dice que ha aprendido de la experiencia.

Cuando salimos de paseo, mi marido nunca cierra la puerta con llave porque cree que no hay gente mala. Cuando sale del coche, no solo no lo cierra, sino que a veces tira las llaves en el asiento del conductor. Siempre pienso: "¡Le está poniendo las cosas fáciles a los ladrones de coches!".

Cuando visitamos un museo, llevó una cámara profesional. De repente dijo: "¿Dónde está mi cámara?". Se me encogió el corazón y pensé que le habían robado la cámara. Pero él mantuvo la calma y dijo: "Está bien. Iré a preguntar al servicio al cliente". Se alejó tranquilamente y un rato después volvió con la cámara. Efectivamente, alguien encontró la cámara y la entregó en el mostrador.

Me impresionó mucho lo civilizada que es la sociedad occidental. También me impresionó mi marido, que nunca pensó que la cámara fuera robada. Me pareció que demostraba que creía firmemente en el Fa: si es tuyo, no te lo pueden quitar.

Recuerdo el poema del Maestro:

"Lo mundano y lo sagrado, están divididos por un riachuelo

Entrar, retirarse -dos niveles del cielo

Se desea entrar en el templo en medio del bosque

Y de un paso se sube a las nubes

(Un pensamiento, Hong Yin III)

Llegué a comprender: cuando los pensamientos de uno son negativos o malos, su mundo correspondiente es oscuro y negativo. Cuando los pensamientos son positivos y bondadosos, su mundo es brillante y la luz de Fo ilumina todo.

Me di cuenta de que mis pensamientos eran a menudo negativos. Cuando tenía dificultades, tendía a pensar en malos resultados y me ponía en guardia contra los demás. En una sociedad bajo el control comunista, la gente no cree en los dioses y el nivel moral es muy bajo. La gente está acostumbrada a pensar que todos los demás son enemigos. La gente está constantemente en guardia, y solo así se siente segura.

Al ver cómo se comporta un occidental promedio en la sociedad occidental común, me di cuenta de que los pensamientos y las emociones negativas no proceden de nuestra naturaleza pura. Las Analectas de Confucio decían que "las personas de todo el mundo son como hermanos". Este es el concepto de las relaciones humanas en la cultura tradicional china.

Recientemente, un familiar en China me dijo por teléfono: "Hoy en día el partido comunista chino está promoviendo la restauración de la cultura tradicional". Le dije: "El núcleo de la cultura tradicional china es creer en los dioses y respetar la naturaleza".

Eliminar mi hábito de controlar

No me di cuenta de que me gustaba controlar a los demás hasta que me casé.

Cuando mi marido conduce, aunque yo esté en el asiento del copiloto, soy yo la que manda. No paro de decirle: "Reduce la velocidad, mira aquí, mira allá", y así sucesivamente. Finalmente me dijo: "Yo conduzco. Yo miraré lo que viene de afuera del auto". Al final tuve que cerrar los ojos para no seguir dándole instrucciones.

¿Por qué soy así? Descubrí que quería tener el control. No confiaba plenamente en él.

Una vez, cuando estábamos trasladando un sofá, enseguida empecé a dar órdenes: qué lado debía cargar, quién debía ir primero, qué ruta tomaríamos... hasta que mi marido dijo: "Aquí el hombre soy yo".

Recuerdo que el Maestro dijo:

Yin y Yang invertidos, la moralidad mundial está dañada

Hombres dignificados no tienen el acero yang

Blando e irresoluto, con tonada femenina

Corazón y pecho estrechos y pequeños, demasiado cobarde

Mujeres agudas y de acero, manifiestan poderío

Impulsiva, de palabra severa, haciéndose cargo de la casa

Sin virtud, gracia, belleza ni porte

Seductora, la vieja bruja se prostituye por la espalda

(Yin y Yang invertidos, Hong Yin III)

Vi en estos comportamientos de mi pasado un elemento maligno del partido comunista chino: "control total". En una sociedad normal, todos prestan atención a hacer las cosas bien. La gente se respeta. El control total no es necesario ni bienvenido.

Una palabra final

Estoy muy agradecida a mi marido practicante que ha sido como un espejo que me ha mostrado la cultura comunista en mis pensamientos y comportamiento. He visto cómo la cultura comunista envenena a las personas. En una familia sin cultura comunista, estamos relajados y en armonía y nos respetamos mutuamente.

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